Elogio a Panamá por la defensa de las ballenas

Elogios para la defensa torrijista de las ballenas

Betty Brannan Jaén
laprensadc@aol.com

WASHINGTON, D.C. –El James Bond que más conocemos en Panamá estuvo en Washington la semana pasada para presionar a que el gobierno de Barack Obama endurezca la postura de Estados Unidos frente a la cacería de ballenas. Me refiero a Pierce Brosnan, quien desempeñó el rol de James Bond en varias películas y se ganó la simpatía de los panameños cuando estuvo en el istmo para rodar El Sastre de Panamá.

La presencia de Brosnan en Washington –“es un tema muy importante para mí”, dijo– fue en preparación a la reunión anual de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), que en pocos días abrirá sesiones; este año, la reunión es en Madeira, Portugal. Como siempre, habrá gran batalla entre los países pro–cacería (liderados por Japón, Noruega e Islandia) y los anti–cacería (liderados por Estados Unidos, Brasil y Australia). Desde hace 10 años, Panamá pertenece a la CBI, donde ha tenido un rol crucial pero controversial.

Bajo el gobierno de Mireya Moscoso ese rol fue vergonzoso, repugnante e inmoral, porque Panamá burdamente “vendió” su voto a Japón, prostituyéndose a los cazadores de la ballena. Bajo el gobierno de Martín Torrijos, por contraste, ese rol ha sido ejemplar, extraordinario, y elogiable, no solamente porque el Team Martín rectificó la política prostituida del gobierno anterior sino también porque se fue más lejos, asumiendo un rol de líder regional en la defensa de la ballena.

“La postura del Gobierno de Panamá fue ejemplar, y no pasó desapercibida para la comunidad internacional”, me comentó Milko Schwartzman de Greenpeace, refiriéndose al rol panameño en la CBI desde 2005 en adelante. Actualmente, “Panamá comienza a ser reconocida por su defensa de las ballenas y delfines, así como un destino para el turismo de avistamiento de cetáceos, como otro atractivo más a los tantos que tiene el hermoso país”.

Gabriel Despaigne, presidente de la Asociación Verde de Panamá, coincide en elogiar el manejo que el gobierno de Torrijos dio a la protección de los cetáceos. Explica Despaigne que los torrijistas arrancaron de una vez con la Ley No. 13 del 5 de mayo de 2005, que creó el Corredor Marino de Panamá para la protección de los Mamíferos Marinos (Santuario Ballenero de Panamá) y definió “el rumbo de la política interior y exterior de la nación panameña” sobre el tema. Él (igual que yo) atribuye el éxito de la política ballenera al canciller Samuel Lewis Navarro; sobre este tema, Despaigne me lo calificó como “el más vertical de los aliados”.

“Las ballenas son hoy ya una política  de Estado”, enfatizó Despaigne en un correo electrónico, señalando que la Anam tiene una cola de ballena en su logo.

“Durante los cinco años de la  administración Torrijos, se ha mantenido dentro y fuera del país una política conservacionista de ballenas… una posición coincidente con los países conservacionistas e inclusive hemos sido consultados como sociedad civil para votaciones cruciales”, expuso Despaigne. En síntesis, recalcaron Despaigne y Schwartzman, Panamá bajo el gobierno de Torrijos dejó de ser parte del bloque pro-cacería y pasó a ser uno de los pilares del bloque conservacionista latinoamericano dentro de la CBI (conocido como el Grupo de Buenos Aires).

Por todo lo anterior, aplaudo efusivamente al gobierno de Torrijos, aunque no se sabe aún cuál será su participación en la reunión CBI de este año. Más inquietante es que no se sabe cómo será el manejo de este tema bajo el gobierno de Ricardo Martinelli; su política exterior estará dirigida por el mismo partido que dirigió la de Moscoso, pero ojalá que no sea con los mismos criterios. Si es cierto, como me dice Despaigne, que 95% de los panameños respalda la protección de cetáceos, nos corresponde exigir que el próximo gobierno se comprometa inequívocamente con la protección de la ballena. Con un respaldo tan abrumador, no deberá ser difícil.

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Al César lo que es del César…pero no todo es color de rosas.  Coiba está en la mira del muchacho designado en ANAM y en el Archipiélago de las Perlas se construyen edificaciones espantosas y marinas para atraer un turismo masivo, justo en el mismo lugar donde se pueden ver ballenas en aguas panamenas.  Lo que construyen con las manos lo destruyen con los pies.  Así es típico es estos países con gente inculta y avariciosa manejando la cosa pública.

Amanecerá y veremos.

Burica Press