Ecologistas realizan jornada de concienciación ambiental por la defensa de bosques urbanos

Ciudad de Panamá–Burica Press. 26 de julio de 2007

Desde las cuatro de la tarde tres decenas de ecologistas se reunieron en la intersección de la vía La Amistad entre los bosques del Parque Natural Metropolitano y el Parque Nacional Camino de Cruces, donde realizaron una jornada de volanteo, voceo y despliege de letreros que invocan al respeto de la conservación y respeto de los bosques naturales.

Específicamente denunciaban la venta ilegal de 15 hectáreas de bosques pertenecientes al Parque Nacional Camino de Cruces por parte de la Asamblea Nacional, que contraviniendo preceptos constitucionales y leyes nacionales se ha concedido a sí misma como órgano del Estado un lote boscoso de tierras nacionales pertenecientes al Parque Nacional Camino de Cruces y adyacentes al Parque Natural Metropolitano y la Vía la Amistad en las denominadas áreas revertidas de la Ciudad de Panamá.

Los ecologistas desplegaron numerosos carteles en los que se leían lemas tales como:

  • Únete a la lucha, los gobernantes venden nuestro patrimonio. Valiosos bosques de la nación. No a la deforestación.
  • Si se puede progresar sin los bosques devastar.
  • Respeten nuestro patrimonio histórico.
  • Estos son los bosques que venden los diputados. Señor Abraham Sofer compró un problema con la nación.
  • Esta es la ruta por destruir.
  • Si se puede progresar sin los bosques devastar.

Camino de Cruces defensa deEntre las consignas voceadas destacaba el texto de la volante que repartieron a los miles de automovilistas que pasaban por este sector en el cual indicaba que «estos son los bosques que los diputados han vendido!». «15 hectáreas de bosques con vestigios arqueológicos»; «15 hectáreas de bosques pertenecientes al Parque Nacional Camino de Cruces».

El mensaje de fondo era de alertar a los ciudadanos a sumarse a esta causa y evitar que con su silencio se concretara este crimen y venta descarada del patrimonio natural de todos.

Camino de Cruces

En la foto, Octavio R. entrega volantes donde solicita a la gente hacer sentir su voz ciudadana en defensa de los bosques naturales, hoy amenazados seriamente.

Tierras vendidas son parte del Parque Nacional Camino de Cruces

Tierras son del Parque Camino de Cruces

   
   

Santiago Cumbrera

PANAMA AMERICA

LA DIRECTORA de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), Ligia Castro, tiene en su despacho un informe que certifica que las las 15.1 hectáreas de tierras que vendió la Asamblea Nacional, pertenecen al Parque Camino de Cruces, confirmaron ayer fuentes de la institución.

El documento, que aún no ha sido suscrito por Castro, promete levantar polémica luego que el pasado lunes la Asamblea subastó los terrenos en B/.13.1 millones a pesar que el defensor del Pueblo, Ricardo Vargas, pidió la suspensión del acto.

Y es que la Ley General del Ambiente define área protegida como: «Área geográfica terrestre, costera, marina o lacustre, declarada legalmente, para satisfacer objetivos de conservación, recreación, educación o investigación de los recursos naturales y culturales».

Según esta definición, las 15.1 hectáreas se hallan dentro del Parque Camino de Cruces que es un área protegida, explicaron las fuentes consultadas de la ANAM.

La subasta fue adjudicada a la empresa Eyas Mazal Tov S.A., toda vez que los diputados alegaron que la ANAM había certificado por escrito que las mismas estaban fuera del Parque Camino de Cruces.

Tras la subasta los miembros del Comité pro Defensa de los Bosques Urbanos, encabezados por Raisa Banfield advirtieron que realizarán todas las acciones que la ley les permite en función de la defensa de esas áreas boscosas.

 
 

Coiba, el parque marino de Panamá está de cumpleaños

El parque marino más grande del país

Uno de los atractivos naturales más exuberantes de Panamá cumple años, lo cual nos llena de mucho orgullo a todos los panameños. En el 2004 fue decretado por Ley de la República como Parque Nacional y un año más tarde la UNESCO la consideró como Sitio de Patrimonio Mundial; desde entonces han sido muchos los esfuerzos que se han realizado para proteger esta riqueza natural invaluable. El Parque Nacional Coiba cuenta con una extensión de 270,125 hectáreas, de las cuales el 80% es territorio marino.


Esa área protegida es hábitat para muchas especies marinas y terrestres, además posee una belleza escénica espectacular compuesta por hermosos atardeceres, lindas playas, densos bosques y manglares, entre otros. Eso sin mencionar la historia de Coiba, que nos cuenta desde la presencia de indígenas y piratas hasta la dura realidad de la colonia penal.


Es tanta la información que existe sobre el Parque Nacional Coiba, que ANAM tomó la decisión de establecer un centro para visitantes en isla que contó con el financiamiento de Conservación Internacional y la Fundación MarViva, y el apoyo de varios colaboradores como: Albatros Media, Instituto Smithsonian, ANCON y personal de ANAM.


A partir de octubre 2007, todo el que visite la isla tendrá accesibilidad a conocer sobre la formación de Coiba, quiénes fueron sus habitantes, la antigua colonia penal, cuándo y cómo se creó el parque, por qué es Sitio de Patrimonio Mundial, su aporte al Corredor Marino del Pacífico Este Tropical, una ruta para especies migratorias, flora de Coiba, sus aportes a la ciencia, las especies endémicas y en peligro de extinción, sus arrecifes de coral, cómo se desarrolla la pesca en el lugar, las comunidades participan en la conservación del Parque Nacional, entre otros temas. Este centro de visitantes también tiene una salita audiovisual donde se realizan seminarios y se proyectan vídeos ambientales educativos.


Con esta herramienta para la educación ambiental esperamos crear conciencia en los usuarios del área protegida para que durante su estadía realicen actividades que no conlleven al deterioro de la riqueza natural que Coiba nos ofrece y por la cual somos conocido en el resto del mundo.


En esta exhibición, además, se presenta el trabajo que durante estos años hemos realizado con las comunidades aledañas al Parque Nacional Coiba con niños, adultos, pescadores, microempresarios y maestros. Durante este tiempo ha sido reconfortante sentir el cariño de estos grupos y su deseo de superación, pues tienen muchas expectativas con respecto al beneficio que puedan recibir del parque, pero también son conscientes de su cuidado. Con el apoyo de varias organizaciones y autoridades se han obtenido algunos avances como la conformación del grupo Educadores Ambientales Veragüenses, integrado por docentes de escuelas primarias de siete comunidades; ecoclub de niños protectores del ambiente en Isla Bahía Honda y Pixvae, el grupo de microempresarios para ecoturismo que capacita ANCON, la integración de los pescadores artesanales a las consultas para la actualización del plan de manejo de Coiba, entre otros. Somos conscientes que la conservación del Parque y los beneficios que nos pueda brindar dependerá mucho de la participación activa de varios actores claves como las autoridades gubernamentales y locales, ong´s, empresa privada, visitantes y comunidades para apoyar esta gestión.

Isis Pinto
Gerente de Educación Ambiental, Fundación MarViva

Dejemos de abusar al planeta Tierra

DEPREDADORES.

Dejemos de exprimir el planeta

Rocío Ruiz- Calero

El 50% de la Tierra se encuentra transformada. Menos del 17% de todos los continentes es tierra virgen y la mitad de la superficie terrestre se ha convertido en terreno de cultivo o pasto. La acción humana se extiende como el peor depredador sobre la naturaleza y sus efectos son numerosos.

La alteración artificial del planeta se observa en la «domesticación» de ecosistemas enteros. Los bosques naturales desaparecen al ritmo de unos 14 millones de hectáreas cada año. La transformación de grandes extensiones forestales o selváticas en plantaciones de monocultivo ha provocado el aumento de brotes de enfermedades y parásitos. Además, especies de grandes mamíferos han desaparecido en favor de otras más pequeñas, que invaden y arrasan terrenos. Nos encontramos en el período de mayor extinción de especies vegetales y animales, debido al excesivo consumo humano y la contaminación de los recursos naturales.

El mapa del mundo presenta una encrucijada de líneas de transporte y vías que conectan todos los continentes. La creciente construcción de puertos, puentes y carreteras, para impulsar y facilitar el comercio y las comunicaciones entre los países ha causado un gran impacto en el medio ambiente. Además, ha provocado el desplazamiento de la fauna y la alteración de su ritmo biológico y son también el medio perfecto para la transmisión de enfermedades humanas llegadas de otras zonas y que, en ocasiones, los países receptores no están preparados para afrontar.

El impacto de la acción humana sobre los ecosistemas marinos también tiene sus efectos. Un 60% de las principales pesquerías del mundo se encuentran afectadas por la sobrepesca, y el número de vías marítimas es cada vez mayor. Ecosistemas como las marismas, los arrecifes de coral o los manglares han sido gravemente dañados y ya están desapareciendo en algunas zonas.

Las presas, construidas para mejorar el riego, producir electricidad o controlar las inundaciones, se convierten en barreras que impiden las migraciones de los peces y destruyen zonas de reproducción de las especies autóctonas. Además, modifican el volumen de agua de los cauces pues almacenan casi seis veces más agua que la que llevan los ríos. La costa tampoco escapa a la agresión del hombre. En Europa, 22 mil kilómetros cuadrados de zona costera están cubiertos por cemento o asfalto.

En las ciudades, la constante y creciente edificación no planificada ha supuesto una drástica reducción de los espacios naturales. Estas reservas urbanas resultan vitales para las personas y su número desciende a un ritmo descontrolado. Por otra parte, la proliferación de las ciudades junto a su creciente masificación ha provocado una mayor demanda de recursos, lo que conlleva un mayor impacto sobre los ecosistemas. Las ciudades ocupan solo el 2% de la superficie terrestre del mundo, pero sus habitantes causan un impacto desproporcionado en el medio ambiente. En el años 2030, unos 5 mil millones de habitantes vivirán en ciudades, por lo que la necesidad de agua, de cereales o de madera se triplicará, pero la capacidad de muchos ecosistemas para proporcionar estos productos habrá disminuido de forma alarmante.

Las cuestiones ambientales se encuentran íntimamente ligadas al desarrollo. A lo largo de la historia los ecosistemas han sido trabajados para obtener de ellos alimentos, materiales como la madera o el carbón, recursos energéticos, medicinas, etc. Pero con el paso del tiempo esta actividad se ha transformado en una explotación intensiva que ha dado lugar a la destrucción del medio ambiente.

Centro de colaboraciones solidarias. El autor es periodista