Seis meses frente a la Corte Suprema

Seis meses frente a la Corte Suprema

Ciudad de Panamá. Burica Press (13 de diciembre de 2008). De acuerdo a Denia Arauz, una arquitecta panameña, activista ambiental y defensora del paisaje urbano de las áreas revertidas de la ciudad de Panamá, todo pareciera indicar que sus seis meses continuos frente a la Corte Suprema de la República de Panamá es una lucha que no se ha ganado todavía.

Justo ayer se cumplieron 129 días laborales (seis meses) que los residentes de las áreas revertidas asisten religiosamente con insistencia y perseverancia frente a las oficinas de los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) pidiendo justicia ambiental ya que los activistas ambientales y residentes de las áreas revertidas demandan la inconstitucionalidad de la Ley 12 de 2007 que legalizó más de 50 actos administrativos ilegales de zonificación realizados por el Ministerio de Vivienda (MIVI)en la administración de Martín Torrijos y la de la señora Mireya Moscoso. Al legalizar estas zonificaciones que la Ley prohibía y protegía el espacio, el entorno urbano y las áreas verdes, miles de hectáreas de dichas áreas y otros espacios urbanos invaluables se perderían por la densificación y construcción de obras civiles contra natura.

Insisten en que como ciudadanos dignos de este país, seguirán luchando para que los fallos de la Corte Suprema se desarrollen bajo la integridad, la transparencia y el compromiso institucional por el supremo bien del país»

Los activistas urbanistas y ambientales indican que seguirán asistiendo a la Corte ya que lo que ha hecho la Asamblea Nacional y la Corte Suprema con esta ley es proteger con impunidad la corrupción del MIVI que ha olvidado su papel rector del urbanismo y se ha convertido en una agencia promotora de bienes raíces pero vendiendo las riquezas y valores nacionales. Ellos indican que la Corte debe fallar contra esta ley.

Fotos: D. Arauz

Rosina de Stec, Rafael Spalding, Raisa Banfield, Denia Arauz y un centenar más de panameños indican que han hecho este significativo acto de protesta porque tienen sed de justicia ante tantas arbitrariedades y corrupción del Gobierno Central y de la Asamblea Nacional que se atrevieron a aprobar en conjunto esta ley que es una aberración jurídica y por tanto una vergüenza nacional.

Una lucha diaria que con megáfono en mano, pancartas y banderas verdes levantan cada mañana la voz de censura contra cinco magistrados de la Corte: Aníbal Salas, Winston Spadafora, Alberto Cigarruista, Nelly Cedeño de Paredes y Delia Carrizo de Martines por haber fallado bajo presión política y legalizar aún más la corrupción montada desde el Ejecutivo y la Asamblea sobre el destino de las áreas verdes revertidas de la antigua Zonal del Canal.

Los activistas indican que sienten que sus esfuerzos ciudadanos han calado sin precedente histórico, en la gestión de la magistratura de justicia, que tiene que dar un revés rotundo y dar cumplimiento al Código de Ética Judicial, orientado a las actuaciones honestas, idóneas, independientes, justas e imparciales de los funcionarios de este Órgano del Estado, para lograr un correcto desempeño de la administración de justicia, que no puede estar divorciada o aislada del elemento moral.

Ríos de la ciudad de Panamá contaminados e ignorados

CIUDAD. LA CONTAMINACIÓN DE LOS CAUCES CAPITALINOS ES UN RIESGO PARA LA SALUD.

Ríos, riqueza perdida

Con las colectoras del saneamiento de la bahía se suspenderán las descargas de aguas residuales.

Redacción de La Prensa
panorama@prensa.com

Los ocho ríos que fluyen por la capital panameña están “contaminados” o “altamente contaminados”. Así lo indica un informe sobre la calidad de sus aguas, de la Autoridad Nacional del Ambiente.

El informe también indica que las zonas más contaminadas están en áreas cercanas a núcleos de población, asociados a actividades comerciales e industriales.

El índice de calidad de agua toma como parámetros relevantes el oxígeno disuelto y los coliformes fecales. El médico infectólogo Xavier Sáez-Llorens explicó que la presencia en grandes cantidades de estos últimos es un riesgo para la salud, pues se pueden presentar enfermedades gastrointestinales, especialmente si el individuo es un anciano, un niño muy pequeño o una persona con problemas de defensas.

Quienes viven junto a estos cauces o están en contacto con ellos, añadió, desarrollan un grado de resistencia o tolerancia a este tipo de sustancia.

Con el saneamiento de la ciudad y la bahía de Panamá, hay una esperanza. En el Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales señalan que a fines de 2009, cuando estén funcionando las colectoras, el cambio será evidente. Aun así, explica Ariel Rodríguez, biólogo de la Universidad de Panamá, la descontaminación no será inmediata y podrían pasar décadas antes de que los ríos sean recuperados.

rescate.Los ocho ríos que atraviesan la ciudad están contaminados.

Ríos, más que drenajes urbanos

Antes que incorporarlos al paisaje urbano, los ríos son canalizados y tapados para construir sobre ellos.

Deshechos sólidos y líquidos contaminan sus cauces y desmejoran la calidad de sus aguas.

LA PRENSA/Gabriel Rodríguez
Ambientalistas y urbanistas destacan el potencial de los ríos como áreas verdes recreativas, sin embargo, la contaminación ha impedido que en la capital esto se haga realidad.

Ana Teresa Benjamín
abenjami@prensa.com

Ninguno de los ocho ríos que atraviesan la ciudad de Panamá se salva.

Como se lee en una publicación de la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam), Sostenibilidad de los recursos hídricos en Panamá, mientras los ríos del interior del país todavía pueden utilizarse para la recreación y el solaz -además del uso utilitario que históricamente han tenido- los de la zona metropolitana apenas si sobreviven.

El documento establece que los ríos Cárdenas, Curundú, Matasnillo, Matías Hernández, Abajo, Juan Díaz, Tapia y Tocumen, sin excepción, están “contaminados o altamente contaminados”.

“Las zonas más contaminadas están en áreas cercanas a núcleos de población, asociados a actividades comerciales e industriales, normalmente ubicadas en las partes bajas de las cuencas o en la desembocadura de los ríos”, se lee.

De acuerdo con los resultados del Programa de Monitoreo de la Calidad del Agua Nacional efectuado desde 2002 por la Anam, la calidad del agua de los ríos citadinos es tan mala que, en algunos casos, son necesarios tratamientos especiales para utilizarlos en la industria.

Dependiendo de a qué altura del cauce se haga la medición, las actividades de recreación se hacen desde “no recomendables” hasta “no aceptables”.

Sólo especies muy resistentes sobreviven en sus aguas y su uso para consumo es dudoso.

La mayor parte de esa contaminación proviene de las aguas residuales (comerciales y residenciales) que desde siempre han caído en sus cauces, aunque con el proyecto de saneamiento de la bahía de Panamá esta situación pretende enmendarse, ya que en la primera fase se construirán unos 47 kilómetros de colectores para sanear los ríos más contaminados.

Juan Antonio Ducruet, director del Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales, señala que a fines de 2009, cuando hayan empezado a funcionar las colectoras, “el cambio será evidente”, pues se suspenderán las descargas de aguas residuales y con ello disminuirán los malos olores que emanan de los afluentes.

Sin embargo, como dice Jorge Rivas, consultor de la Asociación para la Promoción de Nuevas Alternativas de Desarrollo, la salud de los ríos cambiará poco si la actitud de los ciudadanos no varía.

Contaminados e ignorados

Rico en recursos hídricos, Panamá cuenta con 350 ríos en su vertiente pacífica y 150 en la atlántica.

“Pero, históricamente se les ha dado la espalda y se ha subordinado su uso a las funciones de tránsito, de intercambio comercial”, sostiene Rivas.

Cuando un río no tiene un uso práctico, entonces se le utiliza como basurero. Siendo así, no extraña entonces que no se les haya concedido, hasta ahora, ningún valor estético o paisajístico a los cursos de agua de la ciudad.

Peor aún, condenados a ser drenajes o basureros, los ríos han adquirido mal aspecto y olor, lo que no hace sino dificultar su uso para el entorno urbano.

Emblemático es, por ejemplo, el caso del río Matasnillo, que en avenida Balboa ha sido totalmente cubierto por el complejo comercial de Extreme Planet, cerca de su desembocadura.

En el centro comercial Los Pueblos, en la vía Tocumen, por su parte, el río Juan Díaz atraviesa el complejo, pero esa zona es usada, en ambas orillas, como sector para depositar la basura de los comercios.

Aun así, en el puente que conecta a uno y otro lado del centro es escena común que los transeúntes se detengan a mirar los peces que aún sobreviven en el río, o a las iguanas que reposan en los árboles de sus márgenes.

Elemento del paisaje

Para el arquitecto urbanista Álvaro Uribe, el desuso de los ríos es un problema de “ignorancia y de codicia”.

Codicia, explica, porque se piensa que se puede disponer de las áreas de servidumbre como espacio privado, e ignorancia porque no se les ha dado el lugar que tienen en el desarrollo del entorno urbano.

En otras ciudades, recalca Uribe, se ha redescubierto el potencial de los ríos y se les ha rescatado. De cloacas, dice, han pasado a ser parte integral de los espacios públicos y han servido para rescatar barrios.

“En París, el río Sena era una cloaca y ahora se está recuperando para el turismo”, dice Uribe.

En las favelas de Brasil, están dejando de ser un canal sucio para incorporarse a la vida de estos barrios, conocidos por su violencia y su pobreza.

En el caso de Panamá, Uribe señala que el río Curundú, por ejemplo, podría rescatarse para que sirva de espacio público a los residentes del barrio del mismo nombre. “Se le puede dar carácter, convertirlo en un paseo”, sugiere, especialmente en los tramos que corren por el Parque Metropolitano.

Pero, para lograr todo esto, destaca, las autoridades deben señalar “qué no se puede hacer con el recurso agua” y hacerlo cumplir. La idea, dice, es aprender que, más que sepultarla, hay que aprender a utilizar esta bondad natural de forma más creativa.

Solicitan justicia para proteger bosques urbanos

FALLOS DE LA CORTE.

Queremos justicia

Rafael Spalding
opinión@prensa.com

¿Qué pasa cuando una mayoría de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia se equivoca? En abril de 2008, el pleno de la Corte Suprema de Justicia falló que la Ley 12 de 2007 es constitucional. Las comunidades lo ven de otra forma.

Una demanda de inconstitucionalidad había sido presentada contra la Ley 12 por las modificaciones a la Ley 21 de 1997. Antes de dar su fallo, los magistrados recibieron la opinión de la Procuraduría General de la Nación y la opinión de un opositor. Es un derecho ciudadano de participar en demandas sobre temas de constitucionalidad.

La Procuradora General de la Nación encontró que la Ley 12 viola el artículo 46 de la Constitución. El opositor opinó que la Ley 12 no es inconstitucional. Alegó que los cambios urbanísticos realizados por el Ministerio de Vivienda (Mivi) entre 1997 y 2007 fueron de forma y no de fondo; consecuentemente, como no hubo afectados, no hubo violación.

La mayoría de los magistrados coincidió con el opositor. Ellos concluyeron que ningún acto administrativo realizado por el Mivi entre 1997 y 2007 había violado los derechos a terceros. Los cambios a la Ley 21, introducidos por la Ley 12, son hacia el futuro, a partir de su promulgación: no se había violado ni el artículo 46 ni ningún otro artículo de la Constitución.

Los magistrados se equivocaron. Para su lectura, presentamos extractos pertinentes de las leyes en cuestión. Gaceta Oficial No. 23323, Ley 21, artículo 13: “…el Ministerio de Vivienda… podrá variar las categorías de ordenamiento territorial contenidas en el plan regional y en el plan general, previa consulta con la Comisión de Asuntos del Canal de la Asamblea Legislativa, mediante ley que al efecto se dicte”.

Gaceta Oficial No. 25731, Ley 12, Artículo 2; donde modifica la Ley 21, artículo 13: “Parágrafo: Se exceptúa del cumplimiento de lo dispuesto en este artículo [el artículo 13 de la Ley 21] las resoluciones emitidas por el Ministerio de Vivienda en materia de desarrollo urbano para los sectores de la Región Interoceánica, en el periodo comprendido desde el mes de julio de 1997 hasta la fecha de promulgación de la ley que adiciona este parágrafo”. Lo parentético es nuestro. Está claro que la Ley 12 exime al Mivi de cumplir con el artículo 13 de la Ley 21 desde julio de 1997, hasta febrero de 2007, cuando la Ley 12 fue promulgada.

No hay ninguna otra modificación a la Ley 21. Por ende, el día después de la promulgación de la Ley 12, la Ley 21 guardaría su condición original de requerir la consulta del Mivi a la Asamblea Nacional para variar las categorías de ordenamiento territorial. Contrario a lo que alegan los magistrados, la Ley 12 modifica a la Ley 21 retroactivamente hacia el pasado y no hacia el futuro, y viola el artículo 46 de la Constitución, tal como opinó la Procuradora General de la Nación.

Además, contrario a lo dicho por el opositor y los magistrados, las comunidades de las áreas revertidas han demostrado que reiteradamente el Mivi ha violado el artículo 13 durante el periodo entre julio de 1997 y febrero de 2007, afectando su seguridad jurídica.

Solicitamos, respetuosamente, que los magistrados rectifiquen esta injusticia.

El autor es ingeniero mecánico

Importancia de los bosques urbanos de Panamá

Importancia de los bosques urbanos de Panamá

Ariel R. Rodríguez V.
Biólogo y Ecologista

Los bosques urbanos de Panamá lo comprenden las áreas forestales ricas en biodiversidad que estuvieron cerca o en la periferia de las instalaciones civiles, residenciales y militares de las bases militares estadounidenses en Panamá. También corresponde a bosques incluidos dentro de las áreas de operación del Canal de Panamá, cercanos a la ciudad de Panamá y Colón.

Los bosques urbanos en el sector Pacífico de la antigua Zona del Canal corresponden a los bosques localizados en el Cerro Ancón, Farfán, Rodman, Punta Bruja, Kobe, Howard, Albrook, Los Ríos, Cárdenas, Corozal, Clayton, Llanos de Curundú, Parque Natural Metropolitano y los bosques periféricos del Parque Nacional Camino de Cruces. En el sector Atlántico corresponde a los bosques de Galeta, Davis, Espinar, Sherman. Incluyen también los bosques de mangle del sector de Colón y Bahía Limón.

Estos bosques tienen edades que oscilan entre 85 y 150 años de edad y forman parte del corredor biológico Atlántico-Pacífico en el sector del área del Canal. Estos bosques tienen características ecológicas muy particulares por su ubicación geográfica dentro del Istmo de Panamá. Los bosques de la región atlántica (o Caribe) son bosques más húmedos que los del Pacífico.

Los bosques del Pacífico se consideran bosques semideciduos de tierras bajas. Estos bosques contienen una riqueza avifaunística insuperable en proporción a su tamaño con relación a cualquier otra parte del mundo. Hoy estos bosques en Panamá están en peligro de extinción dado que han sido erradicados en la mayor parte de su existencia y los remanentes presentes en la antigua Zona del Canal en el sector Pacífico están siendo codiciados para ser transformados o desnaturalizados con proyectos urbanísticos, carreteras de acceso y otras infraestructuras de «desarrollo». También los bosques urbanos de las áreas revertidas de Colón están amenazados, ya que actualmente es evidente la masacre de bosques de mangle para construcciones civiles. Muchos otros sectores de bosque se han vendido o están en venta para crear infraestructuras urbanas, muchas no planificadas. El panorama peligroso que se observa es que los planes de «desarrollo» a costa de estos incomparables áreas verdes continúa y no parece haber forma de detener el «desarrollo» y por ende la destrucción de estos hermosos bosques.

Bosque semideciduo de Kobbe

Bosque urbano, semideciduo de Fuerte Kobbe, áreas revertidas. Foto: www.almanaqueazul.org

Estos bosques especialmente los del Pacífico también son sitios claves e importantes de convergencia de aves rapaces migratorias. A estos bosques llegan desde Norteamérica en los meses de septiembre y octubre grandes bandadas de gavilanes aludos, gavilanes de Swainson y los gallinazos cabecirrojos de Norteamérica. Igualmente estos bosques son hábitat de mamíferos grandes y pequeños, incluyendo especies amenazadas.

La ley 21 de julio de 1997 que aprueba el Plan Regional y el Plan General para el desarrollo, uso, conservación de las áreas revertidas en la región interoceánica y que estableció el marco normativo para la incorporación de los bienes revertidos al desarrollo nacional es la única ley que protege estos bosques urbanos, sin embargo, su destrucción lenta y continua amenaza la existencia a largo plazo la existencia de estos.

Pocas ciudades, tienen el privilegio de la Ciudad de Panamá o la de Colón de contar con hermosos y ricos bosques naturales en su periferia, que le dan gran atractivo, belleza incalculable y valor agregado para todas las actividades que se desarrollan dentro de éstas, especialmente el turismo, la recreación, la contemplación y los beneficios propios de los bosques como es la riqueza biológica, el clima local, la belleza escénica, la regulación de las aguas de los ríos que drenan al canal de Panamá y áreas cercanas, entre otras cosas.

Mientras el país no vea a estos bosques urbanos como riqueza del país, promoverá o avalará su destrucción. Hoy estamos a tiempo de salvar estos bosques. Súmate a los esfuerzos de grupos u organizaciones que velan este noble fin. El beneficio de ello será para todos nosotros.