Día de la Tierra 2014 — Ciudades Verdes

Día de la Madre Tierra 2014: «Ciudades verdes»

Este año, el Día de la Madre Tierra se centrará en las ciudades verdes, con el objetivo de movilizar a millones de personas para lograr un medio ambiente saludable y sostenible. En la actualidad, más de la mitad de la población mundial vive en las ciudades. A medida que la población urbana crece y los efectos del cambio climático empeoran, nuestras ciudades deben evolucionar.

Es hora de que invirtamos en energías renovables y en eficiencia energética, reconstruyamos nuestras ciudades y empecemos a resolver el problema del cambio climático. La campaña «Ciudades verdes» pretende generar un movimiento a nivel mundial durante los próximos dos años para acelerar esta transición. Únete a la campaña para pedir una nueva era de ciudades verdes.

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Ciudades verdes no sólo valoran y respetan los espacios verdes, crean soluciones ambientales para el buen manejo del transporte, del agua, de los residuos, de la contaminación, pero sobre todo de la mejora notable de la calidad de vida de los habitantes.

La Madre Tierra es una expresión común utilizada para referirse al planeta Tierra en diversos países y regiones, lo que demuestra la interdependencia existente entre los seres humanos, las demás especies vivas y el planeta que todos habitamos. Por ejemplo, en Bolivia la llaman «Pacha Mama» y nuestros ancestros en Nicaragua se referían a ella como «Tonantzin».

La proclamación Documento PDF del 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra supone el reconocimiento de que la Tierra y sus ecosistemas nos proporcionan la vida y el sustento a lo largo de nuestra existencia. También supone reconocer la responsabilidad que nos corresponde, como se expone en la Declaración de Río de 1992, de promover la armonía con la naturaleza y la Tierra a fin de alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras.

Reconociendo que la Madre Tierra refleja la interdependencia que existe entre los seres humanos, las demás especies vivas y el planeta que todos habitamos, la Asamblea General declaró el 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra para destacar la necesidad de ayudar a mejorar las vidas de los niños y los adultos que sufren del desorden para que puedan llevar una vida plena y significativa.

Campaña «Ciudades verdes»

La campaña «Ciudades verdes» ayuda a las ciudades y las comunidades del mundo a acelerar su transición hacia un futuro más sostenible. Más información en: http://www.earthday.org/greencities/about/.

Participa en el Día de la Madre Tierra

El 22 de abril de cada año, más de 1000 millones de personas en 190 países participan en el Día de la Tierra. En ciudades tan diferentes y distantes como San Francisco, San Juan, Bruselas, Moscú o Marrakech, los ciudadanos plantan árboles, limpian sus comunidades y contactan con sus representantes políticos en defensa del medio ambiente.

Como en celebraciones anteriores, el tema central del Día de la Madre Tierra de este año está inspirado en los retos medioambientales propios de nuestro tiempo. A medida que la gente migra a las ciudades y los efectos del cambio climático son más patentes, la necesidad de crear comunidades sostenibles es más importante que nunca. La idea entorno a la que gira la campaña de este año es las «ciudades verdes». Con inversiones en tecnología sostenible, políticas públicas progresistas y una ciudadanía informada y comprometida, podemos transformar nuestras ciudades y lograr un futuro sostenible. No hay nada más poderoso que la acción conjunta de 1000 millones de personas.

Fuente: http://www.un.org/es/events/motherearthday/

Crear ciudades verdes incorporando la horticultura garantiza mejor calidad de vida

Crear ciudades verdes incorporando la horticultura garantiza mejor calidad de vida

Un futuro mejor para las ciudades del mundo en desarrollo es obligatorio y posible, indica la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés).

En los países de bajos ingresos la urbanización se produce acompañada de elevados niveles de pobreza, desempleo e inseguridad alimentaria. Se estima que en todo el mundo hay 1 000 millones de personas hacinadas en barriadas, sin acceso a los servicios básicos de salud, agua y sanidad. Alrededor del 30% de la población urbana del mundo en desarrollo ‒770 millones de personas‒ está desempleada o son «trabajadores pobres» con ingresos inferiores al umbral oficial de pobreza.

Estos grupos urbanos pobres gastan la mayor parte de sus ingresos sólo para alimentarse, pero sus hijos presentan niveles de malnutrición a veces tan elevados como los que se observan en las zonas rurales.

Un punto de partida para crear ciudades más verdes es reconocer e incorporar en la política y la planificación urbana muchas de las soluciones creativas que la propia población urbana pobre ha desarrollado para fortalecer sus comunidades y mejorar su vida. Una de esas soluciones, y un rasgo esencial de la planificación de ciudades verdes en los países desarrollados y en un número cada vez mayor de países en desarrollo, es la horticultura urbana y periurbana.

El concepto de «ciudades verdes» ‒con capacidad de recuperación, autosuficiencia y sostenibilidad social, económica y ambiental‒ se suele asociar a la planificación urbana en los países más desarrolladas.

Consumo de frutas y hortalizas

Pocos países en el mundo en desarrollo han incorporado una política donde los ciudadanos puedan cultivar sus propias hortalizas para su consumo e incluso para la venta. Las hortalizas urbanas garantizan mejor calidad de vida a los ciudadanos, mejor alimentación y menos pobreza.

La seguridad alimentaria es cuando las personas pueden producir suficientes alimentos, o comprarlos, para satisfacer sus necesidades diarias a fin de llevar una vida activa y sana. En muchas de las ciudades en desarrollo del siglo XXI todas estas condiciones de la seguridad alimentaria están amenazadas.

La horticultura urbana y periurbana ayuda a las ciudades en desarrollo a subsanar todos esos problemas. Primero, contribuye al suministro de productos frescos, nutritivos, disponibles durante todo el año. Segundo, mejora el acceso económico de los sectores urbanos pobres a los alimentos cuando la producción familiar de fruta y hortalizas reduce sus gastos en alimentos, y cuando los productores obtienen ingresos de la venta.

La Organización Internacional del Trabajo estima que 180 millones de personas del mundo en desarrollo carecen de empleo, y otros 550 millones apenas ganan apenas suficiente para sobrevivir en la economía informal. En los próximos 10 años, casi 500 millones de personas, muchas de las zonas rurales, ingresarán en el mercado de trabajo. A menos que los países en desarrollo creen más oportunidades de trabajo
productivo digno, el número de desempleados y de trabajadores pobres podría llegar al 45% de sus poblaciones urbanas para 2020.

La horticultura urbana y periurbana ofrece una vía de salida de la pobreza. Tiene costos bajos de inicio, ciclos de producción cortos y un gran rendimiento por unidad de tiempo y unidad de tierra y agua. Su producción tiene un elevado valor comercial. Como requiere mucha mano de obra, la horticultura crea empleos para los desempleados, en particular para las personas recién llegadas de las zonas rurales.

Para ayudar a los países en desarrollo a afrontar los retos de la urbanización inmensa y acelerada, la FAO puso en marcha en 2001 una iniciativa multidisciplinaria, «Alimentos para las ciudades», que tiene como finalidad garantizar el acceso de la población urbana a alimentos sanos y a un medio ambiente saludable y seguro. El Programa de la FAO para la horticultura urbana y periurbana es un elemento clave de esta iniciativa. Ayuda a los gobiernos y la administración de las ciudades a optimizar las políticas, los marcos institucionales y los servicios de apoyo para la HUP, y a mejorar los sistemas de producción y mercadeo y la cadena de valor de la horticultura.

Informe completo: CREAR CIUDADES VERDES

Ciudades verdes, soluciones para el medio ambiente urbano

Ciudades verdes, soluciones para el medio ambiente urbano

No importa dónde estén ubicadas, las ciudades son centros de arte, cultura, negocios y gobierno. Es en su vibrante energía que se le toma el pulso a una nación. Al mismo tiempo, las ciudades cada vez más son un nexo para los desafíos medioambientales.

El informe Estado de la Población Mundial 1999, del Fondo Poblacional de las Naciones Unidas (FPNU), documenta la tendencia a la creciente urbanización. Un tercio de la población del mundo habitaba en zonas urbanas en 1960. Para 1999 ese porcentaje había subido al 47 por ciento. El informe pronostica que para el 2030 el 61 por ciento de la población del mundo vivirá en ciudades. El Estado de la Población Mundial 1999 ofrece la siguiente predicción sobre la urbanización:

… la «huella» ecológica y sociológica de la ciudad se extiende en áreas cada vez más amplias, creando una continuidad urbana y rural de comunidades que comparten algunos aspectos de su estilo de vida. Cada día menos y menos lugares en el planeta escapan al efecto de la dinámica de las ciudades.

Es probable que en este siglo próximo se acaloren los debates entre los planificadores municipales y urbanistas sobre la manera más eficaz de hacer que las ciudades funcionen mejor, cuando conglomeraciones urbanas de 10 millones o más de habitantes sean más comunes y sus consiguientes problemas crezcan exponencialmente. Gran parte de estos problemas serán ambientales: idear el uso eficaz de la tierra; enfrentar la difícil tarea del transporte eficiente y ambientalmente favorable; conservar espacios abiertos; proveer agua y aire limpios. Invitamos a los lectores a considerar algunas de las estrategias innovadoras y efectivas que actualmente surgen en Estados Unidos e internacionalmente, encaminadas a evitar o mitigar los daños que causa esta «huella ecológica» de creciente importancia.

Fuente: Revista electrónica Cuestiones Mundiales, Vol. 5, No. 1, Marzo de 2000

Ciudades armónicas, solución ambiental

Ciudades armónicas, solución ambiental

El índice que expone la desigualdad entre ricos y pobres alcanzó 0.55 en América Latina. Para UN-Hábitat, esa cifra es ‘inaceptable’. Depender menos de vehículos motorizados y aumentar las políticas para reducir desperdicios pueden disminuir las emisiones de carbono.

MARIO OSAVAIPS
América Latina

vivir+@prensa.com

Sao Paulo emite un décimo de los gases invernadero que produce San Diego, a pesar de ser cuatro veces más grande, revela el último informe del Programa de las Naciones Unidas para Asentamientos Humanos (UN-Hábitat).

Los patrones de consumo son más determinantes que el grado de urbanización para el aporte al calentamiento, concluye en base a esa comparación el informe.

América Latina y el Caribe son las regiones más urbanizadas del mundo, con 77% de población en las ciudades que aumentará a 85% en las próximas dos décadas, indica Cecilia Martínez, directora regional de UN-Hábitat.

América Latina es también la región con más ciudades desiguales. El índice Gini, que expone la desigualdad entre ricos y pobres, alcanzó 0.55, superando incluso a África. Para UN-Hábitat, por encima de 0.4 la desigualdad es “inaceptable”.

“La desigualdad afecta la armonía urbana y genera más desigualdad al trabar el crecimiento económico y componer un ambiente que atrae menos inversiones”, dice Anna Tibaijuka, directora ejecutiva de UN-Hábitat.

América Latina y el Caribe también se destacan como la región que registra un rápido crecimiento en muchas ciudades pequeñas, pasando de decenas de miles de habitantes a centenares de miles en 10 años. Unas 70 ciudades brasileñas vivieron ese fenómeno, asegura Martínez.

Pero las ciudades, “causantes del recalentamiento global”, son también parte de la solución, dice el informe.

Planificar el uso de transporte energéticamente eficiente, depender menos de vehículos motorizados y aumentar las políticas para reducir el desperdicio y la desigualdad espacial y social, pueden reducir las emisiones de carbono y contribuir a mitigar el cambio climático.

La disparidad de emisiones de gases invernadero por persona refleja más el patrón de consumo que el nivel de ingresos, agrega el informe, que atribuye 2.9 toneladas de carbono por persona en México D.F. y el doble en Sao Paulo. San Diego es el campeón, con 11.7 toneladas.

Con 3 mil 351 ciudades en zonas de altitud menores a 10 metros, amenazadas por la elevación del nivel del mar, sostiene Martínez, “grandes aglomeraciones enfrentan riesgos de escasez de agua y desastres climáticos”.

La adaptación ante el efecto del cambio climático es urgente. UN-Hábitat y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente estimulan a las ciudades a adoptar planes de urbanización y ambiente para enfrentar los desafíos previsibles.