Howard, una nueva ciudad en Panamá!

El nacimiento de una ciudad

La antigua base aérea de Howard, finalmente será convertida en un polo de desarrollo económico enfocado a empresas de logística, tecnología y manufactura de alto valor. Para lograrlo, la empresa London & Regional tiene un plan detallado de ordenamiento urbano
Zoraida Chong
zchong@prensa.com 

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Ocho años han pasado desde la reversión del Canal de Panamá, pero solo ahora despega uno de los proyectos económicos y urbanos más importantes de esta área, con la aprobación final del plan maestro para el desarrollo de la antigua base aérea de Howard, una de las más grandes instaladas por el Ejército estadounidense en territorio nacional.

El desarrollador London & Regional Panamá (L&R), que contrató a la firma Atkins para el diseño del plan, promete crear una ciudad independiente de la capital, pero con la ventaja de su cercanía al centro financiero más importante de la región centroamericana.

Henry Kardonski, gerente general de L&R Panamá, afirma que para el diseño de este plan se tomó como referencia el desarrollo de ciudades como Dubai, Mumbai y Hong Kong; no obstante, asegura que se trata de un proyecto único que toma en cuenta las condiciones de un terreno con muchas ventajas, como el hecho de tener una zona con vocación turística y su ubicación junto al Canal de Panamá.

El plan, aprobado la semana pasada por la Agencia del Área Económica Especial Panamá Pacífico (Aaeepp), en consenso con otras instituciones estatales, se de-sarrollará por etapas en un periodo de 25 años, aunque el contrato firmado en julio entre Aaeepp y L&R le garantiza a la firma la administración del área por 40 años, durante los cuales deberá invertir más de 700 millones de dólares.

La inversión más fuerte se realizará en la primera etapa -405 millones de dólares en 8 años-, debido a que es la fase crítica de instalación de infraestructuras y promoción internacional del área.

Henry Kardonski.
LA PRENSA| Ana Rentería

Un lugar para vivir

Las primeras secciones a desarrollar en el nuevo nodo urbano son aquellas en las que se instalarán las empresas, pues su presencia atraerá a los grupos de población que ocuparán las áreas habitacionales. «Queremos crear un lugar donde la gente pueda vivir y trabajar, que no tenga que sufrir por el tráfico o cruzar la ciudad todos los días», afirma Kardonski.

Farshid Kamali, director de la división de planeación de transporte de Atkins, explica que para adecuar esta zona, una de las primeras acciones es mejorar la carretera al parque logístico, para que soporte el paso de vehículos comerciales y pesados.

Pero las infraestructuras no terminan ahí. Atkins ha propuesto mejoras en las conexiones con la carretera Panamericana y nuevas vías dentro del complejo.

Adicionalmente, se ha planificado toda la estructura para el abastecimiento de energía eléctrica, telecomunicaciones, agua potable, así como el tratamiento de aguas servidas y un sistema de transporte público cónsono con las necesidades del lugar.

Todas estas previsiones, dicen los desarrolladores, tienen que ver con el concepto de desarrollo sostenible, que incluye calidad de vida, vitalidad económica y sostenibilidad ecológica.

«En Howard se pretende seguir el concepto desarrollo dentro de un ambiente natural, donde se pueda trabajar y vivir en balance con la naturaleza», señala Kardonski.

Opciones variadas

La nueva ciudad abarca más de 2 mil hectáreas, de las cuales mil 410 entran en el contrato de L&R

y el resto lo constituyen el aeropuerto, zonas previamente adjudicadas a empresas como Dell y ST Aerospace, y otros terrenos que quedan bajo la administración de la Aaeepp.

«El pronóstico es que a 30 años trabajen ahí más de 35 mil personas y vivan más de 75 mil personas», explica Kardonski.

ESTRUCTURA. En el área de Howard se proyecta construir ‘resorts’ y campos de golf. LA PRENSA | David Mesa

Los desarrolladores aseguran que se trata de un nodo pensado para acoger a los trabajadores de las empresas, desde los cargos ejecutivos hasta los operativos, por lo que se han planeado zonas de viviendas de alto costo, en los terrenos más elevados, y otras más accesibles hacia el área de Farfán, sin embargo estas últimas también contarán con todos los servicios públicos proyectados y gozarán de una densidad no mayor a la de El Cangrejo en la capital.

Adicionalmente, Kardonski explica que «existirá un gran centro de ciudad con restaurantes, centros comerciales y oficinas, pues en esta zona se ha establecido una clasificación de suelo de uso mixto».

Pero Howard no será únicamente una zona para trabajar y vivir, pues se han proyectado también áreas turísticas con resorts y campo de golf.

Los objetivos de crecimiento de esta zona, así como los incentivos fiscales para empresas de sectores logístico, tecnológico y de manu-factura de alto valor, la hacen ver como una burbuja casi utópica en medio de áreas que actualmente sufren las consecuencias de un desarrollo desordenado y carente de servicios públicos adecuados.

Sin embargo, tanto Kardonski como Kamali aseguran que el área económica Panamá Pacífico ha sido diseñada de forma tal que se integre con las poblaciones vecinas.

Para ello tienen confianza en que el sector gubernamental comparta sus objetivos. «Todos tenemos el mismo gustpropósito, que es crear de Howard un ejemplo de desarrollo en el mundo entero», confía Kardonski.

El negocio de las tilapias en el Lago Bayano

Al rescate de las tilapias

La pesca de tilapia, que durante años ha sido el sustento de las familias que viven en las cercanías del lago Bayano, muestra señales de sobreexplotación. La esperanza es un plan de manejo que promete encauzar el desarrollo y salvar la actividad
Zoraida Chong
zchong@prensa.com

DIFICULTADES. La merma del recurso pesquero hace que las procesadoras no puedan desarrollar estrategias de comercialización a largo plazo en el mercado internacional.
LA PRENSA | Ana Rentería

La tilapia es el principal sustento de las comunidades pesqueras del lago Bayano, no solo como alimento, sino como actividad comercial.

Los resultados para los pescadores son tan favorables que los vecinos del lago aseguran que «en los últimos años esto se ha llenado de gente de todos lados», dice María Cortés, presidenta de la Asociación de Pescadores de la comunidad de Cañitas.

Pero la abundancia de peces, que en las mejores épocas permite a los más disciplinados obtener entre 400 y 500 dólares brutos por semana, no es infinita.

La sobreexplotación que se ha dado por la llegada de nuevos grupos de pescadores está mermando la población de tilapias y generando pérdidas y preocupación entre las familias que viven de la actividad pesquera, al punto que el año pasado implementaron la primera veda voluntaria, es decir, que no fue impuesta por la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP), sino acordada de palabra por las asociaciones de pescadores del lago.

TRADICIÓN. La mayor parte de los pescadores del lago Bayano pertenecen a comunidades kuna y emberá wounaan.
LA PRENSA | David Mesa

«Lo que estamos buscando es que ahora el periodo de veda se establezca de acuerdo al rigor científico, para que sea más efectivo», afirma Reinaldo Morales, secretario general de la ARAP, en referencia al Plan de Manejo del Lago Bayano, un documento que fue producido con el auspicio de la Organización del Sector Pesquero y Acuícola del Istmo Centroamericano (Ospesca), el Gobierno de Taiwan y el Sistema Integrado de Información en Sanidad Agropecuaria (Oirsa).

El plan de manejo es parte del Plan Regional de Pesca y Acuicultura Continental (Prepac), una estrategia regional que abarca a todos los países de Centroamérica y que se inició con la realización de un inventario sobre los recursos acuícolas de la región.

Posteriormente, en cada país se eligió un lago cuyos recursos incidieran de manera determinante en poblaciones extensas y, al mismo tiempo, tuvieran un gran potencial de explotación sostenible.

En este sentido el lago Bayano tenía todas las de ganar, pues además de proveer sustento a mil 200 pescadores es rico en un producto que tiene buena salida en el mercado internacional.

De este modo, y luego de presentado el Plan de Manejo a las organizaciones internacionales, el mes pasado se aprobó el financiamiento para su implementación, cuyo presupuesto es de 917 mil dólares.

«Parte del financiamiento viene del proyecto, pero dependerá de la ARAP, en conjunto con los diferentes sectores, buscar otras fuentes que nos permitan cumplir con todo lo planeado, ya sea vía cooperación internacional o por otros medios», explica Morales.

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Exportación a pequeña escala

Panamá está lejos de ser uno de los principales exportadores de tilapia de Centroamérica, pues los líderes de la región son Costa Rica y Honduras (Ver gráfica: Importación de tilapia en EU), que ya llevan casi 20 años en el mercado internacional, mientras que Panamá tiene poco más de cinco años de experiencia.

Valerio de Sanctis, presidente de grupo Panalang (procesador y exportador de productos del mar), explica que la razón primordial por la que la exportación de tilapia no ha despuntado es porque la extracción no se realiza de manera constante.

«Al no poder trabajar conjuntamente con los productores, no podemos desarrollar mercados de exportación a largo plazo. Nunca sabemos cuándo van a parar de pescar», afirma el empresario.

Por otro lado, mientras Panamá se concentra en la pesca, se ve obligada a competir con países que a través de la acuicultura han conseguido una rentabilidad mayor para su producto.

«Hemos conseguido poco a poco equiparar nuestro precio con la tilapia china, y también la hemos mercadeado dando el enfoque de producto orgánico. Esto en ciertos países ha tenido un nivel de aceptación, aunque obviamente la gran mayoría prefiere la de granja porque es más homogénea en cuanto a tamaño y color», añade.

CARENCIAS. Los pescadores tienen la ilusión de contar con un muelle para descargar su producto.
LA PRENSA | Archivo

Por estas razones, y porque en Panamá todavía no se consume de manera masiva este tipo de pescado, para las plantas procesadoras la tilapia representa únicamente un producto complementario del negocio.

Si los pescadores han notado que el recurso por excelencia del lago Bayano se está acabando, también las plantas procesadoras confirman el hecho. «Hay menos, pero también vienen más pequeñas. Antes podíamos programar la línea de producción para trabajar filete de tilapia, pero ahora solo estamos sacando el pez entero, porque para eso no se necesita que sea tan grande», afirma Sofía de Guevara, gerente de planta de Panalang.

Con el nuevo Plan de Manejo, el escenario podría cambiar, aunque algunos de los pescadores son escépticos y aseguran que «gobierno tras gobierno vienen y prometen, pero al final no hacen nada».

Una especie, dos productos

Aunque en la región hay otros países que tienen consolidada su actividad de exportación de tilapia, los especialistas aseguran que Panamá tiene oportunidades en el mercado internacional con dos tipos de producto.

Valerio de Sanctis.
LA PRENSA|Ana Rentería

Por un lado, la tilapia que se extrae mediante la pesca y se mercadea en algunos lugares como un alimento orgánico, y por otro la tilapia que se cría en granjas.

El Plan de Manejo del Lago Bayano contempla la explotación sostenible de ambos productos, aunque hace énfasis en la pesca, por ser el método que tradicionalmente ha dado sustento a los habitantes del área.

Uno de los principales retos que enfrentará la implementación de las estrategias es el papel de vigilancia que debe cumplir la ARAP, para lograr que se cumpla con los reglamentos y acuerdos establecidos en aras de conservar el recurso.

«Uno puede dejar de pescar, pero no todo el mundo lo hace, hay gente que no le importa porque no son de aquí. Ellos llegaron por la fama del lago y si se acaba se irán», explica uno de los pescadores de Bayano, que prefirió mantenerse en el anonimato.

Las asociaciones de pescadores aseguran cumplir con acuerdos, como pescar solo de lunes a viernes, pero denuncian que hay otros que no se ciñen a lo establecido, y que han implementado prácticas como la pesca nocturna.

Para que las reglas sean aplicadas por todos, la ARAP pretende difundir campañas de concienciación en las que cada pescador o vecino del lago se convierta en vigilante y alerte a las autoridades cuando alguien actúe de forma indebida, de modo que pueda ser sancionado.

OPCIONES. La tilapia puede exportarse entera o en filete, pero en este último caso se requieren ejemplares de mayor tamaño.
LA PRENSA| Ana Rentería

Además de la vigilancia, el plan contempla la investigación, seguimiento y evaluación de los resultados e impactos generados, así como el rendimiento de cuentas a un comité integrado por pescadores, intermediarios y exportadores.

En la actualidad algunos de los pescadores notan resultados sobre los pasos que ha dado la ARAP.

«Ellos [la ARAP] vienen a darnos cursos y sí hemos aprendido bastante, aunque mucha gente todavía no va a las clases», afirma la presidenta de la asociación de Cañitas.

Desde la ARAP consideran que otro de los componentes críticos del plan es el financiamiento de materiales de trabajo para los pescadores, como neveras y redes.

En la actualidad, quienes se dedican a la pesca recurren a préstamos que les otorgan intermediarios a cambio de que les vendan el producto de forma exclusiva, y aunque ambas partes aseguran que ha sido un trato de conveniencia mutua, los pescadores tienen sueños que van más allá de las redes. «Queremos tener una máquina de hacer hielo, porque es una de las cosas que más utilizamos», una vez han pescado el producto, dice Cortés.

A los pescadores todavía la ARAP no les ha informado sobre la posibilidad de nuevos financiamientos, debido a que aún no se tienen los fondos para tal fin, sin embargo, Morales adelanta que esta facilidad se otorgará a las asociaciones y no como préstamos individuales.

«Con la asociatividad se pueden buscar recursos para que los pescadores puedan adquirir mejores equipos de pesca y se eleve la calidad, porque se pierde producto por no tener ar-tículos apropiados para el enfriamiento», asegura el funcionario.

Reinaldo Morales.
LA PRENSA| Ana Rentería

Promesa de inversiones

Tras los análisis realizados sobre las características del Bayano, como parte del Prepac se determinó que el lago es propicio para la instalación de granjas de producción de tilapia, aunque siguiendo procedimientos que no deterioren el medio ambiente.

«Desde el punto de vista científico no debe haber problema, porque todas estas granjas tienen sus estudios de impacto ambiental y llevan el control de calidad de agua», afirma el biólogo Rigoberto González, autor del Plan de Manejo del Lago Bayano, quien añade que en este tipo de industria cuando se detecta alguna anomalía se implementan las medidas apropiadas de mitigación.

La respuesta de los inversionistas no se hizo esperar y actualmente hay al menos dos empresas interesadas en invertir en esta actividad.

AquaPanamá, subsidiaria de AquaChile, una de las principales empresas exportadoras de salmón a gran escala, ha avanzado en el establecimiento de una granja de tilapias en el lago Bayano, para lo cual realizó sus propios estudios que determinaron la factibilidad del proyecto.

En noviembre, la empresa recibió la aprobación de la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) para el cultivo de tilapias en jaulas flotantes, cuya inversión supera los cinco millones de dólares.

Jennifer Castillo, abogada de la empresa, asegura que la inversión será «altamente positiva» para el sector, pues generará plazas de trabajo y pagará impuestos municipales, además de transmitir tecnología de punta para el desarrollo e implementación de futuros proyectos.

Actualmente AquaPanamá está a la espera del contrato de concesión de uso de agua que otorga la dirección de recursos hídricos de la Anam, algo que Morales estima no será un problema.

A los pescadores de Bayano, sin embargo, no les convence la idea de compartir el lago, pues temen que las granjas compitan con ellos y conviertan en «peones» a los que ahora son dueños de sus propios micronegocios.

Ante este argumento González y Morales coinciden en que la producción pesquera y el cultivo son productos que no necesariamente compiten entre sí, por lo que es factible desarrollar los dos tipos de explotación.

Mientras llegan los recursos para todos los planes, pescadores con ánimos empresariales no pierden la ilusión, ellos quieren ver que bajo el puente del lago Bayano, donde descargan las tilapias, se construya un puerto que les facilite el trabajo y le imprima profesionalismo a su forma de vida.

Bayano, un ambiente multiculturalEl lago Bayano, localizado en el corregimiento de Cañitas, distrito de Chepo, es en realidad un embalse de 350 kilómetros cuadrados, construido en 1976 como parte de la hidroeléctrica Ascanio Villalaz.

El estudio de caracterización del lago arrojó que sus aguas proveen el sustento a 16 comunidades que en conjunto extraen unos 3 millones 900 mil kilos de tilapia al año, lo que se traduce en un ingreso promedio de 47 dólares diarios por pescador, no obstante, a eso hay que restarle los gastos en insumos necesarios para la pesca, como redes y gasolina para los botes.

La mayoría de los pescadores del área pertenece a etnias indígenas (kuna y emberá-wounaan), pero también hay colonos provenientes de las provincias centrales (Coclé, Herrera, Los Santos y Veraguas) y Chiriquí, a quienes también se les conoce como latinos.

Esto se debe a que el 80% del embalse se ubica en la comarca kuna de Madungandí, la cual es regida por el Congreso General Kuna de dicha comarca.

Rosendo Laso, saila de la comunidad kuna Akwayala, explica que en su estructura tienen una directiva de pesca, que se encarga de participar en las actividades y que realizan las instituciones estatales y las organizaciones internacionales.

Esto, dice Laso, les permite controlar la actividad en su área de jurisdicción y establecer reglas que ayuden a conservar el recurso.

La realidad del cambio climático

MEDIO AMBIENTE.

La realidad del cambio climático

Eduardo A. Esquivel R.

El calentamiento global es una consecuencia de un cambio climático cíclico que sufre la Tierra cada 10 mil años, aproximadamente, y tiene que ver con el desplazamiento del polo magnético y la mecánica planetaria del Sistema Solar. La prueba de esto es un hecho científico comprobado: hace cerca de 11 mil años ocurrió un evento similar de calentamiento global que precedió a la última glaciación. En ese tiempo no había «industrias contaminantes», ni «Protocolo de Kyoto». De hecho, una de las razones técnicas por las que EU nunca quiso firmar ese convenio fue su poca base científica. Ni siquiera es posible explicar científicamente el mecanismo de los sumideros de carbono y actualmente esto se basa en especulaciones teóricas.

Esto quiere decir que el cambio climático es irreversible y de ahí se deduce que toda la base teórica del protocolo sea un sofisma o una falacia, al igual que el «mercado de carbono». De hecho, esto parece ser una argucia planeada por los países desarrollados para «comprar» el derecho a contaminar el ambiente y para que algunos funcionarios locales se hagan ricos con este negocio. Ya Osvaldo Jordán, presidente de la Alianza para la Conservación y el Desarrollo, lo dice acertadamente: «La inmoralidad de los vividores que han disfrazado sus negociados familiares como proyectos de desarrollo limpio, basados en el trasnochado e inútil Protocolo de Kyoto». (La Prensa, Opinión. 8 de diciembre). Por esto no es extraño ver a altos directivos de la Anam «dando la primera palada» a proyectos hidroeléctricos, o aprobando a velocidad sorprendente proyectos millonarios con estudios de impacto ambiental (EIA) de dudosa validez. Sería tan absurdo e inmoral como ver al jefe de la Policía ayudando a los ladrones a abrir la bóveda de un banco. O ver que una controversial empresa minera, contrate a un asesor presidencial como ejecutivo. Hay en todo esto un «tufillo» de corrupción que incomoda.

Después de todo, realmente lo que nos debe interesar, y a la Anam y a sus funcionarios por mandato constitucional y moral, es la protección del ambiente y no el mercado de carbono. Nuestra rica biodiversidad es real y nunca podría ser una alternativa a una falacia como lo es el mercado de carbono, por mucha plata que haya de por medio. ¿De qué sirve hacer EIA o ‘inventarios de fauna y flora donde se va a construir una hidroeléctrica?, ¿Para saber cuántas plantas o animales destruimos?, ¿Cómo mitigaría una empresa hidroeléctrica la pérdida de un hábitat o la extinción de una especie?

Hace algunos años se supo que el Grupo de los Ocho Países Desarrollados había destinado un fondo de miles de millones de dólares para un proyecto llamado Alternativa 3. Basados en los informes verídicos de científicos de estos países, se sabría que el cambio climático es irreversible y existiría la posibilidad de una glaciación y una catástrofe global provocada por una densa capa permanente de nubes que cubriría el planeta por años, lo que extinguiría la vida vegetal y animal. Se plantearon tres alternativas: provocar enormes explosiones nucleares en la atmósfera, para interrumpir el efecto invernadero, construir enormes refugios subterráneos donde se aislaría a grupos selectos de cada nación y la migración de grupos selectos y gobernantes a bases especiales en la Luna y Marte. La primera alternativa fue desechada por peligrosa. Pero se dice que la dos y la tres se activaron. Esto parece de ciencia ficción, pero da una idea del grado de preocupación que hay por este asunto.

 

 

El autor es agrónomo y consultor agrícola