Alto al genocidio israelita en Palestina

Más de 100.000 personas marchan en España por Gaza

11 de enero de 2009

MADRID (AP) – Más de 100.000 personas desfilaron el domingo por el centro de la capital española para pedir a Israel que adopte una tregua inmediata en la Franja de Gaza.

La manifestación de Madrid fue la mayor de las efectuadas en Europa, algunas en respaldo de Israel pero la mayoría a favor de los palestinos y en contra de la ofensiva israelí en Gaza.

Los manifestantes llenaron el centro de la ciudad con carteles que decían «Paz», «SOS Gaza,» y la palabra «Gaza» sobre una mano manchada de rojo y cuerpos de niños, representados por muñecos, cubiertos de sangre.

La madre del actor Javier Bardem, Pilar, que tiene alguna experiencia en las tablas, fue una de los oradores que se dirigió a la multitud.

«El gobierno español debe hacer algo. La Franja de Gaza es ahora prácticamente un campo de concentración», comentó la activista.

España, que cuenta con unos 800.000 musulmanes y que durante 800 años estuvo ocupada por las fuerzas del islam, tiene 46,1 millones de habitantes.

Los organizadores, entre ellos el Partido Socialista y los sindicatos de izquierda, calcularon la asistencia en 250.000 personas. Empero, la policía se negó a dar cifras. Además, hubo manifestaciones propalestinas en otras ciudades españolas, incluyendo Sevilla y Ourense.

«Es nuestro deber pedir a Israel que adopte una tregua inmediata», dijo el presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero a los manifestantes en la ciudad gallega de Orense.

En Bruselas, niños con muñecos ensangrentados figuraron a la cabeza de una marcha que pidió el fin de la campaña militar israelí en la franja costera. Los manifestantes quemaron una bandera israelí.

En la londinense Plaza Trafalgar, unos 4.000 manifestantes pidieron que Hamas cese de atacar con cohetes el sur de Israel y respaldaron las gestiones del estado judíos para proteger a sus ciudadanos.

Unos pocos miles de personas se manifestaron a favor de los palestinos en Roma, Nápoles y Verona.

En Atenas, decenas de niños y sus padres se manifestaron contra las operaciones israelíes en Gaza.

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«Gaza es hoy el Guernica particular del pueblo palestino»
Habla claro y alto. Mustafá Barghouti (Jerusalén, 1954) no debe fidelidad a ninguno de los dos grandes partidos que mantienen dividido al pueblo palestino y lidera la Iniciativa Nacional Palestina, la alternativa más seria a Hamás y Fatah. Antiguo ministro de Información y candidato presidencial (2005), «pero médico antes que político», dirige también el Sindicato de los Comités Palestinos de Ayuda Médica y sigue muy de cerca la situación en Gaza en la que Israel está cometiendo «un autentico genocidio».
-¿Qué le parece la resolución de alto el fuego consensuada por Naciones Unidas?
-Válida, pero Israel ya ha adelantado que no piensa cumplirla y está demostrando con hechos que no piensa detenerse pese a la presión internacional. No respetan absolutamente nada y su exterminio sistemático de civiles les está llevando a cometer auténticos crímenes contra la humanidad. Tenemos al menos dos casos claros y registrados de ejecuciones masivas. Vamos a llegar hasta donde podamos para llevar a los culpables hasta la Justicia. Por ello pedimos una investigación independiente internacional.
-¿Es comparable lo que ocurre en la Franja con el genocidio sufrido por el pueblo judío en la Segunda Guerra Mundial?
-Treintaiún prisioneros ejecutados, veinte familias extinguidas del todo, trece médicos muertos, mezquitas y escuelas atacadas… no es sólo cuestión de cifras, es la intención de exterminar a todo un pueblo. Gaza es hoy el Guernica particular del pueblo palestino, la Franja se ha convertido en un auténtico gueto como el de Varsovia y, para seguir recordando la historia, le están dando a Hamás su propio Masada.
Tel Aviv insiste en que sólo se defiende de los cohetes de Hamás…
-Fue Israel quien rompió la tregua, no Hamás. Además, la envergadura de la respuesta deja claro que se trata de un ataque contra el pueblo palestino, no contra un movimiento. El planteamiento judío es absurdo, ellos pueden matar impunemente, pero Hamás no puede resistir.
-Y también se niegan a negociar un alto el fuego con un grupo que no reconoce el Estado de Israel.
-¿Puede Israel darnos un mapa del país que los palestinos debemos reconocer? Estoy seguro de que si aceptan las fronteras del 67 no habrá problemas por parte de Hamás, el problema es que ni ellos saben cuáles son sus fronteras. Ahora intentan reocupar Gaza para propiciar un cambio de régimen en la Franja, pero fallarán. Con cada bomba no hacen más que fortalecer a los grupos fundamentalistas y debilitar a la Organización para la Liberación de Palestina. Es el mismo fenómeno que el ocurrido en Líbano con Hizbolá.
-¿Y el silencio de la Mukata ante la situación de Gaza?
-El Gobierno ha sido lento y débil y se ha limitado a reprimir a su propia gente, prohibiendo manifestaciones de solidaridad con Gaza por temor a que se convirtieran en protestas pro Hamás. Se gastan el 40 por ciento del presupuesto en seguridad, pero lo usan para reprimir, no para defender a los ciudadanos. Tenemos un gobierno títere de Tel Aviv al que la población ve cada vez más como un colaborador con el Estado hebreo.
-¿Le sorprende la indiferencia de la sociedad judía?
-Las últimas encuestas publicadas en la prensa hablan de un 90 por ciento de la población que respalda esta guerra. Un consenso abrumador de una sociedad sometida a la fuerte propaganda militarista de las autoridades y cada vez más racista con el árabe. Los políticos están usando esta ofensiva como campaña electoral y los militares como banco de pruebas para sus nuevas bombas. Las víctimas, las de siempre.
Los asentamientos, el muro, Gaza… ¿Piensa que el mundo también se olvidará pronto?
-La comunidad internacional tiene que hacer algo de una vez. Con esta guerra han enterrado del todo lo poco que quedaba de los Acuerdos de Oslo.
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Hay que detener el sionismo en tierra santa y el imperialismo venga de donde venga, por ser una política genocida para con los pueblos y dirigentes del mundo que se opongan al establecimiento de facto de Estados que se creen superiores a lo demás.