Burica Press hasta el momento se ha mantenido al margen de los acontecimientos, más mediáticos que reales sobre Venezuela, en estos últimos días y donde erráticamente el Gobierno de Venezuela ha caído en aclaraciones y explicaciones aparentemente innecesarias, acerca de las razones para la no renovación de una concesión estatal a un medio de comunicación. Todas las explicaciones debieron darse en la resolución de no renovación, que se debe avocar a su vez a normas jurídicas establecidas. También el Presidente Chávez ha errado en incitar y vociferar con arrogancia y no aclarar la supuesta decisión basada en derecho.
Lo que sí ha estado claro para Burica Press, es que en este momento, ciertos dueños de medios de comunicación y organizaciones periodísticas del hemisferio le tienen montada una campaña mediática impresionante y costosa de desprestigio al gobierno de Hugo Chávez y las decisiones soberanas del Estado venezolano. Recordemos que en Panamá un medio fue cerrado por no pagar las cuotas del seguro social a sus empleados y nadie dijo nada y simplemente quedó cerrado y no ha pasado nada. Claramente el medio era bastante incisivo en su política editorial contra el gobierno de ese entonces y para el sistema oligarca imperante. Igualmente hace poco más de un año fue cerrado la línea noticiosa y de opinión y los periodistas fueron despedidos en un canal local, FETV y nadie dijo nada, ni mucho menos hubo, páginas en negro, ni aquí, ni en Venezuela.
Nosotros no apoyamos cierres de medios per se, ni nunca lo haremos. Nosotros no estamos seguros que los medios supuestamente amordazados, digan que en Venezuela no hay libertad de expresión y todos los días, ellos mismos incitan a los ciudadanos a manifestarse en las calles. Labor que no es propia de ningún medio, mucho menos de un medio que promueve telebasura y no formación y cultura ciudadana.
Ojalá se emplazara a todos los medios que producen telebasura y radiobasura a aportar a la sociedad, programas realmente educativos y formadores de valores y conciencia en todos los ámbitos del saber humano. Este mundo de alienados sería otro.
Si el Presidente de Venezuela Hugo Chávez, está actuando arbitrariamente al margen de ley venezolana y de los principios internacionales de libertad de expresión, debidamente tipificados, que sea condenado por ello, de lo contrario, que no se diga más.
En medio de todo esto, las víctimas son los mismos, la gente que no comprende ni remotamente, qué es lo que está pasando realmente.
Terminamos por incorporar un escrito del Dr. Marco Gandásegui cuyos planteamientos avalamos:
El derecho y el caso Chávez
Marco A. Gandásegui, hijo

DOCENTE E INVESTIGADOR DEL CELA
EN PANAMA y en algunos otros países los medios de comunicación cuestionan al presidente de Venezuela Chávez, por sus actuaciones al frente de la patria de Bolívar. Estados Unidos cuestiona la validez de los antecedentes democráticos de Chávez.
Según el presidente George Bush, para ser democrático no sólo hay que ganar elecciones populares. También hay que respetar la propiedad privada y, sobre todo, las inversiones de Estados Unidos (EE.UU).
Todos los actos del mandatario son sometidos a una inspección minuciosa. Entre otras razones, porque Venezuela es uno de los países exportadores de petróleo más importantes del mundo. No es casual que casi la totalidad de la producción de hidrocarburos de Venezuela tiene como destino el mercado norteamericano. Además, Chávez ha proclamado la República Bolivariana con una agenda que presenta una alternativa a la política exterior de EE.UU. en la región. Promueve la integración energética de Suramérica y una comunidad política con gobiernos del hemisferio; y se muestra solidario con muchos pueblos financiando programas de salud que le devuelve esperanzas a quienes no tienen los recursos para pagar los altos costos de los servicios.
Chávez es visto con sospecha porque logró superar la crisis política interna de Venezuela en un momento en que los partidos políticos tradicionales (COPEI y ADECO) colapsaron y dejaron al país en un vacío difícil de reconstituir.
Chávez representa un tercer momento de la vida política venezolana del último siglo. Con motivo de la crisis del modelo liberal, en 1908 llegó al poder Juan Vicente Gómez con un programa conservador que generó fabulosas fortunas y una nueva oligarquía petro-estatal. En 1958, las capas medias lograron tomarse el poder, desplazando a una oligarquía corrupta e incapaz. El pacto de Punto Fijo gobernó a Venezuela durante 30 años hasta llegar a su fin con el «caracazo», violenta demostración de frustración del pueblo venezolano ante el desgobierno de los nuevos ricos.
A la cabeza de las manifestaciones populares y sin oposición política organizada, Chávez llegó al poder mediante elecciones en dos ocasiones sucesivas. En 2002 sofocó un golpe cívico-militar organizado por una alianza suelta de fuerzas políticas con apoyo de EE.UU. Entre los conspiradores se destacaron viejos políticos, los dueños de algunos supermercados y Radio Caracas TV.
La oposición, según las últimas elecciones, tiene un caudal electoral que representa un tercio del pueblo venezolano. Sobre el plano político hay dos clases de oposición a Chávez. En primer lugar, quienes se oponen a su proyecto populista de crear alianzas entre empresarios y trabajadores con el objetivo de consolidar una nueva forma de hacer política en Venezuela. Este sector de la oposición está buscando una fórmula que le permita competir con Chávez y recuperar el centro político del país. Representa una mayoría de las fuerzas de oposición. En segundo lugar, hay una oposición que anhela reconquistar el poder perdido mediante la fuerza, si es necesario, estableciendo una alianza entre la vieja oligarquía, capas medias radicalizadas y el gobierno de EE.UU. Washington financia actividades del grupo y le proporciona una red internacional para promover su causa.
El primer sector opositor rechaza la política de Chávez y, también, su estilo de gobierno. El segundo grupo ha convertido a Chávez en su símbolo para recuperar el poder mediante tácticas golpistas. Este grupo tiene lazos ideológicos con la ultra-derecha que organizó golpes contra Allende en Chile (principios de la década de 1970), que apoyó la guerra de EE.UU. contra el gobierno sandinista de Nicaragua (en la década de 1980) y que promueve los movimientos secesionistas bolivianos contra Evo Morales (actualmente).
La lucha en Venezuela se ha convertido en un enfrentamiento entre las fuerzas populares que apoyan a Chávez (el 70% del electorado) y una pequeña fracción de la oposición que esgrime tácticas golpistas. EE.UU. y los golpistas han querido tergiversar el enfrentamiento señalando que Chávez ha perdido legitimidad y debe ser derrocado. Para ello, incluso, cuestionan el derecho de Venezuela de no extender una concesión a la empresa Radio Caracas TV.
La lucha en Venezuela no es por la libertad de propiedad de los medios de comunicación y, mucho menos, por la libertad de expresión. Estas libertades están garantizadas en la Constitución, y los propietarios no han señalado preocupación por estos derechos. La lucha en Venezuela está planteada entre dos sectores de la sociedad con proyectos muy distintos. Por un lado, con Chávez a la cabeza, un proyecto que quiere consolidar la democracia en Venezuela. Por el otro, con un grupo de golpistas aliados con EE.UU. dando la cara, representantes de la vieja oligarquía y sectores medios frustrados que anhelan recuperar el poder sin importarles el derecho constituido de Venezuela.
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