El faro de Punta Toro en Colón

En Punta Toro, un faro en el Canal

Los franceses construyeron tres faros de estructura metálica en América. Dos en Panamá (Isla Grande y Pointe le Taureau), y uno en Puerto Rico (Isla Mona).

José A. Jiménez M.

 
 
 

Tiene una cúpula que termina en un espadín tipo florete.

 

La estructura mide 39 metros.

El faro de Toro Point se ve allende el mar, como la Estatua de la Libertad, desde lejos. El nombre Toro Point lo pusieron los norteamericanos, pues dudo que los franceses, quienes construyeron el faro, le dieran un nombre anglosajón. Ellos lo nombraron “Pointe Le Taureau” mucho antes de la construcción del faro en 1894. Después, cuando entraron los estadounidenses y construyeron una base militar (1911) cerca de Pointe le Taureu y lo nombraron Fort Sherman, en honor al general de la Guerra Civil William Tecumseh Sherman.

Los franceses construyeron tres faros de estructura metálica en América. Dos en Panamá (Isla Grande y Pointe le Taureau), y uno en Puerto Rico (Isla Mona). Algo tuvo que ver el ingeniero Gustav Eiffel con estos cuando trabajó para el Canal Francés.

Se descontinuaron cuando fracasaron los franceses en Panamá. Cuando los norteamericanos tomaron las riendas del Canal, los construyeron todos de concreto.

Cuando supe que el faro en Pointe le Taureau seguía en pie fui a conocerlo. Al cruzar el otro lado de las esclusas de Gatún, se ve el faro más alto del Canal (27 m) y el más fotografiado. Lleva 86 años guiando barcos. Cuando llegamos a Sherman pregunté en la garita (llevan control de vehículos y personas) sobre la existencia de un faro antiguo, y el inspector (creo que de la Autoridad Nacional del Ambiente) me dio los santos y señas de cómo llegar. ¿Y aún funciona? le pregunté, “desde luego —dijo ufano—, si no se estrellan los barcos…”.

Es alto (39 m); más que el de Isla Grande. Sobresale como un gigante en la llanura de Sherman. Viste de blanco. Como un cadete de la Marina. Está montado sobre una base de piedra, en una lengua de tierra que toca al mar. Domina el Caribe. Los vientos lo miman y las tempestades lo embisten. Lleva 113 años aguardando, en la soledad, no solo a los buques, sino a los vientos, las lluvias, las marejadas y tempestades. Supe que durante las tempestades le toca duro, resistiendo con estoicismo desde 1894. Frente al faro los gringos tendieron rieles para transportar vagones repletos de piedras para el rompeolas de Colón. Toneladas de piedras pasaron frente al faro, y cuando desmontaron los rieles, el rompeolas se hizo su compañero.

El faro tiene una vista espectacular. El mar lame su orilla, los barcos esperan anclados fuera del rompeolas, las aves marinas la sobrevuelan serenas y un enorme mapache manglatero sale de los arbustos, pasa frente a mí y se interna en el manglar. Punta Toro es hermosa. Su faro aún más. Me recuerda mucho a la Torre Eiffel. Tiene una cúpula que termina en un espadín tipo florete sobre el torreón del faro que se asemeja a la catedral de San Basilio en Moscú. Es el pararrayos. Debió tener un hermoso lente tipo Fresnel (como el de Isla Grande) montado sobre sus complicados engranajes giratorios. Los goznes de sus puertas siguen aceitados. Tiene un balconcillo como de barco.

De noche cobra vida cuando enciende su luz cada 5 segundos, seguido de 25 segundos de apagón. Su plano focal, desde el nivel del mar hasta su luz, es de 41 m. El óxido es férreamente controlado por obreros canaleros. Lo acicalan y velan celosos su vestimenta. Lástima que sus hermanos no tuvieron la misma suerte (Isla Grande e Isla Mona). Viven en el abandono. Estos faros, Isla Grande y Toro Point, son nuestra herencia y legado. Son únicos.

¿Cómo llegar?

Este faro queda en Colón, a la entrada del Canal. Al llegar a Colón, diríjase hacia las esclusas de Gatún. Crúcelas y avance como si fuese al castillo de San Lorenzo. Llegará a una garita en la ex base de Sherman. Pregunte cómo llegar al faro. Lo encontrará muy fácil. Hay una marina, astillero y restaurante. El faro está en Punta Toro.

Si se anima

Puede caminar hasta el rompeolas y disfrutar el panorama que incluye Colón. La carretera que llega hasta el faro está en buenas condiciones.

El encanto de Portobelo, El Salto de los Monos

El encanto de Portobelo, El Salto de los Monos

De tres a cuatro horas, penetrando la selva (Parque Nacional de Portobelo) se encuentra la cascada más alta de la provincia de Colón, con 75 m de caída. ‘El Salto de los Monos’, el encanto de Portobelo.

Moisés Ortiz Mow

 
 
 

Chorro de color verde esmeralda.

 

El labrador ‘Rosco’ no desaprovechó el agua.

 

Un paisaje como de película de Tarzán.

Desde el corregimiento de Sabanitas, seis excursionistas, entre ellos un alemán, un italiano, un austríaco, una española y dos panameños, además de ‘Rosco’ (un perro labrador) llegamos al sector de Guanche en Portobelo, entre linternas, y caminamos unos tras otros hacia la cascada El Salto de los Monos, a eso de las 11:45 de la noche.

Tras una hora de camino, la primera acampada es en la ribera del río Guanche, junto a un árbol (bongo) que tiene más de 400 años, en los límites del parque.

Al asomarse el sol recogemos todo y continuamos con la jornada. Pasada más de una hora y media, la humedad de la selva se siente de tal manera que agobia. Hacemos un descanso y nos introducimos en el río para refrescarnos por espacio de 15 minutos; uno de los aventureros pregunta si se puede beber de esta agua y le contesté “por supuesto”. La calidad del agua del río es excelente, no tiene olor, es fresca y transparente. Se puede bucear sin que moleste los ojos.

Avanzamos, dejamos el río Guanche y caminamos al lado del río Dos Bocas. Observamos troncos de árboles inmensos, orquídeas y la belleza natural de la selva. A las 2:30 p.m. llegamos al segundo sitio de acampada; estamos bastante agotados. Decidimos visitar la cascada al siguiente día. Nos damos un buen baño en el chorro verde esmeralda, otra belleza natural que es una piscina profunda. La suerte nos acompaña y recibimos la visita de los monos aulladores, quienes observan nuestros movimientos y hacen alarde de su aullidos.

El italiano los imita, los monos se quedan callados por un momento y empiezan con su sonido. Saltan de una rama a otra y nos orinan. Estos primates son territoriales y así nos dejan claro que este es su sitio.

Al día siguiente nos dirigimos a visitar la cascada, recorrido que nos toma 40 minutos, y en nuestro avance, que es en parte por el río Quebrada de los Monos, contemplamos varios chorros preciosos, pozas de agua irresistibles para zambullirse. ‘Rosco’ el labrador se tira casi en todas. A la vez apreciamos escenas selváticas fabulosas como en las películas de Tarzán para inmortalizarlas con la cámara. Al llegar a la cascada nuestras cabezas se inclinan 70 grados por la altura; los aventureros agradecen estar allí. No es fácil ni tan difícil llegar, pero vale la pena. Es bella el agua que cae en los pozos, en los cuales se puede nadar o meterse tras de la cascada. El verde de la selva hace del Salto de los Monos un sitio especial.

¿Cómo llegar?

Desde el corregimiento de Sabanitas, en el supermercado Rey, se toma un bus o automóvil hasta el sector de Guanche. Le tomará alrededor de 30 a 35 minutos, pero lo mejor es contactar a los guías, en este caso el club EcoloAventuras Colón, que puede guiarle hacia la cascada.

Recomendaciones

1. No camine con jeans. Al mojarse incomodan o puede escaldarse. Lo mejor es usar pantalones ligeros que se puedan secar puestos y que sean largos.

2. Use botas o zapatillas con buenas suelas.

3. Lleve repelente para insectos, linternas, gorra o pañoleta

Rechazan actividad de Mina Petaquilla

Campesinos y estudiantes exigen cierre de mina

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Realizaron una marcha.

[ Foto: Elena Valdez / EPASA ]

Elena Valdez

COCLE, PANAMA AMERICA

CIENTOS DE campesinos, estudiantes y obreros de la construcción realizaron una marcha por las principales calles del distrito de Penonomé.

Todos protestaban por el daño que causan al ambiente los trabajos que se realizan en la mina Petaquilla, en Donoso, y por el alto costo de la vida que acaba con el más pobre.

Saturnino Rodríguez, dirigente campesino, señaló que no es posible que el MICI, la ANAM y el gobierno se hayan puesto de acuerdo para aprobar que esta empresa minera esté destruyendo el área.

Alegó que la presencia de la mina ha incrementado la violencia doméstica, los problemas del alcoholismo y hasta la prostitución, y ninguna autoridad hace nada para frenar este tipo de situaciones.

En tanto Gabriel Lorenzo, otro de los campesinos afectados, aseguró que la llegada de la mina a Donoso no sólo afecta a los colonenses, sino también a los coclesanos que ahora deben soportar la violencia, el licor, las riñas y aunado a eso la destrucción del medio ambiente.

Dijo que continuarán protestando hasta que sean escuchados.

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MARCHA.

Rechazan la actividad minera

Edilsa González
PENONOMÉ, Coclé

Campesinos que se oponen a la mina Petaquilla realizaron una gran marcha ayer en la ciudad de Penonomé, a la que se unieron obreros del Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción y Similares y del Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales, además de estudiantes universitarios, quienes protestaron por el alto costo de la vida.

Los manifestantes marcharon por las principales calles de Penonomé con pancartas donde exigían el cese de la actividad minera en Petaquilla y que se congelen los precios de la canasta básica familiar.

Saturnino Rodríguez, dirigente campesino, criticó la actitud del Ministerio de Comercio e Industrias, la Autoridad Nacional del Ambiente y el Gobierno, pues, según dijo, se han puesto de acuerdo para aprobar que esta empresa minera esté destruyendo el área.

Fiebre del oro arrasa bosques, agua y fauna

PROYECTO MINERO.EL AMBIENTE LLEVA LA PEOR PARTE.

El costo de la fiebre del oro

El agua, los bosques y la fauna serán afectados por el avance minero en el área de Molejón, en Colón.

El vocero de la minera dice que garantizarán la extracción de minerales con las medidas de mitigación.

LA PRENSA/David Mesa

TALA. El 80% de las 160 hectáreas que se intervendrán perderá su cobertura boscosa.

Eliana Morales Gil
emorales@prensa.com

El estudio de impacto ambiental (EIA) que la empresa Consultores Ecológicos de Panamá S.A. elaboró para Minera Petaquilla S.A., deja en evidencia lo que las 21 comunidades campesinas que viven en el área – y que se oponen al proyecto– han denunciado en los últimos meses.

Que con el avance minero en el área de Molejón (en Colón) se perderá una buena parte de la cobertura boscosa, se contaminará el agua y se alterará la calidad de los suelos, entre otros aspectos.

El estudio que la minera presentó ante la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam), en julio pasado, asegura que el proyecto propone la «intervención directa y drástica» en cerca de 160 hectáreas de tierra, de las que un 80% perderá la cobertura boscosa y el 100% perderá la capacidad para mantener la biodiversidad original durante la fase de construcción.

FAUNA AFECTADA

El EIA asegura, además, que habrá afectación en áreas vecinas del proyecto en donde se producirán cambios en la composición de la fauna, por las actividades intensivas que se darán. «Los peces del río Molejón y las quebradas aledañas quedarán aislados, al menos hasta que se estabilicen las canalizaciones y se controle el sedimento», explica el documento.

EL AGUA

Mientras que el impacto en la calidad del agua en el río Molejón, según los especialistas, será «muy alto», detallan que el agua de este río deberá ser potabilizada para el consumo humano y afirman que la principal fuente de riesgo ambiental lo representa el aporte de sedimentos por el movimiento de tierra para la construcción del proyecto.

José Gabriel Carrizo, representante legal de la empresa minera, ha dicho a este diario que la empresa tiene un departamento de hidrología y ambiente que se encarga de la re-vegetación y control de erosión, entre otros aspectos. Asegura, además, que la empresa garantizará la extracción de estos minerales con las medidas de mitigación y prevención.

En tanto, Bolívar Zambrano, director nacional de Ordenamiento Ambiental de la Anam, asegura que el estudio, de categoría III, aún está en proceso de evaluación. El documento está en la biblioteca de la Anam y cualquier ciudadano puede consultarlo.

Minera Petaquilla pretende extraer 893 mil onzas de oro en un período de 12 años.

Parque Nacional San Lorenzo en Colón recupera su esplendor

COLÓN. promueven el turismo ecológico en la zona.

El Parque San Lorenzo recupera su esplendor

El Ipat considera que San Lorenzo constituye una nueva oferta turística para el istmo centroamericano. Los visitantes pueden disfrutar del ambiente familiar, la historia, flora y la diversidad de la fauna.

Rios Chagres desembocadura, mouth Chagres river
Foto: Angelktpi. BELLEZA. San Lorenzo constituye un monumento histórico colonial de gran belleza. Pinche la imagen para ver localización y otras fotos.

Diomedes Sánchez
COLÓN, Colón

Su rica historia colonial, sus cristalinas playas, la espesa vegetación, su fauna, son parte de los atractivos con que cuenta el Parque Nacional Fuerte San Lorenzo, y que buscan ser orientados hacia el turismo ecológico.

El Parque Nacional San Lorenzo está ubicado en la ribera occidental del Canal de Panamá, tiene una extensión de 12 mil 253 hectáreas, donde existen bosques, pantanos y un ecosistema costero.

Raúl Mariota, jefe del área protegida por la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam), manifestó que el área cuenta con muchos atractivos para los visitantes, como el fuerte español San Lorenzo, baterías y bunker de la Primera Guerra Mundial, el río Chagres, la represa del Lago Gatún, en medio de una fauna y flora diversa.

Indicó que en las playas Tortuguillas y Diablo se proyecta la habilitación de senderos interpretativos, merenderos para que puedan llegar las familias, respetando todos los parámetros de la biodiversidad de la zona.

En esta proyección, señaló el funcionario de Anam, se han incorporado grupos conservacionistas, turísticos, como el caso de los Rapaces de la comunidad de Achiote, para que se unan a estos esfuerzos de turismo ecológico.

En esta área protegida se pueden observar más de 270 especies de aves, entre las que se pueden destacar garceta bueyera, tortolita rojiza, perico barbinaranja, amazilia colirrufa, loro cabeciazul, tucán pico iris, tirano tropical, soterry común, tangara azuleja, mirlo pardo, entre otras.

En cuanto a otros animales también se pueden observar jaguares, ocelotes, boas, cocodrilos, ñeques, zaínos, iguanas.

Indira Olmos, directora regional del Instituto Panameño de Turismo (Ipat), señaló que San Lorenzo se une a las nuevas propuestas que existen en la región, como una manera de ofrecer a los visitantes una buena imagen de la provincia, sobre todo en un área que cuenta con recursos históricos, ecoturismo, playas, fauna, grupos ecológicos y turismo.

Felipe Martínez, presidente del grupo Los Rapaces, indicó que esta nueva propuesta representa una alternativa real para los turistas que no solo vendrán a ver aves en el área de Achiote, sino que contarán con San Lorenzo, donde podrán observar otras especies de animales y de flora.

Asimismo, Maribel Santos, integrantes del grupo conservacionista de Río Indio en la costa abajo, destacó que la idea es concienciar a la comunidad sobre la importancia que tiene el potencial turístico para el progreso de la región.

La Prensa, 5 de agosto de 2007.