CHIRIQUÍ. ANAM ASEGURA QUE lAS PLANTAS SON LA MEJOR OPCIÓN.
Contradicciones por mini hidroeléctricas
Ambientalistas culpan al Gobierno por la falta de una política coherente en cuanto a las cuencas hidrográficas.
Teófilo González
DAVID, Chiriquí
La construcción de minidroeléctricas que generen energía renovable limpia es la principal alternativa para enfrentar el encarecimiento de los combustibles y la contaminación ambiental.
Así lo manifestó Darisbeth Martínez, jefa de la Unidad de Cambio Climático de la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam), quien añadió que además de contribuir a satisfacer la demanda energética sin emitir gases contaminantes, las nuevas hidroeléctricas evitarán que el precio de la electricidad siga siendo determinado por las plantas térmicas.
Sobre la oposición de algunas personas a los proyectos hidroeléctricos y la desconfianza en los estudios de impacto ambiental aprobados por la Anam, la funcionaria destacó que las comunidades deben considerar el costo que acarreará no desarrollar esos proyectos.
En tanto, el ambientalista Raúl Montenegro justificó el rechazo comunitario a las hidroeléctricos y denunció que la ausencia de una política de estado coherente ha permitido un dramático deterioro de las cuencas hidrográficas.
«Las fuentes de agua son un patrimonio de todos los panameños, pero las clases política y económica dominantes nunca han demostrado interés en conservar los bosques y ríos», manifestó.
José Castillo, quien labora en el Departamento de Energía Renovable de la Universidad de Panamá, advirtió sobre la necesidad de promover otras fuentes de energía alternas como la eólica y la solar.
El subadministrador general de la Anam, Eduardo Reyes, reconoció que la construcción de hidroeléctricas tiene efectos negativos irreversibles en los ríos y la ecología en general, pero advirtió que los daños ambientales serán mucho mayores si estos proyectos no se desarrollan.
Reyes informó que los 31 proyectos hidroeléctricos aprobados por la Anam recibirán certificados de reducción de emisiones de carbono, un beneficio económico financiado por países industrializados suscritos al Protocolo de Kyoto.
Por su parte los promotores de las futuras hidroeléctricas se comprometieron a invertir hasta un 30% del ingreso proveniente de certificados de emisiones en el desarrollo sostenible de las comunidades afectadas directamente por la ejecución de estos proyectos.
Fuente: La Prensa, 6 de abril de 2007
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