COMUNICADO A LA NACIÓN PANAMEÑA
ANAM RESPONSABLE DE CONFLICTO AMBIENTAL EN EL RÍO CHANGUINOLA POR PERDER SU BALANCE COMO AUTORIDAD RECTORA Y SE HA CONVERTIDO EN ENTIDAD AUSPICIADORA DE PROYECTO HIDROELÉCTRICOS EN ÁREAS PROTEGIDAS CON POBLACIONES INDÍGENAS
Estimados conciudadanos panameños:
La Alianza para la Conservacion y el Desarrollo (ACD), la Asociación de Derecho Ambiental (ADA) y la Asociación Ecologista Panameña (ASEP) denuncian que la Administradora General de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), Ligia Castro, y el Sub-Administrador Eduardo Reyes, son los principales responsables del conflicto ambiental que se está dando entre los indígenas del Río Changuinola y la empresa AES Changuinola, que promueve la construcción del proyecto hidroeléctrico Chan 75 dentro del Bosque Protector Palo Seco (BPPS), en la Reserva de la Biosfera de La Amistad. Como expresamos desde abril de 2005, la ANAM nunca debió aprobar el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de Chan 75 sin que se hubieran realizado los inventarios biológicos, prospecciones arqueológicas y estudios socio-económicos que eran requeridos por la ley 41 General de Ambiente de 1998. Dos años más tarde, y a pesar de existir un proceso administrativo por incumplimiento del EIA, así como una petición internacional a la UNESCO para declarar al Parque Internacional La Amistad (PILA) como Sitio de Patrimonio Mundial en Peligro, la ANAM también le otorgó una millonaria concesión administrativa de 6,215 hectáreas del Bosque Protector Palo Seco (BPPS) a AES Changuinola, desconociendo de esta manera los derechos legales y la oposición expresada por la población indígena de las áreas anexas de la Comarca Indígena Ngobe-Bugle.
Desde inicios del presente año, moradores de las comunidades de Nance de Riscó, Lazo de Santa Fe, Charco de La Pava, Valle Rey, Guayabal, Changuinola Arriba y Valle de Risco han denunciado en numerosas ocasiones, y de manera verbal y escrita, los abusos y atropellos de los que han sido víctimas por parte de oficiales de la empresa AES. Las autoridades de la ANAM han hecho caso omiso de todas estas quejas, y se han inclinado peligrosamente en defender las actuaciones de la empresa, revelando así una evidente parcialidad y negligencia impropia de una autoridad rectora. La ANAM no sólo ha fallado en resolver el proceso de investigación administrativa que se inició en febrero pasado, sino que tampoco le ha dado respuesta a la carta enviada el mes pasado por los moradores del Río Changuinola solicitando la suspensión del proyecto Chan 75 por incumplimiento del EIA.
Durante los últimos acontecimientos, las comunidades se han opuesto a que se inicien las detonaciones en el sitio de presa, localizado al otro lado del río de la comunidad Ngobe de Charco de La Pava, y que fuera la morada de la anciana viuda Isabel Becker antes de ser desalojada de manera abusiva en el mes de octubre. Hay que aclarar que este lugar fue identificado como un sitio de importancia arqueológica por los dos estudios que se realizaron después de la aprobación del EIA; y que AES Changuinola no tiene los permisos requeridos por la Dirección Nacional de Patrimonio Histórico del INAC para la realización de excavaciones y mucho menos para hacer explosiones que destruirían para siempre el legado cultural de todos los panameños.
Lamentamos mucho que AES Changuinola, al igual que su contratista europeo Changuinola Civil Works (CCW), no hayan respetado las fiestas de fin de año y que hayan sembrado la inquietud y el desasosiego entre las comunidades indígenas durante estos días que debieran estar caracterizados por la comprensión y la armonía. En este sentido, urgimos a las autoridades de la ANAM y a la Defensoria del Pueblo a que prevengan el uso de la fuerza por las autoridades locales en el área protegida, y a que visiten el área del conflicto esta misma semana. No quisiéramos pensar que la reciente declaración de los proyectos del Río Changuinola como de interés social y público por parte de la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos (ASEP) debiera interpretarse como una carta blanca para que las empresas ignoren las leyes ambientales y de protección del patrimonio cultural, y para despojar de sus derechos a las comunidades Ngobe de la Reserva de la Biósfera de La Amistad.
Las asociaciones arriba suscritas solicitamos que todos los ciudadanos solicitemos con vehemencia y responsabilidad que en Panamá se haga valer las leyes ambientales existentes en el país para que impere la justicia y el respeto que todos nos merecemos, especialmente hoy que están en juego las áreas protegidas de la Reserva de la Biósfera La Amistad Panamá por proyectos hidroeléctricos, especialmente el Parque Internacional La Amistad, el Bosque Protector de Palo Seco y el Humedal de San San Pond Sak
Panamá, 22 de diciembre de 2007.

Foto: BD Panamá. Vista parcial de la Reserva de la Biósfera desde el Bosque Protector de Palo Seco. Al fondo se observa la parte más alta de la Reserva: la cima de Volcán Barú.
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