Destrucción ambiental en Panamá Este y Darién

USO IRRACIONAL DE LOS RECURSOS

Saqueo al este del país

Alida Spadafora
opinion@prensa.com

Desde que a Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (Ancon) inició su labor de concienciación y protección de los bosques hacia el este de Panamá, en particular en Darién, hace más de 20 años, no se había evidenciado el grado de degradación y saqueo de las riquezas naturales de esa región como hemos notado escasamente a inicios de Semana Santa en gira a Darién.

Tanto en las inmediaciones de la carretera Interamericana desde Chepo a Yaviza, como en comarcas, tierras nacionales y áreas protegidas el uso irracional de los recursos naturales es claro, ya sea éste por tala y quema de los bosques o por extracción insostenible de árboles maderables, o por la alteración y venta de lagunas naturales como la de Matusagarati. Somos testigos de un saqueo sin precedentes en este país y con indicios de que irá en aumento.

Difícil es describir el panorama que vimos desde la carretera. Más de 10 mulas cargadas de grandes tucas de madera de espavé y otras especies pasaron a nuestro lado en menos de dos horas. Al menos seis centros de acopio maderero avistamos entre Chepo y Metetí, los cuales en nuestros frecuentes viajes a la región nunca antes habíamos visto. Estos sitios llenos de tucas marcaban el paisaje chepano y darienita con árboles derribados que solo pueden provenir de bosques primarios y que al juzgar por su diámetro deben tener muchos años de crecimiento. Y esto es solo lo que se ve desde la carretera, porque el arrasador panorama en el bosque adentro debe ser digno de una película Avatar. Por la gran cantidad de tucas, todo apunta a extracciones ilegales, o de concesiones insostenibles e irracionales.

Con mucha tristeza y dolor, pudimos también observar la roza y quema desmedida en cerros y colinas con pronunciadas pendientes, en donde puede visualizarse puntos blancos de algún ganado pisoteando las laderas, que es el origen de las innumerables cárcavas y de los procesos de desertificación. Un suelo abusado y agotado que se perderá irreversiblemente. El humo de las quemas no deja ver el horizonte, así es el panorama en esta zona: humo, bosques destruidos y biodiversidad que se pierde para siempre.

Ante este triste espectáculo muchos nos preguntamos: ¿Es éste el destino que la política actual de “desarrollo” tiene para esta región del país? ¿Queremos ampliar el llamado arco seco, región con gran escasez de agua porque depredaron sus bosques y su suelo? ¿Queremos que el campesino, indígena o afrodarienita de la región este del país también tenga que marcharse buscando aguas y tierras más fértiles? Tal vez tendrá que migrar a la ya saturada e insegura ciudad o a la cuenca del Canal, donde todavía nos quedan algunos bosques protegidos, porque ya no tendrán ni agua ni tierra, ni esperanzas.

¿Qué les quedará? Seguramente un eventual gobierno de turno buscando “soluciones” efímeras les ofrecerá un tajo, pero no el tajo de una sandía, sino un hueco profundo para extracción de metales, para que les resuelva “la pobreza y la falta de empleos”. Una falacia para hundir a los más pobres en más miseria, un desastre para Darién, las comarcas, las áreas protegidas, lo que irremediablemente, aunque muchos no lo quieran aceptar, provocará el colapso económico, social y político de todo nuestro país.

Les pedimos entonces a los que dirigen instituciones como el Ministerio de Desarrollo Agropecuario, la Autoridad Nacional del Ambiente, el Ministerio de Economía y Finanzas, el Banco de Desarrollo Agropecuario, el Banco Nacional y otros actores con competencia sobre este tipo de temas que actúen hoy para detener la degradación de los bosques y extracción irracional de madera; que diseminen, financien prácticas sostenibles forestales, agrícolas, ganaderas y promuevan actividades duraderas y amigables con el ambiente para beneficio de muchos, por muchos años.

¿Habrá un poco de conciencia sobre lo que se está propiciando? porque de no actuar contundente y coherentemente seguirá el saqueo y florecerán por doquier aquellos tajos mineros mal vendidos al país.

Ganadería destruye la Amazonía

BIODIVERSIDAD EN PELIGRO

Explotación ganadera daña Amazonía

Ministro del Medio Ambiente de Brasil, Carlos Minc lamenta pérdida de bosques.
Los bosques son codiciados por el hombre por la industria maderera, pero también para el desarrollo de la ganadería

EFE REPORTAJES

MADRID. Uno de los mayores escollos es el que representa la postura de Brasil ante la deforestación y explotación de la Amazonía, cuya riqueza, en tiempos de crisis, está siendo tratada de forma desaforada.

El mayor pulmón del planeta, que lo representa la Amazonía, es al mismo tiempo uno de los mayores perjudicados por las agresiones humanas y, por lo tanto, uno de los mayores causantes de efecto invernadero que destruyen el medio ambiente. Pero no sólo la tala de árboles de la que tanto se habla en los medios de comunicación es la causante, la industria ganadera en expansión y sin control durante los últimos años devasta este bosque fundamental para la vida.

Los bosques mantienen los ecosistemas al acumular grandes cantidades de carbono que de no ser retenidos por ellos contribuyen al cambio climático. Además de esta misión esencial para la conservación del medio ambiente, en los bosques sobrevive la cultura de pueblos indígenas, comunidades y más de la mitad de las plantas y de las especies animales terrestres del planeta.

La Amazonía almacena entre 80.000 y 120.000 millones de toneladas de carbono y su destrucción supondría la liberación de una cantidad de GEI (gases de efecto invernadero) equivalente a cincuenta veces las emisiones producidas anualmente por Estados Unidos.

BRASIL, SEGUNDO PAÍS DESTRUCTOR DE MASA FORESTAL EN EL MUNDO

Al ritmo de la deforestación de la Amazonía esto podría llegar a ocurrir, pues registra la mayor tasa de deforestación anual del mundo.

Según el gobierno brasileño, la industria ganadera es el máximo responsable de ello, con la destrucción de un 14 por ciento de la masa forestal. Se calcula que en los últimos años los ganaderos están destruyendo una media de una hectárea de selva amazónica cada 18 segundos, lo que hace que se sitúe en segundo lugar tras Indonesia de países destructores de masa forestal.

La suma de las extensiones de las fincas ganaderas instaladas ocupa aproximadamente el 80% de las áreas amazónicas deforestadas, y en ellas los mayores incentivos los proporcionan una mano de obra barata y la ausencia de una regulación que sea respetada en la zona.

Según datos de Greenpeace procedentes de observaciones realizadas por satélite entre los años 2006 y 2007 y de los permisos de deforestación, el resultado es que más del 90 por ciento de la actual deforestación es ilegal.

Debido a la crisis que está afectando a nivel mundial, el gobierno brasileño ha decidido promulgar leyes que dejan manos libres a los ganaderos y agricultores instalados en este pulmón de la Tierra, en lugar de adoptar una política tendente a preservar las tierras amazónicas. Consecuencia de ello es también la aportación de capital para promover la expansión de las infraestructuras ganaderas.

Estas tierras que han sido usurpadas ilegalmente estarán protegidas, además, por un proyecto de ley que ya se ha presentado ante el gobierno brasileño que concede derechos de propiedad a los usurpadores.

La situación de legalidad de estas tierras ha sido siempre un tema muy confuso por la falta de control sobre los títulos de propiedad y la ambigüedad de su legislación en la que siempre ha primado los intereses creados.

Como consecuencia de este panorama, en los últimos diez años, la industria ganadera brasileña ha experimentado un rápido crecimiento que ha hecho de Brasil el país poseedor de la mayor cabaña ganadera comercial del mundo y le ha convertido en el mayor exportador de carne de vacuno, así como de cuero curtido, cuyo mercado comparte con China.

El pasado año, el comercio ganadero brasileño alcanzó un valor total de 6.900 millones de dólares en el mercado de carne vacuno, cota que el gobierno prevé doblar para el año 2018.

Ganadería extensiva destruye bosques de latinoamérica

mapa de deforestacion en Latinoamerica

Mapa de Deforestación en Latinoamérica. Fuente: FAO

La ganadería extensiva destruye los bosques tropicales en Latinoamérica

Las grandes explotaciones invaden la selva, según los mapas de la FAO con las previsiones para 2010

8 de junio de 2005, Roma – El crecimiento de las explotaciones ganaderas es uno de los principales responsables de la destrucción de los bosques tropicales en Latinoamérica, con un daño irreversible para los ecosistemas en la región, según alertó hoy la FAO.

La organización de la ONU hizo público por vez primera un mapa mostrando la expansión de terrenos para uso agrícola y ganadero proyectada para 2010 a costa de la desaparición de la selva tropical virgen.

«La deforestación provocada por las grandes haciendas es una de las principales causas de la pérdida de especies animales y vegetales únicas en los bosques tropicales de Centro y Suramérica, así como de la emisión de carbono a la atmósfera», aseguró Henning Steinfeld, Jefe de la Subdirección de Información Ganadera y de Análisis y Política del Sector.

FAO/21711/G. Bizzarri

Un granjero conduce su rebaño en Honduras

«Es necesario encontrar con urgencia alternativas a la ganadería extensiva en Latinoamérica. Predecir los cambios del uso del suelo en los trópicos puede ayudar a los responsables políticos a comprender el enorme impacto ambiental de esta tendencia y desarrollar una política conservacionista», añadió.

La FAO estima que la cubierta forestal en Centroamérica se reducirá en 1,2 millones de hectáreas hasta el año 2010. En ese mismo espacio de tiempo desaparecerán en América del Sur 18 millones de hectáreas de selva. La creciente demanda de proteínas de origen animal es el principal responsable de la expansión de la producción ganadera.

Amenaza a la biodiversidad

La FAO prevé que en 2010 el 62 por ciento de la superficie deforestada en América del Sur se destine a pastos (Centroamérica el 69 por ciento), con una presión especialmente fuerte en Ecuador, Guyana y Venezuela (más del 80 por ciento).

En Centroamérica la ampliación de los pastizales afectará especialmente a la cubierta forestal de Nicaragua y Panamá. En la región noroccidental de Nicaragua y en el centro de Panamá se encuentra el denominado Corredor Biológico Mesoamericano, el tercer espacio en importancia mundial por su biodiversidad, que se encuentra amenazado.

Las previsones de la FAO alertan sobre el peligro existente para algunas especies de árboles, entre ellas la caoba en Ecuador, Perú, Bolivia y Brasil. La deforestación también amenaza los últimos bosques de la región andina, así como los bosques secundarios en el este de Brasil.

Areas protegidas

Tampoco las zonas protegidas se ven libres de peligro. En Centroamérica la FAO prevé una significativa ampliación de los pastizales hacia los bosques de la reserva Maya de la Biosfera, situada en la región del Petén, en Guatemala, afectando la zona del parque nacional Laguna del Tigre.

En América del Sur otros parques se ven amenazados, como el monumento natural Formaciones de Tepuyes en la Amazonía venezolana, así como el parque nacional Sierra de la Macarena en Colombia y la reserva de Cuyabeno en la región noreste de Ecuador.

Promover una agricultura sostenible

Ante esta situación, la FAO recomienda a los países afectados que promuevan prácticas agrícolas que sean sostenibles al tiempo que se incrementa la productividad. La organización de la ONU admite al mismo tiempo que los países latinoamericanos necesitan aumentar su producción agrícola para impulsar su crecimiento económico y la seguridad alimentaria.

El desarrollo de explotaciones agrícolas que promuevan la mejora de los pastos, el cultivo de plantas forrajeras y la plantación de árboles ofrecen mayores beneficios socioeconómicos y oportunidades para la conservación de la biodiversidad, al tiempo que el medio ambiente local y global se beneficia a través de la creación de reservas estables de carbono.


Contacto:
Erwin Northoff
Coordinador de prensa, FAO
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Mauricio Rosales, experto del Departamento de Montes de la FAO, explica como afrontar el problema de la deforestación y ofrece propuestas para armonizar un desarrollo agrícola sostenible y la conservación de valiosos ecosistemas. (ram)
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