Eco de los delfines, sus defensores

ESTA SEMANA
Eco de delfines

Por sí solos no se pueden quejar, por lo que una centena de civiles y activistas se reunieron en el Parque Urracá para reclamar por los derechos de estos mamíferos marinos.

Por Patricia Aramburú

El tráfico de las 5:00 de la tarde del jueves 15 de marzo por la Avenida Balboa era casi intolerable para aquellos que no sabían su razón, y hasta para aquellos que la sabían.

Un grupo de aproximadamente 300 personas, entre activistas, estudiantes y miembros de la sociedad civil panameña, se reunió en el Parque Urracá para alzar la voz por los delfines y hacer pública su oposición a la captura de estos mamíferos para su venta o para la creación de un delfinario en Panamá.

‘¡No queremos delfinario!, ¡No queremos delfinario!, ¡Defendamos los delfines!’ repetían las voces, entre sonidos de tambores, de los que se alinearon en una ‘cadena humana’ en la acera del parque que colinda con la Avenida Balboa. Eran esas personas quienes llamaban la atención de los conductores, pidiendo que se les unieran, repartiéndoles volantes o haciéndoles señas para que tocaran la bocina en solidaridad.

> Por iniciativa propia

A finales de enero la estudiante de biología de la Universidad de Panamá, Laurie Batista, de 19 años, decidió hacer algo al enterarse de la aprobación de una ley que autorizaba la captura de delfines. ‘¿Por qué esperanzarse a que los demás protesten?’, fue la frase de un amigo que la hizo reflexionar. Enseguida tomó cartas en el asunto. ‘Empezamos con una reunión a principios de febrero’, cuenta. ‘Cité a estudiantes de biología y mucha gente entusiasmada quería unirse, pero había muchos pesimistas también. Pensamos ‘vamos a intentarlo, falta que la gente proteste’, recuerda. Para la siguiente reunión ya tenía quórum, fueron 20 personas, y fue así como comenzaron llamándose Grupo Activista Ambiental de Biología.

Alto a la captura de Delfines

Junto a otras agrupaciones formaron el comité directivo del Frente para la Defensa del Delfín e hicieron un llamado a toda la población para que formara parte de su primera protesta el jueves 1 de marzo, donde participaron unas cien personas. Semanas más tarde, 300 personas, o más, siguieron el llamado para protestar en contra de la captura de los delfines en Panamá. Batista comprobó que cuando se tiene la voluntad no hay por qué esperar a que otros tomen la iniciativa.

> Las voces del delfín

En su mayoría mujeres, algunas con sus hijos chicos, eran las que protestaban al pie de la calle con muñecos inflables de delfines, además de pancartas, dibujos personalizados o sencillamente con una camisa celeste, simbolizando su amor por este mamífero. También prevalecía la gente joven entre los manifestantes, lo que hacía percibir que la juventud no se está quedando de brazos cruzados ante lo que considere ‘injusticias’.

Ecologistas, empresarios, arquitectos, guías de turismo, miembros de asociaciones, niños entre 5 y 10 años, periodistas, intelectuales, artistas. . . todos se reunieron esa tarde para hacer un llamado.

‘Me preocupa la situación y no me voy a quedar sentada, pienso que una persona con estar aquí presente hace la diferencia, crea conciencia y hace que el resto se dé cuenta’, manifestó Susy González-Revilla, de 24 años.

‘Estoy aquí para darle voz al que no la tiene, el delfín’, fueron las palabras de Uri Lalo, activista que practica kitesurfing y es amante del mar y de los animales que en él habitan. ‘Esto es privarles la libertad para diversión de un humano’, comentó, mientras otro joven a su lado, Gabriel Henríquez, agregó que ‘cada vez son más los países donde son prohibidos los delfinarios. . . en Inglaterra los cerraron, en Costa Rica es ilegal. . . [entoncesI quieren abrirlos aquí aprovechando la ignorancia de la gente o quién sabe si corruptamente’.

Entre el grupo ambientalista, Clara García de Paredes sostenía una pancarta de la Fundación Pro Mar y llevaba una camisa azul. Ella considera ‘inhumano confinar a un delfín, es como tener prisionero a un humano que no ha cometido delito’, dice. Además, ‘el turismo moderno lleva al ecoturista al lugar donde están los animales, no trae los animales donde está la gente’.

Otra ambientalista, Reisa Banfield, arquitecta de profesión y miembro de Alianza Pro Ciudad, confesaba estar ahí porque ‘creemos que más allá del interés económico debe prevalecer la cordura ambiental. Está demostrado científicamente que la captura de delfines es un proceso traumático y que éticamente no es sostenible ni coherente’. Así también Selma Moncada, integrante de la Fundación Humanitas, considera que manteniendo a los delfines en su hábitat natural es una forma de hacer turismo. ‘Debemos crear puestos de avistamiento para observar delfines’, dijo.

En otro lado de la acera se encontraban los artistas e intelectuales. La estudiante de ciencias ambientales Alessandra Treyherz filmaba lo que acontecía con una mini cámara. No planea publicarlo ni hacer un documental, sino guardarlo en su archivo personal. ‘Me gusta filmar lo que vivo, como recuerdo, y estoy en contra de los delfinarios, eso le corta la vida a los delfines’. Como esta joven opinó Blas Julio, periodista y pintor, que estaba presente porque ‘no es asesino’. Según él, esa ‘primera manifestación de amor hacia los delfines’ es el comienzo de una lucha que terminará acabando con todos los delfinarios en América Latina. ‘Ocean Embassy no tiene moral para venir a un pueblo humilde a aprovecharse de nuestros recursos naturales’, decía mientras sostenía la pancarta con el dibujo en acuarela de dos delfines sangrando con cadenas.

> Llamado a las autoridades

Entre las consignas, gritos y bocinas de los carros, se escuchaban llamados a las autoridades del Gobierno. ‘¿Rubén Blades dónde está? ¡Vendiendo Panamá! ¿Y Martín Torrijos dónde está? ¡Vendiendo Panamá!’, gritaba la joven del autoparlante mientras los demás le seguían en coro. La mayoría de los manifestantes se quejaba del Gobierno, así como del Presidente o del Ministro de Turismo, quienes no han declarado nada oficialmente sobre el tema, y por la aprobación de la Resolución del 29 de enero de 2007, que ‘norma el avistamiento de cetáceos y permite, por excepción, la captura de mamíferos acuáticos en Panamá’.

En declaraciones oficiales, Blades dijo que su misión es impulsar inversiones en el campo turístico, pero que no promueve un polémico delfinario que construirá la empresa estadounidense Ocean Embassy en Panamá.

‘El Gobierno debe respetar las leyes que ya existen y los convenios internacionales. El gobierno de Estados Unidos no ha permitido capturas de delfines desde 1989’, explicó el joven activista Henríquez.

‘[JacquesI Costeau y su hijo juraron no volver a capturar ningún animal marino después de ser testigos de la captura de un delfín, que al verse atrapado en un estanque golpeó su cabeza contra la pared, una y otra vez, hasta morir’, contó uno de los activistas que participaba de la manifestación. Asimismo, Tiffany, de seis años, junto a su madre Alma Mera, participaron de la protesta. Mera quiere que cuando su hija crezca aún pueda ver delfines al viajar a Taboga, que no sea un cuento del pasado.

The Humane Society de Estados Unidos remitió al presidente Torrijos una nota donde le pide negar el permiso a Ocean Embassy Panamá para instalarse en San Carlos, trámite aún en proceso. Ted N. Turner, uno de los fundadores de la compañía, sustentó que la captura no es dañina y que el parque temático tiene un componente de investigación y educación.

Pero las voces opuestas a la captura en aguas panameñas van en aumento y no creen nada de lo sustentado por Ocean Embassy, que ‘solo quiere lucrar en tierras panameñas’, como dijo la activista Clara García de Paredes, afirmando que no tiene fundamento ni se le debe vender espacio marino ni animales, los cuales forman parte del ecosistema que mantiene a los panameños con vida.

La mayoría de los manifestantes sentía que no era en vano y que lucharían hasta el final, hasta donde fuese necesario, para que la captura de mamíferos marinos se evite, por lo menos en Panamá. Un aplauso a la ciudadanía por participar en un acto de protesta pacífico y legal.

Fuente: Revista Ellas, 23 de marzo de 2007 – Edición No. 888

Guayacanes en flor

LOS GUAYACANES ANUNCIAN LAS LLUVIAS
Tabebuia guayacan en Panamá

El árbol de guayacán (Tabebuia guayacan) deja caer con sumo encanto una flor, que cautiva a este intrépido niño, mientras descubre el origen de la alfombra colorida que tapiza el histórico Parque Catedral. / Foto Aldo Almanza Aguilar

 

Fuente: La Estrella de Panama Digital, 26 de marzo de 2007.

Guayacanes cubren de flores la capital
Alexis Charris Palacios acharris@estrelladepanama.com
 
 

Estos son días buenos para apoyar a la naturaleza; especialistas en la materia afirman que los guayacanes quedarán totalmente sin hojas tras florecer en los primeros meses del año. Con cada flor semillas de este popular árbol caerán al suelo preparándose para multiplicarse y aprovechar las lluvias para empezar un nuevo proceso durante el tiempo lluvioso.

Es el final de la época de la floración, un aviso de que las lluvias se acercan, asegura Jorge Matsufiji, presidente de la fundación «pino nuevo», que desde hace años promueve la conservación de nuestro ambiente y el disfrute de las bellezas que tiene nuestro país.
Matsufuji anima a la comunidad para que tome las semillas caídas y las siembre en otros lugares para preservar la belleza de nuestra ciudad y sus famosos guayacanes.

Endeudamiento por ampliación del Canal será fácil

Bear Stearns.

Canal conseguirá fácil financiamiento

LA PRENSA/ Jihan Rodríguez

AMPLIACIÓN. Es enorme el interés que hay en el mercado por participar en este proyecto, dice Bear Stearns.

Rafael E. Berrocal R.
rberrocal@prensa.com

Bear Stearns, la quinta firma de valores de Estados Unidos, asegura en su último reporte que el proyecto de ampliación del Canal conseguirá con facilidad el financiamiento que requiere por unos 2 mil millones de dólares.

También la firma vaticina que este año la calificadora Standard & Poor’s podría estar mejorando la nota de Panamá.

«Creemos que la mejora fiscal de Panamá (exceso fiscal en 2006) y la confirmación de un fuerte desarrollo económico por lo menos ayudarán a recibir una perspectiva positiva por parte de S&P, o si no una mejora», sostiene Bear Stearns. Pero resalta que el país no conseguiría aún el grado de inversión debido al alto cociente en la relación deuda/PIB de Panamá.

Fuente: La Prensa, 26 de marzo de 2007

La peligrosa paja canalera, Saccharum spontaneum

La peligrosa paja canalera

Jorge Matsufuji

La paja conocida como paja canalera (Saccharum spontaneum) es el mayor enemigo de nuestra ecología en Panamá y se está extendiendo hacia la provincia de Coclé, lo mismo que a la provincia de Darién y a todo lo ancho del Istmo de Panamá. Si no hacemos nada para detenerla, la paja pasará nuestras fronteras y logrará invadir el continente americano; todos sabemos de dónde proviene la paja canalera, la cual invade las tierras y no permite el cultivo.

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En época de verano se incendia contaminando el ambiente, crea pánico en la población y es una amenaza; también es criadero número uno del mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue.

Igualmente, esa paja se convierte en un criadero de reptiles (lagartos, culebras, etc.) y es refugio para maleantes.

La paja canalera más la basura (plástico) se convierten en un gran muro de retención, lo que origina las inundaciones en Pacora y en Arraiján, áreas altamente influenciadas por esa mala hierba.

Una forma para combatirla es creando sombra a su alrededor, ya que no crece en la sombra. Tenemos que convertir todo estos matorrales en bellos bosques ornamentales o frutales para embellecer nuestro país. Si tenemos la tierra, el sol, el aire, el agua y la semilla gratis, solo nos falta la voluntad de recoger la semilla para sembrarla. Es por eso que la Fundación Shinmatsu solicita a los integrantes de la sociedad civil que se incorporen a esta gran campaña de recoger, cosechar la semilla de los árboles que más les guste y evitar que se pierdan los millones de semillas. El día de mañana veremos con orgullo nuestros esfuerzos convertidos en un aporte para embellecer nuestro país.

Recoger semillas es como empieza el proceso, es por eso que el primero de abril celebraremos el Día de la Tierra con los niños de Boca de Parita, ya que todos esos pequeños son considerados como guardianes de la tierra. Ellos recogerán las semillas, pues, de lo contrario, perderemos todo este tiempo y tendremos que esperar hasta el próximo año para hacerlo.

Pedimos a todos los medios que se unan a esta gran campaña, ya que el único ganador sería Panamá y el planeta tierra.

El autor es presidente de la Fundación Shinmatsu

Fuente: La Prensa, 26 de marzo de 2007

Foto: The Panama News digital

La vida en un tanque no es vida para un delfín

DELFINES EN CAUTIVERIO.

No a la caza de animalitos indefensos

Mercedes Arias

Espero no ser incomprendida. Mucho se ha escrito a favor de los delfines últimamente. La verdad es que concuerdo con todos los argumentos; sí, son animalitos bonitos, nobles, inteligentes, tienen un sistema de comunicación avanzado y de ellos hasta dicen las malas lenguas, que fueron los que salvaron a Elián González. Como ven, se merecen inequívocamente una de las condecoraciones que rápidamente en este país se reparten. Habiendo expresado mi posición, añado que la vida en los tanques, no es vida como están destinados a vivirla, que el sistema de caza es inhumano y que concuerdo con que además de salvar a Willy, deberíamos quedarnos roncos de tanto gritar ¡Free Flipper!

La caza de focas también es inhumana. El Gobierno de Canadá reanudó el permiso para la caza de focas en el año 2003, para una caza masiva porque se argumentó que estos animales estaban diezmando los bancos de bacalao tan necesarios para la economía. Pero, cazan muchas veces a las pobres foquitas (cerca de 320,000 en año bueno) aporreándolas con garrotes y picahielos. Algo parecido puede ser dicho del negocio de los balleneros japoneses que se escudan en la investigación científica para promover la caza de las pobres ballenotas. Hasta los tiburones con los que quedé traumada desde Jaws, en 1975, son cazados desde pequeños solo para quitarles una aleta que después es secada al sol y luego termina en una sopa…, su carne es también la que venden para ceviches y nuestra exquisitez nacional, el ceviche de corvina, resulta, muchas veces, ser ceviche de cazón. Pero lo cierto es que nuestra epidermis es más sensibles ante las violaciones a los derechos animales, que a los nuestros… los derechos humanos. ¿Qué mayor derecho intrínseco nos debemos a nosotros los humanos, que el derecho a la vida de los seres de nuestra raza? Nos horrorizamos cuando recibimos correos electrónicos que nos hablan y que nos muestran fotos de las prácticas despiadadas en la caza de animales indefensos.

Inflamos globitos azules y verdes, aplaudimos cada logro de los planetarios, inundamos los correos de nuestras amistades instándolas a reaccionar ante la horrible realidad de prácticas que no deberían ser, pero que son una realidad que se perpetúa porque hay una comercialización organizada detrás de pieles, aceites o colmillos. Pero, cuando vemos a uno de nosotros, así, tirado, indefenso, ya muerto, nuestra zona de confort nos hace mirar hacia otro lado. Cuando no lo hacemos y nos pronunciamos en contra del aborto, cuando gritamos «oye, ese es un pelaíto, no lo mates», nos dicen con sonrisa de ignorancia, que un feto es solo poco más que tejido, y nos llaman radicales.

¿Son radicales todas las plumas que han escrito a favor de los delfines? Creo que no, solo son ciudadanos responsables que están dando una declaración pública y abierta sobre su posición en contra de los delfines en cautiverio. ¿Cómo es que un delfín o una foca nos conmueven más que un cachorro humano? ¿Por qué solo nos horrorizamos y nos quedamos en morisqueta cuando los periódicos amarillistas publican una foto de uno de estos bebecitos en la portada, aun sabiendo que por estas fechas es cuando mayores abortos tienen lugar en Panamá? ¿Por qué? pues porque acaban de pasar los carnavales, y cientos de mujeres están ahora empezando a tener una falta.

El desenfreno del Carnaval, trae hijos nueve meses después. Los que nacen son los menos, los que mueren son los más. Dos bebés mueren cada segundo en el mundo a causa del aborto, porque sus madres escogieron que no nacieran; son ya 190 los países que han legalizado el aborto. Pensemos en tanto niño muerto la próxima vez que veamos las fotos de foquitas aporreadas… de gatitos enjaulados, de elefantes desangrados, cuando esto suceda, cuando veamos las fotos de nuestros queridos animales en peligro, pensemos más allá, pensemos en nuestros iguales, en uno de nosotros.

Quizás podamos hacer algo, quizás hablando alto y claro, muchas jóvenes no quedarían embarazadas, quizás le diríamos a nuestros hijos, que el sexo es para después, quizás una vez encinta les permitan a sus hijos nacer para darlos en adopción, para entregarlos a organizaciones como Ofrece un Hogar, quizás pudiéramos copiar la idea de la Policlínica Casilino en Roma donde los bebés no deseados se depositan en el anonimato de una nueva versión de la Rueda del Abandono, un cajón parecido a un cajero automático, para ser atendidos por personal del hospital antes de encontrarles un hogar. Hay muchos quizás. Quizás actuemos. Quizás oremos. Jesús protege y salva a los no nacidos.

 

La autora es periodista