No a la destrucción del Camino de Cruces y los bosques de las áreas revertidas

No a la destruccion del Camino de Cruces y los bosques de las áreas revertidas

por El Comité de Defensa del Parque Nacional
Camino de Cruces y los Bosques Urbanos

El Comité de Defensa del Parque Nacional Camino de Cruces y los Bosques de Clayton rechazamos los dos proyectos residenciales de la Inmobiliaria P & P que se pretenden realizar en sendos lotes (CL-35 y C-34) que contiene bosques de más de 90 años de edad que datan de la época de la construcción del canal pro las siguentes razones:

1- Por violación flagrante del concepto y espíritu de la Ley 21 de Uso de Suelos de la ARI de CIUDAD JARDÍN, ya que lo pretendido es una propuesta totalmente contraria a este sabio principio acordado en su momento por consenso de la sociedad civil, los empresarios y el gobierno nacional.

2- Por destruir irreversiblemente parte de la historia panameña, ya que transformaría para siempre el ambiente natural y cultural del empedrado de Camino de Cruces con las urbanizaciones propuestas, especialmente la urbanización planeada sobre el Lote boscoso CL-35. Estos restos arqueológicos ni siquiera son conocidos por la comunidad científica, mucho menos por el público en general.

3- Por internalizar las ganancias corporativas y externalizar hacia el resto de la nación los costos ambientales de los proyectos planteados. Recordemos que el bien común prima sobre el bien individual. El gobierno nacional a través de las instrumentaciones del Estado debe ser el principal defensor y aplicador de este principio.

4- Porque afecta la biodiversidad del Parque Nacional Camino de Cruces y el complejo biótico que representan las áreas verdes de la áreas revertidas.

5- Porque afecta la calidad de vida de todos los ciudadanos de la ciudad de Panamá, ya que se pierden partes substanciales de los recursos naturales que al enajenarlos y transformarlos se pierden oportunidades de investigación, educación ambiental y esparcimiento para siempre.

6- Porque destruye la belleza escénica de una parte de la ciudad de Panamá y por que de esta manera perjudica las inversiones turísticas. Una de las grandes riquezas de la ciudad de Panamá son justamente sus bosques urbanos y parques naturales que le dan un enorme valor agregado a esta ciudad. Es la única ciudad en el mundo con bosques naturales de la calidad que tienen los bosques de las denominadas áreas revertidas.


    Rechazamos los estudios de impacto ambiental (EIA) presentados por la promotora Inmobiliaria P & P por las siguientes razones:

    1- Ambos EIA han sido sub-categorizados bajo categoría II en vez de ser EIA categoría III, ya que la ejecución de los proyectos residenciales planteados por la Promotora P & P en áreas boscosas como las propuestas producirá impactos ambientales negativos de significación cuantitativa o cualitativa, que ameritan un análisis más profundo para evaluar los impactos y su respectivos Planes de Manejo Ambiental. El proyecto generará impactos negativos significativos que no pueden ser eliminados ni mitigados, con efectos negativos en la sociedad, los vecinos, la flora, la fauna, y el paisaje. Los únicos «impactos positivos» aparentan ser los beneficios económicos que obtendrá el promotor a costo de la merma en la calidad de vida de los residentes y vecinos. Un EIA categoría II nunca podrá proponer un Plan de Manejo Ambiental que «evalúe y mitigue todos los impactos de semejante perjuicio ambiental.» Sin un buen plan de manejo ambiental, el promotor ni la ANAM podrán sopesar los costos de los impactos ni evaluar si dichos costos restasen factibilidad al proyecto. Pues, la ejecución de un plan de manejo ambiental adecuado para este caso podría superar los beneficios económicos de dicha obra y lucirla NO factible.2- También rechazamos los EIA presentados porque el Promotor, Inmobiliaria P & P, ni la ARI involucraron a la ciudadanía directamente afectada en la etapa más temprana posible de su proyecto, a pesar que se ha insistido en las afectaciones que causará, de manera que se está rompiendo los requerimientos formales establecidos para la revisión del Estudio de Impacto Ambiental. Denunciamos que como ciudadanos hemos sido sistemáticamente desoídos en nuestros legítimas reclamos de la afectación de un bien común y por lo tanto se han ignorado nuestras preocupaciones en el proceso de toma de decisiones ambientales, que por ser un bien nacional afecta a todos por igual.

    3- Los inventarios realizados sobre línea base, especialmente la biótica han sido altamente deficientes y ameritan ser rechazados totalmente por no ajustarse a la realidad biótica del área. Es obvio que estos estudios no se realizaron con profesionalismo y responsabilidad. Si no se ha levantado honesta y correctamente la línea base, mal se puede esperar la evaluación ambiental respectiva.

    4- La matriz de identificación de impactos no es compatible con los impactos evaluados.

    5- La evaluación de los impactos no utilizó ninguna metodología cuantificable y por lo tanto nunca identificaron la significancia de ningún impacto ambiental.

    6- Obviaron un número significativo de impactos ambientales y las descripciones que dan sobre algunos impactos son altamente incompletos y carentes de análisis teoréticos que los interpreten.

    7- El lote CL-43 es un bosque secundario maduro de más de 85 años de edad que en la Ley 21 de Uso de Suelos de la ARI, zonificó estos reductos boscosos como AREAS VERDES URBANAS NO DESARROLLABLES, por tanto permitir o realizar un proyecto de esta magnitud es totalmente violatorio de la Ley mencionada.

    8- Ambos rompen el principio y espíritu básico de la Ley en cuanto a Ciudad Jardín. El espíritu de la Ley es un valor supremo cuando en una ley con tantos detalles como la Ley 21, se encuentran incongruencias. Cabe destacar que los residentes de Clayton, alertaron a la ARI de estas incongruencias, más fueron ignorados y los procesos violadores de este espíritu continuaron hasta el día de hoy.

      Alternativas

      Cualquier uso que no ponga en riesgo, ni impacte de manera significa el bosque y los recursos arqueológicos de la zona. Un parque temático sería ideal.

      INSTAMOS AL GOBIERNO NACIONAL A INVOCAR EL PRINCIPIO DE BIENESTAR COMÚN Y DEFENSA DE LOS INTERESES NACIONALES DE CARA A LAS PRESENTES Y FUTURAS GENERACIONES CON LAS SIGUIENTES MEDIDAS:

      Negociar con el empresario promotor del proyecto, Carlos Pasco, el error en que se incurrió al venderle áreas revertidas que contienen valores patrimoniales inadjudicables que no pueden ser utilizadas para los otros fines que no sea la conservación o restauración de los bienes allí presentes.

      Reevaluar la zonificación que afecta a coberturas boscosas, pulmones de la ciudad y reservorio del legado cultural, de biodiversidad de toda la nación panameña, actualmente en riesgo con la Ley 21 de la ARI.

      Apoyar en la Asamblea Nacional, la modificación de la nefasta Ley 21 de Uso de Suelo de la ARI, en la cual se permitió algunos exabruptos como la mala zonificación residencial de patrimonio natural y cultural de incalculable valor para la nación.

      Solicitamos al IPAT y al INAC que condene la pretendida e irremediable afectación que se le causaría al Camino de Cruces y por ende al modelo de turismo, ecoturismo, conservación e investigación de estas áreas. El estudio casi omite el aspecto cultural y arqueológico que representan la existencia de un importante tramo del Camino de Cruces dentro del perímetro del CL35 el cual no se ha investigado en forma científica. De acuerdo a mapas y testimonios de personas que han explorado el área existen ramificaciones que parten hacia el sitio de La Palangana (una vieja ruta hacia Panamá Viejo). ¿Entonces vamos a destruir los cimientos de tan importante monumento histórico sin siquiera haberlo estudiado detenidamente?

      INSTAMOS A INMOBILIARIA P & P HA DESISTIR DE ESTE PROYECTO QUE NOS AFECTA A TODOS LOS PANAMEÑOS, INDEPENDIENTEMENTE QUE NO SEAN RESIDENTES DE LAS ÁREAS REVERTIDAS.

      Consideraciones cientificas de línea base biótica

      El estudio se realizó con una metodología deficiente. Hay carencia de la incorporación de conceptos biológicos actuales. Carencia del uso de la estadística cuantitativa y se dieron conclusiones contrarias a los resultados. Se dan innumerables datos inexactos y faltaron datos reconocidos por la comunidad científica y publicados en diversos medios.

      El estudio incorpora metodologías no estandarizadas, carece integridad científica y contiene conclusiones refutables.

      El estudio falla por no incluir a la extensa mayoría de las especies conocidas del bosque del lote CL-43, de algunas que se consideran en peligro por la ley panameña y por lo menos de 4 especies que se consideran en peligro crítico y que se conocen por existir en el área. Es por lo tanto la conclusión del comité científico que el estudio debe ser rechazada.

      Por otra parte nuestra investigación y análisis antepone en tela de juicio la validez ecológica del =desarrollo propuesto en sí. Nuestros datos encuentran que CL43 es un habitat importante para tanto especies comunes y raras, algunos protegida por ley panameña y reconocidas como en peligro de extinción. Además CL43 es un corredor vital para la fauna que permite la dispersión entre el metropolitano y los parques nacionales de Camino de Cruces y los bosques de las áreas revertidas, incluyendo Cárdenas, Albrook, Diablo y Ancón.

      Los servicios del ecosistema (agua limpia, aire limpio, suelo, hábitat) que este bosque proporciona no fueron considerados por el actual estudio, no obstante el probable es sustancial. La importancia internacional del área está más allá de toda duda, ya que proporciona hábitat para especies en peligro. La posible ventaja económica que esta área y todas las áreas revertidas del bosque puedan traer dejándolas intactas no se ha explorado adecuadamente, pero tiene el potencial de ser grande con viabilidad a largo plazo y por ende sustentabilidad.

      Es nuestra firme creencia que mayores beneficio económicos y bienestar se obtendrían para el mayor número de personas si permanecen los bosques intacto.

      Consideraciones generales

      El hecho que la empresa indique que sólo se afectará el 20% del bosque es muy cuestionable.

      Para tener una forma de comparar, vale la pena fijarse en un proyecto cercano a El Dorado y el Parque Metropolitano en donde se taló todo el soto bosque y el bosque principal de manera progresiva.

      El hecho que la promotora haya comprado los terrenos no es una carta abierta a deforestar, ni a destruir el bosque compuesto de miles de entes e interacciones.

      Debemos cuestionar a la ANAM el monto de las multas o retribuciones por una supuesta deforestación de tal magnitud y los proyectos que se les exigirá para compensar por dicha deforestación. Este tipo de análisis económico debería incluirse en un EIA Categoría III, evaluando alternativas, para que el promotor y la ANAM puedan evaluar el valor económico del impacto y la magnitud de los proyectos del plan de manejo ambiental para compensar dichos impactos.

      Un gran problema del proceso actual de evaluación de impacto ambiental es que no se exige la comparación con alternativas. Si esto se hiciera en este proyecto, rápidamente podríamos ver (igualmente el promotor) que deforestar de tal manera es lo menos conveniente. Por ejemplo, si nos enfocamos en la necesidad de desarrollar estas propiedades, solamente considerando la alternativa de construir un hotel ecoturístico podemos ver muchas ventajas sobre una urbanización. En un hotel ecoturístico, la cantidad de deforestación sí podría ser de 20% o mucho menos y bien focalizada. Podemos observar el concepto de hoteles que operan en medio de un bosque donde parte del bosque se utiliza para senderos y otras actividades que no impactan tan negativamente. En esta alternativa, el promotor puede obtener beneficios adicionales de pagos ambientales por conservación (actualmente en proyecto por parte de la ANAM) y el plan de manejo ambiental tendría un costo muy bajo. Concluyendo, no es cierto que lo único rentable que el promotor puede hacer es deforestar para urbanizar.

      FUENTE ORIGINAL

      Leishmania Infection (Leishmaniasis)

      Leishmania Infection
      (Leishmaniasis)

      What is leishmaniasis?

      Leishmaniasis (LEASH-ma-NIGH-a-sis) is a parasitic disease spread by the bite of infected sand flies. There are several different forms of leishmaniasis. The most common forms are cutaneous (cue-TAY-knee-us) leishmaniasis, which causes skin sores, and visceral (VIS-er-al) leishmaniasis, which affects some of the internal organs of the body (for example, spleen, liver, bone marrow).

      What are the signs and symptoms of cutaneous leishmaniasis?

      People who have cutaneous leishmaniasis have one or more sores on their skin. The sores can change in size and appearance over time. They often end up looking somewhat like a volcano, with a raised edge and central crater. Some sores are covered by a scab. The sores can be painless or painful. Some people have swollen glands near the sores (for example, under the arm if the sores are on the arm or hand).

      What are the signs and symptoms of visceral leishmaniasis?

      People who have visceral leishmaniasis usually have fever, weight loss, and an enlarged spleen and liver (usually the spleen is bigger than the liver). Some patients have swollen glands. Certain blood tests are abnormal. For example, patients usually have low blood counts, including a low red blood cell count (anemia), low white blood cell count, and low platelet count.

      How common is leishmaniasis?

      The number of new cases of cutaneous leishmaniasis each year in the world is thought to be about 1.5 million. The number of new cases of visceral leishmaniasis is thought to be about 500,000.

      In what parts of the world is leishmaniasis found?

      Leishmaniasis is found in parts of about 88 countries. Approximately 350 million people live in these areas. Most of the affected countries are in the tropics and subtropics. The settings in which leishmaniasis is found range from rain forests in Central and South America to deserts in West Asia. More than 90 percent of the world’s cases of visceral leishmaniasis are in India, Bangladesh, Nepal, Sudan, and Brazil.

      Leishmaniasis is found in some parts of the following areas:

      in Mexico, Central America, and South America — from northern Argentina to southern Texas (not in Uruguay, Chile, or Canada)
      southern Europe (leishmaniasis is not common in travelers to southern Europe)

      Asia (not Southeast Asia)

      the Middle East

      Africa (particularly East and North Africa, with some cases elsewhere)

      Leishmaniasis is not found in Australia or Oceania (that is, islands in the Pacific, including Melanesia, Micronesia, and Polynesia).

      How is leishmaniasis spread?

      Leishmaniasis is spread by the bite of some types of phlebotomine sand flies. Sand flies become infected by biting an infected animal (for example, a rodent or dog) or person. Since sand flies do not make noise when they fly, people may not realize they are present. Sand flies are very small and may be hard to see; they are only about one-third the size of typical mosquitoes. Sand flies usually are most active in twilight, evening, and night-time hours (from dusk to dawn). Sand flies are less active during the hottest time of the day. However, they will bite if they are disturbed, such as when a person brushes up against the trunk of a tree where sand flies are resting. Rarely, leishmaniasis is spread from a pregnant woman to her baby. Leishmaniasis also can be spread by blood transfusions or contaminated needles.

      Who is at risk for leishmaniasis?

      People of all ages are at risk for leishmaniasis if they live or travel where leishmaniasis is found. Leishmaniasis usually is more common in rural than urban areas; but it is found in the outskirts of some cities. The risk for leishmaniasis is highest from dusk to dawn because this is when sand flies are the most active. All it takes to get infected is to be bitten by one infected sand fly. This is more likely to happen the more people are bitten, that is, the more time they spend outside in rural areas from dusk to dawn. Adventure travelers, Peace Corps volunteers, missionaries, ornithologists (people who study birds), other people who do research outdoors at night, and soldiers are examples of people who may have an increased risk for leishmaniasis (especially cutaneous leishmaniasis).

      If I were bitten by an infected sand fly, how quickly would I become sick?

      People with cutaneous leishmaniasis usually develop skin sores within a few weeks (sometimes as long as months) of when they were bitten.

      People with visceral leishmaniasis usually become sick within several months (rarely as long as years) of when they were bitten.

      Can leishmaniasis be a serious disease if not treated?

      Yes, it can be. The skin sores of cutaneous leishmaniasis will heal on their own, but this can take months or even years. The sores can leave ugly scars. If not treated, infection that started in the skin rarely spreads to the nose or mouth and causes sores there (mucosal leishmaniasis). This can happen with some of the types of the parasite found in Central and South America. Mucosal leishmaniasis might not be noticed until years after the original skin sores healed. The best way to prevent mucosal leishmaniasis is to treat the cutaneous infection before it spreads.

      If not treated, visceral leishmaniasis can cause death.

      What should I do if I think I might have leishmaniasis?

      See your health care provider, particularly if you have traveled to an area where leishmaniasis is found and you have developed skin sores that aren’t healing. Be sure to tell your health care provider where you have traveled and that you might be at risk for leishmaniasis.

      How will my health care provider know if I have leishmaniasis?

      The first step is to find out if you have traveled to a part of the world where leishmaniasis is found. Your health care provider will ask you about any signs or symptoms of leishmaniasis you may have, such as skin sores that have not healed. If you have skin sores, your health care provider will likely want to take some samples directly from the sores. These samples can be examined for the parasite under a microscope, in cultures, and through other means. A blood test for detecting antibody (immune response) to the parasite can be helpful, particularly for cases of visceral leishmaniasis. However, tests to look for the parasite itself should also be done. CDC staff can help with the laboratory testing. Diagnosing leishmaniasis can be difficult. Sometimes the laboratory tests are negative even if a person has leishmaniasis.

      How is leishmaniasis treated?

      Your health care provider can talk with CDC staff about whether your case of leishmaniasis should be treated, and, if so, how. Most people who have cutaneous leishmaniasis do not need to be hospitalized during their treatment.

      How is leishmaniasis prevented?

      The best way for travelers to prevent leishmaniasis is by protecting themselves from sand fly bites. Vaccines and drugs for preventing infection are not yet available. To decrease their risk of being bitten, travelers should:

      Stay in well-screened or air-conditioned areas as much as possible. Avoid outdoor activities, especially from dusk to dawn, when sand flies are the most active.

      When outside, wear long-sleeved shirts, long pants, and socks. Tuck your shirt into your pants.

      Apply insect repellent on uncovered skin and under the ends of sleeves and pant legs. Follow the instructions on the label of the repellent. The most effective repellents are those that contain the chemical DEET (N,N-diethylmetatoluamide). The concentration of DEET varies among repellents. Repellents with DEET concentrations of 30-35% are quite effective, and the effect should last about 4 hours. Lower concentrations should be used for children (no more than 10% DEET). Repellents with DEET should be used sparingly on children from 2 to 6 years old and not at all on children less than 2 years old.

      Spray clothing with permethrin-containing insecticides. The insecticide should be reapplied after every five washings.

      Spray living and sleeping areas with an insecticide to kill insects.

      If you are not sleeping in an area that is well screened or air-conditioned, use a bed net and tuck it under your mattress. If possible, use a bed net that has been soaked in or sprayed with permethrin. The permethrin will be effective for several months if the bed net is not washed. Keep in mind that sand flies are much smaller than mosquitoes and therefore can get through smaller holes. Fine-mesh netting (at least 18 holes to the inch; some sources say even finer) is needed for an effective barrier against sand flies. This is particularly important if the bed net has not been treated with permethrin. However, it may be uncomfortable to sleep under such a closely woven bed net when it is hot.

      NOTE: Bed nets, repellents containing DEET, and permethrin should be purchased before traveling and can be found in hardware, camping, and military surplus stores.

      If I have already had leishmaniasis, could I get it again?

      Yes. Some people have had cutaneous leishmaniasis more than once. Therefore, you should follow the preventive measures listed above whenever you are in an area where leishmaniasis is found.

      For more information:

      Herwaldt BL. Leishmaniasis. Lancet 1999;354:1191-9.

      Herwaldt BL, Stokes SL, Juranek DD. American cutaneous leishmaniasis in U.S. travelers. Ann Intern Med 1993;118:779-84.

      Berman JD. Human leishmaniasis: clinical, diagnostic, and chemotherapeutic developments in the last 10 years. Clin Infect Dis 1997;24:684-703.

      Desjeux P. Leishmaniasis: public health aspects and control. Clin Dermatol 1996;14:417-23.

      This fact sheet is for information only and is not meant to be used for self-diagnosis or as a substitute for consultation with a health care provider. If you have any questions about the disease described above or think that you might have a parasitic infection, consult a health care provider.

      CARTA INTERNACIONAL PARA LA GESTIÓN DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO (1990)

      Preparada por el Comité Internacional para la Gestión del Patrimonio Archeológico (ICAHM) y adoptada por la Asamblea General del ICOMOS en Lausana en 1990. 

      INTRODUCCIÓN

      Es un hecho ampliamente aceptado que el conocimiento y la comprensión de los orígenes y del desarrollo de las sociedades humanas revisten una importancia fundamental para toda la humanidad, ya que sirven para identificar sus raíces culturales y sociales. El patrimonio arqueológico constituye el testimonio esencial de las actividades humanas del pasado. Su protección y su adecuada gestión son imprescindibles para permitir a los arqueólogos y a otros científicos estudiarlo e interpretarlo en nombre de generaciones presentes y futuras, y para beneficio de las mismas. 

      La protección de este patrimonio no puede basarse únicamente en la aplicación de técnicas arqueológicas. Exige un fundamento más amplio de competencias y conocimientos profesionales y científicos. Algunos elementos del patrimonio arqueológico forman parte de estructuras arquitectónicas y, en este caso, deben estar protegidos de acuerdo con los criterios relativos al patrimonio de ese género estipulados en la Carta de Venecia de 1964 sobre restauración y conservación de monumentos y lugares de interés histórico-artístico; otros, forman parte de tradiciones vivas de la población autóctona cuya participación, a través de grupos locales de carácter cultural, resulta esencial para su protección y conservación. 

      Por éstas y otras razones, la protección del patrimonio arqueológico debe basarse en una colaboración efectiva entre especialistas de múltiples y diversas disciplinas. Exige también la cooperación de las instancias de la Administración, de investigadores, de empresas privadas y del gran público. Por consiguiente, esta carta establece unos principios aplicables a los distintos sectores relacionados con la gestión del patrimonio arqueológico. Incluye las obligaciones de las administraciones públicas y de los legisladores, las reglas profesionales aplicables a la labor de inventario, a la prospección, a la excavación, a la documentación, a la investigación, al mantenimiento, a la conservación, a la preservación, a la restitución, a la información, a la presentación, al acceso y uso público del patrimonio arqueológico, así como la definición de las cualificaciones adecuadas del personal enc argado de su protección. 

      Esta carta está motivada por el éxito alcanzado por la Carta de Venecia como documento orientativo y fuente de inspiración de las políticas y prácticas gubernamentales, científicas y profesionales. 

      La carta ha de establecer principios fundamentales y recomendaciones de alcance global. Por ello, no puede tener en cuenta las dificultades y posibilidades propias de cada región o país. Para satisfacer estas necesidades, esta carta debería completarse en la esfera regional y nacional con principios y reglas suplementarias. 

      DEFINICIÓN E INTRODUCCIÓN

      Artículo 1.  

      El «patrimonio arqueológico» representa la parte de nuestro patrimonio material para la cual los métodos de la arqueología nos proporcionan la información básica. Engloba todas las huellas de la existencia del hombre y se refiere a los lugares donde se ha practicado cualquier tipo de actividad humana, a las estructuras y los vestigios abandonados de cualquier índole, tanto en la superficie, como enterrados, o bajo las aguas, así como al material relacionado con los mismos. 

      POLÍTICAS DE «CONSERVACIÓN INTEGRADA"

      Artículo 2.  

      El patrimonio arqueológico es una riqueza cultural frágil y no renovable. La agricultura y los planes de utilización del suelo deben ser ordenados y controlados con el fin de reducir al mínimo la destrucción de este patrimonio. 

      Las políticas de protección del patrimonio arqueológico deben estar sistemáticamente integradas en las de la agricultura y la utilización, desarrollo y planificación del suelo, así como en las relativas a cultura, medio ambiente y educación. La creación de reservas arqueológicas debe formar parte de estas políticas. 

      La protección del patrimonio arqueológico debe incorporarse a las políticas de planificación a escala internacional, nacional, regional y local. La participación activa de la población debe incluirse en las políticas de conservación del patrimonio arqueológico. Esta participación resulta esencial cada vez que el patrimonio de una población autóctona está en juego. La participación se debe basar en la accesibilidad a los conocimientos, condición necesaria para tomar cualquier decisión. La información al público es, por tanto, un elemento importante de la «conservación integrada». 

      LEGISLACIÓN Y ECONOMÍA

      Artículo 3.  

      La protección del patrimonio arqueológico debe constituir una obligación moral para cada ser humano. Pero también es una responsabilidad pública colectiva. Esta responsabilidad debe hacerse efectiva a través de la adopción de una legislación adecuada y mediante la provisión de fondos suficientes para financiar programas que garanticen una gestión eficaz del patrimonio arqueológico. 

      El patrimonio arqueológico es un bien común para toda sociedad humana; por tanto, constituye un deber para todos los países asegurar la disponibilidad de los fondos adecuados para su protección. 

      La legislación debe garantizar la conservación del patrimonio arqueológico en función de las necesidades, la historia y las tradiciones de cada país y región, y esmerarse para favorecer la conservación «in situ» y los imperativos de la investigación. 

      La legislación debe basarse en la idea de que el patrimonio arqueológico es la herencia de la humanidad entera y de grupos humanos, no la de personas individuales o de determinadas naciones. 

      La legislación debe prohibir toda destrucción, degradación o alteración por modificación de cualquier monumento o conjunto arqueológico, o de su entorno sin el permiso de la autoridad arqueológica competente. 

      La legislación debe exigir, por principio, una investigación previa a la redacción de una documentación arqueológica completa en cada uno de los casos en que haya sido autorizada una destrucción del patrimonio arqueológico. La legislación debe exigir un mantenimiento correcto y una conservación satisfactoria del patrimonio arqueológico y proveer los medios para ello. 

      La legislación debe prever las sanciones adecuadas y correspondientes a las infracciones de las normas relativas al patrimonio arqueológico. 

      En el caso de que la legislación extendiese su protección sólo al patrimonio declarado oficialmente de interés, habría que tomar medidas dirigidas a la protección provisional de monumentos y conjuntos no protegidos o recientemente descubiertos, hasta que se proceda a una valoración arqueológica. 

      Uno de los mayores riesgos físicos para el patrimonio arqueológico se deriva de los programas de desarrollo y rehabilitación. La obligación para los autores de dichos programas de asegurar que se proceda a un estudio de impacto arqueológico antes de definir sus coordenadas de actuación, debe constar en una legislación adecuada que estipule que el coste de dicho estudio debe estar incluído en el presupuesto del proyecto. El principio según el cual cualquier progra ma de desarrollo y rehabilitación ha de estar concebido de manera que se reduzcan al mínimo las repercusiones sobre el patrimonio arqueológico debe estar formulado también por una ley. 

      DELIMITACIÓN (ACOTACIONES E INVENTARIOS)

      Artículo 4.  

      La protección del patrimonio arqueológico debe basarse en el más completo conocimiento posible de su existencia, de su amplitud y de su naturaleza. Los inventarios generales con delimitación del potencial arqueológico son, por tanto, instrumentos esenciales de trabajo para perfilar estrategias de protección de dicho patrimonio. En consecuencia, el inventario acotado es una obligación fundamental para la protección y gestión del mismo. 

      Al mismo tiempo, los inventarios constituyen un banco de datos que nos suministra las primeras fuentes para el estudio y la investigación científica. La elaboración de inventarios debe, por tanto, ser considerada como un proceso dinámico permanente. Resulta, pues, que los inventarios deben abarcar información a diversos niveles de precisión y fiabilidad, ya que incluso unos conocimientos superficiales pueden constituir el punto de partida para poner en marcha medidas de protección. 

      INTERVENCIONES EN EL EMPLAZAMIENTO («IN
      SITU")

      Artículo 5. 

      En arqueología, el conocimiento se basa fundamentalmente en la intervención científica en el yacimiento. Tal intervención abarca toda la gama de métodos que van desde la exploración no destructiva hasta la excavación integral, pasando por sondeos limitados o toma de muestras. 

      Hay que admitir como principio indiscutible que la recopilación de información sobre el patrimonio arqueológico sólo debe causar el deterioro mínimo indispensable de las piezas arqueológicas que resulten necesarias para alcanzar los objetivos científicos o de conservación previstos en el proyecto. Los métodos de intervención no destructivos -observaciones aéreas, observaciones «in situ», observaciones subacuáticas, análisis de muestras, catas, sondeos – deben ser fomentados en cualquier caso, con preferencia a la excavación integral. 

      Puesto que la excavación implica siempre una selección de elementos testimoniales para ser estudiados, documentados y conservados, aún a costa de la pérdida de otra información y, eventualmente, de la destrucción total del monumento o del yacimiento, la decisión de proceder a una excavación debe ser objeto de una profunda reflexión. 

      Las excavaciones deben realizarse preferentemente en sitios y monumentos amenazados por el desarrollo, cambios de calificación o uso del suelo, pillaje, o deterioro natural. 

      En casos excepcionales, yacimientos que no corran peligro podrán ser objeto de excavaciones, bien para esclarecer claves cruciales de la investigación, bien para interpretarlos de forma más eficiente con vistas a su presentación al público. En tales casos, la excavación debe ser precedida por una valoración de carácter científico sobre el potencial del yacimiento. La excavación debe ser limitada y reservar un sector virgen para investigaciones posteriores. 

      Cuando se realice una excavación, debe entregarse a la comunicad científica un informe elaborado según unas normas bien definidas, el cual será incorporado al pertinente inventario, dentro de un plazo razonable, al acabar las obras. 

      Las excavaciones serán llevadas a cabo de conformidad con los criterios contenidos en las Recomendaciones de la UNESCO sobre los Principios Aplicables a las Excavaciones Arqueológicas, de 1956, y con las normas profesionales, nacionales e internacionales, comúnmente aceptadas. 

      MANTENIMIENTO Y CONSERVACIÓN

      Artículo 6.

      Conservar «in situ» monumentos y conjuntos debe ser el objetivo fundamental de la conservación del patrimonio arqueológico. Cualquier traslado viola el principio según el cual el patrimonio debe conservarse en su contexto original. Este principio subraya la necesidad de una conservación, una gestión y un mantenimiento apropiados. De él se infiere también que el patrimonio arqueológico no debe estar expuesto a los riesgos y consecuencias de la excavación, ni aband onado después de la misma sin una garantía previa de financiación que asegure su adecuado mantenimiento y conservación. 

      El compromiso y la participación de la población local deben impulsarse y fomentarse como medio de promover el mantenimiento del patrimonio arqueológico. Este principio reviste especial importancia cuando se trata del patrimonio de poblaciones autóctonas o grupos culturales de carácter local. En ciertos casos, es aconsejable confiar la responsabilidad de la protección y de la gestión de monumentos y yacimientos a las poblaciones autóctonas. 

      Como quiera que los recursos disponibles son inevitablemente limitados, el mantenimiento activo no podrá realizarse más que de manera selectiva. Por tanto, deberá ejercerse sobre un muestrario indicativo de la diversidad de sitios y monumentos determinado por criterios científicos de calidad y representatividad, y no solamente sobre los monumentos más prestigiosos y más atractivos a simple vista. Los principios pertinentes contenidos en las Recomendaciones de la UNESCO de 1956 deben aplicarse también al mantenimiento y a la conservación del patrimonio arqueológico. 

      PRESENTACIÓN, INFORMACIÓN, REINTEGRACIÓN

      Artículo 7.

      La presentación al gran público del patrimonio arqueológico es un medio esencial para promocionar éste y dar a conocer los orígenes y el desarrollo de las sociedades modernas. Al mismo tiempo, es el medio más importante para promocionar y hacer comprender la necesidad de proteger este patrimonio. La presentación e información al gran público ha de constituir una divulgación del estado de conocimientos científicos y debe, pues, estar sometida a revisiones frecuentes. Han de tenerse en cuenta las múltiples aproximaciones que permitan la comprensión del pasado. 

      Las reintegraciones responden a dos funciones importantes: la investigación experimental y los fines pedagógicos e interpretativos de la realidad pretérita. Sin embargo, deben tomarse grandes precauciones para no borrar cualquier huella arqueológica subsistente; y deben tenerse en cuenta toda serie de pruebas para conseguir la autenticidad. Allí donde resulte posible y apropiado, tales reposiciones no deben efectuarse inmediatamente encima de los restos arqueológicos, y han de ser identificables como tales. 

      CUALIFICACIONES PROFESIONALES

      Artículo 8.

      Para asegurar la buena gestión del patrimonio arqueológico, resulta esencial recurrir al dominio de numerosas disciplinas en un alto grado académico y científico. La formación de un número suficiente de profesionales cualificados en los ámbitos de competencia que nos ocupan debe ser un objetivo importante de la política de educación de cada país. La necesidad de formar expertos en unos campos del saber altamente especializados hace preciso recurrir a la coop eración internacional. 

      La formación arqueológica universitaria debe tener en cuenta en sus programas el cambio operado en las políticas de conservación, menos preocupadas por las excavaciones que por la conservación «in situ». Igualmente debe tomarse en cuenta el hecho de que el estudio de la historia de los pueblos indígenas es tan importante para conservar y comprender el patrimonio arqueológico como el de los monumentos y sitios considerados hasta ahora como los de mayor prestigio. 

      La protección del patrimonio arqueológico constituye un proceso dinámico permanente en contínua evolución. En consecuencia, los profesionales que trabajan en este sector, han de disponer de tiempo y facilidades que les permitan estar al día. Deben fomentarse los programas de formación posgraduada de alto nivel que potencien la especialización en materia de protección y gestión del patrimonio arqueológico. 

      COOPERACIÓN INTERNACIONAL

      Artículo 9. 

      Siendo el patrimonio arqueológico una herencia común de toda la humanidad, la cooperación internacional resulta esencial para formular y hacer respetar los criterios de gestión de este patrimonio. 

      Hay una necesidad urgente de crear mecanismos internacionales que permitan el intercambio de información y experiencias entre profesionales encargados de la gestión del patrimonio arqueológico. Ello implica la organización de congresos, seminarios, talleres, etc., tanto a escala mundial como regional, así como la creación de centros regionales de formación de alto nivel. ICOMOS, a través de sus grupos especializados, debería promover este aspecto en sus proyectos a medio y largo plazo. 

      También deberían fomentarse los intercambios internacionales de personal administrativo y científico con el objeto de elevar su nivel de competencia en la gestión del patrimonio arqueológico. 

      Bajo los auspicios de ICOMOS deberían desarrollarse programas de asistencia técnica en el campo de la gestión del patrimonio arqueológico. 


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      Camino de Cruces

      Camino de Cruces

      Carta al Sr. Presidente– Ex-Residente de Zona del Canal

      Monday, 28 February 2005 – 9:48 AM EST

      Name: Howard y Eleonor Small
      E-Mail: yiya1@earthlink.net

      Senor Presidente: Somos antiguos residentes de Panama, donde vivimos 26 anos,
      parte de ese tiempo en Fort Clayton. Aunque estamos jubilados y fuera de el, aun
      sentimos un gran amor por su pais, considerandonos parte ciudadanos,
      especialmente porque nuestros hijos se educaron alla y nuestra nieta nacio en
      uno de los hospitales de la ciudad.

      Leemos con gran dolor en los diarios panamenos, algunas de las noticias sobre
      los grandes cambios que incluyen el talado de los bosques, construcciones en
      sitios reservados debido a su naturaleza y a los animales que contienen y que
      estan en peligro de desaparicion. Aunque somos norteamericanos, admirabamos a su
      padre y nos alegro mucho que usted fuera elegido presidente, porque esperabamos
      que usted siguiera sus pasos y deseara lo mejor para su pais.

      Estamos seguros que usted no hara caso de los intereses privados y no
      permitira que desaparezcan, por el mero deseo de lucro, los lugares que hacen de
      Panama uno de los pocos sitios del planeta en donde se respeta el pasado y se
      mejora el presente.

      Hemos viajado por muchas partes del mundo, pero consideramos con otras
      personas que vivieron o viven en Panama, que si aun existe un
      "paraiso" terrenal, este se encuentra en las selvas, rios, playas y
      montanas de su pais.

      Le rogamos que escuche la voz de los que deseamos lo mejor para el futuro de
      su nacion. Saludamos a usted con gran respeto.