Copenhague: ¿servirá de algo?
Ad portas de la cumbre de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Copenhague, que se realizará en diciembre, hay fuertes dudas que se pueda llegar a un acuerdo internacional sobre la reducción de las emisiones de gases que provocan el calentamiento global.
En la reunión preliminar en Barcelona no hubo consenso entre los 180 países asistentes para elaborar un documento que reemplace al Protocolo de Kioto, que vence en 2012.
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Los países más pobres señalan que las naciones industrializadas no han dado cifras concretas sobre la reducción de sus emisiones de carbono, mientras que éstas insisten en que son las economías emergentes -como China e India- quienes deben esforzarse por disminuir la liberación de gases tóxicos.
Otro problema clave es el dinero. No hay consenso sobre cuánto deben pagar los países ricos para ayudar a los más susceptibles a enfrentar inundaciones y hambrunas provocadas por el cambio climático.
Un factor que frena el avance es que nadie está poniendo las cartas sobre la mesa y críticos advierten sobre no actuar antes de ver qué van a hacer los demás.
Fuente: BBC Mundo
Fotos de glaciares de la Patagonia: La Prensa, Panamá
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![]() ![]() Alejandro Balaguer, Especial para La Prensa. |
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Si sigue el cambio climático,
y no hablo del de casa,
donde el propio propietario
cambia si le viene en gana
su clima a modo arbitrario
por que se sube o se baja
la temperatura en casa
con un mando de los básicos.
Si sigue, digo este cambio,
refiriéndome al climático,
y en pasando algunos años
hace calor en el ártico,
dejaremos un legado,
la verdad, algo precario…
Pero aún es el pasado
de ese futuro dramático
y en la quince cumbre acaso
lo arreglen los mandatarios,
que haciendo honor de su mando
pueden hacer cambios drásticos
en su respectivo estado.
Pero que tomen medidas
no para el escaparate
sino que sean sentidas,
con objetivos reales,
nunca nada partidistas
y ¡por favor! eficaces.
Que si el tema se reduce,
como ya viene ocurriendo ,
a que cuando voy al súper
no regalen los rateros
ahora ni una bolsita
porque ahora es “duradero”
el plástico que utilizan,
o porque ahora las fabrican
con el pelo de camello…
¡Regálate una bolsita!
¡Tira la casa un poquito!
Si antes me las metías,
hablo de la bolsas, niño,
por cientos, por cortesía,
ahora, empresario listo,
promueve la ecología
siendo menos abusivo
y entrégame una bolsita
de esas tan ecologistas,
aunque sea a gasto fijo:
“Por diez euros facturados
y atendiendo a nuestro clima
se entregará a la salida
una bolsa de regalo”.