Biocombustible, hambre y ambiente
Nadie pone en duda que el etanol puede ser una alternativa. La pregunta que debemos hacernos, ¿para quién es buena esta alternativa?
Mientras haya hambre en el mundo, los productos alimenticios no deben ser utilizados para producir combustible.
Nunca un estómago vacío de una persona será segunda prioridad frente a un tanque vacío de combustible de un automóvil.
La única opción válida en su uso sería que un buen porcentaje de la producción se destinara a saciar el hambre en el mundo, suficiente para lograr detener esta crisis de falta acceso a alimentos en el mundo. Algunos dicen que en el mundo hay suficiente alimento para saciar a todos. Si esto es así, entonces que se concrete.
Con tristeza vemos que empresarios especuladores, y no humanistas, se frotan las manos con el negocio y ni siquiera se percatan que es un tema más de medio ambiente que de negocio. Son seres que sólo piensan en seguir acumulando riquezas sin importarles el balance del mundo, la vida humana y el ambiente que nos soporta a todos.
Señores empresarios, la especulación con el biocombustible, especialmente el maíz, y otros cereales, es un crimen de lesa humanidad si no se erradica la distribución de los alimentos.
La única energía alternativa prioritaria de las productos vegetales como la caña de azúcar y el maíz, entre otros, es la necesaria para saciar el hambre en nuestro continente y el mundo.
¡Ojo con este nuevo mercado especulativo alternativo!
Ariel Rodríguez Vargas
Biólogo y Ecologista
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