Alto a la violación a los derechos humanos de los Nasos en Bocas del Toro

Alto a la violación de los derechos humanos de los Nasos

Por: Ariel R. Rodríguez

Académico, Universidad de Panamá

Los teribes o nasos tjer di es un grupo indígena bien definido y compacto que se conoce desde que los primeros exploradores españoles penetraron por la región bañada por el Río Teribe y sus afluentes. Habitan estas tierras previo a los registros escritos del área. Su dominio territorial incluía la Isla de Toja o Isla Colón en lo que hoy es Bocas del Toro.  Desde siempre han sido considerados como pueblos «belicosos» dada su férrea y notable fiereza en la defensa de su territorio, no sólo contra los invasores españoles, si no contra otras tribus de la época como los changuenas y los talamancas que habitaron los márgenes del Río Sixaola.

Según las datos históricos aportados por José Manuel Reverté, antropólogo panameño, los nasos fueron una «tribu» numerosa, «hasta de diez mil indios» (sic) en la época en que Cristóbal Colón llegó a las costas de Bocas del Toro, hasta quedar reducida por las diversas circunstancias hasta llegar a la mínima cifra de unos 400 individuos para mediados del siglo veinte.  Hoy se estima que los nasos tienen una población de un poco más de tres mil quinientas personas, asentadas en la cuenca baja del Río del Teribe y otra que ha migrado a la comunidad bananera de Changuinola.

Es considera como una población amenazada desde el punto de vista étnico y cultural ya que ante un embate cultural occidentalizado sobre el área es muy posible que se pierda definitivamente la lengua, tradiciones, costumbres y cultura Naso, tal y como está ocurriendo con miles de culturas autóctonas en diferentes partes del mundo.  Los nasos por supuesto que sí tienen derecho a definir su rumbo cultural, pero ello, si ocurre debe ser espontáneo y no impuesto por circunstancias ajenas a sus propios intereses.

En Panamá el Estado por lineamiento unilateral y antidemocrático del gobierno de turno, decidieron desde hace más de dos años que no avalarán o aprobarán el reconocimiento territorial de pueblos indígenas bajo el orden jurídico autonómico de comarcas, tal y como la tienen los Emberás de Panamá Este y Darién, los Ngobes Buglés de Panamá occidental y los Kunas de Panamá Este y del nororiente. Los racistas incrustados en el gobierno y periodistas gastos pagos han hecho un enorme daño en este aspecto y hoy para aparentar bondad han promovido la figura jurídica de tierras colectivas no autónomas! Paradójicamente diputados indígenas se han prestado a semejante traición contra los Nasos al pedir la suspensión del proyecto de ley de creación de la comarca Naso hace dos años.

Responsabilizamos al Presidente Martín Torrijos Espino de la suerte del pueblo Naso frente al proyecto hidroeléctrico Bonyic, ya que él debe saber que allí se están violando los derechos humanos de los nasos, por negarse a reconocer los ancestrales derechos territoriales de este pueblo y por concesionar arbitrariamente sus tierras, bosques y aguas a empresarios, por encima del consentimiento libre, previo e informado, tal y como se entiende en el derecho internacional que lo consagró.

Los nasos tienen el derecho a decidir la suerte y destino de sus tierras y aguas y el futuro de su cultura una vez tengan una Comarca con autonomía bajo sus autoridades tradicionales y reine sin menoscabos sobre este hermoso territorio los reyes nasos y su consejo de gobierno. Hacer esta decisión bajo la presión de grupos de poder externos, políticos o económicos o por prebendas es un violación directa de sus derechos humanos.

Este primer artículo sobre este tema de lo que ocurre en Bocas del Toro lo hemos abordado de manera muy suscinta con tal de abrir un debate al respecto de estos temas trascendentales en el país que pasan desapercibos en un pueblo mediatizado por los reality show y las novelas. Qué pena!