La cría de ganado en el Trópico Húmedo y sus implicaciones
Dr. William L. Partridge
Escuela de Antropología Universidad de Giorgia Traducido y publicado en la Revista Lotería No. 342-343. Octubre de 1984Edición digital para dominio público: Centro de Estudios de Recursos Bióticos, Universidad de Panamá
NOTA A LOS LECTORES
En 1982 salió calladamente a la luz el libro titulado Colonización y Destrucción de Bosques en Panamá, editado por los investigadores nacionales Stanley Heckadon Moreno y Alberto McKay. Obra esta que fue publicada por la Asociación Panameña de Antropología. Mientras que en nuestro medio fue recibida con un estruendoso silencio salvo algunos comentarios aislados, en el extranjero ha sido mejor recibida como elogiada. Entre las reseñas favorables realizadas por reputados científicos están la del Dr. Pedro Reyes Castillo, Director del Instituto de Ecología de Méjico, publicada en el Mensajero Forestal, (Diciembre de 1982); la del Dr. Tere Chehibar en el boletín de la Sociedad Botánica de Méjico (febrero de 1984); la del Dr. Thomas Ve bien en la revista Meso América (junio de 1983), publicada por el Centro de Investigaciones Regionales de Meso América en Vermont.
Una de las reseñas más completas es la realizada por el Dr. William Partridge, Decano de la Escuela de Antropología de la Universidad de Georgia.
La reseña del Dr. Patridge apareció en la edición de primavera de la revista Human Organization de la Asociación Americana de Antropología Aplicada (1984). A continuación la traducción de la reseña del Dr. Partridge hecha por Cilia Arellano de Pérez, la cual fue incluida en la segunda edición del libro que acaba de salir este año.
Revisión de los casos en Panamá[1]
Una de las transformaciones culturales más profundas que li,i\.i tenido lugar hoy en día en Latinoamérica, es la conquista de las tic iias bajas del trópico húmedo, ya sea que se le denomine coloni/.a (ion. establecimiento en nuevas tierras, translcrencia de población, rccolonización, migración rural o frente de colonización. El caso de- la cuenca del Amazonas se haya bien documentado en Brasil y en los Llanos Orientales de los países andinos. Especialistas en geografía, ecología y antropología han estado por décadas observando la progresiva destrucción de los bosques tropicales debido a la migración masiva desde áreas sumamente pobladas de estos países hacia las tierras bajas tropicales de poca población (Crist and Guhl 1957; Crist and Nissly 1973; Goodland and Irwin 1975; Davis 1977; Stearman 1973; Smith 1965; Moran 1976). La magnitud de las transformaciones ecológicas y culturales de la cuenca del Amazonas, incluyendo la pérdida innecesaria de vidas inocentes, ha ensombrecido el hecho de que este mismo proceso haya estado ocurriendo simultáneamente en las tierras bajas y húmedas del trópico en América Central y en la frontera Norte de Sur América, desde la parte sur de Méjico hasta Colombia.
Por esta razón, además de la contribución teórica, el libro Colonización y Destrucción de Bosques en Panamá de la Asociación Panameña de Antropología, editado por Stanley Heckadon Moreno y Alberto McKay 1982, será muy bien recibido por estudiosos del desarrollo y por los conocedores del tema en mención. El grupo panameño de antropólogos representado en este libro, es un núcleo creativo de profesionales que aceptó el desafío de la investigación aplicada para proporcionar datos que identifiquen un problema y que propongan acciones administrativas y políticas para resolverlas. Los colaboradores de esta obra han estado trabajando tanto en grupo como individualmente en los aspectos sociales, económicos y ecológicos de la colonización de los bosques tropicales en las diferentes regiones de Panamá por más de una década. Esta colección trae en l.otal nueve ensayos previamente publicados en periódicos e informes de circulación limitada y además, un ensayo escrito especialmente para este volumen. En conjunto ellos presentan uno de los tratados más completos del proceso de colonización, que se encuentran disponibles en este momento en un solo país.
La teoría de la migración postula tanto los factores de «expulsión» como los factores de «atracción» de los movimientos de población , pero la mayoría de los estudios sobre la colonización del trópico han puesto poca atención a las condiciones que expulsan o inducen a la gente a emigrar de sus comunidades y han centrado únicamente en el proceso de adaptación de estos emigrantes a las condiciones que les ofrece la nueva comunidad (e.g., Nelson 1973). El libro Colonización y Destrucción de Bosques en Panamá, está definitivamente concentrado en ambos aspectos: el de las condiciones que producen el fenómeno del colono en l.i comunidad de donde emigra y el de las condiciones dentro de las cuales ellos se introducen en las comunidades que los reciben. El resultado es un estudio global a amplio nivel, basado en los análisis detallados de casos específicos a lo largo y ancho de todo el país.
El bosque tropical es muy difícil de desmontar, especialmente para un individuo equipado tan solo de un hacha y un machete. Los antropólogos aprendieron en los trópicos, cuarenta años atrás, (Foster 1942) que los agricultores en barbecho siempre pretieren el acahual (rastrojo) al bosque. Acahual es un término usado en América Central para denominar una porción de tierra previamente cultivada y que se deja baldía de cuatro a cinco años o hasta el punto deque la semilla y pequeños arbustos crezcan de tres punto cinco a cuatro metros (3.5 a4mts.) en la parcela. Este ciclo de barbecho que consiste en un año de cultivo y de 4 a 5 años de no cultivo, no daña la base del terreno y controla efectivamente la invasión de monte, dos factores importantes que hacen que el cultivo en la América tropical sea cambiante. (Watters 1971; Popenoe 1963; Carneiro 1961). Los agricultores en barbecho establecidos en esta parte del mundo, evitan el bosque si tienen la oportunidad ya que los beneficios que de él pueden sacar, no justifican la inversión; por lo tanto debe haber una fuerza poderosa o un factor de empuje que induzca a la colonización del bosque tropical. Heckadon Moreno explica que desde el punto de vista del colono la decisión de talar el bosque está lejos de ser espontánea puesto que implica el conocimiento de haber sido desplazado de una tierra que prefería, la movilización cuidadosa y planeada a largo plazo, la traslación de recursos económicos y sociales y una laboriosa ejecución oportuna y riesgosa.
Los estudios detallados de Heckadon Moreno, McKay y Camargo sobre la Costa del Pacífico y el interior de las provincias, de donde vienen los colonos, demuestran que la consolidación progresiva de unidades de tierra en extensas crías de ganado es el factor más impertan te de empuje en el proceso de migración hacia el bosque tropical en cualquier parte del país. Esto no significa que no haya otros I.u tores que contribuyan a este empuje; la «revolución en la salud pública», por ejemplo, y su consecuente presión demográfica es en Latinoamérica una de las razones que inducen al desplazamiento de la población desde áreas rurales ya establecidas y es también un factor causal de la migración urbana y de la colonización. Tal presión demográfica ha sido un argumento explicatorio importante en los estudios de crecimiento urbano y la invasión de tierras en los años 60. (Mangin 1970; Usandizaba y Havens 1966; Leeds 1969). Pero como lo anota Davis 1965, los avances en la salud pública en el mundo en vía de desarrollo, se hallan concentrados en las ciudades, y el hecho de que las áreas urbanas aumenten de población tiene más que ver con las poblaciones urbano— burguesas que con un incremento notorio ocasionado por la migración rural. En resumen, el desplazamiento de población de las áreas rurales no se debe solamente a la presión demográfica; esta conclusión puede comprobarse en Panamá en el trabajo de Heckadon Moreno y McKay quienes demuestran que el control de la tierra en las lejanas costas del interior por parte de los «neolatifundistas» (Stavenhagen 1975:207) es en gran parte el factor responsable del desplazamiento de los agricultores de sus regiones donde se dedican a la producción mixta tanto agrícola como pecuaria. Estos trabajadores desplazados se transforman poco a poco en colonos que cortan y queman a su antojo los bosques tropicales de la Costa Atlántica de Panamá y de las regiones del Darién.
El libro hace énfasis en la tremenda expansión ganadera a expensas del bosque tropical; pero nosotros sabemos que la destrucción de estos bosques se debe también a otras razones. En la cuenca sur del río Papaloapan, el aumento del 164% en el cultivo de la caña de azúcar en los años 1950 a 1970 fue el responsable de la reducción forestal de un 40% a un 13% (Nugent, Partridge, Brown and Rees 1978). Además, la agricultura de monocultivo comercial en general es factor importante en la destrucción del bosque tropical (Ewell and Poleman 1980; Nelson 1973; Forbes Magazine 1979). El denominador común que liga a la expansión de la cría de ganado con la agricultura comercial es la capitalización de la tierra consolidada. Sin embargo en Panamá y en cualquier parte de los trópicos de América se le da mucha menos importancia a la agricultura en general que a la cría de ganado.
Los ensayos presentados en el volumen objeto de estudio representan un análisis importante de los procesos sociales y económicos por medio de los cuales se lleva a cabo la consolidación de la tierra en las zonas ya establecidas como también la colonización de las nuevas tierras del bosque tropical y sus interrelaciones. Estos ensayos presentan además un análisis interrelacionado de los factores que inducen hacia estas transformaciones, como también el patrón humano de asentamiento dentro de Panamá. Cada uno de los análisis tiene una significación teórica de los cambios que se llevan a cabo en todo el trópico húmedo de América, y hace énfasis en ello.
El proceso mediante el cual tienen lugar las transformaciones socioeconómicas puede sintetizarse como la reafirmación del antiguo e histórico sistema de colono o préstamo en cuanto al uso de la tierra se refiere. Este sistema se utiliza para facilitar tanto la consolidación de la tierra como su colonización. El sistema de colono es el nombre que se le aplica a la práctica por parte de los criadores de ganado de permitir, alentar e inducir a los agricultores a corto barbecho a que desmonten el bosque para convertirlo en criaderos de ganado, planten cosechas de subsistencia, dediquen una porción de tierra a la renta y luego abandonen la parcela al cultivo de pastos o, en otros casos, sean forzados a dejar descansar la parcela después de varias estaciones de cultivo.
Con el fin de extender los pastos y desmontar el bosque se ha utilizado inclusive el mecanismo legal del reparto colonial, la esclavitud, la abolición de la tenencia comunal, la peonada o la costumbre contemporánea de «préstamo» de tierras; pero históricamente el agricultor de corto barbecho siempre ha mantenido y cultivado el pasto en el trópico húmedo. Patino (1965:306;1970:197ff) documenta la persistencia del sistema de colono en la América tropical desde tiempos coloniales incluyendo la introducción de pastos africanos por medio de este mecanismo (ver también Parsons 1977). De la Pena (1946) y Attolini (1949) documentan esta misma persistencia en la primera mitad del siglo XX en Méjico donde en los años 50 fue de nuevo descrita como el préstamo, o sistema de préstamo de tierra (Winnie 1957: 179); además Trióme (1965) describió también esta misma persistencia recientemente en Colombia. En efecto en los trópicos bajos de América el cultivo rotativo y el aumento en la cría de ganado están unidos en una simbiosis cultural. La cría de ganado está localizada en las áreas más explotadas por los agricultores a corto barbecho quienes mantienen y extienden el cultivo del pasto. La persistencia de este sistema ha sido también encontrada en los bosques mejicanos de Lacondon por Nations (1978: 1982) y en Honduras por Dewalt (1983).
El libro Colonización y Destrucción de Bosques en Panamá ayuda a clarificar el significado del sistema de colono tradicional en el desarrollo del capitalismo internacional contemporáneo que se opera en el trópico húmedo. Las tierras bajas de la costa Pacífica y las áreas del sudoeste de Colón han sido utilizadas desde el siglo pasado en un sistema de agricultura mixta de cultivo a corto barbecho y una producción pecuaria en pequeña escala. Con la realización de una serie de proyectos de desarrollo recientes en estas áreas del interior de Panamá, tales como la construcción de caminos de conexión hacia la Carretera Panamericana, la construcción de dos mataderos, y el advenimiento de nuevos mercados de carne en los centros urbanos crecientes de Colón y la ciudad de Panamá, se produjo un cambio en el precio de la tierra y de los productos en el interior del país. McKay descubrió un aumento de cinco veces en el tamaño de las haciendas de ganado en las lejanas tierras costeras de Colón en los años 60 cuando productores en gran escala se movieron hacia estas áreas y compraron pequeñas fincas. Heckadon Moreno analiza el mismo proceso en la costa del Pacífico de las provincias del interior donde los criadores de ganado se expandieron en un 44% entre 1950 y 1970 con la finalización de los caminos ‘a prueba de todo tiempo’ a lo largo de los cuales se localizaron los criadores e hicieron que el valor de la tierra escalara en un 300%. En cada caso la capitalización masiva de la tierra ocasionada por el desarrollo dio como resultado la consolidación de la misma. (En forma de paréntesis Barlett (1982: 42) observaba un 1000% de ascenso en Costa Rica y en la parte sur de Méjico una inflación del 500% en los valores de las tierras como resultados de factores similares [Partridere y Brown 1982].)
Con el paso de los años los agricultores de corto barbecho y los productores de ganado en pequeña escala, vendieron sus fincas en el interior de la provincia dando paso a los criadores de ganado de más de 500 hectáreas. Entre 1960 y 1970,1a tierra cultivada decreció de unas 6.000 hectáreas a 4.000 hectáreas mientras que el incremento en el cultivo de pastos subió de 20.000 a 48.000 hectáreas en un área objeto de estudio. A medida que este proceso continuaba se fue intensificando el sistema tradicional del colono. En concomitancia con la consolidación de las grandes unidades de tierra vino la fragmentación de las pequeñas unidades por productor de cosecha o criador de ganado incapaz o no deseoso de vender. El resultado fue la desaparición de suficiente acahual necesario para mantener la estrategia de agricultura mixta y la emergencia o incremento del minifundio y de los trabajadores sin tierra quienes buscan el «alquiler» de la misma en las grandes haciendas de ganado. El resultado de esta situación es la emigración masiva hacia los bosques de las costas bajas del Atlántico y del Darién, a medida que los pastos crecen y se reemplazan completamente los bosques secundarios de las provincias del interior.
Muchos de los autores de estos ensayos anotan que el proceso de consolidación y fragmentación en Panamá se ve estimulado por el rápido crecimiento de la demanda interna de carne en contraste con lo que ocurre en términos generales en Centro América en donde el aumento de la producción de carne se ve estimulado por el mercado de Estados Unidos. Centro América exporta a Estados Unidos un 90% de su producción de carne, lo que para Estados Unidos representa un 20% de sus importaciones (West 1977: Morgan 1973), lo cual es consecuencia lógica del descenso en el consumo de carne en los países de América Central en general (Peder n. d.). Parece entonces una paradoja que el consumo interno de carne en Panamá suba, pero también hay que tener en cuenta que existe un gran porcentaje de demanda de carne por parte de no panameños residentes en Colón y en Ciudad de Panamá en las áreas del canal y en las bases militares, lo cual constituye una situación atípica en el resto de Centro América.
Es importante anotar que el factor causal que se encuentra detrás de este proceso dual de eliminación del sistema de agricultura mixto por una parte y el desplazamiento de población hacia el bosque tropical por otra parte, obedece a las estrategias de inversión de los agentes de desarrollo internacional. Estas inversiones son de dos clases desde el punto de vista de los países que las reciben: Los agentes multilaterales tales como el Banco Mundial, el Banco de Desarrollo Interamericano, el Comité de Asistencia para el Desarrollo (Development Assistance Committee —DAC [2]), la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otras organizaciones que prestan fondos a bancos nacionales de países en vía de desarrollo; muchos de estos préstamos se hacen en forma no concesional, que no implica la obligatoriedad de ser administrados para la promoción del desarrollo y el bienestar de los países en vía de desarrollo. Los agentes privados o las Corporaciones Internacionales que invierten directamente en los intereses del sector privado de los países en vía de desarrollo, incluyendo las curiosas coloraciones del sector cuasi-privado, como la Corporación Latinoamericana de Desarrollo Agro-comercial (Latín American Agribusiness Corporation ([LAAD]) que es un mecanismo legal para canalizar millones de dólares del fondo público a través de la Agencia Internacional de Desarrollo (AID) en corporaciones privadas de Latinoamérica. Entre 1970 y 1980 Panamá se ha encontrado entre el tercero y el séptimo lugar entre los 44 países en vía de desarrollo en cuanto a préstamos estatales y flujo financiero de fuentes multilaterales (UNCTD 1982:290-91; Banco Mundial 1980: 136-37). Durante el mismo período Panamá se ha encontrado entre el segundo y el octavo lugar entre los 44 países en vía de desarrollo en América Latina en cuanto a inversión privada se refiere (UNCTD 1982: 298-299). Por cada caso de inversión en el desarrollo de la industria pecuaria en Panamá y en cualquier país de América Central, se empequeñece el gasto comparable en la industria de la agricultura (Feder n.d.; Spielmann 1977; Nations and Nigh 1978; LAAD 1980, 1981).
Los colonos que se dedican a la tala de bosques vienen del interior de Panamá financiados por préstamos del Banco Nacional de Panamá, por diferentes fuentes de inversión privada, por agentes multilaterales y por la oficina de la reforma agraria del Ministerio de Desarrollo Agropecuario y otras fuentes más. En un artículo singularmente importante del libro, Joly documenta cómo una serie de programas de préstamo se derivan en última instancia de fuentes internacionales. Ella anota también que el verdadero ímpetu de invasión del colono en las poblaciones costeras ya establecidas en la región aún no se ha perdido: la gente de la costa llama a los colonos prestamistas a causa de su dependencia de los préstamos bancarios para poder establecer ese estilo particular de empresa ganadera como lo es la cría de ganado en el trópico húmedo. El artículo de Joly dirige nuestra atención hacia la conquista cultural que representa esta clase de desarrollo. La costa atlántica en sus tierras bajas ha sido habitada por las subculturas llamadas playeros (hispánico-negro mezclado o descendiente de negro) y también por los naturales o cholos (descendientes de hispano-indígenas) desde los finales del período de la colonia. Ellos representan poblaciones establecidas que practican el cultivo mixto de agricultura que lleva consigo el cultivo de corto barbecho, la cría de ganado en pequeña escala y la especializa-ción en algunas áreas como la pesca y la manufactura. A manera de patrón en toda esta parte de América, estas poblaciones costeras se han concentrado a lo largo de los ríos evitando así el bosque tropical por razones ya mencionadas. Por generaciones han utilizado un área claramente definida por barreras marcadas por el bosque que evitan. Los colonos del interior se mueven a diario hacia los ríos para encontrar nuevas fincas que evolucionen en haciendas ganaderas, una vez que el sistema de colono ha sido utilizado para devastar el bosque y plantar el pasto. Es entonces cuando muchos de los colonos del interior venden sus fincas mejoradas a los criadores de ganado en grande escala consolidando pequeñas unidades, y los colonos se mueven un poco adelante hacia el bosque tropical.
En resumen, los colonos del interior llevan y transmiten el patrón de la cría de ganado en el trópico húmedo. El trabajo de Joly sobre la costa atlántica como también los artículos de Heckadon Moreno, Herrera y Pastor y el trabajo de Hernández sobre el mismo proceso en el área del Darién, demuestran que el Negro, el Hispánico, el Indio y las poblaciones indígenas mezcladas de estas áreas, no solo están bien adaptadas al medio del bosque tropical en un sistema de agricultura no destructiva y una producción pecuaria, sino que también han producido y comerciado por décadas, puerco, ganado, coco, banano, arroz, café y otros renglones más. La población indígena no ha contado con la asistencia del gobierno, en términos de créditos para la agricultura, servicios de salud, educación básica, o construcción de una infraestructura. La aparición de los colonos del interior trae consigo estas iniciativas de parte del gobierno, al tiempo que esta subcultura históricamente dominante ligada a la subcultura predominante de la capital representa una amenaza a las subculturas costeras de las tierras bajas. En el momento en que aparecen los servicios públicos son ellos quienes ocupan las posiciones lucrativas de poder. A medida que el proceso de colonización madura hacia la fase de consolidación, repitiéndose el proceso de consolida-ción-fragmentación completado ya en el interior, serán desplazados los indígenas, negros, indios, hispánicos y poblaciones mixtas y con ellos el bosque tropical con el cual ellos coexisten. Nosotros estamos presenciando por lo tanto, la conquista cultural del costeño que se dedica al cultivo rotativo, por parte del criador de ganado en el trópico húmedo en Panamá.
Las implicaciones de los datos y los análisis de este volumen para el desarrollo de políticas a tomar son por lo menos dos: Primero, la cría de ganado en el trópico húmedo no se expande en forma inexorable para desplazar el sistema de agricultura mixto o destruir el bosque tropical. Hay que reconocer que el ganado está acabando con el bosque (Dewalt 1983), pero es ésta una consecuencia lógica que responde al interés de las estrategias internacionales de desarrollo (Nations and Komer 1982). En Panamá estamos presenciando una especie de política de desarrollo: la capitalización de la (ierra consolidada y los patrones de uso de la tierra que despla/.an al trabajador. Esta política de desarrollo es la verdadera culpable de la destrucción del bosque tropical y es por demás carente de sentido. El sistema mixto de agricultura que incluye tanto la cosecha como la producción pecuaria, emplea mayor mano de obra, produce mayores valores de producción por unidad de tierra y da como resultado una distribución más equitativa del ingreso a diferencia de lo que puede dar la cría de ganado en el Irópico húmedo (ILO 1971; World Bank 1980: Nations and Nigh 1978; Parlridge and Brown 1982). Los brasileros dicen, «donde entra el ganado existe el hombre» (Mar^olis 1980: 233). Los americanos hispanohablantes dicen que «donde hay ganado no hay gente» (Patino 1970: I 7). Una estrategia de agricultura mixta intensificada aun después de la capitalización, puede ser manejada muy bien en el trópico húmedo de tal forma que se protejan los recursos ambientales según nos dicen los resultados experimentales de Sánchez y sus colegas (1982).
Segundo: la política corriente de colonización que consiste en la capitalización de los agricultores sin mucha destreza, tiene poco sentido. Como observaron Moran (1979) y Watters (1971) y como lo documenta el libro que aquí revisamos, los colonos de fuera de las regiones del bosque tropical húmedo no conocen los factores de vegetación ni el clima de este suelo como tampoco el manejo apropiado de las granjas con el fin de proteger la productividad del ambiente. La mayor parte del desastre ecológico que hoy presenciamos, como también muchos de los fracasos económicos originados por este esquema de colonización tropical, se deben a la ignorancia y a la inexperiencia de colonos desplazados de zonas antiguamente establecidas y que vienen de afuera. Aquí también las políticas a seguir son claras: capitalizar una clase de desarrollo más racional que favorezca no al forastero sino a la población indígena, que favorezca no a las culturas destructivas criadoras de ganado en el trópico húmedo, sino al productivo sistema de agricultura mixta, más viable ecológica y económicamente; que favorezca a la población local experimentada y adiestrada en el manejo de los recursos tropicales. Los criterios de selección de los colonos en las áreas del bosque tropical y de la adjudicación del crédito agrario deberían incluir una experiencia previa en el sistema de agricultura mixta en las tierras bajas del trópico húmedo.
Pocas alternativas nos quedan a menos que sea la de estudiar de cerca e intentar influir en el proceso de colonización en los trópicos de América Latina, puesto que por más de tres décadas la experiencia ha mostrado que el crecimiento en la producción de alimentos se frena por la expansión de las áreas dedicadas al cultivo con tecnología tradicional y a la omisión de la nueva tecnología en las áreas ya cultivadas (Schuh 1975; Nelson 1973). En otras palabras, los cambios tecnológicos que prometen gran productividad están estrechamente concentrados en Latinoamérica en la exportación agrocomercial, mientras que el aumento del volumen del consumo de alimentos en la población se nutre del cultivo de nuevas tierras que utilizan el sistema tradicional de la agricultura con el riego natural de la lluvia. Bajo estas condiciones económicas mundiales la atención que prestamos al proceso de colonización y en particular a sus variables culturales y étnicas debería constituir un punto clave para el futuro.
En resumen, el libro Colonización y Destrucción de Bosques en Panamá es importante porque les proporciona datos nuevos a los especialistas en desarrollo, complementando los ya existentes, a la vez que sirve para ampliar nuestro conocimiento sobre el proceso de colonización en Panamá. Este libro también ofrece una estructura analítica teóricamente bien acabada para la interpretación de estos datos que será de gran ayuda para los estudiosos en vía de formación. Es también un buen ejemplo de la investigación aplicada, que habilita a profesionales y especialistas para encontrar caminos de solución claramente diferenciados, basándose en sus datos y en su significación teórica.
[1] Agradezco a la señora Cynthia Woodsong, asistente de investigación en el Departamento de Antropología de la Universidad del Estado de Georgia, por su ayuda en la preparación de este comentario y al Dr. MacChapin de la Fundación Interamericana, por la sugerencia de publicar este artículo.
[2] El Comité de Asistencia para el Desarrollo (The Development Assistance Coinmittee-DAC) consiste de los países miembros de I u Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Organization for Ivconomic Cooperation and Development— OECP), que incluye los siguientes países: Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, República Federal de Alemania, Italia, Japón, Holanda, Nueva Zelandia, Noruega, Suecia, Suiza, Reino Unido, y Estados Unidos.
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Ver además: Poblamiento humano y ganadería y su impacto en el paisaje panameño.
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