Ecologista desmiente al gobierno panameño

Ecologista desmiente a Dany Kuzniecky

Panamá, Burica Press, 25 de marzo de 2007

El ecologista y biólogo Ariel Rodríguez rechaza la campaña mediática antiética del gobierno panameño, que intenta hacer ver que la demanda energética del país está cerca de su capacidad instalada, hecho que según el denunciante está totalmente alejado de la verdad. Indicó que en relación a una nota aparecida en La Prensa y en otros medios diciendo que «se registró una demanda de mil 50 megavatios y la capacidad disponible es de mil 296.» no es correcta, ya que no es lo mismo hablar de capacidad instalada que capacidad disponible y tampoco es ético no aclarar que gran parte de la demanda es energía que Panamá está exportando y no es mayor consumo nacional.

Indicó el ecologista que «el pasado martes 18 de marzo se alcanzó el último récord, hecho que si es cierto, pero lo que no dice nadie, ni lo aclara el gobierno nacional es que ese mismo día hubo una exportación neta de más de poco menos de 700 megawatts, lo que indica que realmente el consumo de Panamá no fue ningún récord. Es la suma adicional de exportación la que hizo crecer la demanda en las horas pico de demanda en Centroamérica, la cual es similar a la de Panamá. El consumo de energía lo dispara el uso de aires acondicionados, no los focos de cada rancho de Panamá. Eso el gobierno lo sabe muy bien y no lo aclara en lo absoluto.»
Por tanto, sin tener la cifra oficial de ayer que alcanzó, según el gobierno nacional la nueva cifra de 1,050 MW, «sería importante separar cuantos MW fueron enviados a Centroamérica y asi tendríamos un dato real del consumo nacional que tiene un promedio semanal de 700 MW/Hora, y Panama tiene una capacidad instalada superior a los 1500 MW y no de 1296 MW como indicó el Gobierno ayer».
Según el ecologista Rodríguez el gobierno con el afán de promover los proyectos hidroeléctricos está intentando manipular la opinión pública que no maneja estos datos de energía.
«En los próximos cinco años la capacidad instalada estará por encima de 2000 MW, independientemente que no se construyan las hidroeléctricas que impulsa el gobierno con el sector privado», argumentó. Adicionalmente indicó que la otra gran mentira del gobierno es la de hacer ver que el precio de la energía bajará con más proyectos hidroeléctricos, cuanndo en realidad saben que los precios se regirán por el precio internacional del petróleo, a menos que modifiquen la ley de privatización de los generadores de energía en el país.
«El gobierno nacional sabe que los ecologistas han descubierto un gran fraude y manipulación de la comunidad panameña en el asunto de cifras de energía para hacer ver escasez donde no la hay, con el único propósito de seguir promoviendo la construcción de decenas de hidroeléctricas, que todo mundo sabe en Panamá que es un gran negociado donde están involucrados desde exdirectores de la Autoridad de los Servicios Públicos, miembros del gobierno nacional y la clase empresarial tradicional de este país, que con sus influencias están ayudando al gobierno a mentirle al pueblo. De allí el contubernio montado y la campaña bien orquestada con tal de seguir engañando a este noble pueblo», acotó el ecologista Rodríguez.

El papel de los movimientos sociales por el ambiente y la vida digna

DERECHOS.

El papel de los movimientos sociales

Lucía L. Lasso

Distintos grupos de indígenas y campesinos provenientes de cinco provincias del país llegaron a la ciudad capital y acampan ahora en Catedral para llamar la atención de los citadinos sobre lo que ocurre en sus territorios. Ellos nos traen una nueva voz, nos dicen que las inversiones extranjeras en minas a cielo abierto, en el turismo residencial y en las hidroeléctricas hacen crecer la economía nacional a su costa: quitando las tierras de sus hijos con intimidación y abuso policial.

Ellos vinieron a la ciudad a demostrar su rechazo por proyectos que les dañan suambiente y sobre los cuales jamás tuvieron información adecuada que les permitiera dar su consentimiento de manera previa y libre. Simplemente llegaron y les dijeron «aquí se hace esto, y no se quejen que es por su bien». Pero las comunidades se organizaron para enfrentar la imposición que destruye todo lo que conocen y respetan.

Como era de esperarse, inmediatamente surgieron individuos desestimando el valor de esta acción y diciendo que los «pobres» (¡noten el tono sumamente irónico!) campesinos e indígenas están siendo manipulados por personas con «intereses ocultos».

Para estas personas, del gobierno y de las empresas, es imposible concebir que los campesinos e indígenas son personas adultas capaces de pensar y organizarse por sí mismos; para estas personas de «rango» los humildes solo son capaces de rechazarlos cuando son manipulados por personas externas. ¡Ver intereses ocultos detrás del movimiento campesino e indígena no es más que una forma de racismo y clasismo!

Pero, ¿cuáles son esas «oportunistas influencias externas» a las que tanto teme el gobierno y los intereses empresariales? No son más que organizaciones no gubernamentales (ONG) nacionales que luchan para que se respeten los derechos humanos y el estado de derecho. ¿Y que han hecho las «desestabilizadoras» ONG? Pues se han atrevido a dar talleres sobre convenios internacionales; les han enseñado a utilizar el internet; y, lo peor de todo, ¡les han enseñado a poner una denuncia en fiscalía, a entender las leyes de Panamá!

Pongamos las cosas en perspectiva, nadie diría jamás que hay intereses ocultos detrás de una ONG que utiliza sus fondos para enseñarles a las mujeres víctimas de la violencia intrafamiliar cómo poner una denuncia contra la pareja que abusa de ellas. Entonces, ¿por qué se crea un problema cuando una ONG utiliza sus recursos para enseñar cómo poner una denuncia a las poblaciones rurales víctimas de proyectos que los despojan de sus tierras ancestrales? ¿Por qué le tienen tanto miedo a las ONG «extranjeras» si el 90% de los proyectos son hechos por capital y personas extranjeras?

Los proyectos no se rechazan por capricho, sino porque su construcción viola derechos fundamentales y no cumple con requisitos legales básicos. ¿O es normal que el desarrollo nacional se alcance encerrando por 10 horas en una oficina a mujeres viudas que no hablan español hasta que firme un contrato cediendo sus tierras? ¿O es normal que una empresa extranjera ordene a la policía bloquear por meses la entrada a una comunidad? Esto, señores, está pasando en Panamá.

La pregunta es: ¿cuáles son los «intereses ocultos» que permiten que esto suceda impunemente? ¿Qué quieren los que se reúnen a puertas cerradas con el Presidente?

-La autora es antropóloga y Directora Ejecutiva de la Alianza para la Conservación y el Desarrollo

Ecologista se encadena

PROTESTA DE CAMPESINOS E INDÍGENAS.

Se acabó la leña del parque Catedral

Una campesina se encadenó en la entrada de la Presidencia para exigir una reunión con el Presidente.

LA PRENSA/Jorge Fernández
LUCHA. Los campesinos e indígenas viajaron a la ciudad con sus familias y se instalaron en el parque Catedral.

José Arcia
jarcia@prensa.com

Los campesinos e indígenas que protestan en el parque Catedral se quedaron sin leña para cocinar, pero las llamas de su lucha no se apagan. Todo lo contrario.

Ayer, después de 13 días de manifestaciones en la ciudad capital, Aleyda Suira «atizó el fogón» en horas del mediodía, cuando se encadenó frente a la entrada de la Presidencia.

Esta lucha comenzó el 28 de noviembre de 2007, cuando marcharon en defensa de la naturaleza durante los desfiles en Boquete, Chiriquí, para conmemorar la separación de Panamá de España.

En esa ocasión, los distintos grupos que se oponen a proyectos mineros, hidroeléctricos y de turismo residencial acordaron reunirse cuatro días después (2 de diciembre), en Santiago de Veraguas para coordinar las acciones que tomarían en conjunto.

Volvieron a verse el 23 de diciembre y decidieron venir a la capital a manifestarse. Hoy cumplen 14 días en un campamento en el parque Catedral, donde llegaron, después de realizar actividades para recolectar fondos.

En Santiago se acordó que cada comunidad llevaría a cabo rifas, venta de comida y enviarían cartas solicitando donaciones, dijo Larissa Duarte.

Al final, recolectaron 3 mil dólares que se gastaron en alquiler de buses y en compra de comida. Alimentos que no se han agotado, gracias a las donaciones de turistas y locales, quienes además les han llevado dinero en efectivo.

En la mente de Carmen Tedman, quien se opone a un proyecto hidroeléctrico en Boquete, está el recuerdo de un turista que depositó 100 dólares en la canasta.

Tedman habla inglés y se encarga de explicarles el motivo de la lucha a los turistas que hablan ese idioma.

Entre quienes viven en la ciudad, también han logrado aceptación. Les han donado, mayormente, alimentos.

En el campamento, el arroz, los frijoles, el azúcar, el café y otros insumos son suficientes, pero desde el pasado domingo la leña que trajeron del interior se les acabó, por lo que no podrán seguir cocinando.

Un residente del sector les prestó una pequeña estufa eléctrica, pero el parque solo tiene energía eléctrica en horas de la noche. «Nosotros habíamos decidido realizar una huelga de hambre, pero por las circunstancias de la vida, creo que será de hecho», ríe Duarte.

En el día, el parque está lleno de pancartas con mensajes en contra del Gobierno y en defensa de los recursos naturales. Esas mismas pancartas son utilizadas en la noche como «colchón» y «sábana» por los campesinos e indígenas que duermen tirados en el piso. Cada amanecer se turnan para utilizar el baño de un residente de San Felipe que se ofreció a prestárselo.

Los manifestantes se quedarán hasta que el presidente, Martín Torrijos, los atienda. Pero desde la Presidencia se informó que el gobierno prefiere que estos temas se traten en la Mesa de Concertación Nacional para el Desarrollo.