Indígenas dan un ultimátum al Gobierno panameño por la construcción de una presa
Panamá.- Representantes de las etnias indígenas Ngöbe-Buglé de Panamá dieron hoy un ultimátum al Gobierno para que suspenda la construcción de un proyecto hidroeléctrico de la empresa estadounidense AES.
Los Ngöbe-Buglé reivindican que el territorio es su «patrimonio ancestral» y que ahora la compañía estadounidense AES, «va a inundar todo el pueblo con el embalse», lo que afectará a 6.000 personas.
«Hace quince días que estamos en la ciudad presentando nuestras inquietudes, hoy es el último día que damos pacíficamente al Gobierno para que responda a nuestro llamado de auxilio. Si no responde, estamos dispuestos a dar nuestra sangre por nuestra tierra y luchar hasta la muerte», señaló a Efe el vocero de la comunidad Ngöbe-Buglé, Airo Serrano.
A finales de 2005, AES inició el proyecto hidroeléctrico Changuinola que, con una inversión de unos 563 millones de dólares, supone la construcción de un embalse en la provincia de Bocas del Toro, fronteriza con Costa Rica, y que espera esté lista para 2011.
Los Ngöbe-Buglé reivindican que el territorio es su «patrimonio ancestral» y que ahora la compañía estadounidense AES, a través de su filial AES Changuinola, «va a inundar todo el pueblo con el embalse», lo que afectará a 6.000 personas «directa e indirectamente» en un territorio que abarca 6.215 hectáreas.
Según la empresa, el proyecto supone «la movilización o reasentamiento de aproximadamente 800 personas», residentes de las comunidades indígenas de Changuinola Arriba, Charco La Pava, Valle del Rey, Guayabal y Lazo.
Estas comunidades quedarán anegadas con el llenado del embalse, por encontrarse en las zonas donde se construirán las estructuras principales de la hidroeléctrica y el futuro lago de la central, según reconoció AES Changuinola en su página web.
«Estamos haciendo una protesta pacífica pidiendo al Gobierno panameño que cumpla la medida cautelar adoptada por las organizaciones interamericanas de derechos humanos», añadió Serrano en una concentración frente la Defensoría del Pueblo junto a otros diez representantes de la comunidad.
Tanto la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (CIDH), como el relator especial de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas, James Anaya, solicitaron al Gobierno de Panamá adoptar medidas para proteger los derechos humanos de las etnias Ngöbe-Buglé, ante la construcción de esta central hidroeléctrica.
Serrano también denunció que el proyecto «está contaminando el río, derribando árboles» y que las detonaciones de explosivos para construir la represa «han impedido que los niños asistan a clases durante dos meses por lo sonidos tan intensos», ya que se hacen «de forma repentina, sin ninguna alarma ni aviso».
«El Gobierno nunca nos consultó cuando dio las tierras a la empresa y ahora dice que pidamos una suma de dinero para desalojar la tierra», subrayó Serrano.
El vocero de la comunidad Ngöbe-Buglé remarcó que esa no es la única etnia indígena «explotada» actualmente, ya que los grupos indígenas Emberá y Naso mantienen conflictos similares con empresas privadas por proyectos en sus territorios
AES opera en Latinoamérica desde 1993 y actualmente tiene presencia en Colombia, Argentina, Chile, Brasil, El Salvador, República Dominicana y Panamá países en los que cuenta con 47 plantas de generación y 9 empresas de distribución que sirven a 8 millones de clientes con una capacidad instalada de 11.224 MW.
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