La Primera Piedra de la Ignominia
Cuando se violentan los procedimientos debidos, cuando se ignoran los comentarios de la ciudadanía, cuando se hacen negocios en base a la necesidad de la gente, y lo más importante, cuando se niegan los derechos de los más pobres de los pobres en nuestro país, el tema deja de ser el suministro energético y el calentamiento global…
Muy bien dice el adagio que una mentira si se repite muchas veces se convierte finalmente en verdad. Solo queda preguntarnos que se esconde detrás de cada mentira y por qué motivo nos interesa tanto afirmar su veracidad. Tal vez debiéramos empezar por aceptar que el suministro de energía eléctrica sí está acercándose a un nivel crítico, en el que los precios al consumidor podrían alcanzar niveles no deseados si no se toman las medidas adecuadas. De allí podríamos conceder que el uso del petróleo contribuye al calentamiento de la atmósfera, y que no se espera que los precios del crudo vayan a disminuir en un futuro previsible, sino más bien queda esperar un aumento significativo en los próximos años. El problema global del suministro energético exige del análisis de nuestras mejores mentes; y cualquiera que sea la propuesta, siempre se producirán impactos ambientales, y la misma no satisfará por completo las aspiraciones de todas las partes interesadas – Gobierno, productores, distribuidores y consumidores.
Hasta aquí creo que la mayoría de los panameños estamos de acuerdo. Lamentablemente, esto está muy distante de la política que esta llevando hacia delante el Gobierno Nacional. Cuando se violentan los procedimientos debidos, cuando se ignoran los comentarios de la ciudadanía, cuando se hacen negocios en base a la necesidad de la gente, y lo más importante, cuando se niegan los derechos de los más pobres de los pobres en nuestro país, el tema deja de ser el suministro energético y el calentamiento global, y se convierte en el estado de derecho, la protección de los derechos ciudadanos y la visión de país que queremos construir.
Es difícil aceptar que los Estados Unidos haya lanzado una cruenta guerra en la que han muerto miles de personas con tal de saciar el apetito voraz de su economía del automóvil, pero mas difícil sería pensar que como panameños estaríamos dispuestos a permitir que un grupo de especuladores de la industria hidroeléctrica, en conjunto con autoridades corruptas e incapaces, maltraten a la población Ngäbe y Naso de la Provincia de Bocas del Toro, practicando la más abierta discriminación, engañando a quienes ni siquiera saben hablar bien español, para que nosotros los residentes de la Ciudad podamos refrescarnos todos los fines de semana paseando por nuestro centro comercial preferido.Como esta no es la clase de país que queremos ser, tenemos el deber de desenmascarar lo que se esconde detrás de los anuncios publicitarios y de la primera piedra que todavía nadie ha podido ver ¡Y es que la misma debía colocarse en un sitio localizado a escasos kilómetros del lugar escogido! ¿Que sería lo que se escondería en algún promontorio cercano para hacer que los invitados de honor, en vez de colocar una piedra para edificar, terminaran cavando un hoyo para sepultar el pasado de trabajo y dignidad de la población local? Quisiéramos que alguien nos explicara lo que ha sucedido en la comunidad de Charco de La Pava, dentro de la Reserva de la Biosfera de La Amistad, tal vez la Gobernadora de Bocas del Toro, la Administradora General de la ANAM, o el Presidente de la Republica… ¿Sería necesario enviar a una decena de policías para desalojar a una viuda Ngäbe que solo quería terminar de recoger sus pertenencias (ver articulo del Miami Herald del 2 de octubre de 2007? Pero como no hay verdad que al final no salga a la luz publica, solo miremos con cuidado el rostro de los enterradores, y recordemos que así como en Bayano los difuntos siempre volverán a pedir cuentas, y allí ya no valdrán las excusas del calentamiento global ni del inminente colapso de nuestra infraestructura energética nacional.
En esos momentos, una vez más volverá a resonar la voz decidida de la mujer Kuna que le preguntó al General, padre del actual Presidente: ¿Acaso Usted es Dios para prometer tanto? Osvaldo JordánAlianza para la Conservación y el Desarrollo (ACD)
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