Con la nueva central de Estí se genera más del 25% establecido por ley

NACIONALES

Electricidad ‘made in Estí’

Deidamia Batista C.
dbatista@prensa.com

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Gualaca cambió. Un letrero a la entrada del poblado lo confirma: “Tierra de Canjilones [balnearios] y del Proyecto Estí”. En el distrito de Gualaca –un poblado rural de 7 mil habitantes localizado a 35 minutos por tierra de la ciudad de David, en Chiriquí– se construyó la Hidroeléctrica Estí a un costo de 250 millones de dólares.

El contrato de préstamo para el financiamiento de la hidroeléctrica Estí y la tercera unidad de la hidroeléctrica Bayano (firmado con 19 bancos locales y extranjeros), es el mayor otorgado en la historia del centro bancario de Panamá y recibió una calificación local de AA y BB por la agencia calificadora Fitch Rating.

Tiene una capacidad de generación de 120 megavatios, suficiente para surtir de energía eléctrica a las provincias de Los Santos, Herrera y Coclé.

La capacidad total instalada de megavatios en Panamá es de mil 330.7 y AES Panamá –dueña del proyecto– controla el 38%.

La obra, que demoró 39 meses en construirse, fue inaugurada el 7 de noviembre pasado por la presidenta Mireya Moscoso.

Al acto de inauguración asistió Paul Hanrahan, presidente de AES Corporation, David Sundstrom, gerente General de AES Panamá, y cerca de 500 invitados, incluidos ministros de Estado, la embajadora de Estados Unidos en Panamá, Linda Watt, y representantes del Consorcio Skanska International (constructora de la obra) y de Banco Continental (agente administrativo del proyecto en los últimos 15 meses de construcción).

Una gigantesca carpa blanca de lujo asentada en los terrenos del proyecto Estí y a un costado de la presa Barrigón, acogió a los invitados. Con una hora y media de retraso de la presidenta Mireya Moscoso comenzó el acto inaugural. A las 12:35 p.m. los presentes fueron testigos de la inauguración “virtual” del millonario proyecto. Moscoso apretó el botón de una computadora portátil que proyectó en unas pantallas gigantes y desde la Casa de Máquinas de Canjilones la imagen de una de las turbinas de generación de eje vertical descargando el agua al río Estí.

Un apretón de manos entre Moscoso y Hanrahan selló la inauguración oficial de la hidroeléctrica Estí.

El acto

Cuando David Sundstrom llegó a Panamá en 1979 (fecha en que se construía la Hidroeléctrica Fortuna), jamás imaginó que sería el artífice de una de las obras de ingeniería más colosales de Panamá.

Tras la privatización del IRHE en 1997, la idea de Sundstrom de incursionar en el mercado energético en Panamá tomó fuerza.

La historia comenzó su “érase una vez” en noviembre de 1998, cuando AES Panamá Energy logró el 49% de las acciones de las hidroeléctricas Chiriquí (90 megavatios) y Bayano (292 megavatios) al ofrecer por las dos 91.7 millones dólares; y además, heredó el proyecto Estí. El festejo duró poco.

La primera traba surgió luego de que AES no pudiera lograr un acuerdo con la empresa de generación Fortuna para la construcción de un túnel de descarga de agua para la planta de Fortuna. Ello significó la reducción de la capacidad de producción de Estí de 132 a 120 megavatios. Pero el efecto más dramático se dio porque al no lograrse el acuerdo con Fortuna, AES tuvo que renegociar el contrato de construcción y rediseñar totalmente el proyecto.

“Tuvimos muchos desafíos, pero nunca bajamos la guardia”, dijo Sundstrom en la inauguración de la obra.

Cuando Lars–Erik Alm, el presidente de Skanska International, hizo su intervención corroboró lo señalado por Sundstrom. Pese a todos los obstáculos la obra se construyó en un tiempo récord de tres años.

Skanska –empresa que se hizo cargo de la construcción de Estí luego de que AES le retiró a ICA–GE el contrato– colocó con un año de retraso (por problemas legales con ICA) la primera piedra en agosto de 2000.

Otro que resaltó la capacidad de cumplimiento del calendario de finalización de construcción de la obra, fue Vicente Pascual, secretario de la junta directiva de Grupo Financiero Continental, al señalar que “fue finalizada dentro del plan de presupuesto”.

Norberto Delgado, ministro de Economía y Finanzas y también director de la junta directiva de AES Panamá, le dio un matiz político a su discurso durante el acto de inauguración.

Para los que “minimizan” la labor de Mireya Moscoso –señaló el ministro– la terminación del proyecto Estí es una prueba de los logros alcanzados por la administración arnulfista.

Moscoso no se quedó atrás y narró un breve diálogo que –según dijo– había sostenido con Delgado y en cual el ministro le señaló que la tan esperada reducción de los costos se daría luego de que ella dejara la presidencia.

Entrevista

La Prensa conversó con Paul Hanrahan, presidente de AES Corporation, y David Sundstrom, presidente y gerente General de AES Panamá, minutos después del acto de inauguración.

¿Qué los motivó a invertir en Panamá?

– Nos pareció que Panamá tiene un buen diseño del mercado energético y que era una oportunidad para nosotros invertir en plantas hidroeléctricas. En Panamá se privatizaron todas las plantas hidroeléctricas… esto es muy diferente a países como El Salvador, que tuvo una privatización de activos de generación, pero el Gobierno sigue controlando las plantas más importantes, las hidroeléctricas… y juegan con el mercado.

¿Cuáles fueron los mayores desafíos durante la construcción de la obra?

–Hubo muchos. El primero fue la no construcción del túnel de descarga. Al no lograrse el acuerdo tuvimos que rediseñar el proyecto… reiniciar de cero: tramitar nuevos permisos, obtener nuevos terrenos y renegociar completamente el contrato. Si bien tuvimos éxito, las cosas se complicaron con el colapso de Enron y la pérdida de confianza en el mercado energético. Después vino lo del 11 de septiembre. Nos encontramos con un mercado muy difícil…el más difícil que hemos visto en los últimos 20 años para financiar proyectos de esta magnitud.

¿Qué significó para ustedes el no lograr el cuerdo con la empresa Fortuna?

–El país perdió 10 o más megavatios de capacidad por esta razón. Pero construir un túnel nuevo de descarga de Fortuna suponía un costo de 26 millones de dólares y no era factible sin la participación de la empresa Fortuna. Al final, ellos decidieron no participar.

¿Planean expandir a mediano plazo la capacidad de producción de Estí?

–Sí. Actualmente hay una restricción a nuestra concesión de generación por parte del Ente Regulador… que crea un límite de ocupación de 218 metros sobre el nivel del mar para el embalse de Barrigón. Pero en realidad, Estí está diseñado para operar a 222 metros sobre el nivel del mar. Por un obstáculo presentado por Fortuna no podemos operar a nuestra máxima capacidad. El problema no es técnico… en realidad, ellos [Fortuna] están tratando de ponernos las cosas difíciles. ¿Y quién está pagando?, el consumidor final.

¿Si se elimina la restricción, a cuántos megavatios podría aumentar la producción?

–A 125 megavatios. Estí está diseñado para esa cantidad.

¿Qué inversiones futuras piensan realizar?

–Se están haciendo en la planta de Bayano. Inauguramos la construcción de la Unidad 3 en noviembre de 2002. Después rehabilitamos y mejoramos la unidad 1, la cual entró en servicio en septiembre de 2003. Ya empezamos también con la rehabilitación de la unidad 2. Se trata de 87 megavatios nuevos que entrarán en servicio en marzo de 2004.