El siguiente documento data de 1979 (casi 30 años) y nos indica la línea base y condiciones y proyecciones de uso que se tenía en los Manglares de Juan Díaz. Sirva esta información para analizar las condiciones y perspectivas actuales (2008). Esta información ha sido extraída del sitio Biota Panamá:
EVALUACIÓN ECOLÓGICA PESQUERA DE LOS MANGLARES DE JUAN DÍAZ EN 1979
Por
Luis D’Croz* y Bogdan Kwiecinski
Laboratorio de Biología Marina de la Universidad de Panamá
Documento Técnico
Normas para el Control y Desarrollo del Sector de los Manglares del Corregimiento de Juan Díaz. pág. 1-19.
Ministerio de Vivienda
Panamá, 1979
INTRODUCCIÓN
El crecimiento urbano e industrial de la Ciudad de Panamá ha llevado al Ministerio de Vivienda a plantear la necesidad de planes de desarrollo para las áreas marginales de la ciudad, entre estas, las zonas pantanosas y de manglares de Juan Díaz. Por tal razón, se creó una comisión ínter-institucional, cuyo propósito fundamental fue el definir la política para el desarrollo urbano del área de Juan Díaz y zonas aledañas, que no debe ser antagónica a los intereses sociales, ecológicos y pesqueros de la región.
El laboratorio de Biología Marina de la Universidad de Panamá, conjuntamente con la Dirección General de Recursos Marinos
del Ministerio de Comercio e Industrias, adquirieron ante dicha comisión, la responsabilidad de realizar una evaluación ecológico-pesquera de los manglares, para que sirviera cono referencia en la toma de una decisión para el área.
No escapa a los autores del informe, que las transformaciones e incluso, destrucción de zonas de manglares y estuarios, puede resultar inevitable ante ciertas circunstancias; sin embargo, también es cierto que en numerosos casos esta destrucción perjudicial puede ser prevenida si las personas e instituciones involucradas en la toma de las decisiones correspondientes están conscientes del valor ecológico y económico de los manglares.
El drenaje y relleno de los manglares para usos urbanos, agrícolas e industriales, pueden resultar en una reducción real de la capacidad productiva de nuestros mares, dada la estrecha interrelación existente entre numerosas especies marinas y los manglares.
Descripción Ecológica de los Manglares
Los manglares forman una comunidad típica en las costas y estuarios tropicales. Tienen amplia tolerancia a las variaciones de salinidad que puede ser desde aguas marinas (35 0/00 de salinidad) hasta aguas casi dulces (0.5 0/00 de salinidad). Estos árboles sirven de base, asiento o morada a diversas comunidades que tienen diferentes tolerancias a la salinidad, por lo que la composición de las comunidades del manglar variará dependiendo de que el manglar se desarrolle en las costas marinas o bien en la desembocadura de los ríos. En la región de Juan Díaz se dan ambas condiciones donde no menos de tres estuarios (desembocaduras de los ríos Matías Hernández, Juan Díaz y Tocumen) se encuentran incluidos en la zona de los manglares.
El manglar muestra una zonación característica, donde la franja en contacto permanente con el mar está formada por mangle rojo •(Rhizophora sp.), que tiene raíces aéreas que le dan estabilidad al árbol. El mangle rojo coloniza nuevos terrenos al mar y protege contra la erosión de las olas. Esta especie de mangle estará siempre supeditado al efecto de las mareas y en consecuencia, el substrato sobre el que se encuentra sufre inundaciones periódicas conforme fluctúan las mareas. Por detrás del mangle negro (Avicenia sp.); cuyos neumatóforos brotan de las raíces del árbol en forma de pequeños y delgados tubos, que tapizan el suelo sobre el cual está el árbol y ayudan a la respiración en un ambiente cienagoso, pobre en oxígeno. La zona de mangle negro puede ser inundada con las máximas máreas del mes. En la zona supralitoral y en dirección a la tierra se encuentran franjas de mangle blanco (Laguncularia sp) y botoncillo (Conocarpus sp.), además de vegetación propiamente terrestre que comienza a dominar.
Con frecuencia se atribuye a los manglares la proliferación de mosquitos; sin embargo, esto es una verdad a medias, toda vez que la zona del manglar que puede resultar propicia para la crianza de los mosquitos es la de Avicenia sp. (mangle negro), de características pantanoso y no por parte de la franja de mangle rojo, donde el flujo y reflujo de las mareas no permite el desarrollo larval de los mosquitos. La zona de Rhizophora (mangle rojo) se considera de mayor importancia ecológica, mientras que la de mangle negro y blanco son de relativo menor valor ecológico (Robas, 1970).
Dentro de las comunidades asociadas al manglar se observarán numerosas algas, invertebrados (crustáceos, moluscos, esponjas etc.), aves, algunos mamíferos; además de larvas y juveniles de peces.
Relación entre los manglares y estuarios y la producción pesquera
Es conocido el hecho de que en las costas bordeadas por los manglares se encuentran además de las poblaciones nativas y permanentes, numerosos organismos marinos en etapas juveniles y que pasan tan solo parte de su vida en estos hábitat, buscando durante eso tiempo protección y abundante alimentación, que les garantiza un rápido crecimiento y una más exitosa subsistencia. Estos organismos están protegidos por la gran cantidad de raíces del mangle rojo, que les sirve de refugio y por otra parte, un eficiente e importante flujo de energía que va del manglar hacia las zonas costaneras, ocurre en forma de detritus orgánicos derivado de las hojas caídas de los mangles, que garantizan un amplio recurso alimenticio.
Estas hojas, que permanentemente caen desde el manglar, en un principio no están disponibles como alimento, debido a que la lignina y celulosa que la componen resultan indigeribles para la mayor parte de los animales marinos. Sin embargo, la acción bacteriana y de los hongos en el agua convierten esta materia indigerible en una fuente de proteínas de importancia nutritiva para la fauna marina asociada al manglar (Heald y Odum, 1970). En primeras instancias, organismos como anfípodos, mísidos, camarones carideos y peneidos, peces detritívoros como anchovetas, poecílidos y lizas aprovechan este material transformado como alimento. Posteriormente, estos mismos organismos podrán servir de alimento a otros como peces omnívoros y carnívoros, tales como juveniles de roncadores, pargos, robalos, corvinas, etc.
La producción anual de hojas de un manglar ha sido estimada en cerca de 800 gr/m2 en los manglares de la Florida (Heald y Odum, 1970), lo que representa un tremendo potencial alimenticio. Estudios realizados en los manglares de Guapi, en la costa del Pacífico de Colombia, donde el bosque es más denso y no está sujeto a fluctuaciones en temporadas frías y cálidas, la producción neta de hojas se ha estimado en cerca de 1,500 gr/m2/año (Hernández y Muellen, 1977), lo que efectivamente resulta en casi el doble de la producción neta de los manglares de Florida. La producción en el Pacífico colombiano debe ser muy similar a la de los manglares del Pacífico de Panamá, ya que las mismas especies y factores ambientales son similares.
Hoy día, los científicos aceptan que existe una correlación estadística verdadera y directa entre la cantidad de costas bordeadas por manglares y la producción pesquera. La disminución de este borde de manglares irremediablemente se transformará en pérdidas en la producción pesquera de la región.
Estudios realizados en los estuarios y manglares del Golfo de Panamá durante los años 1974 y 1975 (D’Croz, Martinez y Del Rosario, 1976), indican que ocho especies de camarones Peneidos se encuentran en los manglares y estuarios durante su vida juvenil. De estos camarones, las tres especies que se conocen como “camarones blancos” o “langostinos” (Penaeus occidentales, P. stylirostris y P. vannamei) son las más abundantes en los manglares, Estos camarones llegan a las zonas costeras bordeadas por Manglares en forma de postlarva (aproximadamente 12 mm L.T.) después del desove, ocurrido en aguas más profundas y se mantienen en los estuarios y manglares por espacio de cuatro a cinco meses, después de los cuales inician una migración hacia las zonas marinas más profundas, donde se encuentran como adultos. El desove de estos camarones ocurre en mayor o menor intensidad durante todo el año, de manera que la presencia de juveniles en los manglares y estuarios es permanente. Penaeus occidentalis se ha observado en mayor abundancia en los manglares durante la estación seca (enero a abril) y se ha encontrado que se retiran de estas áreas con tamaño cercano a los 75 mm de L.T,. Penaeus stylirostris se encuentra en altas densidades en los manglares principalmente entre agosto y septiembre, aunque una población abundante de juveniles es notoria hasta diciembre. Este camarón se estima sale de los manglares y estuarios con tamaños cercano a los 45 mm L.T. Penaeus vannanei se observó en menores densidades que las dos especies anteriores y su presencia ocurrió principalmente entre septiembre y diciembre, dejando los manglares con tamaño entre los 65 y 76 mm L.T.
Otras especies de camarones Peneidos fueron observadas en los manglares. El camarón café (Penaeus californiensis) , el camarón rojo (Penaeus brevirostris), el camarón carabalí (Trachypenaeus byrdi y _T. faoea) y dos especies de camarones tití (Xiphopneaeus riveti y Protrachypene precipua) se observaron asociadas a las aguas marinas al frente de los Manglares.
Con respecto a la interdependencia de las especies que forman la pesquería del camarón en Panamá con los manglares y estuarios, se ha encontrado (D’Croz, 1976) que de las nueve a diez especies de camarones Peneidos que generalmente constituyen la pesquería del camarón (que rinde anualmente B./30-35 millones en exportaciones), seis especies (tres de camarón blanco, una de camarón
rojo y dos de carabalí) necesitan de los estuarios y manglares durante sus etapas juveniles y 1os especies de camarones tití se encuentran asociadas a las aguas del frente de los manglares. De manera que de todas las especies de camarones Peneidos de valor comercial, tan sólo una está completamente desligada de los manglares y estuarios» que es Solenocera sp. conocido como camarón Fidel y que en 1976 representó menos del 6% de la captura total de la flota camaronera. Este hecho demuestra que el 94% de los rendimientos camaroneros dependen de la capacidad de albergue y alimentación de los estuarios y manglares; en consecuencia ningún programa de administración racional de los recursos camaroneros puede ser exitoso si no se garantizan los manglares y estuarios como sitios de crianza natural de juveniles (Calder, Eldridge y Joseph, 1974).
El laboratorio de Biología marina de la Universidad de Panamá ha realizado estudios sobre las poblaciones de peces en los estuarios y manglares en el Golfo de Panamá. Los resultados parciales que se presentan aquí corresponden a cuatro manglares diferentes denominados como:
Estación 1: Estuarios y manglares del Río Bique
Estación 2: Estuarios y manglares en San Carlos
Estación 3: Estuario del Río Juan Díaz
Estación 4: Manglares de Juan Díaz
Estos estudios han indicado la presencia de no menos de treinta especies de peces en los manglares de Juan Días, muchos de los cuales resultan de interés conercial para las pesquerías cercanas. La liza (Mugil curema) es la especie más abundante en los manglares de Juan Díaz y abunda en los meses de
agosto y septiembre, aunque la presencia de la especie se observa espaciada durante todo el año. En la región occidental del Golfo de Panamá, la mayor abundancia de lizas ocurre entre enero y marzo.
La mojarra Eucinostomus californiensis, es otra de las especies comunes en los manglares y estuarios que usa como sitio de crianza de juveniles. Se observa en Juan Díaz con especial abundancia en los manglares durante los meses de agosto y septiembre.
Cuatro especies de róbalos se han visto asociadas al área de manglares de Juan Díaz: Centropomus armatus, C. nigrescens, C. robalito y C. unionensis, esta última en poca cantidad. La especie más abundante es Centropomus armatus que se observó únicamente en las colectas de septiembre. Centropomus nigrescens y Ce robalito, son especies muy comunes en el manglar, la primera observándose en abundancia entre septiembre y diciembre y la segunda en agosto y diciembre. El tamaño promedio de los robalos colectados está alrededor de los 30 mm L.S., que indica el predominio de los juveniles.
Lutjanus aratus y L. argontiventris, dos especies de pargos se han observado asociadas a los manglares durante su vida juvenil, Lutjanus aratus fue observado entre agosto y noviembre en los manglares de Juan Díaz, mientras que L. argentiventris, que ha sido vista asociada a los manglares de San Carlos, no fue localizada en Juan Díaz, pero es probable que esté asociada con estos manglares. Otros peces juveniles se han observado asociados a los manglares, entre estos la corvina Micropogon altipinnis, la anchoveta Anchoa panamensis y el pez congo Galeichthys jordani.
Según Bayliff (1966), la falsa anchoveta Cetengraulis mysticetus que se usa en la fabricación de harina de pescado, tiene un comportamiento inverso al descrito para las especies anteriores. Las anchovetas juveniles son pelágicas y se encuentran en aguas más profundas durante enero a marzo. En abril, cuando se consideran estos peces como adultos, se encuentran cerca de las costas, principalmente sobre fondos fangosos a profundidades menores de 10 metros. De acuerdo a la Estadística Pesquera del Ministerio de Comercio e Industrias (1977), el área de pesca de la anchoveta coincide con las costas del Golfo de Panamá que tienen mayor cantidad de estuarios y manglares (de Chame hasta el Darién),apreciándose las más altas capturas en las áreas de pesca I, II y IV, en las que se encuentran grandes sistemas estuarinos y de manglares como lo son la Bahía de Chame, la desembocadura del Río Bayano y la desembocadura del río Tuira respectivamente. El aporte nutritivo de los estuarios y manglares podría ser de importancia en la alimentación de estos peces durante su vida adulta. Bayliff (1963), ha indicado que los adultos se alimentan removiendo el fango del fondo, ingiriéndolo con el fin de obtener el detritus y los diminutos organismos bentónicos. No resulta ilógico considerar que puede existir una relación entre el aporte de detritus de los manglares a la zona costera y la abundancia de la anchoveta. Resulta interesante anotar que el desove de la anchoveta ocurre en gran medida, justamente al frente de las costas de Juan Díaz y Panamá Viejo
BENEFICIOS ECONÓMICOS DERIVADOS DE LOS MANGLARES
Considerando tan sólo los beneficios derivados de la pesca y sin tomar en cuenta el valor forestal de los manglares, ni sus beneficios al evitar la erosión por el mar en la zona costera, puede inferirse lo siguiente:
Pesca del Camarón: conocida la dependencia de las especies de camarones del Pacífico de Panamá con las zonas estuarinas y de manglares, así cono los rendimientos pesqueros del área, resulta factible conocer el valor económico de esta relación. Obarrio (1958), indicó que la mayor partes del desembarque camaronero proviene de la región oriental del Golfo de Panamá (Panamá-Darién). En base a la carta de distribución de las áreas de pesca en la República de Panamá (MCI, 1977), puede asumirse conservadoramente que no menos del 60% de la pesca de camarones de la República proviene de esta región oriental del Golfo, que tiene aproximadamente 600 km de costas bordeadas por manglares. La producción media de camarones en los últimos diez años, sin incluir Solenocera sp. que no tiene relación con los manglares, es de 4,817,143 kg. El precio promedio de los camarones en 1977 sin distinguir la especie fue de B./5.47/kg. Estos valores permiten estimar en cerca de 2,890,286 kg la producción camaronera en la región oriental del Golfo, de manera que cada kilómetro de costa con manglares debe rendir aproximadamente B./26,350 anuales por concepto de producción camaronera. Para el área de manglares de Juan Díaz, definida entre los ríos Matías Hernández y Tocumen (12 km), la producción correspondiente es de cerca de B./316,200 anuales. Este valor es conservador y muy probablemente por debajo del valor real, toda vez que no se han separado los precios de los camarones según la clase y el mayor precio corresponde en realidad a los camarones blancos o langostinos, que se encuentran en mayor proporción en los manglares.
Pesca de las anchovetas: Asumiendo que efectivamente la abundancia de la anchoveta Cetengraulis mysticetus está asociada al aporte de detritus de los manglares a las aguas costeras y considerando que la captura de la especie en el área II (que incluye los manglares de Juan Díaz) fue de 57,580 toneladas métricas (T.M), hemos estimado el aporte de los manglares a esta pesquería. De la información publicada en la Estadística Pesquera (MICI,1977), se estima que se necesitan 6 toneladas de pescado industrial para elaborar una tonelada de harina de pescado. De esta misma fuente se ha calculado que el precio de la tonelada de harina de pescado en 1977 fue de B./340.OO. Los rendimientos de la anchoveta en el área II (50 km de costas) se calculan en B./65,184/km de manglar, correspondiendo a B./781/972 anuales el rendimiento de los manglares de Juan Díaz en concepto de Pesca Industrial.
Pesca artesanal; Para esta estimación se han contemplado los datos correspondientes al valor de los desembarques artesanales en la ciudad de Panamá en 1977 (MICI, 1977), cuya pesca puede atribuirse en su totalidad a los manglares del área de Juan Díaz. Sólo las especies observadas como juveniles en los manglares se han considerado en el computo pesquero y son:
Corvina lona (Micropogon sp.): 762.00
Paraos (Lutjanus sp.) 35,426.00
Róbalo (Centropomus sp.) 1,190.00
Total B./37,378.00
Por lo que puede concluirse que por concepto de pesca artesanal, el rendimiento de los manglares de Juan Díaz es B./3,114 por kilómetro.
Los resultados obtenidos indican que anualmente la producción pesquera (camaronera, anchovetera y artesanal} dependiente de los manglares Río Juan Díaz es de B/1,135,550 o de B/94,629 por kilómetro de costa bordeada por manglares.
EFECTOS DE LA CONTAMINACIÓN DE LOS MANGLARES
Considerando las proyecciones futuras sobre el desarrolle urbano en el área de Juan Díaz, se plantea la posibilidad de la eliminación de los manglares del área, aunque esta eliminación presenta ciertas interrogantes ecológicas, económicas y pesqueras.
Para garantizar el papel ecológico de los manglares y estuarios resulta indispensable la prevención de la contaminación urbana, agrícola e industrial. Algunas áreas de la contaminación afectan directamente a los manglares, especialmente loe herbicidas y el petróleo. Caso de contaminación de los manglares por petróleo se observó en Bahía de las Minas, durante el derrame de petróleo en 1969 y 1976.
Las obras de ingeniería también pueden destruir los manglares si se les elimina el acceso al libre flujo de las aguas, ejemplo de esta destrucción de manglares se observó durante la urbanización de Punta Chame.
Las aguas servidas (negras) no afectan directamente al mangle, sin embargo, introducen una carga de contaminantes orgánicos reduciendo el oxígeno disuelto en el agua con la consecuencia de reducción o eliminación de la fauna marina del área.
CONTAMINACIÓN ACTUAL Y PROYECCIONES FUTURAS EN JUAN DÍAZ
En el caso de la urbanización de Juan Díaz se tratará principalmente con la contaminación provocada por los deshechos urbanos e industriales, además de la alteración del sistema ecológico de los manglares por obras de ingeniería.
Actualmente existen dos lugares de desagüe de aguas servidas en el río Juan Díaz, dando lugar a una seria contaminación local, que irá en aumento con el crecimiento de la población en el área. De acuerdo a los datos disponibles se estima que la población del área aumentará del nivel actual de 57,000 habitantes a cerca de 570,000 en el año 2,020, o sea un aumento de diez veces la magnitud actúal. De igual forma se espera que la cantidad de plantas industriales se multiplique por diez para el año 2,020. Hoy día existen cerca de doce fábricas a lo largo del río Juan Díaz y sus afluentes, cuyo impacto sobre el medio ambiente varía desde aquellas que no parecieran tener mayores consecuencias ecológicas, como la Fábrica de Cuadernos Escolares hasta fábricas de baterías, que procesan plomo, elemento altamente contaminante, bioacumulable y de peligro real para la salud humana y ambiental. A pesar de no disponer de datos periódicos sobre la concentración de los contaminantes directamente tóxicos provenientes de estas plantas, los pocos análisis disponibles indican la presencia de serios contaminantes tóxicos, lo que debe ser objeto de próximas investigaciones.
De igual forma, al aumento industrial y poblacional de Juan Díaz, se espera que la descarga de aguas servidas aumente desde el nivel actual (cerca de cinco millones de galones por día), hasta los cincuenta millones de galones diarios (mgd) en el año 2,020. Para apreciar la magnitud del problema vale la pena mencionar que los caudales promedios del río Juan Díaz en temporada seca y lluviosa se estiman en 17 mgd y 125 mgd respectivamente. Esto significa que lo caudales de aguas servidas serán tres veces mayores que el caudal actual del río en la temporada seca y llegará a ser casi la mitad del caudal actual del río, durante la temperada lluviosa.
Conociendo el flujo actual del río Juan Díaz y tomando en cuenta los datos analíticos disponibles, se estima que la carga de contaminantes que vierte el río al mar tiene las siguientes características (según datos de 1977):
Contaminante kg/día gr/cápita/día
B.O.D. 1700 30
Sólidos suspendidos 2300 40
Nitrógeno total 850 15
Fósforo total 150 2.5
Para la estimación de la carga de contaminantes en el año 2,020 se ha tomado como referencia la actual carga de contaminantes (en gr/cápita) de la Zona del Canal, según el procedimiento utilizado por el IDAAN (1977). Esta referencia, junto a los datos sobre la población del área en el año 2,020 permiten estimar la carga de contaminantes en kg/día:
Contaminante kg/día gr/cápita/día
Sólido suspendidos 40,000 70
Nitrógeno total 31,000 55
Fósforo total 2,300 4
Se conocen de los anteriores estudios (IDAAN,1977) que los dos lugares de descarga de aguas servidas en el Río Juan Díaz desarrollaron una zona permanente de contaminación de 1,200 metros de largo y casi carente de oxígeno disuelto. Esta zona anóxica se mueve río abajo o río arriba según el estado de la marea y se ampliará en longitud en la medida que aumenten los caudales de las aguas servidas, llegando posiblemente en el futuro a contaminar todo el río y la zona de manglares de la desembocadura. Es de suponer por analogía con los ríos Matasnillo y Matías Hernández, que la cantidad de bacterias en las aguas supera 100,000 NMP/100 ral (Número más Probable), lo qué está muy por encina del nivel tolerable para aguas aptas para la natación.
Con mucha probabilidad toda esta cuantificación se hará sentir en el futuro en las aguas costeras del área, afectando adversamente la fauna marina.
CONCLUSIONES
El presente estudio constituye la evaluación de los posibles efectos adversos ante el planteamiento de eliminación de los
manglares en el área de Juan Díaz, como consecuencia del desarrollo urbano e industrial del área.
En conclusión se estima que la eliminación de los manglares afectará adversamente los siguientes recursos:
l. Los manglares en sí.
2. La estabilidad de la costa, debido al aumento de la erosión.
3. Pérdidas en la pesca artesanal, estimadas en más de B./40,000 anualmente.
4. Pérdidas en la pesca del camarón, estimadas en más de B/300,000 anuales.
5. Pérdidas en la pesca de la anchoveta, estimadas en cerca de B./800,000 anuales.
6. Tan sólo las pérdidas relacionadas con la pesca representan más de un millón de balboas anualmente, sin considerar las pérdidas por efecto de la erosión costera y el valor forestal del área.
7. La eliminación de estos manglares podría constituir un precedente peligroso para buscar soluciones fáciles y a corto plazo.
8. Se aprovecha este planteamiento para abogar por la
preservación de los manglares y la eliminación o control de la contaminación presente y futura que afecta a la biota de los Manglares.
Al tomar en cuenta el proyectado aumento de la población del área de 57,000 habitantes en 1977 hasta cerca de 570,000 habitantes en el año 2,020, se estima que la carga de contaminantes en el futuro aumentará notoriamente, con incidencia negativa en los recursos marinos del área.
Como conclusión final se recomienda que la franja de mangle rojo sea preservada y una banda de amortiguación entre el mangle rojo y la franja de mangle rojo debe ser mantenida como garantía de los rendimientos pesqueros y el equilibrio ecológico.
AGRADECIMIENTOS:
Los autores agradecen la inapreciable colaboración del señor Rafael Rivera a., quien aportó los dates sobre peces juveniles en los estuarios y manglares. A la Bióloga Yolanda Águila se le reconoce y aprecia su gran ayuda en la elaboración del informe.
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Edición digital para dominio público: Centro de Estudios de Recursos Bióticos, FCNET, Universidad de Panamá
Fuente: Biota Panamá. http://www.biotapanama.wordpress.com
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