En la oscuridad avanza proyecto privatizador del agua
Por: Genaro López
El pueblo sufre los embates de los diferentes gobiernos neoliberales que tienen como norte arrebatarle a los panameños las empresas estatales más rentables. Durante la gestión de Guillermo Endara se aprobó la Ley de privatizaciones. Desde entonces hemos vivido la entrega de empresas vitales, como la de los servicios de telefonía y electrificación, y la insistencia en privatizar salud, educación y recursos hídricos.
En el caso del agua, desde hace varios años, los distintos gobiernos y la patronal han intentado privatizarlo. El pueblo recuerda cómo Pérez Balladares quiso imponer a sangre y fuego el proyecto privatizador, la decisión firme del pueblo en las calles bajo la conducción del Movimiento Nacional de Defensa de la Soberanía MONADESO (embrión de lo que hoy es FRENADESO), logró revertir esta intentona privatizadora.
Mireya Moscoso, a pesar de que en su campaña electoral se comprometió a no privatizar el IDAAN, también hizo lo propio, presentando un proyecto privatizador, en el cual autorizaban contratos y acuerdos con personas naturales, jurídicas, públicas o privadas de la República de Panamá o del extranjero.
Martín Torrijos, no es la excepción a este proceso privatizador. A través de la ANAM también presenta un proyecto que pretende privatizar el recurso hídrico (Proyecto de Ley 278 denominado «Proyecto de Ley que Establece el Marco Regulatorio para la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos de la República de Panamá»), el mismo está avanzando en la Comisión de Población, Ambiente y Desarrollo de la Asamblea de Diputados; en este se establece que las fuentes de agua podrán ser otorgadas mediante contrato a ciertas empresas. Es decir, su intención real es privatizar las fuentes de agua de lagos, ríos, quebradas y afluentes hídricos superficiales y subterráneos de todo el país. El tipo de gestión que se plantea en el Proyecto Ley, también tiene la intención de ofrecer en concesión un recurso estratégico.
Es decir, en todos los gobiernos ha imperado la lógica neoliberal y no el mandato constitucional de proveer eficazmente el suministro de agua a la población. Detrás de esta lógica neoliberal ha estado el concepto de que «las empresas deben aprovechar el agua como recurso económico y dejarlo de considerar recurso natural en las leyes nacionales»; así el agua se constituye en una mercancía más del mercado. Desde entonces, la principal estrategia ha consistido en promover la idea de la »crisis del agua»; provocando el desabastecimiento, el deterioro de los servicios, el encarecimiento del suministro, las privatizaciones parciales o temporales (concesiones) y entregando el recurso hídrico a transnacionales.
¿Cuáles han sido los resultados de la privatización del agua? Luego de más de 15 años de experiencia privatizadora en los servicios agua en toda América puede constatarse el fracaso absoluto del modelo propuesto desde las IFI’s (FMI y BM). Estas políticas llevaron a permanentes incumplimientos contractuales, sucesivos aumentos tarifarlos, y mala calidad de los servicios. Además, en muchos países se han privatizado los ríos para uso exclusivo de las grandes corporaciones transnacionales (compañías de aguas embotelladas, empresas mineras e hidroeléctricas).
Hoy, aproximadamente mil millones de personas en el mundo no tienen agua potable; en Panamá, el 10% de la población no tiene acceso a agua potable, existen más de 63,000 viviendas sin agua potable, solo en la ciudad de Panamá 200,000 personas no cuentan con el vital líquido. Son diarias las acciones de protesta de las comunidades exigiendo el suministro de agua potable, ante la desatención del IDAAN. Desde hace décadas comunidades como Arraiján, Chorrera, Chilibre, Tocumen, entre otras, han denunciado el problema, sin embargo no son atendidas a pesar de que se les cobra mensualmente el servicio. Cabe preguntarse ¿Dónde están los recursos del Fondo Fiduciario para el Desarrollo, que se suponía atenderían esta problemática?
Recientemente, se pone en el tapete el calvario que sufre la población bocatoreña, el brote de diarrea y vómito que ha afectado a más de 1,327 personas, lo que ha puesto en evidencia la precaria condición del sistema de distribución de agua potable en esa región y la desatención gubernamental.
Los gobiernos de turno han abandonado sus mandatos de proveer agua potable a todos los panameños, y de esa manera mejorar la salud pública y el medio ambiente. Esta realidad ha sido aprovechada para propagandizar la idea de su privatización; es decir, el agua ya no es derecho de toda persona a consumirla una vez producida sino un bien privado o mercancía que quienes no puedan comprarlo no la deben consumir.
Ello evidencia, que se busca llevar a la población al desespero, para justificar la privatización del agua. Pero la experiencia nos ha demostrado que privatización significa traslado de nuestros recursos a las transnacionales y al gran capital local, despido de trabajadores, aumento del precio de los servicios e ineficiencia.
Ante esta realidad, las organizaciones de FRENADESO, hemos venido planteando que «el agua en todas sus formas es un bien común y su acceso es un derecho humano fundamental e inalienable». El agua es un patrimonio de las comunidades, de los pueblos y de la humanidad, principio constitutivo de la vida. El agua no es mercancía. Por eso rechazamos todas las formas de privatización.
Es necesario que el servicio básico del agua se mantenga como un bien público y no privado ni comercial. Es importante evitar que el agua esté bajo el control, dominio, posesión y beneficio económico de la iniciativa privada. Lo anterior significa que el agua no es un problema en sí misma, sino que el problema es el modelo de crecimiento que la usa.
*El autor es obrero de la construcción, secretario general del Suntracs y miembro de la Dirección Nacional de Frenadeso.
rologe54@yahoo.com
Fuente: Camino Alternativo
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