Energía eólica en Panamá sigue frenada

ENERGÍA LIMPIA.

¿Por qué frenar la tendencia global?

1032018Antonio Clement
opinion@prensa.com

Tengo varios años de estar proponiendo el uso de la energía eólica en Panamá. La razón es muy simple: es limpia, abundante, especialmente en una época del año, al igual que la hidráulica lo es en la otra época del año, o sea, su complemento ideal. Cada megavatio de energía eólica instalado desplaza o evita la emisión de 2 mil toneladas de CO2 a la atmósfera, o lo que es igual a tener sembrado un bosque maduro de 270 hectáreas.

Por otro lado, como ya lo habíamos dicho en este mismo diario y sección, en la edición del 30 de diciembre de 2005, y a gobiernos anteriores, cada megavatio producido por el viento a medida que se intensifica el verano, evitaría el uso de muchísimos metros cúbicos de agua represada, lo que prolongaría los periodos de operación de las hidros y evitaría descensos en los niveles de agua en los embalses, que es exactamente lo que ha venido sucediendo en estos días y casi provoca una crisis energética.

De igual forma, tenemos varios años proponiendo el marco legal que permita la utilización e incentive el uso comercial, industrial y residencial de pequeños sistemas de energía renovable intercwind poweronectados a la red eléctrica, como otros países lo implementan desde hace muchos años (Ver http://www.geocities.com/eeolica). De hecho, nuestra tesis para la obtención del grado de maestría en energía renovable en la UTP trata sobre la interconexión de estos equipos a la red eléctrica nacional. ¿Por qué encasillar siempre una idea que es buena, como la que propone la Asep en estos días, a tan solo la energía solar, por ejemplo? Hablemos siempre de energía renovable y no encasillemos las propuestas a una sola forma de energía o con muy bajos niveles de potencia. Recordemos que la producción promedio real de un sistema de energía renovable bueno es el 30% de la potencia instalada. (Para que se obtenga un promedio anual de 10 kilovatio (KW) por ejemplo, la instalación debe ser de 30 KW).

En su reciente discurso en la Cumbre de América Latina y la Unión Europea, nuestro presidente, Martín Torrijos, atinadamente, manifestó: «En efecto, la lucha contra la pobreza va de la mano con un desarrollo sostenible, y este no puede concebirse sin la producción de energía limpia y sin atender los efectos del cambio climático. El cambio climático ha sido causado por el hombre. Las dudas que al respecto pudieron existir, y que todavía algunos insisten en proclamar, han sido ampliamente disipadas por la comunidad científica. Ahora estamos pagando el precio de haber usado de manera intensa, y quizás abusiva, los recursos naturales. Lo importante es no quedarnos en el diagnóstico ni en el lamento». Y yo concuerdo con el Presidente. Lo que no encaja del todo con el discurso son las leyes del mercado eléctrico de Panamá, expresamente la Ley 6, que no incentiva la energía limpia a la que se refiere el mandatario, y que además le brinda ventajas a la generación térmica y discrimina a la eólica. Ejemplo específico: solicitud de 100 dólares por megavatio para la fianza de cumplimiento a los generadores térmicos, 500 dólares por megavatio. Eso entre otras cosas, cuando en realidad, debería ser al revés. Esos son los personajes a los que el Presidente encasilla como «Todavía algunos insisten», pero la realidad de los intereses particulares que protegen queda cada vez más expuesta.

La Ley 45 fue otro ejemplo del terror que hay en nuestro país de abrirle las puertas a todas las formas de energía limpia a toda escala… Era una ley concebida solo para hidros, y un grupo de ciudadanos se dispuso a hacer presión para que se extendiera a otras formas de energía renovable. Finalmente, aunque se extendió a otras formas de energía, aún quedaron muchas cosas por fuera, por presión de los que todavía insisten…

Deseo dejar claro lo siguiente: las barreras al fortalecimiento de nuestra sostenibilidad energética nacional, la no disminución del índice de dependencia petrolera con sus correspondientes incrementos en los precios de la electricidad a la ciudadanía, no obedece a razones técnicas ni de ingeniería, sino a simples trabas impuestas por los leguleyos al servicio de millonarios intereses particulares.

La ingeniería en esta materia está avanzada, probada y comprobada en otras latitudes. La línea a seguir es clara: aumentar y diversificar la energía renovable y reducir el plantel térmico cada día más. Cuando escuchemos a quienes muy elegantemente todavía argumentan en contra de las energías renovables, preguntemos: ¿Para quién trabaja? ¿Qué mezquinos intereses ocultos protege? ¿A qué hermandad secreta pertenece? De seguro que siempre habrá un vínculo oculto.

Verdad y pregunta de a puño: El petróleo es nocivo al planeta, no es eterno. Además, seguirá en aumento. ¿Qué piensas hacer tú?

El autor es ingeniero panameño de la World Wind Energy Association