Vida humana y la vida silvestre en Caloveborita, Veraguas

Estudio geográfico de la vida humana y la vida silvestre en la región

de Caloveborita, Veraguas

Informe para los moradores y los líderes del área del estudio

Escrito por:

Derek Anthony Smith
Departamento de Geografía

Universidad de Kansas

Lawrence, Kansas 66045, Estados Unidos

Correo electrónico: dksmith@falcon.cc.ukans.edu

junio del 2000 Panamá

Prefacio

El propósito de este breve informe es proporcionar algunas observaciones y datos recogidos en el transcurso de un estudio doctoral en geografía realizado entre julio de 1999 y junio del 2000 entre las comunidades en la cuenca del Río Caloveborita, en el norte de Veraguas, antes de mi salida del país. Por lo tanto, no ha sido posible incluir algunos análisis finales que se van a realizar próximamente en la Universidad de Kansas. La identificación de los nombres científicos de varias plantas y animales falta por hacer. También pido disculpas por no poder escribir por lo menos una parte de este informe en el idioma buglé a esta altura. No obstante, el trabajo hasta la fecha permite la presentación de una descripción de la forma de vivir en la región, algunos datos más específicos sobre la cacería y algunas recomendaciones generales.

El objetivo del estudio, además de ser una investigación necesaria para graduarme, ha sido documentar las formas de subsistencia entre la gente buglé, ngóbe y campesina en la región, con un enfoque especial en la cacería. Se espera que este estudio servirá como un respaldo a los derechos de la gente local para manejar sus propias tierras tradicionales y a la vez como una fuente de información para la conservación de los recursos naturales, los cuales son tan importantes para el bienestar de los moradores de la región. Aunque he recibido mucha ayuda en hacer la presenten investigación, cualquier error es únicamente responsabilidad del autor.

Para este informe se ha utilizado la ortografía español para escribir palabras buglés, con la excepción de la letra «w», la letra «k» que no cambia según la vocal que lo sigue, y el uso del símbolo «a» puesto encima de vocales nasales.

Quiero agradecer a todos los moradores de Caloveborita, Quebrada Larga, Alto Limón, Río Palmar, Río Pedregoso y sectores aledaños por su amabilidad, su paciencia por las tantas preguntas, y por dejarme acompañarles en sus actividades cotidianas. Me gustaría también dar un agradecimiento especial a los investigadores locales, los cuales ayudaron grandemente con el estudio. Nunca hubiera sido posible hacerlo sin sus inagotables esfuerzos. Ellos son los siguientes: Edilberto Carpintero, Ventura Concepción, Celedonio García, Pedro García, Rodolfo García, Cisinio González, Iván González, Roberto Don Gordillo, Alberto Santos, Fausinto Santos, Flavio Santos, Herminio Santos, Lucio Santos, Arcenio Sibala, Virgilio Valdez, Alberto Vázquez, Antonio Virola y Jorge Virola. Muchísimas gracias también quiero dar al Cacique Regional de Veraguas Camilo Ortega, al Suplente Cacique Regional Everardo García, al Presidente del Congreso Regional Víctor Guerra, el Cacique Local del área norte de Santa Fe Saturnino Rodríguez, al Presidente del Congreso Local Ramiro Concepción, a los Profesores Francisco Herrera y Carlos Fitzgerald de la Universidad de Panamá y mi asesor Peter Herlihy de la Universidad de Kansas por sus valiosos consejos y apoyo, a Werner «Zimi» Zimmermann por ayuda logística y a Alison Molina por compilar datos y su apoyo constante. Hay una lista larga de muchas otras personas que no puedo mencionar aquí que me gustaría agradecer por su amistad y generosidad. Finalmente, quiero reconocer al National Science Foundation, al Chicago Zoological Society, al Tinker Foundation, y al Fierre Stousse Fund de la Universidad de Kansas por apoyo financiero para realizar el estudio.

Introducción

El área del estudio incluye las comunidades (o sectores) de Caloveborita, Quebrada Larga, Quebrada Tuza, Charrascal, Alto Limón, Río Palmar y Río Pedregoso, las cuales se encuentran dentro de la cuenca del Rio Caloveborita en el Corregimiento de Río Luís, Distrito de Santa Fe, Provincia de Veraguas. (Para los propósitos de este informe, referiré a esta área como la región de Caloveborita.) Tiene un clima muy húmedo, con una taza anual de lluvia de alrededor de 5,000 milímetros, con cantidades mayores en los meses de diciembre y enero y precipitación reducida en los meses de marzo y abril, y a veces en octubre. El área tiene un relieve con muchas cuestas pendientes y pocas superficies planos, drenados por un sistema extensivo de quebradas y ríos pequeños que llegan al Río Caloveborita, uno de los brazos principales del Río Calovébora. La región tiene grades extensiones de montaña (bosques lluviosos) con una alta diversidad de flora y fauna.

El acceso al área es difícil. Del mar se puede subir por agua en cayucos pequeños, pero hay más tránsito por un camino a pie que cruza la Cordillera Central, caminando se toma un día desde Caloveborita hasta Santa Fe – no es transitable por vehículos. Para llegar al área de «afuera» y para moverse dentro de la región hay que cruzar ríos que pueden crecer muy rápidamente, lo cual es un peligro muy grave. No hay ningún puente en la región y anegamientos de personas es un suceso demasiado común. También es una barrera significativa para los alumnos que pasan muchos días sin poder llegar a la escuela.

La población del área del estudio consiste de un poco más de 600 personas, y unas 100 viviendas. Un censo cultural hecho al principio del estudio indica que es una población muy diversa, con representación buglé, ngobe y campesina. Muchas personas se identifican como miembros de dos – o las tres – culturas. Más de 60 por ciento de la población habla buglé, y muchos de ellos hablan ngóbe también. Una tendencia muy preocupante es que en la mayoría de las familias en donde solo uno de los padres habla buglé, los hijos no aprenden hablar buglé. Este problema es mas serio entre los buglé porque tienen una población mucho más pequeño que los ngobe. Esto se debe en parte al hecho de que en las escuelas se enseña completamente en castellano o inglés, sin ninguna lección en el uso de un idioma indígena.

La mayoría de la población campesina es nativa del área del estudio o comunidades vecinas, descendientes de familias que buscaron refugio en la región norte de Santa Fe durante la Guerra de los Mil Días alrededor del comienzo del siglo veinte. La mayoría de las familias indígenas llegaron en los últimos cincuenta año de comunidades cercanas de los valles de los Ríos Grande y Chelelé, otros brazos del Río Calovébora. Otros llegaron de algunas de las comunidades indígenas de la cordillera Veragüense al sur de la división continental.

Casi todos los moradores de la región de Caloveborita dependen de la agricultura para su sustento diario, aunque un gran número de hombres encuentra trabajo casual en la región o salen para trabajar por temporadas limitadas. La cacería y la pesca son actividades secundarias en comparación con faenas agrícolas, pero representan fuentes de comida rica en proteínas muy importantes en la dieta cotidiana. La montaña proporciona varios otros productos naturales que son necesarios para el bienestar de la población.

Figura 1. Resultados del censo cultural en la región de Caloveborita, 1999.

Herencia cultural

Porcentaje

Idiomas indígenas hablados Porcentaje

buglé 30 buglé 45
ngóbe 5 ngóbe 1
ngobe-buglé 25 buglé y ngóbe 18
buglé-campesino 10
ngóbe-buglé-campesino 5 ninguno 35
campesino 20
otro 5

Métodos del estudio

La metodología del estudio consistió en varias estrategias complementarias. En primer lugar, como el investigador principal, recordé observaciones e hice entrevistas informales y más estructuradas con hombres y mujeres de la región sobre sus actividades de subsistencia y otros temas. Otra parte de la metodología fue un componente participativo, basado en el hecho de que aunque su educación formal puede ser limitada, los conocimientos y habilidades de la gente local son muy avanzados. Como dijo uno de sus líderes, son «científicos en la práctica». Entonces, después de haber presentado los planes para estudio en varias reuniones comunitarias, se seleccionaron investigadores locales de cada comunidad o sector para realizar varias partes de la investigación bajo mi supervisión. Los investigadores locales recibieron capacitación en dos talleres y en varias reuniones.

El primer trabajo de los investigadores locales que se realizó en septiembre de 1999 fue administrar un censo cultural del área para documentar la cantidad de personas en el área del estudio y sus características como edad, herencia cultural, idiomas hablados, ocupación, providencia y años vividos en la comunidad. Luego organizaron y dirigieron reuniones en sus comunidades para recoger los nombres de los lugares donde los moradores practican sus actividades de subsistencia y para dibujar mapas comunitarias de estas tierras. En octubre, los investigadores locales y yo empezamos a administrar cuestionarios sobre la cacería, la pesca y el uso de los animales domésticos, recogiendo datos sobre las salidas a montear, las técnicas empleadas y los animales que capturan. Más de 60 casas participaron en los cuestionarios, dejando por fuera varias que se dedican a la cacería muy poco. Los investigadores locales siguieron haciendo cuestionarios cada una o dos semanas hasta el principio de junio de 2000. Cada dos o tres semanas se revisaron los cuestionarios conmigo y a la vez colocamos los sitios donde se consiguieron las presas en mapas topográficos.

Como investigador principal, documenté la ubicación de casas principales y secundarias, las áreas agrícolas, y la extensión de la montaña con la ayuda de un GPS (sistema de posicionamiento global) mientras acompañaba a la gente del área en sus actividades y durante viajes especiales con guías locales. Acompañé a personas locales en sus salidas a bucear, pescar y cazar frecuentemente.

Economía

La mayor parte de la economía del área consiste en una agricultura de subsistencia, pero hay varias maneras de conseguir dinero para comprar necesidades básicas como ropa, botas, machetes, ollas, sal y materiales escolares. En primer lugar, los hombres consiguen sueldos mínimos en la región o en la zona de Santa Fe por cada día de trabajo limpiando potreros, cosechando café, laborando cayucos y otras faenas. Otros generan recursos con la cría y venta de ganado, cerdos y gallinas en una escala limitada. Un gran número de hombres y muchachos salen de la región durante el periodo de zafra Entre enero y abril, por entre una semana hasta más que tres meses a cortar caña de azúcar, periodo durante el cual ganan mas que en su propio comunidad, aunque poco en comparación con lo que ganan en otros sectores. No obstante, aparte de unos maestros que enseñan en las escuelas primarias de Caloveborita y Alto Limón, la gente depende de sus propios cultivos para su supervivencia.

El sistema de producción tiene su base en la agricultura rotativa sin uso de abonos o pesticidas artificiales. Periódicamente se prepara un lote de montaña, o más frecuentemente un área de rastrojo, generalmente entre uno y cinco hectáreas, para la producción de sus cultivos básicos. Cada año, se inician tres o cuatro fincas para tener cultivos para cosechar en cada mes del año. Generalmente, se deja el terreno descansar después de la cosecha, entre cuatro y doce años antes de usarlo nuevamente. Así que cada familia necesita varias parcelas de tierra a la vez, algunas en producción y la mayoría en descanso.

Los cultivos principales son varios tubérculos – ñame y ñampí (Dioscorea spp.), yuca (Manihot esculenta), sepa (Colocasia esculentá) – guineos (Musa spp.), maíz (Zea mays), arroz (Oryza sativa) y pifa (Bactris gasipaes), sembradas en varias combinaciones, pero casi siempre en fincas mixtas. Dado que el clima es muy húmedo, con cantidades significativas de lluvia en todos los meses del año, los terrenos de vegetación talada no se queman sino se cultivan en «tierra cruda». La excepción ocurre con el cultivo de arroz cuyos terrenos se tumban entre febrero y abril con la esperanza de quemar la vegetación seca después de por lo menos una o dos semanas de sol. No obstante, la llegada del verano es variable y poco confiable.

Hay dos variedades de maíz que se usan en la región. El más común es el que se llama maíz chiquito, que se riega entre los meses de octubre y enero, y se cosecha después de unos cinco meses. La planta sube vigorosamente entre la cobertura de palos, bejucos y otras plantas taladas. El maíz grande requiere tierras más fértiles, en los bajos de los ríos principales, las cuales son muy escasas en la región. La mayoría de la población no tiene acceso a estos terrenos. Aquí se corta rastrojo bajo de aproximadamente un año de crecimiento natural, picadandolo bien y repartiéndolo para sembrar los granos en huecos poco profundos. El maíz grande necesita limpieza por lo menos una vez para que la mala hierba no lo ahogue, y se cosecha después de alrededor de tres meses.

Las «verduras» son los cultivos más confiables que se siembran en cualquier mes del año cuando haya semillas. En el área, este término incluye principalmente sepa, yuca, ñame, ñampí y guineos. Otoe (Xanthosoma sagittifoliuní) y plátanos (Musa sp.) también se cultivan en cantidades más limitadas. Estos se siembran después de socolar la vegetación más baja y antes de derribar los árboles más grandes, y requieren entre seis y doce meses para producir, dependiendo del cultivo. La palma pifa es el último cultivo básico dé gran importancia, la cual se siembra en fincas apartes o huertos familiares. Da una abundancia de frutas muy alimenticias entre los meses de agosto a noviembre, con una cosecha menor en marzo o abril.

La gente de la región de Santa Fe, indígena igual como la campesina, hacen mucho de su trabajo agrícola en juntas reciprocas: grupos de hombres que trabajan conjuntamente en la finca de uno de los participantes. Muchas veces se prepara guarapo -jugo de caña fermentado – para tomar, y una gran comida que se come al regresar a la casa. Las faenas principales que se hacen en juntas son socolar y derribar rastrojo o montaña para una nueva finca. El «dueño» de la junta trabaja en las juntas de los demás posteriormente. Las mujeres igual que los hombres siembran, limpian y cosechan los cultivos.

Varios de los animales silvestres son muy dañinos a todos los cultivos importantes. El zorro, el zaino, el conejo y otros animales comen el tubérculo de la yuca y el venado corzo come la hoja. El zaino también es muy dañino para la sepa y el maíz. Pericas, paisanas, picotes, pichilingos, ardillas y muchos otros animales comen pifa, y pájaros chiquitos caen en fincas de arroz en manadas grandes mientras que otras especies comen guineos, igual que el cuicho y el mielero.

La mayoría de la gente buglé, ngóbe y campesina cuidan los huertos en sus patios con una gran diversidad de árboles frutales como árboles de naranja, pera, papaya, cacao, achiote, coco, limón, guanábana, calabazo y fruta de pan, igual que plantas decorativas y medicinales y árboles naturales estimados por su madera o para atraer pájaros. Algunos cuidan huertos de café, o áreas especialmente para caña de azúcar, sobre todo para consumo personal. Algunas familias tienen pastos con hierbas exóticas sembradas alrededor de sus casas o en potreros apartes para su ganado. Otros animales domésticos incluyen gallinas, patos, cerdos y menos común son palomas, pavos, gallinas guineas y chivos.

La montaña sirve como una reserva extremamente importante para varios productos naturales que satisfacen varias necesidades básicas. Las pahuas son importantes para hacer los pisos, las paredes y los techos de las casas. Varios árboles son importantes para horcones o vigas, y los bejucos sirven para amarar todo lo mencionado. Otra liana que se llama bejuco jaba se usa para hacer motetes los cuales se usa para cargar los cultivos a la casa. Varias nueces, frutas y hojas de plantas naturales son adiciones muy nutritivas a la dieta local. Dado que la atención médica es muy limitada y que dinero es muy escaso en el área, la gente depende de varias plantas medicinales de la montaña para su bienestar. Otro recurso natural de la montaña que es muy importante es la vida silvestre.

La cacería

La cacería en la región de Caloveborita es una actividad tradicional que también representa una fuente de comida rica en proteínas muy importante en la dieta cotidiana. Los cazadores buscan animales para la subsistencia de sus familias y no para la venta. Generalmente, cuando uno captura un animal grande, se reparte la carne con parientes y vecinos. También se pone sal y se seca pedazos de carne sobre el fogón para que no se arruine.

No son todas las personas de la región de Caloveborita que «montean». En primer lugar, es una actividad que sobre todo practican los hombres. Pero hay muchos que casi nunca salen a montear por dedicarse más en otras actividades, porque los rendimientos son poco confiables o porque hay que ir lejos de su casa para encontrar las presas preferidas. Hay una tendencia muy clara que la gente buglé y ngóbe se dedica mucho más a la cacería que la gente campesina aunque, por supuesto, hay excepciones.

La cacería es una actividad extensa que se practica hasta que se practica hasta los límites de la zona de subsistencia. El mapa al final del informe muestra la zona de subsistencia de la gente de la región de Caloveborita, que incluye todas las tierras que se usan regularmente para cultivar, montear, pescar y recoger medicinas, materiales para hacer casas y otros productos naturales.

La mayoría de las salidas a montear se realiza no muy lejos de la casa durante un día o un medio día. A veces uno va solo y otras veces cazadores van en grupos pequeños, de hasta seis hombres o más. Es común que cazadores vayan a casas secundarias o trabajaderos la noche anterior de montear para estar más cerca a la montaña donde se encuentren varios animales preferidos, o alternativamente, montean más frecuentemente durante temporadas cuando trabajan en sus fincas en estos lugares. De vez en cuando, cuando parezca que no habrá mal tiempo y tengan tiempo libre, los cazadores caminan a sitios más lejanos para montear por dos o tres días, durmiendo en ranchitos improvisados. A veces una mujer o más acompaña a los hombres durante estos viajes para cocinar en el campamento. Casi siempre se montea de día, pero de vez en cuando, según el interés de la persona, uno montea de noche con la ayuda de un foco.

Pero los cazadores no siempre van a la montaña para montear. Muchas veces van a buscar ciertos animales como zaino, conejo pintado, venado corzo o ñeque después de haber visto sus huellas en áreas de fincas y rastrojo. Estas y otras especies andan en terrenos agrícolas para aprovechar la abundancia de comida nutritiva. Otra estrategia muy común es «aguaitar» -esperando en una troja arriba de un árbol o acostado en un «chiquero» en un sitio donde uno piensa que un animal va a llegar para comer algo en particular. Esta se puede hacer en la montaña, por ejemplo donde hay un árbol dejando caer frutas, pero normalmente los cazadores aguaitan en terrenos agrícolas donde hay cultivos o frutas de palos que se han dejado a perdurar en sus fincas, a veces específicamente para atraer animales que se agarran aguaitando. A veces, la persona echa comida en un sitio dos o tres veces antes de aguaitar para que el animal se ponga más «manso» y más fácil de agarrar.

Los cazadores también saben confeccionar varias clases de trampas para capturar animales silvestres. A diferencia de la búsqueda de animales mientras montear, la mujer indígena de la región de’Caloveborita es una participante bastante activa en el uso de trampas. Hay cuatro que son más comunes. La primera es la trampa de piedra, la cual consiste de dos cerquitas de estacas cortas de una extensión de más o menos dos metros que se compone a lo largo de un sendero usado por uno o varios animales terrestres, o frente de un hueco en el cual un animal se ha refugiado. Cuando pase el animal entre las cerquitas, toca un palito puesto delicadamente para mantener un hilo que una vez suelta, deja caer un bulto de tucos y piedras que atrapa el animal. Otra trampa muy efectiva es la trinchera. Básicamente, la trinchera es una cerca baja de hojas metidas en el suelo – casi siempre hojas de palmas – que extiende hasta 100 o 200 metros o más, con huecos estrechos cada tres o cuatro metros adonde se coloca lazos de hilo. Cuando un pájaro terrestre tope con la cerca, puede engancharse en el lazo en el intento de pasar al otro lado de la cerca de hojas por el hueco sin poder escapar. Los lazos también se ponen en los senderos de los animales, pero con un palito puesto para soltar un árbol delgado que se dobla al lado del camino. Cuando pase el animal y toque el palito, el árbol sube súbitamente con el lazo, y posiblemente con el animal guindado en ello.

Finalmente, hay el aceite de un árbol que se llama olivo. Se saca el aceite del palo a través de cortarlo con machete y dejarlo salir poco a poco. Luego se envuelve el aceite blanco y pegoso alrededor de unas varitas que se colocan en una planta cerca de las frutas o flores que atraen pájaros, y se espera. Cuando el pájaro la visita, sus alas tocan las varitas sacándole varias plumas, así que no puede volar más y cae al suelo donde se le coge fácilmente. Las varitas con aceite de olivo también se fijan en una vara para montear, acercando la vara cuidadosamente hacia un ave hasta que uno pueda pegarlo, con el mismo resultado.

Hay que destacar también que los moradores de la región también consiguen animales inesperadamente, es decir, cuando están ocupados en otras actividades como talando monte, buscando medicina o simplemente caminando de un lugar a otro.

Las armas que la gente de la región de Caloveborita usan para cazar animales son biombos, machetes, perros, arcos y flechas, rifles y escopetas. Como se ve en la Figura 2 en la página siguiente, la mayoría de los animales que se atrapan (numéricamente) son pájaros chiquitos (especialmente por muchachos con biombos), pero la cosecha de los mamíferos es significante. Algunos reptiles también se cosechan. Hay varios animales que no se comen en la región, incluyendo el mesurico (Tamanduá mexicana), la tapacara (Cyclopes didactylus), el armadillo de alma (Cabassous centralis), murciélagos, culebras y ranas, entre otros.

Aunque los cazadores prefieren montear cuando haya buen tiempo, la cosecha de mamíferos -para los cuales ya ha empezado el análisis – no hay diferencias significativas en la cantidad de animales atrapados durantes los meses más secos y los meses muy lluviosos. Este resultado puede tener algo que ver con la migración aumentada de cazadores fuera de la región comenzando en el mes de enero y también puede ser afectado por los ritmos de trabajo en las fincas, lo cual toma precedencia sobre salidas a montear.

Un resultado que sobresale es que se consigue menos de la mitad de los mamíferos mientras se montea. Casi un tercio de los mamíferos obtenidos se consiguieron inesperadamente, mientras andaban en otras actividades. Otro aspecto muy importante es que más de la mitad de los mamíferos obtenidos fueron encontrados en áreas agrícolas.

Hay que tomar en cuenta que cada especie de los animales silvestres que se consiguen en la región es única en su comportamiento, su dieta, los hábitos preferidos y su abundancia, lo cual es reflejado en como y adonde se consigue animales diferentes. Las diferencias entre los animales también afecta mucho su resistencia frente la cacería y la manera más adecuada para conservarlo por si hay necesidad. Este se ve claramente con los tres ejemplos siguientes (Figura 3).

Figura 2. Animales atrapados entre los meses de octubre de 1999 a marzo de 2000 entre unas sesenta casas en la región de Caloveborita.

Mamíferos

Nombre castellano Nombre buglé Nombre cientifico Número
ardilla nume Sciurus granatensis 128
armadillo chu Dasypus novemcinctus 81
ñeque, quinco seugwa Dasyprocta punctata 73
conejo pintado buglí Agouti paca 42
muleto chubeko Sylvilagus brasiliensis 29
mono negro lili Alouatta palliata 27
pericote verde kutra lerere Choloepus hoffmanni 26
siblí siblí Microsciurus alfari 26
cuicho kwisó molóire Potos flavus 20
ratón espino gakwa Familia Echimydae 17
pericote colorado kutra dabere Bradypus variegatus 14
zahino totra Tayassu tajacu 12
mono caricho chokájutre Cebus capucinus 10
mono colorado choká dabere Áteles geoffroyi 7
zorro dadí Nasua narica 7
cuicho kwisó gikwa Bassaricyon gabbii 4
venado corzo seú Mazama americana 3
corobo chi gudea Procyon sp. 2
mielero dónoma Eira barbara 2
zorra bliskí Didelphis marsupialis, 2
gato caña gwatra Conepatus semistriatus 1
macho monte chbí jeré Tapirus bairdii 1
nutro chotra Lutra longicaudis 1
ratón de agua Ichthyomys tweedii ? 1
tigre misi, gudé Panthera onca 1

Total 537

Reptiles

moracho sidra Basiliscus plumifrons 57
galápago dwira gubia Rhinoclemmys annulata 29
choclón joVé Corytophanes spp.? 11
picotea, tapaculo chi gubia Kinosternon leucostomum 7
deblú deblú Lepidophyma flavimaculatum 3
iguana skwá1 Iguana iguana 2
morrocoy gubí nemakwa Chelydra serpentina 2

Total 111

Algunos pájaros importantes

palomas beusi Familia Columbidae 62
pichilingo pisi Pteroglossus torquatus 60
picote cachinegro kiala Ramphastos swainsonii 30
juega la bola gdogeto Tragan spp. 24
poclora mósolo Tinamous majar 24
perica pifbacera sulí bibágutan Pionus menstruus 15
paisana klé» mogda Ortalis cinereiceps 14
jututo, tambolero jukugda Baryphthengus martii 13
vera blablakwa Tragan spp. 12
perdices sogló Familia Phasianidae 11
vaca vieja ñuká Electron platyrhynchum 10
pavo garnero kl’é dabere Penelope purpurascens 9
picote orálico koré Ramphastos sulfuratus 9
perica guiniera, periquita sulí pilegwa, sulí bláutan Pionopsitta haematotis 8
pavo real klg chubí Cray, rubra 6
gallito de monte sue Crypturellus soui 5
Pájaros variadas, la mayoría muy pequeñas (monjitas, tumines. carpinteritos y octubreros entre otros) 944

Total 1256

Figura 3. Datos específicos sobre algunos animales obtenidosen la región de Caloveborita entre octubre de 1999 y marzo de 2000.

1. Conejo pintado / buglí

Por estrategia:

Especie Estrategia de caza Por hábitat
Montear Agueitar Trampas Inesperado Total Montaña Áreas Agrícolas
Conejo Pintado 15 (36%) 17 (40%) 2 (5%) 8 (19%) 42 8 (19%) 34 (81%)
Poclora/ Mosolo 10 (42%) 0 (0%) 14 (58%) 0 (0%) 24 20 (83%) 4 (17%)
Mono Aullador/ Uli 26 (96%) 1 (1%) 0 (0%) 0 (0%) 27 27 (100%) 0 (0%)

Durante el transcurso de los seis meses en cuestión, la gente que participó en los cuestionarios consiguió un total de 42 individuos del conejo pintado, denominado buglí en buglé, 40 por ciento se consiguió aguaitando y 36 por ciento monteando. Ocho fueron atrapados inesperadamente, y solamente 2 en una trampa. La gran mayoría, más del 80 por ciento, se consiguieron en áreas agrícolas. Estos resultados reflejan que aunque el conejo es un animal que vive en la montaña, también visita mucho las fincas para buscar alimento; es una especie que se encuentra mientras se hacen otros trabajos. También es un animal relativamente grande, y muy estimado por su carne, y por eso muchas personas lo aguaitan cuando se ve evidencia de su presencia. Otros especies como el zorro y el zaino se aguaita mucho en la finca para consumir y a la vez defender sus labores agrícolas.

Las características del uso de la poclora, o mósolo en buglé, son muy distintas. La mayoría se consigue usando una trampa – casi siempre la trinchera. Los demás los encontraron monteando. A diferencia del conejo, más del 80 por ciento de las pocloras fueron agarradas en la montaña.

El mono negro o ulí, muestra otro patrón. De los 27 conseguidos, todos menos uno se consiguieron monteando y todos se consiguieron en la montaña, normalmente en áreas más lejos de los asentamientos. Todos fueron matados con un rifle o una escopeta.

La pesca

La pesca es otra actividad muy importante para la subsistencia en el norte de Veraguas. Generalmente se usa la cuerda con anzuelo o se bucea con máscara y un chuzo que se arma en la mano con una liga atado al lado atrás. Es muy común bucear de noche también para lo cual se necesita un foco. .

En el verano, cuando el río ha bajado bastante, se hacen canales de las piedras en los bordes de la quebrada o el río para que una sección del mismo se seque aún más y uno puede cosechar los camarones entre las piedras con la mano. Se conoce algunos venenos naturales pero su uso es limitado.

La pesca es una actividad más segura que la cacería – casi siempre se consigue algo, aunque puede ser que no sea mucho. Las salidas generalmente son más cortas, entre una y cuatro horas, en parte porque se puede bajar al río cerca de la casa. Los peces más importantes se conocen localmente como barbú, boca chica, dajao, guabina, mojarra, robalo y roncador. Hay otro pequeño pez, el tití, que sube los ríos en grandes cantidades, principalmente entre los meses de mayo y septiembre, que se cosecha con la mano y una bolsa en sitios especiales donde el tití se agrupa en las superficies de lajas pendientes. El chelelé, un pequeño caracol, es otro producto importante, igual como el camarón de peña, un animal que parece a una langosta pequeña con una extensión de unos 25 centímetros (sin las pinzas), y varias clases de camarones pequeños.

Comentarios finales

Los análisis preliminares del estudio indican que el uso de la vida silvestre en la región de Caloveborita es generalmente sostenible. Este es debido a varios factores. La cacería es una actividad común, pero no es una actividad que uno practica todos los días. Muy importante es el hecho de que es una actividad para el sustento de la familia y no para la venta. Además, los cazadores por lo general tienen una conciencia de los limites de la cosecha de los animales silvestres y evitan sobreexplotar este recurso.

No obstante, al parecer algunos especies si están en peligro de desaparecer a largo plazo. Cazadores viejos lamentan la depauperación de animales como el oso real (Myrmecophaga tridactyla), el puerco monte (Dicotyles per orí) y el macho monte que anteriormente eran mucho más abundantes. Anteriormente habían guacamayas (Ara spp.) en la región, pero ahora la juventud no tiene la oportunidad de conocerlas. El pavo real y las tres clases de monos son otras especies que muchas personas han reportado como animales que ahora son escasos. La mayoría de los animales son mucho más susceptibles de sufrir una despoblación con el uso de armas. Entre las especies acuáticas, se reporte que la boca chica también se ha convertido en un animal más difícil a conseguir. Si uno pregunta a la gente de otros lugares cercanos donde la población humana es más grande, como El Guabal o Valle Bonito, la situación es mucho peor.

En cuanto al estado de los recursos naturales en la región de Caloveborita – la base del bienestar del pueblo – el problema más grave que se va a enfrentar a largo plazo es la moderada pero constante deforestación de la montaña para la agricultura. Hace un siglo no había fincas en la zona de subsistencia actual. Hace 50 años la mayor parte era montañosa y hoy aproximadamente la mitad de la zona no tiene su cobertura natural. Este fenómeno se puede atribuir al acrecentamiento interno de la población igual como la inmigración de más familias desde áreas vecinas. Es evidente que la población actual está creciendo rápidamente y es posible que se doblará en menos de cuarenta años, lo cual podría causar una degradación de la productividad de las tierras y una deforestación descontrolada.

La pérdida de grandes extensiones de montaña tendría muchos impactos negativos. En primer lugar hay muchos materiales que la gente necesita que van a estar más y más escasos. La pérdida de la cobertura protectiva de la vegetación natural también traería tasas aumentadas de erosión de los suelos y problemas más severos con crecientes súbitas e inundaciones. Obviamente, hay una tremenda diversidad de animales y plantas silvestres que depende la montaña para su supervivencia.

Aunque la gente buglé y ngobe y los campesinos nativos de las áreas montañosas en el oeste del país han sido buenos cuidadores de su entorno natural, presiones internas y externas cada día impone más presión en los recursos naturales y amenaza el bienestar de las generaciones que vienen. Afortunadamente, si hay tiempo para responder a esta situación, aunque no hay tiempo que perder. Hay una multitud de alternativas pequeñas y grandes que existen para conservar los recursos naturales sin impedir el desarrollo del pueblo. Tal vez lo más importante será escoger, en una forma participativa, las estrategias adecuadas y apoyar las iniciativas convenientes, que tienen sentido a nivel local. Con diálogo a nivel local y regional que incluye todos los que tienen la voluntad de aportar esfuerzos para el bien del pueblo a largo plazo, se puede desarrollar una conservación interna a diferencia de una conservación impuesta.

Algunas de las posibilidades incluyendo siguiente. En primer lugar, los agricultores se beneficiarán mucho de programas para mejorar la fertilidad de los suelos y aumentar la producción en los terrenos existentes. Muchas personas, por ejemplo, han expresado el deseo de que se levanten proyectos de abonos naturales. Intensificar el sistema de cultivación puede desminuir la presión de buscar lugares nuevos para cultivar.

Una posibilidad para ayudar la conservación de la montaña en la región norte de Santa Fe – al igual como en otras áreas indígenas – es establecer un máximo número de ganado por familia para que no aumente demasiada la cantidad de terreno que se convierte desde fincas y lotes de montaña para hacer potreros.

Una estrategia que ha funcionado muy bien para la conservación de los recursos naturales en otras regiones indígenas de América Central ha sido la identificación de áreas de montaña que la gente local quiere proteger, pero los cuales se sigue utilizando para satisfacer sus necesidades básicas. Esto también puede traer ayuda en la forma de apoyo de organismos no gubermentales interesados en la conservación, igual que ingresos obtenidos del turismo. Aunque varios parques que se han creado en América Central en los últimos veinte años no se crearon en consultas con la gente local y sus líderes y no se tomaron en cuenta su forma de vivir, siempre existe la posibilidad de que un área protegida traerá muchos beneficios a los moradores de un lugar montañosos, siempre y cuando se reconozca la importancia de su cultura y sus derechos históricos a sus tierras tradicionales.

Una recomendación de este informe es que se prohibe el uso del oso hormiguero en toda la región de Caloveborita y áreas vecinas. Esta especie hoy en día está al borde de extinción completa. Vale considerar la regulación del uso de otras especies vulnerables como el pavo real, el pavo negro (Chamaepetes unicolor), la poclora, el macho monte, el mono negro, el mono cancho, el mono colorado y la iguana. Este se podría hacer a través de identificar meses cuando no se les matan, limitar el uso de rifles y escopetas para conseguirlos, crear reservas especiales donde se les dejen multiplicar sin cazarlos 1 limitar el número que uno puede cosechar. Las medidas para asegurar que todos las especies perduren en la región tienen que ser discutidos y aprobados en las comunidades.

Edición digital para dominio público: Centro de Estudios de Recursos Bióticos, FCNET, Universidad de Panamá

MAPA DE LA ZONA DE SUBSISTENCIA DE LOS MORADORES DE LA CUENCA DEL RIO CALOVEBORITA

Sigue propaganda engañosa del gobierno para favorecer hidros

El gobierno nacional de manera unilateral y violando la ley trata de imponer proyectos hidros, sin una Evaluación Ambiental Estratégica, ya que el rumbo propuesto sólo es para favorecer proyectos hidros que tanto daño le causa a los ríos, a la biodiversidad, al ambiente en general y a los pueblos campesinos e indígenas que viven asociados a sus ríos.

En todo este proceso de promoción oficial para favorecer inversiones privadas para exportación de energía, pierde el país y su gente. Usar fondos públicos para favorecer intereses privados es corrupción.

La Comisión Energética Nacional no ha incluido grupos independientes de consumidores, ni ambientalistas y eso es a propósito con tal de no destapar la gran mentira que nos venden todos  los días en los diversos medios con el tema de energía en el cual Panamá está en superávit comprobado.

Lo que verán a continuación es justo una campaña mediática que evidentemente hay que ignorar y rechazar.

Burica Press

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Se necesita energía Proyectos hidroeléctricos detenidos en Panamá


Redacción
redaccion@elsiglo.com

 

La Autoridad Nacional de los Servicios Públicos (ASEP) ha destacado que en Panamá existe un crecimiento de la demanda eléctrica del país y en la actualidad se requieren de nuevas inversiones para la generación de energía a través de fuentes nuevas y renovables.

Víctor Urrutia, administrador de la ASEP, señaló que para enfrentar las demandas energéticas de los próximos años, el país cuenta actualmente con una fuerte inversión en materia de hidroeléctrica.

Según el presidente de la Secretaría de Energía, Dani Kuzniecky, el Gobierno Nacional le ha prestado atención al tema energético, implementando acciones para explotar los recursos sostenibles y atraer inversión extranjera, a través de las hidroeléctricas.
Para Urrutia, lo que se busca con la actividad de las empresas hidroeléctricas, es la participación y desarrollo sostenible de las comunidades y la conservación del ambiente y su entorno.


Proyectos detenidos

Los inversionistas en materia de energía eléctrica han asumido el reto de invertir en el país. Pero, recientemente, un grupo de promotores de proyectos hidroeléctricos cuestionó la demora y retraso que mantiene la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), en la aprobación y consecución de los Estudios de Impacto Ambiental (EIA), para el desarrollo de sus obras.


Según el jefe de Asesoría Legal de la ANAM, Harley Mitchell, existe demora en la aprobación de los estudios de impactos ambientales, debido a la falta de información completa, por parte de los promotores.


De acuerdo con el administrador de la ASEP, Víctor Urrutia, la ANAM está haciendo su trabajo para garantizar que se desarrollen a corto y mediano plazo aquellos proyectos hidroeléctricos que permitirán contrarrestar la demanda energética.


Ambientalistas en pie de guerra

Otro obstáculo que han encontrado algunos inversionistas, es la oposición de los grupos activistas ambientalistas, que rechazan la construcción de estas obras en diferentes sectores del país.


Desde finales del mes de diciembre, un grupo de ambientalistas ha protestado con el cierre de la vía que conduce al proyecto hidroeléctrico Changuinola 1, que construye la empresa AES Changuinola.

La obra, valorada en 566 millones de dólares es uno de los megaproyectos más importantes que se desarrolla actualmente en Panamá. El mismo, debe iniciar operaciones en el 2011 y entregará 223 megavatios al sistema nacional.
Urrutia sostiene que la energía de las hidroeléctricas es la más limpia y de más fácil acceso y estas obras operadas de manera correcta protegen el ambiente.
Por su parte, Kuzniecky señala que a veces le parece que hay una mala información por parte de los ambientalistas, para tratar de afectar el desarrollo de las hidroeléctricas.

Demanda para el país

Aproximadamente 90% de la población panameña tiene acceso a la luz eléctrica. Panamá necesita crecer su parque de generación de energía eléctrica en 60 MW anualmente, para satisfacer las necesidades del crecimiento del país.
Para el 2008, se espera que el crecimiento del país se mantenga con su buen ritmo, gracias a la fuerte inversión que se están dando en el país y el desarrollo de grandes proyectos.

Descontento por desarrollo hidroeléctrico en áreas campesinas e indígenas

unidad. foros y marchas en veraguas y bocas del toro.

Aumenta descontento por desarrollo hidroeléctrico

Saturnino Rodríguez dijo que las hidroeléctricas están acaparando los recursos de las poblaciones.Participaron grupos de Veraguas, la comarca Ngöbe Buglé, Coclé, el Suntracs y Frenadesso.

ESPECIAL PARA LA PRENSA/N. Castillo
PROTESTA. Los indígenas piden frenar los proyectos hidroeléctricos en el país.

Ney Castillo, Angel Santiago P.
nacionales@prensa.com

Mil 500 indígenas y campesinos del país marcharon ayer por las calles de Santiago exigiéndole a las autoridades que no continúen otorgando concesiones para proyectos mineros e hidroeléctricos y rechazaron los que existen en la actualidad.

Igual protesta realizaron ayer los moradores de Charco La Pava, en Changuinola, Bocas del Toro. En Santiago la actividad inició con un foro «Por la Vida y los Recursos Naturales, Minería y Represas Hidroeléctricas», realizado en el gimnasio de la Escuela Normal Juan Demóstenes Arosemena, donde los asistentes expusieron sus puntosde vista al respecto.

Grupos representativos en contra de la minería e hidroeléctricas de Veraguas, la comarca Ngöbe Buglé, Coclé, el Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Construcción y Similares y el Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales asistieron a la manifestación. Después del foro partió una marcha que salió a la vía Interamericana hasta la gobernación de Veraguas, luego avanzaron por las avenidas Santacoloma y Central, culminando con un mitin frente a la Iglesia de Santiago.

Jacinto Acosta, vocero de la comunidad de Cerro Pelado, aseguró que si tras estos proyectos hay beneficio para las comunidades, no habría protestas, pues lo que existe son preocupaciones en medio de los poblados.

Saturnino Rodríguez, presidente del Frente Campesino Contra los Embalses y la Minería en Coclé, manifestó que a nivel nacional los grupos campesinos e indígenas se han organizado para llevar la lucha juntos y que de una vez por todas estas voces puedan ser escuchadas.

Explicó que en las comunidades campesinas e indígenas se han aprobado grandes proyectos de destrucción masiva, donde se están acaparando los recursos, lo que llevará a las poblaciones a la miseria.

Bocas del Toro

Un centenar de indígenas ngöbes buglés de la comunidad de Chaco La Pava piqueteó ayer las oficinas de la empresa Changuinola Civil Works Ventures (CCW Changuinola), empresa contratista del proyecto hidroeléctrico Chan 75, que construye AES Changuinola.

Con pancartas en mano los indígenas llegaron a las oficinas de la empresa CCW Changuinola, ubicadas en la finca 08, corearon consignas en contra de la empresa AES Changuinola y de las autoridades provinciales.

Luego de 30 minutos se dirigieron hacia las oficinas de la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam), a la Gobernación y por último al municipio de Changuinola.

Pedro Ábrego, dirigente comunitario y antropólogo, sostiene que al destruir lo que queda de la cultura no se quiere respetar la memoria de los indígenas.