Rapidez en el derretimiento en el Ártico inquieta a los expertos
Por Andrew C. Revkin
New York Times
El casquete polar ártico se encogió tanto este verano, que las olas alcanzaron a divisarse brevemente a lo largo de dos rutas árticas de navegación imaginadas desde hace mucho tiempo: el paso del Noroeste, sobre Canadá y la Ruta del Mar de Norte, sobre Rusia.
En general, el hielo flotante disminuyó a un grado nunca visto en un siglo o más según varios cálculos.
Ahora ha regresado la temporada de oscuridad, de seis meses de duración, al Polo Norte. En el frío cada vez más intenso, hielo nuevo ya se extiende sobre vastas extensiones del Océano Ártico. Asombrados por los cambios de verano, los científicos estudian las fuerzas que dejaron al descubierto 2, 6 millones de kilómetros cuadrados de mar abierto, más allá del promedio desde que los satélites comenzaron a hacer mediciones en 1979.
En una reunión reciente de expertos en hielo marino en la Universidad de Alaska, en Fairbanks, el geofísico Hajo Eicken lo resumió de esta manera: «Nuestras existencias parecen desaparecer».
Los científicos parecen estar desconcertados por las implicaciones del verano para el futuro, y su habilidad para predecirlo.
Para complicar la situación, el sorprendente cambio en el Ártico fue tanto un resultado del movimiento del hielo como del derretimiento, dicen muchos. Un nuevo estudio, encabezado por Son Nghiem, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, y que apareció recientemente en la revista Geophysical Research Letters, utilizó satélites y boyas para mostrar que los vientos habían empujado, desde 2000, enormes cantidades de grueso hielo antiguo fuera de la cuenca del Ártico, más allá de Groenlandia. Los delgados témpanos de hielo, que se formaron en el mar abierto resultante, se derritieron más rápido o podrían ser arrastrados en conjunto por los vientos y expulsados del mismo modo, dijeron los autores.
El ritmo de cambio ha excedido por mucho lo que se había calculado por casi todas las simulaciones utilizadas para vislumbrar como responderá el Ártico a las crecientes concentraciones de gases de invernadero ligadas al calentamiento global. Pero esa disparidad puede ser un arma de doble filo. ¿Acaso los modelos son demasiados conservadores? ¿O pasan por alto influencias naturales que pueden causar amplias oscilaciones en el hielo y la temperatura, para eclipsar, de ese modo, el lento calentamiento del entorno?
El mundo presta más atención que nunca. Rusia, Canadá y Dinamarca, impulsados en parte por años de calentamiento y la retracción del hielo este año, emprendieron acciones encaminadas a asegurar rutas marítimas y recursos del fondo del mar.
Los partidarios de recortes en los gases de invernadero citaron el derretimiento como prueba de actividades humanas impulsan un deslizamiento hacia el desastre climático.
Más de una docena de expertos declaró, en entrevistas, que la retracción extrema de hielo en verano había revelado al menos tanto sobre lo que sigue incógnito en el Ártico como lo que está claro. No obstante, muchos de esos científicos dijeron que cada vez estaban más convencidos de que el sistema se dirige hacia un nuevo estado más líquido, y que el cambio climático juega un papel significativo.
Por un lado, los expertos tienen problemas para encontrar algún registro en Rusia, Alaska u otras partes que apunte a una retracción de hielo ártico tan generalizado en épocas recientes, lo que apoya la idea de que los humanos podrían haber trastocado el balance. Muchos científicos dicen que el último calentamiento considerable en la región, que llegó a su nivel máximo en los años 30, afectó principalmente áreas cercanas a Groenlandia y Escandinavia.
Algunos científicos que han dudado de una influencia humana podría distinguirse claramente la tendencia al calentamiento del Ártico ahora aceptan que es difícil atribuirla a algo más.
«Solíamos argumentar que mucha de la variabilidad hasta fines de los 90 era inducida por cambios en los vientos, cambios naturales no obviamente relacionados con el calentamiento global», comentó John Michel Wallace, científico en la Universidad de Washington. «Pero los cambios en los ultimos años te hacen tener que cuestionar eso. Estoy muy abierto a la idea de que podríamos haber pasado un punto donde se vuelve esencialmente irreversible».
Los expertos dicen que es probable que la retracción del hielo sea aún mayor en el verano próximo porque el congelamiento de este invierno se inicia a partir de un déficit de hielo tan enorme. Al menos un investigador, Wieslaw Maslowski, de la Escuela Naval de Postragraduados, en Monterey, California, proyecta un Océano Ártico azul en los veranos para el 2013.
Para muchos investigadores árticos advirtieron que aún era demasiado pronto para comenzar a enviar barcos portacontenedores sobre la cima del mundo.
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