¿Sabe qué tienen en común los venenos del escorpión, de las serpientes y del caracol marino, además de producir graves alteraciones funcionales, e incluso la muerte? Son la base de potentes medicamentos, que permiten aliviar, desde el dolor severo, hasta el cáncer.
Death Stalker Scorpion, quizás el más tóxico de todos los escorpiones en la Tierra
Photo: Spc. Anna-Marie Hizer, 133rd MPAD
Publicado por EFE en mayo del 2007 / Autor: Omar Segura
El veneno que emplean los escorpiones para matar a la presa que van a comer se compone de decenas de toxinas diferentes, que viajan muy rápido por el torrente sanguíneo y algunas de las cuales producen daños irreversibles en órganos vitales como el corazón, el páncreas y el pulmón de los seres humanos y pueden causar la muerte de un niño en pocas horas.
Todos los escorpiones son ponzoñosos, poco sociables y sumamente agresivos cuando se sienten perturbados u amenazados, y el veneno de algunas especies es 100 veces más letal que el de la serpiente de cascabel.
Pero el veneno de estos artrópodos, los arácnidos más antiguos que se conocen, no sólo sirve para lesionar y matar, sino que puede ayudar a salvar vidas, si se emplea con fines medicinales.
Según un equipo de médicos de EE.UU. el veneno de los escorpiones ofrece una nueva esperanza para el tratamiento de los tumores cerebrales malignos, ya que una versión sintética de una proteína de la ponzoña del escorpión gigante amarillo israelí ataca las células del cerebro que están afectadas por la enfermedad, pero no perjudica a las que están sanas.
En el estudio, dirigido por el doctor Adam Mamelak, 18 pacientes fueron intervenidos quirúrgicamente para quitarles los gliomas malignos, un tipo de tumor cerebral que es mortal, y después se les inyectó en el cerebro una solución de yodo radiactivo y la proteína sintética del veneno.
Esta solución se dirigió casi exclusivamente a las células tumorales que quedaban en el cerebro de los enfermos, lo que hace pensar que podrá combinarse con la quimioterapia para combatir al cáncer. Asimismo, dos de los participantes en el ensayo con la proteína TM-601 permanecían con vida casi tres años después de haber recibido el tratamiento experimental.
PONZOÑAS QUE SALVAN VIDAS
El veneno sintético de escorpión es sólo una de las tantas sustancias terapéuticas basadas en los veneno de todo tipo de animales, que se están desarrollando en laboratorios farmacéuticos de todo el mundo.
En el Reino Unido acaba de lanzarse un medicamento donominado ziconotida, destinado a aliviar el dolor severo y crónico y basado en la esencia del veneno de un caracol marino, el cual -según sus fabricantes- es hasta mil veces más eficaz que la morfina, pero no es adictivo.
El analgésico se ha desarrollado a partir de una toxina que produce un caracol que vive en aguas tropicales, el “Conus magus” o cono de mago, el cual inyecta a su presa con un arpón que segrega un veneno que provoca una rápida parálisis de la víctima que después es deglutida por completo.
Los científicos descubrieron que pese a su elevada toxicidad esta sustancia no es perjudicial para los humanos, y que uno de sus componentes posee propiedades analgésicas de gran utilidad medicinal para las personas.
Los investigadores desarrollaron una versión sintética del compuesto anti-doloroso de la ponzoña, y con esta sustancia elaboraron la ziconotida, la cual funciona evitando la trasmisión de las señales del dolor al cerebro…
El fármaco se indica para aquellas personas que sufren dolor crónico extremo, como los pacientes con cáncer o heridas de la columna vertebral, y se inyecta directamente en el fluido que rodea a la médula espinal, por medio de una pequeña bomba que se implanta en el cuerpo del paciente.
Otro equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) español ha descubierto dos proteínas, la obtustatina y jerdostatina, procedentes de venenos de serpientes, que resultan eficaces para frenar el crecimiento de las células cancerosas.
Algunas proteínas procedentes de veneno de serpientes bloquean la función unos componentes celulares denominados integrinas, los cuales desempeñan papeles esenciales en dolencias como la isquemia coronaria, la osteoporosis, la artritis reumatoide, las infecciones bacterianas, la inflamación, enfermedades autoinmunes, así como en los procesos tumorales.
Los científicos descubrieron en el veneno de la serpiente “Vipera lebetina obtusa” la proteína obtustatina, la cual puede ser una estrategia eficaz para cortar las vías de suministro de nutrientes a las células cancerosas, impidiendo el crecimiento del tumor».
Paralelamente a estos estudios del Instituto de Biomedicina de Valencia (España), otros investigadores del CSIC han logrado que la bacteria “Escherichia coli” sintetice un compuesto análogo de la obtustatina, denominado jerdostatina.
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