Industria panameña sigue contaminando

INDUSTRIAS EN LA MIRA POR DESECHOS

FISCALIZACIÓN

KEREM PÉREZ
kperez@prensa.com

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Desechos. Algunas industrias depositan los desechos en los ríos.LA PRENSA/C. Lemos

Los altos niveles de contaminación  en los afluentes y ríos del país, provocados por empresas o industrias, encienden las alertas de las autoridades y ambientalistas.

Hasta la fecha, las autoridades no han concluido con los procesos de análisis  de las 79 industrias y compañías a las que se les ha identificado por presentar irregularidades ambientales.

La Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) no revela cuáles son, pero detalla que la mayoría de las empresas se dedica a la construcción, el turismo, la energía, la elaboración de productos alimenticios y bebidas, las actividades agrícolas, la ganadería, la silvicultura, la explotación de minas de canteras, la manufactura o la pesca.

La Anam exige un Programa de Adecuación y Manejo

Ambiental (Pama), en el cual las compañías deben presentar un cronograma de actividades y adecuaciones que corrijan  los altos niveles contaminantes en sus desechos, que debía haber concluido en el año 2005.

De acuerdo con Jesús Grimaldo, jefe del departamento de adecuación y manejo ambiental de la Anam, a todas las industrias que ya operan se les exige un diagnóstico a través de una auditoría ambiental.

Esta se realiza por entes privados debidamente aprobados por la institución.

Cada auditoría refleja el tipo de desecho que es expulsado por la empresa, y cuál es la magnitud de su impacto al medio ambiente.

Hay todo tipo de contaminante, como el ruido, vibraciones, emisiones atmosféricas (dióxido de carbono), aguas y suelo.

A la contaminación que más se le presta atención es a la de los desechos depositados en fuentes fluviales (ríos, quebradas) mares, etc.) y alcantarillados.

No obstante, Grimaldo enfatiza que cada empresa tiene su particularidad, puede tener una de estas fallas o varias en su conjunto, dependiendo de su actividad.

“Si luego de la auditoría ambiental, la empresa registra niveles altamente contaminantes en sus desechos vertidos en aguas, se le exige establecer una planta de tratamiento para reducir estos niveles, y en el caso que no cumpla con la normativa, se le multa”, explica Grimaldo.

A cada empresa que ya cuenta con un Pama se le da seguimiento, para que no incurra nuevamente en irregularidades.

El funcionario aclara que toda empresa que elabore productos o tenga dentro de su actividad la utilización de agua requiere una planta de tratamiento. También debe presentar una caracterización de las aguas donde deposita sus desechos, a fin de verificar que la carga contaminante no esté por encima de los niveles máximos.

En este sentido, Juan Francisco Kiener, vicepresidente del Sindicato de Industriales de Panamá (SIP), explica que el sector industrial en los últimos años se ha inclinado con más intensidad a cuidar el medio ambiente.

Kiener señala que no sólo se les debe exigir a las industrias  el establecimiento de plantas de tratamiento, sino  también  un conjunto de medidas como la reducción en el uso de papel, la energía, y  el reciclaje.

El industrial asegura que ellos no son el único que sector que está cumpliendo con los parámetros establecidos por la Anam.

“La mayoría de las medidas (plantas de tratamiento de agua) son costosas para las compañías pequeñas, pero, a pesar de ello el sector está cumpliendo. Estas pueden oscilar entre 200 mil dólares y 5 millones de dólares, dependiendo del volumen de agua que utiliza y el tipo de actividad”, explica Kiener.

El Centro Nacional de Producción Más Limpia detalla en su página web que existe un total de 200 empresas que están cumpliendo las medidas, de estas  87 son del sector energía e industria y  53, agroindustrias.

Para José González Jaramillo, miembro de Oilwatch Panamá, es necesario que se lleve a cabo un programa de desarrollo territorial que incluya el uso de agua. “No hay coherencia entre las  políticas públicas y la  gestión ambiental”, afirma González Jaramillo.

El activista ambiental sostiene además que las autoridades no están exigiendo las normas establecidas por la Organización Mundial de la Salud, como es el caso de las construcciones.

Vallas del mal gusto y la contaminación

CONTAMINACIÓN VISUAL

‘Valla’ a la peste

Pedro Altamiranda
opinion@prensa.com

La peste de las vallas. Mal endémico panamensis. Por donde vayas: “Vallas”. O como dice el polvoriento bolero: “doquiera que tu vayas…” “Vallas”.

Panamá es la gran Salsipuedes del anuncio que brinca en un pie. A ambos lados de la calle o avenida te reciben estas cruces visuales al mejor estilo del final de Espartaco.

Sacas la cabeza y te estrellas con una seductora guial que te ofrece una fragancia, o con una cerveza con su medallón apantallador, o con celulares de todo tipo que casi quintuplican, seguros, aviones, bancos y más bancos… en fin una verdadera currumbamba de productos que incluso pueden ilustrar tus noches de pesadilla publicitaria.

Cada 100 metros (medida de atletismo vehicular) ¡chas! te recibe un muppie o si lo prefieres, esa lápida publicitaria de “doble cara” que hace de la ciudad un gran cementerio Amador, ah y luego te quiña el ojo una valla horizontal y más adelante una doble horizontal, y una vertical, como quien dice para variar el paisaje, y una unipolar o ¿bipolar? Y otra de dos caras y más allá otra como mona encaramada en lo alto de un esperpéntico edificio obra de nuestros “arquichuecos” o bien recostada sobre una de sus paredes laterales y como colofón otras sobre un paso elevado, que no paso porque de paso nadie utiliza.

Y de repente se cuela una pantalla de televisión gigantesca y otra, sin contar con la gran telaraña (la de el ladrón de Bagdag es niña de pecho) de cables y yucas con que nos regalan las flamantes compañías de electrificación y telefonía. Pero, qué veo, mansa creatividad, tres ciclistas arrastrando cada uno su flamante valla y camiones–vallas o vallatrocs.

¡Machín! ¡Qué quieres que te diga, pana…! Indigestión visual, que sólo se cura cuando el Gobierno (léase Alcaldía) le apriete las tuercas a los valleros y los haga recoger su chatarra disfrazada. Pero eso, espéralo sentado.

Así, podemos afirmar con contundencia que Panamá pare más vallas que un cui, que ya es decir, ¡ahhh! … y todas, toditas con sus correspondientes permisos de colocación criminal, autenticados, refrendados, autorizados y aupados, pero es que claro, te has olvidado que vivimos en un país donde al panameño, su habitante, le encanta el plátano, y más si es funcionario público. Sí, sí, una tajadita por aquí, otra tajada por acá o tajadón y … venga la valla.

No vaya–mos muy lejos y allí está la antigua Zona del Canal. Y para muestra un botón. Tenía dos cosas maravillosas, cableado subterráneo y cero publicidad contaminante. Ah, era hermoso pasearse y disfrutar de sus predios tanto como admirar el sitio de una dama donde la espalda se le convierte en media luna. Pero vino la “vallanitis” o “vallamanía” que es meterte una valla donde ya otra no cabía para bien de la Alcaldía.

En la famosa película de don Siegel La invasión de los usurpadores de cuerpos, unas semillas venidas de otro mundo suplantan a los humanos que se duermen, deshumanizándolos. Igual ocurrirá dentro de poco aquí, cuando a falta de espacio para incrustar otro de estos godzillas urbanos hagan surgir los hombres–vallas (como en los años 10), verdaderos emparedados humanos ambulantes.

Lo peor es que la noche tampoco nos da el reparador descanso a nuestras golpeadas retinas. Allí te apaña, como retortijón, el vallón.

La encementada cinta costera, desde donde el mar no se ve ni con lente de aumento todavía goza de una virginidad monasteril, pero no tardará en perderla. Cogemos apuestas.

Lo peor es que al alcalde Valla–rino se le resbala, como que tiene el gusto debajo del talón de Aquiles y al Municipio y su bonche de ineptos por igual, por lo que seguirán fluyendo los permisos. Pero qué más da si Bern acabó con la mejor vista de la pequeña pero hermosa bahía (ya no la podemos ni Ver–n), Colamarco con el Paseo Balboa, y los cuatro jinetes del Apocalípsis (B.B.S.M.) con la zonificación de la ciudad. Esto de las vallas, viéndolo bien, es chicha de piña.

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Las más asqueroas vallas dentro de todas las vallas asquerosas están las que atiborran a la Provincia de Colón.

Burica Press

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LOS CONTRATOS OCULTOS DE COLAMARCO Y ARROCHA

La ciudad capital sitiada por vallas

08-27-2009 | JULIO ALFARO
jalfaro@laestrella.com.pa

De un día para otro llenaron la vía hacia el Puento Centenario de vallas.  Para colmo esta área es parte del Parque Nacional Camino de Cruces.
De un día para otro llenaron la vía hacia el Puento Centenario de vallas. Para colmo esta área es parte del Parque Nacional Camino de Cruces. Foto: La Estrella de Panamá

La maniobra se dio con la política en plena efervescencia

Nacional PANAMÁ. La proliferación de vallas publicitarias en puentes peatonales, y algunas áreas de la vía del puente Centenario tiene su génesis en dos decretos emitidos por la Alcaldía de Panamá, con cuatro años de diferencia y numerosas implicaciones a su alrededor.

En el año 2005, se promulgó el Decreto 1018, que declaró “áreas libres de publicidad exterior” las zonas contiguas a las vías del acceso Este del puente Centenario. El tramo señalado comprende desde el entronque con la vía que conduce al relleno sanitario de Cerro Patacón al puente Centenario, y viceversa.

La disposición, firmada por el alcalde Juan Carlos Navarro, y la secretaria general de la Alcaldía, Norberta Tejada Cano, prohibía la instalación de estructuras publicitarias “en cualquiera de sus formas” en las áreas y tramos antes mencionados.

Este decreto, además, desarrollaba lo dispuesto en el Acuerdo Municipal 72, de 26 de junio de 2000 —adoptado siendo Navarro alcalde— en cuanto a regulación sobre instalación de estructuras publicitarias en el distrito de Panamá.

El pasado 28 de abril cambiaron abruptamente las reglas de este juego.

Por estar enfrascado en la campaña electoral, como compañero de fórmula presidencial de Balbina Herrera Araúz en el Partido Revolucionario Democrático (PRD), Juan Carlos Navarro pidió una licencia de su cargo, encargando al vicealcalde, Iván Arrocha Chevalier de la comuna capitalina.. y fue allí donde comenzó el verdadero cambio.

MODIFICACIÓN OCULTA

Cinco días antes de las elecciones presidenciales, Arrocha puso su firma en el Decreto 316, por el cual se derogó “en todas sus partes” la norma que Navarro había puesto en vigencia cuatro años antes.

No conforme con esto, Arrocha “agregó” algunas disposiciones, como parte del desarrollo del acuerdo de 26 de junio de 2000, admitiendo la instalación de este tipo de publicidad en servidumbres públicas, autopistas y corredores.

El alcalde encargado justificó además la derogatoria del Decreto 1018 en la necesidad de incorporar “más áreas para la explotación de la actividad de publicidad exterior”.

Añadió otras dos razones a su decisión; la primera, “descongestionar visualmente algunos sectores afectados” en la ciudad capital. La segunda, “incrementar los ingresos en concepto de impuestos”.

Otro detalle. El decreto de Arrocha sólo permite la instalación de estructuras publicitarias “tipo unipolar” (un gran anuncio sostenido por un poste que le proporciona soporte y altura) “a una distancia no menor de 500 metros entre una y otra estructura.

Un recorrido por el acceso Este del puente Centenario contradice claramente lo que expresa la disposición municipal.

Un último aspecto. Los dos decretos tienen un denominador común. La firma de Norberta Tejada Cano, secretaria general de la Alcaldía de Panamá hasta hace un par de meses. La ex funcionaria no respondió las llamadas que se le hicieron para hablar sobre el asunto.

REACCIONES

Luego de la denuncia publicada ayer por La Estrella , las reacciones ante la situación se multiplicaron.

El Ministerio de Obras Públicas (MOP) inició una serie de procesos legales contra las empresas que han incumplido con las leyes sobre instalación de vallas en áreas de servidumbre vial.

Por otro lado, la Alcaldía de Panamá, a través de la Dirección de Legal y Justicia está examinando el marco legal pertinente al Decreto 316. para determinar sus implicaciones.

No fue posible contactar al ex alcalde Iván Arrocha, pese a numerosos llamados que se le hicieron, e incluso, a personas que lo conocen.

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La contaminación que se ve


CÉSAR E. ESCOBAR VÁSQUEZ
cescobar@elsiglo.com

¿Cuándo se regulará el exceso de propaganda en las calles?

En ciudades latinoamericanas como Bogotá, Medellín, Santiago de Chile, Sao Paulo, recientemente, se ha prohibido el exceso de publicidad exterior, como vallas, carteles, pancartas, etc. y en otros países, han ido más lejos, como España, en donde existe una ley de protección ambiental que permite multar a las empresas que coloquen carteles que estropeen el paisaje y el entorno de un parque natural. Pero en Panamá poco es lo que se hace por evitar la contaminación visual. Con la llegada del proceso electoral, también ha proliferado la contaminación visual causada por este tipo de publicidad.

Solo hay que dar una vuelta por corregimientos como Bella Vista, San Francisco, Betania y Pueblo Nuevo para evidenciar la proliferación de este tipo de propaganda.

El arquitecto urbanista Álvaro Uribe, comentó que el problema de la contaminación visual se debe a la falta de educación que existe entre los panameños y que a pesar de que nuestro país se perfila como una de las ciudades modernas del continente, somos un poco provincianos en este tema, puesto que no le prestamos interés a nuestro entorno natural. Sin embargo, la publicidad en la calle no deja de ser una cuestión relativa, pues no existen áreas destinadas para tal fin. Pero, ¿realmente afecta al ser humano el exceso de publicidad? Según estudios científicos, el exceso de propagandas publicitarias afecta al ser humano, los mismos pueden provocar dolor de cabeza, estrés por saturación de colores y elementos o distracciones peligrosas para los conductores cuando desvían la atención para ver un cartel concreto en la carretera o sustracción de datos de interés cuando ocultan señalizaciones de tráfico o de tipo informativo. En septiembre de 2005 los alcaldes de Panamá, Arraiján y La Chorrera firmaron un acuerdo para evitar la contaminación visual sobre las autopistas, como una forma de evitar accidentes automovilísticos por causa de las vallas.

Otro de los efectos perjudiciales de estas vallas, es que ha proliferado su instalación en las barandas de los puentes peatonales, lo que ha sido aprovechado por delincuentes para cometer asaltos en estos lugares.

En el aspecto legal, la Alcaldía mantiene el acuerdo municipal No. 72 del 26 de junio, mediante el cual se encuentra reglamentado por los Decretos 1768 y 766, en el mismo se dictan normas sobre trámites, dimensiones y ciertas formalidades que deben llevar las vallas publicitarias para la obtención del permiso municipal.

En cuanto a cifras Fernando Arias, jefe de Publicidad Exterior de la Alcaldía, explicó que para el año 2008 se tramitaron 456 solicitudes para la ubicación de publicidad, de éstas se entregaron 327 permisos que cumplían con los requisitos y se rechazaron 129. También se practicaron 137 operativos donde se removieron 2,518 estructuras ilegales, se impusieron 242 citaciones a los propietarios de las vallas y de esta cifra 200 han sido sancionados con multas que van desde los 25 a 10 mil dólares.

Para el candidato independiente a la Alcaldía, Miguel Antonio Bernal, el problema de la contaminación visual, además de la contaminación auditiva, es grave. Comentó que la ciudad de Panamá requiere estar dotada de una personalidad propia y dentro de ella se deben buscar los mecanismos apropiados, previa consulta y previa educación ciudadana, para ponerle un alto a la dañina contaminación visual, comprometiéndose, a sí mismo a aplicar las normativas internacionales ya existentes en materia de anuncios publicitarios.

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Contaminación visual:
Una oportunidad para sentar un precedente

Al señor Procurador de la Administración.

Licenciado
Oscar Ceville
Procurador de la Administración

Estimado Licenciado Ceville:

Soy un padre de familia que cotidianamente lleva a su hija a la escuela, utilizando la autopista de acceso al puente Centenario. Me he ganado la vida trabajando en la profesión de biólogo y llevo 30 años dedicado a temas de educación ambiental y ecología, razones que me motivan a dirigirme a usted. De mis padres no recibí mayor herencia en dinero ni propiedades, pero sí legados invaluables que hicieron de la vida de ellos dos, de la mía – y espero que también de la de mis hijos –, una existencia bastante feliz y digna. Me refiero a valores como el respeto y el asombro ante la naturaleza.

Cada vez que hacemos ese viaje con mi hija desde Gamboa, transitamos por dos parques nacionales: el Soberanía y el Camino de Cruces. Y a pesar de ir en movilidad disfrutamos de la belleza natural ahí protegida. No es difícil observar sus cambios estaciónales, sean estos las impresionantes migraciones de rapaces en noviembre o de mariposas en agosto, o la floración simultanea de robles, guayacanes y nazarenos tras las primeras lluvias del año. Como sucede en pocas ciudades capitales, esos paisajes brindan calidad de vida a los miles de ciudadanos que transitamos diariamente. Además, y esto es muy importante señor Procurador, son una referencia: nos enseñan por comparación, cómo es una carretera libre de contaminación visual.

Un acertado decreto municipal del año 2005 declaró esta autopista libre de publicidad externa. En una ciudad tan maltratada por la contaminación visual como la nuestra, ese decreto fue una demostración lo que somos capaces de hacer, cuando queremos y cuando hay voluntad política.

Pero ahora el decreto municipal No. 316 del 28 de abril del 2009 ha derogado al anterior e inmediatamente ha autorizado la instalación de vallas unipolares cada 500 metros , negándonos a todos el derecho a una autopista –¡La única en todo el país!– sin contaminación visual. Son casi 80 enormes vallas de tipo unipolar (16×32 pies) las que esperan poder levantar.

No hay que ser abogado, señor Procurador, para escarbar un poco este asunto -comprobar fechas, aprobaciones, beneficiarios…-, y encontrar anomalías e ilegalidades escandalosas. Solo por eso habría que retirar esas vallas inmediatamente y derogar el decreto de marras. Pero ahí estamos, considerando aun si procede o no procede tolerar esa falta de respeto a todos, incluyendo a la ecología…

Como sabemos, señor Procurador, conseguir este acto de justicia que sentará un precedente en el país, solo se logrará si primero, en el marco de la demanda interpuesta contra el decreto en la Corte Suprema de Justicia, la Procuraduría de la Administración a su cargo da una opinión favorable ante la Alcaldía.

Por respeto a nuestros hijos, que merecen poder creer que en el país hay gente honesta, por respeto a nuestras leyes y a nuestras áreas protegidas, como ciudadano y con la debida consideración señor Procurador, yo lo emplazo a usted a no demorar más y dar pronto una opinión favorable a la revocación del decreto municipal No. 316.

Atentamente,

Jorge Luis Ventocilla
8-424-791
ventocilla.jorge@gmail.com
Septiembre 2009

09.09.2009

Contaminación por ruido afecta delfines

Mucho ruido y pocos delfines

Redacción BBC Mundo

Delfin

El ruido está impidiendo que delfines y ballenas coman y se reproduzcan.

La creciente contaminación sónica en los océanos del mundo amenaza la supervivencia de ballenas y delfines, según un panel de expertos patrocinado por la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Los especialistas, reunidos en Roma, aseguran que los sonidos que utilizan estos mamíferos para comunicarse son opacados por el ruido que provocan los barcos, los sistemas militares de sonar y el cambio climático.

«Se desorientan, no pueden encontrar pareja ni comida y se comportan erráticamente», dicen los expertos.

Recomiendan, entre otras cosas, reducir los niveles de ruido instalando motores más silenciosos.

Por ello, la Convención para la Conservación de las Especies Migratorias, a la que asisten representantes de 100 países, está considerando emitir una resolución que obligue a los países a disminuir los niveles de contaminación sónica en el mar.

«El efecto coctel»

Otras de las medidas que se proponen incluyen cambiar la ruta de algunos barcos, reducir las velocidades y prohibir experimentos y el uso de sonares en los hábitats de los animales en peligro.

«Es lo que llamamos el efecto coctel», explica Mark Simmonds, de la Sociedad para la Conservación de los Delfines y las Ballenas.

Se desorientan, no pueden encontrar pareja ni comida y se comportan erráticamente.
Expertos en cetáceos

«Cuando estás en un coctel, en una fiesta, tienes que hablar cada vez más fuerte hasta que llega un punto en que nadie puede oír a nadie», dice Simmonds.

Agrega que hay un número cada vez mayor de ballenas y delfines que terminan varados en una playa que podrían atribuirse a esta contaminación sónica.

En algunos casos, los mamíferos presentaron lesiones en algunos tejidos, similares a las de los buzos que salen a la superficie demasiado rápido.

Los expertos creen que esos animales pueden haberse asustado por el ruido de sonares militares o experimentos sísmicos y terminaron por ascender a una velocidad superior a la de sus limitaciones físicas.

Otra investigación apunta a que los crecientes niveles de dióxido de carbono incrementan la acidez de los océanos, lo que hace que el sonido viaje todavía más lejos.

Según un informe del Fondo Internacional para el Bienestar Animal, la distancia a la que se pueden comunicar las ballenas azules se ha reducido 90% en los últimos 40 años por el aumento en los niveles de ruido en el mar.

Un portavoz de el Programa Ambiental de Naciones Unidas dijo que hay indicios de que los gobiernos están dispuestos a enfrentar los problemas que provocan los océanos ruidosos.

Plaguicidas y pesticidas envenenan a Panamá

PLAGUICIDAS Y PESTICIDAS EN PANAMÁ

Consumidores en constante peligro

JORGE G CONTE BURRELL jconte@laestrella.com.pa

Son múltiples las razones por las cuales debemos tener cuidado al manipular nuestros alimentos, especialmente las frutas y verduras

Planeta PANAMÁ. La realidad de los plaguicidas en Panamá, según Raúl Carranza, presidente del capítulo de Panamá para la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina (RAP-AL), es que siguen siendo un gran problema por el mal manejo que se les da. Entre los mayores problemas están el fácil acceso a la venta de productos peligrosos, el poco conocimiento técnico por parte del comerciante, el bajo nivel de educación de vendedores y aplicadores, la falta de capacitación en los riesgos de los plaguicidas, el exceso de controles preventivos, la carencia de equipos de protección completos y adecuados, la ausencia de tratamiento adecuado de residuos peligrosos, la no supervisión de las fumigaciones ni de las dosis aplicadas, y la falta de conocimiento de convenios y normas en las aduanas para el control de entrada de sustancias prohibidas.

“Es importante disminuir el uso de agroquímicos para que los alimentos sean más inocuos, es decir, menos dañinos a la salud humana. También con el fin de reducir los costos de tratamientos en enfermedades y la contaminación de nuestras valiosas y abundantes fuentes hídricas y de recursos naturales Necesitamos causarle menos daño a nuestra biodiversidad.” indicó Carranza.

ALTERNATIVA NATURAL

Entre las alternativas que promueve la RAP-AL están la agricultura limpia o agroecológica. “Este tipo de agricultura está orientada a pensar en los agro ecosistemas, es decir, en cada elemento: insectos, vegetales cultivados, hierbas silvestres, suelo etc. Cada uno es en sí mismo un sistema y forma parte de otro mayor que lo incluye y al cual condicionan siendo a su vez condicionados. Estas relaciones incluyen cadenas alimentarias, flujo de nutrientes, protección del suelo etc”, anotó Carranza. Si un elemento desaparece del sistema se alteran todas las relaciones. “Es el caso de la desaparición de insectos depredadores y parásitos a causa de la utilización de plaguicidas determinando una elevación de las poblaciones de los insectos perjudiciales.” puntualizó.

CAMPAÑAS EN PANAMÁ.

La RAP-AL ha relizado diagnósticos de plaguicidas en lugares donde se utilizan continuamente, como Cerro Punta y Boquete. Además, desde el año 2007 lleva a cabo una Campaña contra los plaguicidas más tóxicos considerados por la Organización Mundial de la Salud como categoría 1A o “extremadamente tóxico” y 1B o “altamente tóxico”, que son los que más intoxicaciones agudas causan en todo el mundo y en particular en Centroamérica y el Caribe.

Otra campaña que llevan a cabo es contra el plaguicida organoclorado lindano, prohibido ya en más de 53 países y todavía utilizado en Panamá para el control de piojos en la salud pública. El lindano ha sido propuesto por México para ser incluído en la lista del Convenio de Estocolmo, para que su comité de expertos decida en 2009 sobre su restricción o prohibición a escala mundial.


PANAMÁ TÓXICO

Sin querer menospreciar la capacidad de nuestras agencias de gobierno en materia de salud pública, son muchos los casos descubiertos donde la sociedad panameña ha sido afectada por la falta de capacidad para controlar la importación y comercialización de insumos y productos con contenido tóxico. Desde el mercurio y los pesticidas hasta el dietilenglicol existen muchos panameños afectados y con las afecciones a flor de piel, lo que exigirá de las agencias encargadas un mayor aporte de recursos para minimizar su impacto.

RAP-AL

El reto: pesticidas

12-04-2008 | REDACCIÓN

Planeta PANAMÁ. La Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina (RAP-AL) se creó el 21 de junio de 1983 como centro Regional de PAN (Pesticide Action Network) Red Internacional de Acción sobre Plaguicidas, un año después de la Fundación de la Red internacional en Penang, Malasia. En Panamá la Red funciona desde el año 2001 con sede en el Centro de Estudios de Recursos Bióticos de la Universidad de Panamá.

Está compuesta por una red de organizaciones, instituciones, asociaciones e individuos que se oponen al uso masivo e indiscriminado de plaguicidas, planteando propuestas para reducir y eliminar su uso.

La RAP-AL fomenta alternativas viables para el desarrollo de una agricultura, socialmente justa, ecológicamente sustentable y económicamente viable, que permita alcanzar la soberanía alimentaria de los pueblos.

Asimismo objeta los cultivos transgénicos porque atentan contra la salud y la diversidad biológica.

ACCIONES

RAP-AL en Panamá

Estrella de Panama| REDACCIÓN

Planeta PANAMÁ.

La Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina (RAP-AL) genera conciencia sobre los peligros del uso de plaguicidas a nivel rural y urbano y sensibiliza a la sociedad civil sobre los impactos de la agricultura convencional en los ecosistemas y la población.

También impulsa acciones políticas y legales para la erradicación de los plaguicidas y la implementación de alternativas e informa sobre los peligros de los plaguicidas en la salud y el ambiente.

RAP-AL promueve la investigación y difusión de alternativas ecológicas viables a los plaguicidas. Rescata, revalora y sistematiza el conocimiento campesino en el manejo de los sistemas de producción agrícola.

Esta ONG propicia la participación ciudadana y la educación ambiental, con énfasis en la problemática de los plaguicidas y sus alternativas, y promueve estudios sobre los impactos de los plaguicidas en la salud y el ambiente.


Raúl Carranza, Académico de la Universidad de Panamá y Presidente de la Red de Alternativas al Uso de Plaguicidas y sus Alternativas

Raúl Carranza, Académico de la Universidad de Panamá y Presidente de la Red de Alternativas al Uso de Plaguicidas y sus Alternativas

RAÚL CARRANZA

Presidente del capítulo de Panamá de la RAP-AL

Biólogo y Máster en Entomologia Agrícola de la Universidad de Panamá.

Promueve la eliminación del plaguicida Organoclorado Lindano en Panamá.

Ríos de la ciudad de Panamá contaminados e ignorados

CIUDAD. LA CONTAMINACIÓN DE LOS CAUCES CAPITALINOS ES UN RIESGO PARA LA SALUD.

Ríos, riqueza perdida

Con las colectoras del saneamiento de la bahía se suspenderán las descargas de aguas residuales.

Redacción de La Prensa
panorama@prensa.com

Los ocho ríos que fluyen por la capital panameña están “contaminados” o “altamente contaminados”. Así lo indica un informe sobre la calidad de sus aguas, de la Autoridad Nacional del Ambiente.

El informe también indica que las zonas más contaminadas están en áreas cercanas a núcleos de población, asociados a actividades comerciales e industriales.

El índice de calidad de agua toma como parámetros relevantes el oxígeno disuelto y los coliformes fecales. El médico infectólogo Xavier Sáez-Llorens explicó que la presencia en grandes cantidades de estos últimos es un riesgo para la salud, pues se pueden presentar enfermedades gastrointestinales, especialmente si el individuo es un anciano, un niño muy pequeño o una persona con problemas de defensas.

Quienes viven junto a estos cauces o están en contacto con ellos, añadió, desarrollan un grado de resistencia o tolerancia a este tipo de sustancia.

Con el saneamiento de la ciudad y la bahía de Panamá, hay una esperanza. En el Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales señalan que a fines de 2009, cuando estén funcionando las colectoras, el cambio será evidente. Aun así, explica Ariel Rodríguez, biólogo de la Universidad de Panamá, la descontaminación no será inmediata y podrían pasar décadas antes de que los ríos sean recuperados.

rescate.Los ocho ríos que atraviesan la ciudad están contaminados.

Ríos, más que drenajes urbanos

Antes que incorporarlos al paisaje urbano, los ríos son canalizados y tapados para construir sobre ellos.

Deshechos sólidos y líquidos contaminan sus cauces y desmejoran la calidad de sus aguas.

LA PRENSA/Gabriel Rodríguez
Ambientalistas y urbanistas destacan el potencial de los ríos como áreas verdes recreativas, sin embargo, la contaminación ha impedido que en la capital esto se haga realidad.

Ana Teresa Benjamín
abenjami@prensa.com

Ninguno de los ocho ríos que atraviesan la ciudad de Panamá se salva.

Como se lee en una publicación de la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam), Sostenibilidad de los recursos hídricos en Panamá, mientras los ríos del interior del país todavía pueden utilizarse para la recreación y el solaz -además del uso utilitario que históricamente han tenido- los de la zona metropolitana apenas si sobreviven.

El documento establece que los ríos Cárdenas, Curundú, Matasnillo, Matías Hernández, Abajo, Juan Díaz, Tapia y Tocumen, sin excepción, están “contaminados o altamente contaminados”.

“Las zonas más contaminadas están en áreas cercanas a núcleos de población, asociados a actividades comerciales e industriales, normalmente ubicadas en las partes bajas de las cuencas o en la desembocadura de los ríos”, se lee.

De acuerdo con los resultados del Programa de Monitoreo de la Calidad del Agua Nacional efectuado desde 2002 por la Anam, la calidad del agua de los ríos citadinos es tan mala que, en algunos casos, son necesarios tratamientos especiales para utilizarlos en la industria.

Dependiendo de a qué altura del cauce se haga la medición, las actividades de recreación se hacen desde “no recomendables” hasta “no aceptables”.

Sólo especies muy resistentes sobreviven en sus aguas y su uso para consumo es dudoso.

La mayor parte de esa contaminación proviene de las aguas residuales (comerciales y residenciales) que desde siempre han caído en sus cauces, aunque con el proyecto de saneamiento de la bahía de Panamá esta situación pretende enmendarse, ya que en la primera fase se construirán unos 47 kilómetros de colectores para sanear los ríos más contaminados.

Juan Antonio Ducruet, director del Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales, señala que a fines de 2009, cuando hayan empezado a funcionar las colectoras, “el cambio será evidente”, pues se suspenderán las descargas de aguas residuales y con ello disminuirán los malos olores que emanan de los afluentes.

Sin embargo, como dice Jorge Rivas, consultor de la Asociación para la Promoción de Nuevas Alternativas de Desarrollo, la salud de los ríos cambiará poco si la actitud de los ciudadanos no varía.

Contaminados e ignorados

Rico en recursos hídricos, Panamá cuenta con 350 ríos en su vertiente pacífica y 150 en la atlántica.

“Pero, históricamente se les ha dado la espalda y se ha subordinado su uso a las funciones de tránsito, de intercambio comercial”, sostiene Rivas.

Cuando un río no tiene un uso práctico, entonces se le utiliza como basurero. Siendo así, no extraña entonces que no se les haya concedido, hasta ahora, ningún valor estético o paisajístico a los cursos de agua de la ciudad.

Peor aún, condenados a ser drenajes o basureros, los ríos han adquirido mal aspecto y olor, lo que no hace sino dificultar su uso para el entorno urbano.

Emblemático es, por ejemplo, el caso del río Matasnillo, que en avenida Balboa ha sido totalmente cubierto por el complejo comercial de Extreme Planet, cerca de su desembocadura.

En el centro comercial Los Pueblos, en la vía Tocumen, por su parte, el río Juan Díaz atraviesa el complejo, pero esa zona es usada, en ambas orillas, como sector para depositar la basura de los comercios.

Aun así, en el puente que conecta a uno y otro lado del centro es escena común que los transeúntes se detengan a mirar los peces que aún sobreviven en el río, o a las iguanas que reposan en los árboles de sus márgenes.

Elemento del paisaje

Para el arquitecto urbanista Álvaro Uribe, el desuso de los ríos es un problema de “ignorancia y de codicia”.

Codicia, explica, porque se piensa que se puede disponer de las áreas de servidumbre como espacio privado, e ignorancia porque no se les ha dado el lugar que tienen en el desarrollo del entorno urbano.

En otras ciudades, recalca Uribe, se ha redescubierto el potencial de los ríos y se les ha rescatado. De cloacas, dice, han pasado a ser parte integral de los espacios públicos y han servido para rescatar barrios.

“En París, el río Sena era una cloaca y ahora se está recuperando para el turismo”, dice Uribe.

En las favelas de Brasil, están dejando de ser un canal sucio para incorporarse a la vida de estos barrios, conocidos por su violencia y su pobreza.

En el caso de Panamá, Uribe señala que el río Curundú, por ejemplo, podría rescatarse para que sirva de espacio público a los residentes del barrio del mismo nombre. “Se le puede dar carácter, convertirlo en un paseo”, sugiere, especialmente en los tramos que corren por el Parque Metropolitano.

Pero, para lograr todo esto, destaca, las autoridades deben señalar “qué no se puede hacer con el recurso agua” y hacerlo cumplir. La idea, dice, es aprender que, más que sepultarla, hay que aprender a utilizar esta bondad natural de forma más creativa.