Nicolás E. Real C.
Conforme el artículo 309 de la Constitución Política ‘El Canal de Panamá constituye un patrimonio inalienable de la Nación Panameña’; por tanto, y toda vez que constituye el patrimonio de las presentes y futuras generaciones de panameños, su celosa administración y rendición de cuentas, debe ser el paradigma que debe orientar la actuación de las actuales administraciones.
Hizo recaer el constituyente, en cabeza de la Autoridad del Canal de Panamá la responsabilidad por la administración, mantenimiento, uso y conservación de los recursos hídricos de la cuenta hidrográfica del Canal; de esta guisa, corresponde a la Autoridad del Canal todo lo relativo al mantenimiento, pero además a la planeación estratégica de nuestra cuenca, de forma tal que éste, que es nuestro verdadero recurso natural, no devengue en insuficiente para el acometimiento de nuestras metas nacionales.
Es por ello que excitan a serias preocupaciones las declaraciones vertidas por el Sr. Jorge Luis Quijano el pasado día 15 de abril de 2015, en el noticiero nocturno de TVN Canal 2. Las cuales, por la carencia de reacciones, debemos asumir que han pasado desapercibidas por todos los panameños.
En la primera parte de sus declaraciones, el señor Quijano manifiesta que, debido al uso exponencial del agua por parte de la población, el canal no tendrá agua para el paso de los barcos cuando concluyamos con la ampliación y como si ésta declaración no hubiera sido suficiente para dejarnos de un solo palmo, remata con que se hará necesario hacer (¿ahora?) los estudios para buscar el agua necesaria.
Para contribuir a que nos sensibilicemos respecto del alcance y gravedad de dichas declaraciones, con el propósito de dar inicio a lo que debería ser un tema de debate nacional, relacionado con la planeación estratégica de nuestro más importante recurso natural, me permito adelantar algunas consideraciones.
Cuando se nos presenta para la aprobación del pueblo panameño el ‘Proyecto del Tercer Juego de Esclusas’ se emitió y difundió un documento con fecha 24 de abril de 2006 en cuyo artículo 7 ‘sobre el Suministro de Agua’, legible a las páginas 58, 59, 60 y 61 se dice: ‘De esta forma se aprovecha al máximo el rendimiento hídrico de la región oriental de cuenca del Canal, y permite que el Canal Ampliado con el tercer juego de esclusas alcance su plena capacidad operativa y funcione sosteniblemente a ese nivel sin necesitar otra fuente de agua. Por ello no se requerirá en el futuro la construcción de embalses adicionales’.
Pese a lo en ese momento afirmado por la administración de la Autoridad del Canal de Panamá, y a todo lo largo del proceso previo al plebiscito, sostuvimos que lo afirmado en el documento divulgado por la Autoridad del Canal estaba basado en un estudio que no mostraba la realidad del uso del agua para consumo humano, porque el estudio hecho por la firma Montgomery Watson Harza de febrero de 2001 sobre la demanda de agua para consumo industrial y municipal partía de un parámetro falso, que el consumo del agua para uso doméstico estaba satisfecho y que el consumo futuro era por el aumento de la población en el área metropolitana, como se puede ver expresado en la figura 36 de la página 60 de 76 de dicho documento.
‘… excitan a serias preocupaciones las declaraciones vertidas por el Sr. Jorge Luis Quijano el pasado día 15 de abril de 2015
Luego de concluido el plebiscito, la Comisión de Asuntos del Canal de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos (SPIA) reiteró su posición, en la que advertíamos que para el tercer juego de esclusas se necesitaba buscar otras fuentes fuera de la cuenca tradicional del Canal. Esta observación se sustentaba en que la Comisión de Asuntos del Canal de la SPIA había estado monitoreando el comportamiento del consumo del agua para consumo humano y en la reunión del 10 de octubre de 2014 con los funcionarios de la ACP, cuando el consumo humano de agua ya rondaba los 7 esclusajes por día, sin que con ello se supliera la demanda de agua para el área metropolitana.
En la aludida reunión, los funcionarios de la Autoridad del Canal de Panamá, que a ella asistieron, reconocieron que en efecto era necesario buscar otras fuentes de agua para el Canal Ampliado, sin que, pese a ello, realizaran ningún intento por suplir la falencia del agua y que, ya para ese momento, constituía un peligro inminente.
Ahora, analicemos el porqué de este problema; por sugerencia de la ACP, en agosto de 1999, en las postrimerías del Gobierno del presidente Pérez Balladares, la Asamblea Nacional aprobó la Ley N° 44, en la cual se amplío la cuenca existente y se incorporaron las cuencas del río Indio y el río Coclé del Norte con su afluente el río Toabré, conocida por la cuenca occidental. En la exposición de motivos, la ACP sostuvo que no solo se hacían necesarias nuevas fuentes de agua para el canal existente, sino que, si se pensaba en una ampliación al canal actual, se hacían necesarias las nuevas fuentes.
En la exposición de motivos, la ACP sostuvo que no solo se hacían necesarias nuevas fuentes de agua para el canal existente
En junio de 2002 la ACP, conformó una comisión ACP-SPIA-CAPAC, con el fin de que conociéramos todos los estudios que en ese momento se hacían para el tercer juego de esclusas; la comisión, que realizó 43 reuniones hasta junio de 2004 en las que se nos presentaron todos los estudios de agua que hasta ese momento se habían realizado y que sumaban alrededor de 30, en los que, se concluía respecto de la necesidad de construir una represa en el río Indio a nivel 80 sobre el nivel del mar, que se conectaría al lago Gatún a través de un túnel que tendría una capacidad de 16 esclusajes por día y, para un futuro, se tendría la posibilidad de otra represa en el río Toabré a nivel 100 sobre el nivel del mar, que se conectaría al lago del río Indio a través de un túnel que tendría una capacidad de 16 esclusajes por día, o sea que tendríamos capacidad para, en un futuro, hasta realizar un cuarto juego de esclusas, dado que contaríamos con la reserva hídrica necesaria.
Todo esto obliga a que nos preguntemos ¿por qué, teniendo la ACP la información relacionada con la necesidad de construir nuevas presas, no se actúo en consecuencia? Sin embargo, acometer esos proyectos requería un nivel de participación de las comunidades aledañas, las cuales identifican a la ACP como un ente extraño, indiferente a las necesidades de esas comunidades, debido al abandono en que se tienen esas aéreas, que tienen una ofensiva pobreza al lado de una riqueza de la cual a ellos solo les toca la inconformidad que de ellas se deriva.
A esta situación contextual, sumemos el mal manejo que de la coyuntura tuvieron los funcionarios de la ACP con los moradores y los dueños de los terrenos susceptibles de ser afectados por las eventuales represas, lo que fue creando un movimiento en contra de los embalses que contaron con el apoyo hasta de la Iglesia Católica del área; este movimiento tomó fuerza movilizando importantes bloques de la población de esas áreas y proyectándose hacia los centros urbanos en cuyos sectores populares se produjo un grado de identificación con sus consignas, lo que introducía un elemento que podría poner en peligro la aprobación del referendo.
Ante este dilema la ACP y el gobierno de turno tomaron la irresponsable decisión de decir que los embalses no eran necesarios; sin embargo ahora, a diez años de tomada la histórica decisión, nos vienen a decir que el exponencial consumo de agua para consumo humano es el que conspira contra el agua necesaria para la adecuada operación del tercer juego de esclusas, y que debemos (¿ahora?) salir a realizar los estudios para ver dónde encontramos el agua necesaria para la operación del canal ampliado.
La irresponsabilidad de la administración de la ACP, de la que no se sustrae el señor Quijano, muestra, como uno de sus más inmediatos efectos, el peligro de que, para abril del 2016, cuando se dice terminarán las obras de ampliación del canal, no tengamos agua para pasar los barcos postpanamax, dado que, por un lado, es muy probable que no tengamos el calado por la falta de agua; lo que impone que desde ahora, los señores de la ACP, salgan a explicarle a los panameños por qué es hasta ahora cuando se alude a la necesidad de los embalses.
Llama la atención el hecho de que, a poco menos de un año de concluir las obras de ampliación del canal, ni siquiera se haya licitado el nuevo vertedero que se necesita para subir el lago Gatún a nivel 89 pies, o sea 27.1 metros sobre el nivel del mar, requerido para la operación del canal ampliado.
Por otro lado, otro de los motivos que privaron para someter a la aprobación el proyecto sin la construcción de los embalses, era que, al eliminar el embalse de río Indio, se eliminaron 350 millones del costo de la ampliación, también se eliminaron los costos de los remolcadores nuevos y de mayor tamaño que se necesitan para la ampliación, como del nuevo vertedero del lago Gatún, necesario para poder subir el nivel del lago Gatún, costos éstos que rondaban los 500 millones de dólares y con lo cual nos querían dar la falsa ilusión de que el proyecto era económicamente viable, pero que hoy tendremos que incorporar al costo de la ampliación. Además de ser de suma gravedad, es un acto de cinismo e irresponsabilidad monumentales de parte del señor administrador de la ACP, que ahora, como si se tratare de un asunto sin importancia, nos salga diciendo que tenemos que hacer los estudios para buscar el agua que se necesitara a corto plazo para que la ampliación funcione.
Parece que el desprecio y la subestimación que este señor (que a propósito no es ingeniero) siente por las enormes mayorías del pueblo lo orillan a soslayar la explicación que nos debe a todos los que, como el suscrito, leímos con detenimiento el documento que nos presentaron sobre el tercer juego de esclusas, en el cual se listan los Estudios del Plan Maestro, en cuyo (anexo) de la página 1 a la 8 están todos los estudios que se hicieron, en el cual se encuentran todos los análisis de las aguas que se hicieron para dicha propuesta.
Es hora de que el señor Quijano le ofrezca una explicación a la sociedad panameña que por tanto tiempo ha estado bajo la falsa creencia de que la administración de su recurso económico más importante está en buenas y competentes manos.
Fuente: Publicado originalmente en La Estrella de Panamá el 1 y 2 de junio de 2015
Ver además:
El Canal de Panamá y el Recurso Hídrico
Impacto de la Ampliación del Canal de Panamá en el Recurso Hídrico de la cuenca
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