Urge política sobre recursos naturales
Eduardo L. Lamphrey R.
Economista
RICARDO SÁNCHEZ SOSA, director regional para América Latina y el Caribe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, hizo un llamado al gobierno panameño para que formule una política que relacione adecuadamente el desarrollo con los recursos naturales. Afirmó que en Panamá se hará más crudo el impacto del cambio climático por la ausencia de ésta, y relacionó la pobreza con el cambio climático y el desarrollo.
Tres factores aduce el Lic. Sánchez: una política para los recursos naturales, donde hace viva alusión al cambio climático, que obviamente debe salir del gobierno, y cuyo motor de ejecución y control del mismo está centrado en la ANAM. Este factor lo liga a la economía (segundo factor), entendiendo que el crecimiento económico no es igual al desarrollo económico, ya que éste implica mejores condiciones de salud, educación y vivienda para la mayoría de la población nacional, lo que comúnmente se denomina un mejor bienestar social para la ciudadanía panameña. Este otro factor debe estructurarse y desarrollarse en las políticas económicas del gobierno, donde el Ministerio de Economía y Finanzas debe llevarnos hacia un mejor bienestar social de los panameños.
Y el tercer factor al que se refiere Sánchez es la pobreza que, obviamente, mide la interacción de los otros dos factores dentro del diario «quehacer» de la sociedad panameña. La pobreza, que mide en su exactitud meridiana la fortaleza o debilidad de las políticas económicas del ente gubernamental, donde se exhibe en su total diafanidad la posición ideológica y clasista de los gobernantes de turno, unidos o no dentro de una política clara frente a los recursos naturales, muestra claramente si la desigualdad en la distribución de las riquezas del país se acorta o se distancia con el tiempo.
La ANAM, dentro de sus políticas cotidianas de aprobar o desaprobar los estudios de impacto ambiental de tal o cual proyecto, debe ahondar en un verdadero plan político frente a los recursos naturales, en los cuales indique su real relación con el desarrollo económico y su ingerencia exacta frente a la gran masa desposeída de la nación. Los impactos positivos o negativos de cualquier proyecto calan dentro del desarrollo social de las comunidades donde se ejecutará.
No podemos seguir observando que un estudio de impacto ambiental de once años sigue siendo válido para la ANAM. No podemos seguir observando que no hay una política frente al calentamiento global, frente al paso de la barcaza de la muerte por el Canal de Panamá, frente a las inundaciones en barrios capitalinos, frente a la implementación de la cementera en Rodman, frente al exceso publicitario en las avenidas de la capital, frente al excesivo ruido de los regueceros en sus presentaciones, en los buses e, inclusive, en viviendas particulares.
El bienestar social notablemente es afectado por esas constantes incoherencias del ente que debe controlar y regular el uso de nuestros recursos naturales. Sin este control y regulación no podemos acortar la brecha de desigualdad en la distribución de las riquezas.
Estamos en un claro proceso de cambios, en todos los niveles; por lo tanto, se hace necesaria una política ambiental en la ANAM que contemple el verdadero uso de los recursos naturales, siempre para y por el bien de la sociedad panameña.
Publicado en el Panamá América, 3 de abril de 2007
Filed under: ANAM, ARAP, Conservación, Derechos Humanos, Estudios de Impacto Ambiental | Leave a comment »