Historia y legado de Charles Darwin el evolucionista

De «bueno para nada» a genio

Maria Esperanza Sánchez
María Esperanza Sánchez
BBC Mundo

Sello con imagen de Darwin

Darwin convirtió su pasatiempo favorito en la base de lo que más tarde lo llevaría a formular su teoría.

Cuando su padre lo llamaba «necio» y «un bueno para nada» no tenía la menor idea de que Charles Robert Darwin habría de convertirse en uno de los científicos más influyentes en la historia.

En «El origen de las especies por medio de la selección natural», Darwin expuso la teoría que ha cambiado la forma como se ve y estudia al mundo.

En su libro, publicado en 1859, plantea que todas las formas de vida han evolucionado a través del tiempo mediante un proceso de selección natural, un cuestionamiento a la idea de que Dios había creado todas las formas de vida.

Darwin nació el 12 de febrero de 1809 in Shropshire, al noroeste de Londres, y desde su infancia dió muestras de interés por la naturaleza.

Tenía un ávido interés de coleccionar insectos y conchas, una pasión que según sus propias palabras «le lleva a uno a convertirse en un naturalista sistemático, en un experto o en un avaro».

De ocioso a naturalista

Un día ví dos escarabajos muy raros y tomé uno en cada mano, y en ese momento ví un tercero. No pude resistir la tentación y me llevé uno a la boca.
Charles Darwin

Su vocación por la historia natural Darwin la desarrolló en la Universidad de Cambridge, donde paradojicamente inició en 1828 su formación para sacerdote anglicano.

Pero no lo hizo por vía de sus estudios académicos. Al contrario, en Cambridge -como antes en la Universidad de Ediumburgo, donde tres años antes había iniciado y luego abandonado estudios de medicina- Darwin obtuvo fama de ocioso y su afición por la recolección de insectos y la caza la compartía con otro hobby: el pub.

«Ninguna tarea o propósito en Cambridge me daba más satisfacción que recolectar escarabajos», cuenta Darwin.

«Un día ví dos escarabajos muy raros y tomé uno en cada mano y en ese momento ví un tercero. No pude resistir la tentación y me llevé uno a la boca para liberar una mano, pero en ese momento expulsó un líquido tan ácido que me ví forzado a escupirlo. Perdí así dos escarabajos».

«En Cambridge pasó a ser un profesional. Él comenzó como un observador de escarabajos y cazador de pájaros, pero así se inició un proceso clave que lo llevó a convertirse en un entomólogo. Esto implantó las semillas de lo que habría de hacer dos o tres décadas más tarde», señaló a la BBC Steve Johns, del University College of London.

Póngase a prueba

El viaje del Beagle

En Cambridge Darwin sacó provecho de su asistencia voluntaria a las clases del botánico y entomólogo reverendo John Henslow con quien desarrolló una gran amistad.

De hecho, para muchos Darwin era conocido como «el que acompaña a Henslow en sus caminatas», y fue éste quien le brindó la oportunidad de unirse como naturalista en el viaje alrededor del mundo que emprendió el capitán Robert Fitzroy a bordo del Beagle.

Tortuga de las islas Galápagos

El viaje a bordo del Beagle constituyó un punto clave para el desarrollo de su teoría.

El 27 de diciembre de 1831 el Beagle zarpó de Plymouth, con un Darwin dispuesto a iniciar una «segunda vida», pero también sufriendo de palpitaciones y frecuentes mareos a bordo del barco.

El propósito del viaje era completar el estudio topográfico de las costas de Sudamérica y algunas islas del Pacífico.

A bordo del Beagle Darwin leyó el primer volumen de los «Principios de Geología» de Charles Lyell. Según Lyell, los fósiles que se encuentraban en rocas constituían evidencia de animales que habían vivido muchos miles o millones de años atrás.

Cambio de Enfoque

La gran variedad de especies animales que observó durante los cinco años del viaje lo convencieron de este enfoque y en uno de sus reportes escribió: «si mis sospechas son correctas, estas observaciones parecen minar la teoría de la estabilidad de las especies» y dar crédito a la idea de la trasmutación.

Él pasó la mayor parte de su tiempo investigando rocas y formaciones geológicas, además de recolectar diferentes especies de animales que envió a Cambridge junto con sus notas, detalles sobre sus observaciones y especulaciones teóricas.

El momento clave en el desarrollo de sus ideas se produjo en las islas Galápagos, donde Darwin notó que cada isla tenía especies claramente relacionadas pero con importantes diferencias.

Regreso a Inglaterra

Ave de las Galápagos

Darwin planteó que las especies evolucionan mediante un proceso de selección natural.

Cuando regresó a Inglaterra el 2 de octubre de 1836, Darwin era ya famoso en los círculos científicos gracias a que el reverendo John Henslow había puesto a la disposición de éstos un panfleto con las cartas e informes enviados desde el Beagle.

Pero el libro que cementó su fama no fue publicado hasta más de veinte años después.

«El origen de las especies por medio de la selección natural» causó una fuerte controversia, y Darwin fue atacado vehementemente por las iglesias cristianas.

Darwin planteaba que las especies evolucionaban mediante un proceso de selección natural. Los animales y plantas más fuertes sobrevivían y se reproducían, pasando sus características a nuevas generaciones. Gradualmente las especies iban cambiando.

La conclusión lógica de su libro era que el homo sapiens era otra especie animal, de manera que aún el ser humano podía haber evolucionado de los simios, minando así la idea de la creación del mundo por obra de Dios.

Sus ideas han ganado amplia credibilidad en el mundo científico. Darwin murió el 19 de abril de 1882 y sus restos se encuentran en la Abadía de Westminster.

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Si Darwin visitara hoy las Galápagos

Tomás Ciuffardi
Tomás Ciuffardi
Desde las Islas Galápagos para BBC Mundo

Islas Galápagos

Las islas Galápagos constituyen un imán para el turismo científico.

Si Charles Darwin pudiera viajar en el tiempo y visitara hoy en día las islas Galápagos, probablemente se sorprendería al constatar que su teoría de la evolución causó una verdadera «revolución» en este remoto archipiélago.

Una revolución en todos los sentidos: científico, social, ecológico, turístico e incluso político.

Las conclusiones a las que llegó al finalizar su periplo a bordo del «Beagle» fueron de tal trascendencia para la humanidad que el destino de las Galápagos quedó marcado para siempre.

Lo que fue un refugio de piratas y santuario de balleneros se convirtió lentamente en un laboratorio vivo de la ciencia, un imán fascinante para el turismo científico y un territorio que despertaría ambiciones políticas y económicas sin par.

Obviamente, en la época de Darwin conceptos como el «turismo científico» no existían. De hecho, ni el más audaz de los naturalistas habría podido predecir tal cosa.

Descubrimientos

Darwin llegó a Galápagos en septiembre de 1835, estuvo apenas en 4 islas y pasó un total de 19 días en tierra firme recolectando especies y haciendo anotaciones.

De acuerdo a su diario de viaje, la primera impresión que tuvo de las islas y de algunos de sus animales, no fue la más grata. Y no era para menos, ya que el panorama natural que ofrecía Galápagos, a primera vista, fue un tanto decepcionante.

Turistas en las Islas Galápagos

Alrededor de 170 mil turistas visitan cada año las Islas Galápagos.

En vez de encontrarse con un exuberante paraíso tropical halló terrenos agrestes, algunos sin ninguna vegetación, otros tapizados con arbustos secos; costas rocosas, lagos salinos y muy pocas señales de algún tipo de civilización.

En ese sentido Galápagos no ha cambiado, sigue siendo un lugar donde la naturaleza se impone en su estado puro; donde el hombre, a pesar de haber tratado incontables veces, no logra adaptarse a las duras exigencias del medio ambiente.

Pero lo que sí cambió fue el conocimiento. Después de Darwin, el ser humano tuvo en las Galápagos un territorio relativamente pequeño donde pudo entender y comparar el proceso evolutivo de varias especies animales y vegetales.

Siglo y medio después de la publicación de «El origen de las especies» siguen llegando cientos de científicos a las Galápagos para hacer estudios y descubrimientos, mientras que las islas siguen proveyendo nuevas claves para reafirmar lo que en Darwin inició como una leve intuición: la evolución.

Cambios

«Cuando Darwin llegó a las islas notó la introducción de animales domésticos y en aquellos tiempos pensó que existiría un problema en el futuro con los efectos del ser humano y lo que estaba haciendo. Si viniera hoy día diría ‘yo tenía razón'», comenta Godffrey Merlen, biólogo experto en Galápagos a BBC Mundo.

A lo largo de la historia de las Islas Galápagos el ser humano ha sido determinante en el lento camino de la evolución natural de las especies nativas.

Turistas en las islas Galápagos
Cuando Darwin llegó a las islas notó la introducción de animales domésticos y en aquellos tiempos pensó que existiría un problema en el futuro con los efectos del ser humano y lo que estaba haciendo. Si viniera hoy día diría ‘yo tenía razón’
Geoffrey Merlen, científico inglés que reside en las Islas Galápagos

Primero fueron los piratas, navegantes y balleneros los que diezmaron poblaciones enteras de tortugas gigantes, provocando en algunos casos la extinción de especies en algunas islas.

Luego fueron los colonos que introdujeron chivos, gatos, perros y ratas, así como algunos insectos, bacterias y plantas que se impusieron sobre la flora y fauna local.

También se suman los soldados estadounidenses, apostados en una base militar durante la Segunda Guerra Mundial, los que practicaron tiro al blanco con las iguanas terrestres en la isla de Baltra para lidiar con el aburrimiento y el fastidio que los inundaba en tan lejanas latitudes.

Amenazas

Hoy en cambio la amenaza humana tiene otras formas, igualmente dañinas para el estado natural de las islas.

Pescadores clandestinos que extraen sin descanso pepinos de mar y aletas de tiburón que son vendidos como afrodisíacos en los mercados asiáticos.

Hordas de turistas que dejan huellas de su paso, ya sea perturbando inconscientemente a los animales o generando basura en hoteles y embarcaciones.

La tecnología permitió la introducción de muchas otras especies, incluyendo el ser humano, y eso ha tenido un efecto muy dramático que puede cambiar totalmente la dirección de la evolución
Geoffrey Merlen, científico inglés.

Y otros factores comunes en cualquier sociedad humana como el crecimiento poblacional, las malas decisiones políticas y la ambición económica.

«Después de Darwin la evolución ha seguido, pero de una forma muy rápida», dice Merlen, «no gracias a las fuerzas naturales que causó la evolución en primer lugar sino muy a la merced de la tecnología del ser humano».

«La tecnología permitió la introducción de muchas otras especies, incluyendo el ser humano, y eso ha tenido un efecto muy dramático que puede cambiar totalmente la dirección de la evolución».

Protección

Muchas cosas han cambiado por culpa del ser humano en Galápagos pero no necesariamente todas de manera negativa. Hoy las islas están mucho más protegidas del propio hombre que en la época de Darwin o al menos ese es el empeño que persiguen decenas de instituciones públicas y privadas.

Así como el hombre tuvo la capacidad para alterar el orden natural de la evolución en Galápagos, ahora se encuentra en una batalla sin igual por conservar y cuidar este lugar.

En 1959 Ecuador declaró a Galápagos como Parque Nacional y área protegida a un 97.5% (dejando fuera a las zonas pobladas) del territorio insular.

Ese mismo año se creó la Fundación Charles Darwin que ha sido una institución vital para el estudio, conservación y apoyo para el manejo de las Islas Galápagos.

Si Darwin pudiera visitar hoy las Galápagos vería que el hombre, para bien o para mal, tomó el control de las islas, pero seguramente también reconociera que en esencia todo sigue prácticamente intacto y que la evolución mantiene su lento e impredecible curso.

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Los 19 días que cambiaron al mundo

Tomás Ciuffardi.
Tomás Ciuffardi
Desde las Islas Galápagos para BBC Mundo

Isla Dafne Mayor, en Galápagos.

Charles Darwin estuvo a bordo del HMS Beagle durante cinco años y en ese tiempo realizó observaciones alrededor de todo el mundo. Sin embargo, los 19 días que pasó en las islas Galápagos fueron decisivos para desarrollar sus ideas sobre evolución.

Un tiempo que -en términos de observación científica- resulta sorprendentemente escaso, pero para Darwin fue suficiente.

Incluso algunos guías naturalistas de Galápagos aseguran que la posibilidad de viajar entre isla e isla con relativa facilidad hizo que las diferencias físicas que tienen los animales entre sí sean más notorias para el joven naturalista.

De todas maneras, la idea sobre la evolución no salió de la mente de Darwin como un «¡Eureka!», ni fueron las Galápagos las únicas responsables en proporcionar evidencia para estos fines.

La evolución de las especies era un tema que ya se venía discutiendo en algunos círculos científicos antes de que Darwin siquiera tenga intenciones de dedicarse a la ciencia.

Su propio abuelo, Erasmus Darwin, ya sugirió en su libro Zoonomía -publicado entre 1794 y 1796- algunas inquietudes sobre un ancestro común al escribir si «será muy atrevido preguntarse si todos los animales de sangre caliente han surgido de un único filamento».

Asimismo, las observaciones previas que Darwin realizó antes de llegar a Galápagos, como el hallazgo de algunos fósiles de mamíferos extintos en Bahía Blanca en Argentina, poco a poco fueron generando dudas en el joven naturalista acerca del origen de las especies.

Confusiones

¿Qué fue entonces lo que vio Darwin en las Galápagos que revolucionó su manera de pensar y lo empujó a desarrollar una teoría que iba en contra de las más profundas convicciones religiosas de la época?

Esqueleto de ballena en Galápagos.

Galápagos, un laboratorio: un esqueleto de ballena descansa en una costa.

De acuerdo a las anotaciones realizadas en su diario de viaje -que luego fuera publicado como un libro y titulado El viaje del HMS Beagle-, las Galápagos en un principio no impresionaron a Darwin como impresionan ahora a cualquier viajero que pisa por primera vez el archipiélago.

Lógicamente muchos de los animales que vio en este lugar le causaron curiosidad, más por su aspecto «desagradable» y por su comportamiento «estúpido» -como en el caso de las iguanas marinas- que por su fisiología.

Las tortugas gigantes, por ejemplo, impresionaron al naturalista por su tamaño, por el sabor de su carne y por la «dificultad de montarlas».

Y fue gracias a otro inglés, Nicholas Lawson -quien actuaba como gobernador encargado de las Galápagos- quien hizo notar a Darwin que las tortugas se podían diferenciar e identificar por la forma de su caparazón, que era distinto en cada isla.

Así mismo los famosos pinzones de Darwin, unos pequeños pájaros cuyos picos tienen notables diferencias entre isla e isla, pasaron un tanto desapercibidos para el naturalista en su paso por las Galápagos.

Darwin se llevó algunos especimenes de pinzones como parte de la colección de animales disecados que trasladó a Inglaterra.

Pero -aparentemente- no los marcó adecuadamente o los confundió durante el viaje de regreso, lo que causó posteriormente que muchos ornitólogos modernos tengan que resolver un verdadero rompecabezas con respecto a sus anotaciones.

Cuenta la historia que fue el ornitólogo inglés John Gould quien entendió y explicó al propio Darwin acerca de la importancia de sus recolecciones, y fue él quien clasificó a estas aves como especies distintas, además de bautizarlos como los «pinzones de Darwin».

Póngase a prueba

Méritos

Pero no se trata de quitar méritos a Charles Darwin.

Lava petrificada en Galápagos.

Tierra y lava petrificada en Galápagos.

Su estadía y observaciones en las Galápagos fueron determinantes para cambiar su punto de vista sobre temas vitales como la herencia, la adaptación al medio y las diferencias físicas entre animales con ancestros comunes.

Si los pinzones no lo impresionaron en un principio, sí lo hicieron en cambio los pájaros «cucuves» -conocidos en otros países como «sinsontes» o «cenzontles»- ya que esta especie fue la que dio la clave a Darwin sobre la «estabilidad de las especies».

Al llegar a Galápagos Darwin observó que los cucuves de la isla San Cristóbal eran similares a los que colectó en el continente, pero en las siguientes islas se encontró con una diferencia notable en la forma de los picos de estas aves y pudo identificarlas el origen de cada una de acuerdo a su forma, algo que no pudo hacer por su cuenta con los «famosos» pinzones.

Darwin fue vital en la teoría de la evolución porque él proporcionó las evidencias, las pruebas tangibles de algo que se discutía sólo en teorías. Esas evidencias se reúnen en un solo lugar llamado Galápagos.

Lo que vio Darwin

Darwin pisó cuatro de las trece islas que componen el archipiélago de Galápagos: San Cristóbal, Floreana, Isabela y Santiago.

En cada una hizo anotaciones sobre la geología y la dramática formación volcánica de las islas, característica que en lugares como la Isla Fernandina es reconocible a simple vista, con plataformas de roca fisuradas y flujos de lava petrificados.

Tortuga en Galápagos.

Las tortugas, uno de los símbolos de Galápagos.

Las iguanas marinas, mimetizadas con la roca negra, siguen tan pasivas en la tierra como lo registró Darwin, y las tortugas gigantes todavía se pasean en total libertad por las altas tierras galapagueñas, aunque muy reducidas en número por la acción de balleneros y piratas en el siglo XIX.

Así mismo, los piqueros, fragatas, albatros, pinzones, gavilanes y búhos rondan los cielos de estas islas y todavía no se sienten amenazadas por la cercanía del ser humano.

La vegetación, que también fue objeto de estudio para el naturalista inglés, sigue siendo precaria, primitiva y rala, pero suficiente para sostener un «universo en sí mismo», como lo dijo el curioso Charles.

En definitiva, Galápagos es un sitio que causa un impacto peculiar en el viajero que pisa por primera vez sus agrestes costas.

Un lugar en el que se puede ver en pocos días- incluso menos que 19- el origen y el destino de la vida.

Pero nada de esto estuviera aquí intacto, como lo ha estado durante millones de años, si no fuera por el genio de un joven de 26 años, que venciendo sus convicciones religiosas, entendió que el milagro de la vida tuvo su origen en un ancestro común.

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Galápagos: víctima del «efecto Darwin»

Tomás Ciuffardi
Tomás Ciuffardi
Desde las Islas Galápagos para BBC Mundo

Atardecer en las islas Galápagos.

Se calcula que cada año más de 150 mil turistas visitan las islas Galápagos.

Charles Darwin marcó para siempre el destino de las Islas Galápagos al mencionarlas en su libro «El origen de las especies», publicado hace 150 años.

No fue el único sitio que incluyó dentro de este estudio, pero sin duda se convirtió en el lugar más representativo de la idea que cambiaría para siempre la ciencia: la evolución de las especies.

Las Galápagos proveyeron a Darwin el sustento para probar una teoría que ya se venía discutiendo incluso antes de que el naturalista inglés realizara su famoso viaje a bordo del «HMS Beagle».

Y desde el momento en el que regresó de este periplo con especímenes disecados de aves como pinzones, piqueros y sinsontes (conocidos en las Galápagos como «cucuves»), el archipiélago ecuatoriano captó para siempre la atención de miles de científicos y naturalistas.

Pero esta atención no estuvo reservada únicamente a los hombres de ciencia. El peculiar universo de las Galápagos atrajo también a los turistas, que a la vez se transformaron en el objeto de un lucrativo negocio.

Galápagos se convirtió así en una fuente de oportunidades, que en el nombre de la evolución y gracias a las agudas observaciones de Charles Darwin, beneficiaría a miles de personas.

Impacto

Manejar este movimiento masivo de personas es complicado¿ hay aviones, barcos y estos barcos y estos aviones están trayendo problemas microscópicos a las islas, insectos, enfermedades.
Godffrey Merlen, científico inglés residente en las islas Galápagos

«Después de la visita de Charles Darwin, Galápagos se convirtió en una palabra casera, todo el mundo conoce de Galápagos, y sí, ha tenido su lado bueno y su lado malo» opina Godffrey Merlen, un científico inglés que se radicó en las islas hace 18 años y que ha trabajado junto al PNG y a organizaciones no gubernamentales como la Fundación Charles Darwin.

«Lo bueno es atraer la atención a las islas por su vida natural única en el mundo y eso es muy importante, si no está reconocido el valor y hasta cierto punto la belleza del milagro de Galápagos, será muy difícil conservarlo», dice Merlen a BBC Mundo.

«Lo difícil en todo esto es que no solamente ha traído atención a la vida natural de las islas, sino que también la atracción de Galápagos ha traído problemas en sí mismo, el turismo en sí mismo ha traído muchas personas».

De acuerdo al Parque Nacional Galápagos (PNG), en 1979 ingresaron en total a las islas cerca de 12 mil personas, mientras que en 2008 las visitas se incrementaron a un poco más de 170.000.

Mientras tanto, el Estado ecuatoriano ejerce férreos controles sobre el turismo y la inmigración, pero aún así es difícil predecir cuál será el impacto que tendrá la actividad humana en el futuro de las Islas Galápagos.

Dinero y conservación

Las Islas Galápagos eran conocidas mucho antes de la llegada de Darwin en 1835. De hecho, fueron descubiertas por accidente 300 años antes por el Obispo de Panamá, Fray Tomás de Berlanga.

Esqueleto de iguana en las islas Galápagos

Hay gran preocupación por el impacto de la actividad humana en las islas.

Desde ese entonces los eventuales visitantes y atrevidos colonos trataron de encontrarle algún potencial económico a las islas pero toda empresa iniciada, ya sea la ganadería o la explotación de sal, tarde o temprano terminaba frustrándose.

A pesar de todo Galápagos no perdía su atractivo, sobre todo por su aislamiento (servía de escondite para corsarios y fugitivos) y por su vida natural, una inacabable fuente de alimentos para los viajeros.

Nada de eso cambió con el arribo de Darwin. Incluso la expedición del «Beagle» se aprovisionó con varias decenas de tortugas gigantes para continuar su viaje alrededor del mundo.

Interés geopolítico

Con el paso de los años cambiaron las ambiciones sobre las Galápagos. Ya no interesaban sus recursos naturales sino su posición geopolítica muy cercana al canal de Panamá.

A inicios del siglo veinte el gobierno ecuatoriano recibió ofertas jugosas por estos territorios «inútiles» pero terminó desechándolas y luego, en la Segunda Guerra Mundial, los estadounidenses no lo pensaron dos veces e instalaron una base militar para defender el canal de un posible ataque japonés.

Fue recién en 1959, al cumplirse cien años de la publicación de «El origen de las especies», que nace el interés por la conservación.

En el presente las ambiciones rondan las Galápagos con tanta intensidad como en el pasado. La presencia masiva de turistas que vienen a constatar lo que observó Darwin genera una entrada de divisas que nadie quiere desaprovechar, empezando por el propio Estado ecuatoriano.

De acuerdo a estimaciones de la Fundación Charles Darwin, la actividad turística relacionada con las Islas Galápagos habría generado un total de US$249 millones en 2006.

Póngase a prueba

Efecto Darwin

Las Islas Galápagos que visitó Darwin en 1835 son en esencia las mismas islas de hoy. La mayor parte del territorio insular se ha mantenido intacto y esto es lo que maravilla a sus visitantes.

Turistas en las islas Galápagos.
Todavía es único en el mundo, se ha conservado un 90% intacto desde hace millones de años, en donde se ve el laboratorio de la evolución, pero a ver si nosotros somos o no somos responsables de conservar este tesoro
Octavio Latorre, historiador de las Galápagos

«Todavía es único en el mundo, se ha conservado un 90% intacto desde hace millones de años, en donde se ve el laboratorio de la evolución, pero a ver si nosotros somos o no somos responsables de conservar este tesoro», dice a BBC Mundo Octavio Latorre, historiador de las Galápagos.

A inicios de este año, la edición especial de viajes del New York Times colocó a Galápagos en el tercer puesto de los lugares que se debe visitar en 2009.

Y es que seguir los pasos del naturalista inglés y descubrir por uno mismo las diferencias que él encontró para explicar la evolución es una experiencia que sólo se puede describir como fascinante.

Pero la paradoja de este «efecto Darwin» es que cada persona que llega del continente es una potencial amenaza para el frágil equilibrio natural que se ha mantenido por millones de años en este lugar.

«Manejar este movimiento masivo de personas es complicado¿ hay aviones, barcos y estos barcos y estos aviones están trayendo problemas a las islas, insectos, enfermedades», asegura Merlen.

En todo caso no se le puede echar la culpa a Charles Darwin por haber generado tanto interés en este lugar, al fin y al cabo, al igual que los turistas de hoy, él fue un viajero más que en su momento tuvo poca conciencia del futuro impacto que tendría su paso por las Islas Galápagos.

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Querido Darwin…

Redacción BBC Mundo

Firma de Charles Darwin

Charles Darwin fue un escritor entusiasta. Pero además de utilizar su pluma para darle forma a libros y tratados científicos que terminaron por conmocionar al mundo, este reconocido estudioso de la naturaleza también fue un prolífico escritor de cartas.

Por ese motivo en la BBC buscamos a cuatro renombrados científicos para que le escribieran al padre de la teoría de la evolución y que, a través de sus misivas, nos ayuden a comprender mejor el aporte que Darwin ha dado a la ciencia. Un legado que aún hoy en día sigue dando frutos.

En las cartas, ellos ilustran la importancia que ha tenido el pensamiento darwiniano en sus carreras y el trabajo que han realizado. Pero además, estos investigadores nos ayudan a dar una mirada a los aportes que aún pueden brindar las investigaciones de Darwin doscientos años después de su nacimiento.

En BBC Mundo lo invitamos a que lea estas cartas, y por qué no, a que se anime usted también a escribirle unas líneas a este hombre cuya obra se enfrentó al pensamiento de la época que le tocó vivir.

Haga clic en los títulos a continuación.

OSCAR FLORES-VILLELA, PROFESOR DEL DEPARTAMENTO DE BIOLOGÍA EVOLUTIVA DE LA UNAM, MÉXICO
Iguana

CRAIG VENTER, UNO DE LOS PIONEROS EN MAPEAR EL GENOMA HUMANO
Diagrama del genóma humano

BARUCH BLUMBERG, CIENTÍFICO ESTADOUNIDENSE Y PREMIO NOBEL DE MEDICINA EN 1976
Libro de Charles Darwin

JERRY COYNE, PROFESOR DEL DEPARTAMENTO DE ECOLOGÍA Y EVOLUCIÓN DE LA UNIVERSIDAD DE CHICAGO
Fósil

Según el criterio de estos cuatro científicos, los descubrimientos de la biología moderna han proporcionado cada vez más pruebas que apoyan las ideas de Darwin. Además, pueden ser explicados con facilidad en el marco que se expone en su obra maestra: «El origen de las especies».


Imagínese que tuviese la oportunidad de escribir una carta a Darwn. ¿Qué le diría? ¿Le tacharía de hereje como lo hicieron muchas personas, o alabaría su trabajo y conclusiones?

BBC Mundo le anima a escribir sus impresiones sobre el famoso y controvertido científico. ¡Anímese! ¡Participe!

Aproveche el espacio que le ofrecemos para decir a Darwin lo que opina de él y de su teoría de la evolución.

El creacionismo gana terreno

María Esperanza Sánchez
María Esperanza Sánchez
BBC Mundo

Charles Darwin en 1810 (Foto: English Heritage)

Los llamados defensores del Diseño Inteligente señalan que el ser humano es muy complejo para ser producto de la evolución.

El debate sobre creacionismo vs evolucionismo se ha intensificado en los últimos años, especialmente en Estados Unidos donde el 47 por ciento de la población rechaza la teoría de la evolución, pero incluso en Gran Bretaña, donde el creacionismo comienza a tener presencia en muchas escuelas privadas.

David Odulate es profesor de química de la «Mustard School» de Londres. Él señaló a BBC Mundo que «nosotros enseñamos en la escuela que Dios creó el mundo en seis días y en el séptimo descansó. Estamos convencido de eso tanto por la evidencia escrita como por nuestra fe».

Éste no es un caso aislado. Un sondeo de opinión de la BBC de 2006 señala que más de un quinto de los entrevistados estaban convencidos de los argumentos creacionistas. Menos de la mitad -48 por ciento- dijo creer en la evolución.

«Los creacionistas están ganando terreno en Gran Bretaña. Esto ha sido importado de Estados Unidos y no sólo el creacionismo de los cristianos, sino también el musulmán», dijo a BBC Mundo Robert Stobold, biólogo, experto en evolución y miembro de la Sociedad Secular británica.

Algunos puntos del debate

Los creacionistas más ortodoxos consideran que todas las formas de vida fueron creadas por Dios. Los cristianos y judios piensan que esto lo hizo según lo narrado en el Génesis, mientras que los musulmanes se apegan al Corán. Otras religiones tienen sus propias versiones.

Los creacionistas están ganando terreno en Gran Bretaña. Esto ha sido importado de Estados Unidos y no sólo el creacionismo de los cristianos, sino también el musulmán
Robert Stobold, biólogo y experto en evolución

Los llamados neo-creacionistas se basan en la idea del «Diseño Inteligente» una corriente según la cual la complejidad de la vida sólo puede ser explicada por la existencia de un «proceso o un arquitecto inteligente».

Consideran que las formas biológicas están plagadas de diseños complejos, como el genoma humano, que no pueden haber sido producto simplemente de la casualidad.

Aunque el arquitecto no tiene que ser Dios, la mayoría de sus propulsores tienen en mente a un ser o fuerza suprema.

«Los creacionistas consideran que la evolución pasó por casualidad y esta es una pre-concepción muy común entre ellos», señaló a BBC Mundo Robert Stobold.

«Las crías de un animal son diferentes a los padres pero con un elemento de casualidad que llamamos mutaciones. No obstante, hay un elemento que no es nada casual y este es el proceso de selección natural», destaca Stobold.

Evolución: ¿sólo una teoría?

Los creacionistas también argumentan que la evolución es una teoría que no ha sido probada fuera de toda duda.

Billete de diez libras con imagen de Darwin

En Gran Bretaña también comienza a debatirse si se debe discutir el creacionismo en las escuelas.

David Odulate es uno de los que así piensan. «No hay evidencias -dice- de que el DNA de los simios es el mismo que el de los humanos».

Según Robert Stobold hay dos errores en este argumento. «El término teoría se asume como un supuesto, pero en términos científicos una teoría es una idea que ha sido suficientemente sustanciada con una serie de evidencias de diferentes campos de investigación que encajan unas y otras».

Por el otro lado, «hay una gran cantidad de evidencias de que grandes cambios han ocurrido -destaca-. Uno de ellos es precisamente las similitudes de DNA entre diferentes especies. El DNA de los humanos se acerca al de muchos grandes simios, de manera que cualquier categoría suficientemente diversa como para incluir a todos los simios tiene que incluir a los seres humanos también».

Creacionismo en las escuelas

En Estados Unidos, creacionistas y seguidores de la teoría de la evolución han estado involucrados en una larga lucha en relación a qué se debe enseñar en las escuelas públicas.

Sarah Palin

Sarah Palin abogó durante la campaña electoral por la enseñanza del crecacionismo en las escuelas públicas.

El tema constituye un punto clave incluso en las campañas electorales. En los últimos comicios, la candidata a vicepresidente por el Partido Republicano, Sarah Palin, señaló que el creacionismo debe enseñarse en las escuelas a la par con la teoría de la evolución.

Además de enseñarse en muchas escuelas privadas, en varios estados de Estados Unidos como Luisiana, Florida, Missouri, Michigan, Carolina del Sur y Alabama se han aprobado regulaciones según las cuales no se debe penalizar a los profesores por explorar «las fortalezas y debilidades» de la teoría de la evolución.

También se argumenta que tanto estudiantes como profesores que profesan el creacionismo deben tener libertad para discutir sus puntos de vista.

La discusión en Gran Bretaña

En meses recientes, el tema ha sido motivo de debate en Gran Bretaña también luego de que el director de Education de la Royal Society, Michael Reiss, señalara que los profesores de ciencia deberían abordar el tema de creacionismo si los estudiantes proponen el tema.

Sus pronunciamientos provocaron una fuerte reacción que llevó a su retiro del cargo.

«El creacionismo no debe ser enseñado en las escuelas», dijo a BBC Mundo Robert Stobold.

«No tengo problemas en que se les explique a los alumnos en las clases de religion comparada, pero no en las clases de ciencia porque no tiene ninguna base científica.

Esta opinión la comparte la abrumadora mayoría de los profesores.

Sin embargo, la investigación de la BBC, realizada en 2006 en Gran Bretaña, también determinó que un 40 por ciento de los entrevistados consideran que el creacionismo y las tesis del Diseño Inteligente deben enseñarse en las clases de ciencia en las escuelas.

En ese contexto, es muy probable que el creacionismo continúe ganando terreno aquí en Gran Bretaña.

Esto no sólo como un producto importado de Estados Unidos, sino también porque ha aumentado la cantidad de alumnos musulmanes, que en su mayoría rechazan la evolución.
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11 respuestas

  1. odio estas charlas estupidas y son aburridas cabrean estas charlas allala verga chucha madre y me canzan estas charlas q paso q inventos de quien quien lo izo si lo izo alguien arrepientase de estas porqueriasestas cosas son aburridas las imagenes no importa esas charlas q porq ria rindete imventor

  2. horrible

  3. hola
    todo bien me llamo miguel

  4. ratas
    modernicen la pag

    s
    s
    ws
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    s

  5. chauuu………….

  6. ¿Darwin tuvo algo que ver con la evolucion del hombre ?

  7. pongan mas informacion por que no esta lo que vusco dan muchas bueltas ino hai nada de lo q nesesito…bueno chau..

  8. que opino en inglaterra el ornitologo john gould

  9. bueno me gustaria que pucieran un poco mas de informacion, pero de todas maneras es muy interezante lo que hay en la pagina

  10. ORRIBLEE ~

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