Panamá: Crecimiento económico sin equidad y sin política ambiental fuerte

Con el crecimiento económico no basta

El crecimiento económico registrado en los últimos años no ha contribuido a ampliar las capacidades y libertades que permitan a los panameños llevar una vida digna, ni tampoco  a la adopción de políticas eficaces para reducir la pobreza. No se ha traducido, además, en políticas más efectivas para la conservación y protección ambiental. Las desacertadas decisiones políticas adoptadas a partir de 2009 han afectado la gobernabilidad y la tranquilidad ciudadana. Para alcanzar un modelo de desarrollo sustentable, el Gobierno debe diseñar e implementar mejores políticas y mejorar la inversión social para lidiar con la alarmante inequidad que afecta a los panameños.

La economía del país ha crecido en los últimos años, y en 2010 alcanzó un pico de 7% de crecimiento anual[1], impulsado por las inversiones en obras públicas y la ampliación del Canal y otros servicios. Esto fue señalado por ejemplo por informes del Banco Mundial, el FMI y la ONU, que han coincidido en establecer que Panamá tiene el ingreso per cápita más alto de América Central. Con un PIB de USD 24.711.000 millones y uno per cápita de 6.570 en el 2009,  el país es además, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el mayor exportador e importador a nivel regional.[2]

Esta tendencia  de crecimiento, sin embargo, contrasta con un panorama social de pobreza, distribución desigual del ingreso y de desigualdad de género. Aún existen enormes retos para erradicar las desigualdades sociales, y las brechas en la distribución del ingreso son extremadamente grandes,  especialmente cuando se presentan en forma diferenciadas por el tipo de región, condición étnica  o de género. El índice GINI para el país, por ejemplo, es de aproximadamente 55, según datos de 2005[3], lo que señala una desigualdad importante.

El crecimiento de la economía de Panamá está basado en modelos de desarrollo no sustentable que fijan su atención en indicadores económicos y desdeñan los problemas sociales y medioambientales más acuciantes. Esto plantea un complejo desafío para la sociedad civil panameña,  sobre todo por el estilo de gobierno que ha impuesto el Presidente  Ricardo Martinelli, con un marcado sesgo autocrático y de extrema derecha.

Todo parece indicar, además, que cada cinco años se tiene que reinventar el país; es decir, se hace un “borrón y cuenta nueva” en las políticas públicas. Por ejemplo, entre 2004 y 2005 la entonces Administradora de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), en coordinación un equipo de especialistas interinstitucional, diseñó siete políticas públicas ambientales en temas prioritarios,  como recursos hídricos, cambio climático, producción más limpia, supervisión, control y fiscalización, desechos sólidos, información ambiental y descentralización de la gestión ambiental. Estas políticas fueron promulgadas en 2007, pero nunca llegaron a ser aplicadas debido al cambio de cambio de gobierno en julio de 2009.

Actualmente el país carece de una política ambiental. Las nuevas autoridades de la ANAM han ignorado por completo los avances realizados en esta materia, y el Presidente Ricardo Martinelli, contrario a lo esperado, año y medio después de asumir el poder y con el apoyo de su Gabinete y mayoría en la Asamblea Nacional, decidió imponer varias reformas a la Ley General de Ambiente, eliminando el requisito a las empresa de hacer estudios de impacto ambiental[4]. Las reformas, además, permitían a los allegados al gobierno realizar  cualquier tipo de inversiones en obras y  explotaciones  mineras sin tener realizar las consultas públicas. La Administración de la ANAN guardó silencio y  mantuvo una posición pasiva y desapercibida en todo el proceso. Esto fue severamente criticado por los grupos ambientalistas, que la calificaron de “débil” y carente de una “voz alta y clara” para orientar la política ambiental del país[5].

Tal situación, aunada a la protesta de los grupos sindicalistas por las reformas al Código Laboral que atentaban contra el derecho a huelga – y de otras organizaciones sociales  por reformas similares que constituían violación a los derechos humanos – creó en el país un clima de agitación. El rechazo generalizado de la población  y  la reacción en cadena de la sociedad civil, pero sobretodo de las organizaciones ambientalistas, mantuvo al país convulsionado por tres meses debido a las constantes protestas públicas desde los más diversos sectores.  Finalmente, las reformas fueron derogadas en octubre del 2010, con lo cual “se restituyó el derecho a huelga de los trabajadores, la cuota sindical, se impidió la impunidad que se pretendía otorgar a los policías, y los ambientalistas lograron hacer valer los estudios de impacto ambiental”[6].

Deterioro de los recursos naturales

Otro desafío importante para el desarrollo sustentable en Panamá es el creciente deterioro de los corredores biológicos del país y de gran parte de los recursos naturales, debido a la explotación indiscriminada de la cobertura boscosa, la ganadería extensiva  y a la contaminación ambiental por efecto de la extracción minera “a cielo abierto” por compañías transnacionales. Todo esto, aunado a los efectos del cambio climático, podría tener repercusiones lamentables en deterioro de la salud y el bienestar de los individuos y el ambiente.

Panamá registra severos problemas de erosión y deterioro de suelos, con proceso de degradación paulatino y creciente en casi todas las cuencas, suelos y aguas, que lleva a la desertificación y a la pérdida de la capacidad productiva. De hecho, gran parte de las tierras cubiertas por bosques han sido ya deforestadas, debido fundamentalmente a actividades agropecuarias. El grado de urbanización ha mostrado también un incremento considerable y desordenado, debido a los flujos migratorios desde las áreas rurales hacia los centros urbanos[7].

Según cifras del Sistema de Información Ambiental de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), el proceso de deforestación es alarmante, ya que la cobertura boscosa alcanzaba un 70% en 1970 y se ha visto reducida a aproximadamente el 35% en 2011. El último Informe exhaustivo sobre este  particular se elaboró en el año 2000, y señala que en 1992 existía una cobertura boscosa de 49%, mientras que para el año 2000 esa superficie se había reducido a 45%.[8]

Contaminación del agua

Las organizaciones ambientalistas también han denunciado la contaminación de importantes fuentes de agua dulce localizadas muy cerca de la cuenca hidrográfica del Canal de Panamá, a raíz del establecimiento de dos compañías mineras de oro y cobre en el área de Petaquilla y Molejones, a 100 km de la capital.  Por iniciativa de las propias organizaciones ambientalistas se ha monitoreado la situación y  se realizaron análisis de las fuentes de agua y sedimentos cercanas al área de las minas. Los estudios mostraron altos niveles de sólidos suspendidos y una elevada turbiedad en el agua que poco a poco van alterando el ambiente de manera severa[9]. En reiteradas ocasiones se ha alertado a las autoridades ante la posibilidad de que aumente en los ríos el contenido de sustancias potencialmente peligrosas para el ambiente y la salud humana. No obstante, más que prestar atención a esta situación, la política gubernamental ha sido la de incentivar actividades contaminantes y no sustentables  – como por ejemplo la minería – como estrategia de desarrollo económico. De hecho, el Gobierno ha estado promoviendo una serie de reformas al Código Minero que facilitan la entrada al país de diversas empresas mineras transnacionales[10].

Acceso al agua potable

Un informe sobre el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), preparado por las Naciones Unidas en Panamá, indica que existen en el país grandes sectores de la población que carecen de acceso a fuentes de agua potable. Las mayores limitaciones se concentran en las áreas rurales, indígenas y algunas áreas urbano-marginadas localizadas en las periferias de la ciudad, con un componente mayoritario de población afrodescendiente y mestiza. Una situación similar se presenta en el acceso a servicios de saneamiento mejorados, que se distribuye de manera desigual en detrimento del área rural e indígena[11].

En el informe mencionado se señala además que la gente que vive asentamientos precarios está muy lejos de poder satisfacer sus necesidades básicas. En la mayoría de los casos se trata de familias acosadas por la pobreza y el desempleo, que no encuentran otras alternativas para la solución de su problema habitacional. Asimismo, se reconoce que existe una estrecha relación entre el analfabetismo y la pobreza que luego se traduce en otras desigualdades, tales como limitaciones en el acceso a la salud, la vivienda, la equidad de género, la participación política, la protección del medio ambiente [12].

Según la Encuesta de Niveles de Vida (ENV) realizada en Panamá en el 2003, aproximadamente 4 de cada 10 personas estaba viviendo en condición de pobreza, es decir con menos de 100 dólares mensuales, lo que representaba un 36.8%. Además, el 16.6% de la población vivía en situación de pobreza extrema. En el 2008 un estudio similar registró una leve mejoría: la pobreza se redujo a 32.7% y la pobreza extrema a 14.4%[13].

En cuanto a las áreas urbanas, la pobreza total y la extrema alcanzaron a un 20.0% y 4.4% de la población, respectivamente. En cuanto al área rural no indígena, poco más de la mitad de su población sigue viviendo en condición de pobreza (54.0%), y una de cada cinco personas de este grupo (22.0%) se encuentra en situación de pobreza extrema. Para el área rural indígena el panorama resultó aun más crítico, ya que casi la totalidad de la población en esas áreas vive en estado de pobreza (98.4%)  y pobreza extrema (90%)[14].

Inequidad de género y pobreza

La desigualdad social y de género representa uno de los desafíos más importantes que debe enfrentar el país para superar la pobreza y la exclusión social. Actualmente, la pobreza genera mayor vulnerabilidad y exclusión entre las mujeres más pobres y sus familias, así como menores oportunidades, en comparación con los hombres pobres, para superar la situación. Los niveles de pobreza se vuelven más preocupantes si se consideran las características y el impacto diferenciado que ésta tiene en hombres y mujeres según su franja etaria o su condición étnica.

Las inequidades de género se expresan sobre todo en el mercado laboral.  Según cifras oficiales del 2009, el ingreso de las mujeres con respecto a lo hombres era  equivalente al 57%. Aunque representan prácticamente la mitad de la población, todavía un gran número (51,7%) de mujeres en edad productiva se mantiene fuera de la actividad económica formal, lo que sin duda constituye un factor importante en la situación de pobreza.  Siguen siendo el grupo más vulnerable en el mercado laboral y la mayor parte de su actividad no recibe remuneración alguna. Según la encuesta de hogares de 2009, la composición de la población económicamente activa masculina alcanzaba un 80.9%  mientras que la femenina representaba sólo un 48,3%. Para el 2009, la tasa de desempleo entre mujeres adultas alcanzó un 9,27 comparada con 5,25 entre los hombres[15].

En cuanto a la educación, los registros revelan un mejor resultado para las mujeres, con un promedio de 2 puntos porcentuales  superior a los hombres en cuanto al acceso a la enseñanza.  Las nuevas generaciones de niñas están teniendo un mayor acceso a la educación que el que tuvieron sus madres y abuelas; sin embargo, existen todavía áreas indígenas donde el indicador de escolaridad de las mujeres  es  inferior  al de los hombres.[16]

Conclusión

El enfoque de desarrollo económico de Panamá ignora la sustentabilidad y ha conducido a la degradación de sus recursos ambientales, a la vez que tuvo un impacto mínimo sobre la mejora de la vida de la mayoría de sus habitantes. Deforestación, desertificación, contaminación del agua, acceso limitado al agua potable e instalaciones sanitarias inadecuadas son problemas que atentan contra el medio ambiente y la salud de los panameños. Los migrantes desde comunidades rurales a las ciudades y los pueblos, los habitantes del campo y la población indígena son grupos especialmente afectados, que sufren de severa y en ocasiones extrema pobreza. Las mujeres, particularmente, han sido golpeadas con dureza por modelos económicos abocados antes que nada a beneficiar a la elite acomodada y sus socios e inversores internacionales.

[1]  ABC.es, Panamá: Crecimiento económico del 7% en el 2010, (16 de diciembre de 2010), <www.centralamericadata.com/es/article/home/Panama_Crecimiento_economico_del_7_en_el_2010>.

[2] World Bank, Panama, <datos.bancomundial.org/pais/panama>.

[3] Trading Economics, GINI index in Panama, <www.tradingeconomics.com/panama/gini-index-wb-data.html>.

[4] Ver:  <www.asamblea.gob.pa/actualidad/proyectos/2010/2010_P_227.pdf >.

[5]  Ver: <www.expresiones7.net/Exp2.0/Entrevista.htm>.

[6]Ver: <www.rnw.nl/espanol/article/panama-se-deroga-la-controvertida-%E2%80%9Cley-chorizo%E2%80%9D>.

[7] Ibid.

[8] Vidal Berrío, Leoncio, “Cobertura boscosa se reduce 50%”,  Capital, ( 6 de junio 2011), <www.capital.com.pa/?p=4117>.

[9] Teorema Ambiental,  “Advierten sobre el riesgo de contaminación de agua en Panamá.”, Teorema Ambental,  Revista Técnico Ambiental,   <www.teorema.com.mx/contaminacion_/advierten-sobre-el-riesgo-de-contaminacion-de-aguas-en-panama>.

[10] En declaración a los medios el Ministro de Comercio señaló  que “De darse la adecuación (del Código Minero), una de las naciones interesadas en invertir en la mina de cobre que se desarrolla en Donoso, provincia de Colón, es la República de Corea, ya que en el numeral 1, artículo 4 del Decreto Ley 23, indica que se prohíbe el otorgamiento de concesiones mineras a gobiernos o estados extranjeros.”. En La Estrella.com.pa, (1 septiembre 2010), <www.laestrella.com.pa/mensual/2010/09/01/contenido/273813.asp>.

[11] Ver: <www.onu.org.pa/objetivos-desarrollo-milenio-ODM/garantizar-sostenibilidad-ambiental>.

[12] Ibid.

[13]Ministerio de Economía y Finanzas, Encuesta Niveles de Vida, (Panamá, Ciudad de Panamá: 2008).

[14] Ibid, La Pobreza En Panamá, Encuesta de Niveles de Vida – 2003 Principales.  Resultados (Edición Revisada), (2005).

[15] MInisterio de Controlaria de Panama, Encuesta Continua de Hogares 2009,  <www.contraloria.gob.pa/inec/Publicaciones/05-03-31/441-02.pdf>.

[16] Atlas de Desarrollo Humano y Objetivos del Milenio, (2010).

FUENTE:

SocialWatch.2012. “Economic Growth Is Not Enough | Social Watch.” http://www.socialwatch.org/node/14015. Accedido: Ago. 1, 2012.

El futuro que queremos: acuerdo final de la Conferencia de Rio+20

El futuro que queremos:

documento final de la conferencia Río+20

Por Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable Río+20 (junio 2012)

También disponible en English, Français

I. Nuestra visión común

1. Nosotros, los Jefes de Estado y de Gobierno y los representantes de alto nivel, habiéndonos reunido en Río de Janeiro (Brasil) entre el 20 y el 22 de junio de 2012, con la plena participación de la sociedad civil, renovamos nuestro compromiso en pro del desarrollo sostenible y de la promoción de un futuro económico, social y ambientalmente sostenible para nuestro planeta y para las generaciones presentes y futuras.

2. La erradicación de la pobreza es el mayor problema que afronta el mundo en la actualidad y una condición indispensable del desarrollo sostenible. A este respecto estamos empeñados en liberar con urgencia a la humanidad de la pobreza y el hambre.

3. Por consiguiente, reconocemos que es necesario incorporar aun más el desarrollo sostenible en todos los niveles, integrando sus aspectos económicos, sociales y ambientales y reconociendo los vínculos que existen entre ellos, con el fin de lograr el desarrollo sostenible en todas sus dimensiones.

Desarrollo Sostenible es un concepto contemporáneo, pero cuya raíz intelectual proviene de los antiguos filósofos griegos. Indica que el desarrollo de la sociedad en el planeta es adecuado cuando toma como pilares de ese desarrollo los aspectos económicos, sociales y ambientales. No existe desarrollo como tal, donde existe inequidad, destrucción ambiental o mala calidad de vida de los ciudadanos.

4. Reconocemos que la erradicación de la pobreza, la modificación de las modalidades insostenibles y la promoción de modalidades sostenibles de producción y consumo, y la protección y ordenación de la base de recursos naturales del desarrollo económico y social son objetivos generales y requisitos indispensables del desarrollo sostenible. Reafirmamos también que es necesario lograr el desarrollo sostenible promoviendo un crecimiento sostenido, inclusivo y equitativo, creando mayores oportunidades para todos, reduciendo las desigualdades, mejorando los niveles de vida básicos, fomentando el desarrollo social equitativo y la inclusión, y promoviendo una ordenación integrada y sostenible de los recursos naturales y los ecosistemas que preste apoyo, entre otras cosas, al desarrollo económico, social y humano, y facilite al mismo tiempo la conservación, la regeneración, el restablecimiento y la resiliencia de los ecosistemas frente a los problemas nuevos y emergentes.

5. Reafirmamos nuestro compromiso de hacer todo lo posible para acelerar el logro de los objetivos de desarrollo convenidos  internacionalmente, incluidos los Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015.

6. Reconocemos que las personas constituyen el centro del desarrollo sostenible  y a este respecto, nos esforzamos por lograr un mundo que sea justo, equitativo e inclusivo, y nos comprometemos a trabajar de consuno para promover el crecimiento económico sostenido e inclusivo, el desarrollo social y la protección del medio ambiente, lo que redundará en beneficio de todos.

7. Reafirmamos que seguimos guiándonos por los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, con pleno respeto del derecho internacional y sus principios.

8. Reafirmamos también la importancia de la libertad, la paz y la seguridad, el respeto de todos los derechos humanos, entre ellos el derecho al desarrollo y el derecho a un nivel de vida adecuado, incluido el derecho a la alimentación, el estado de derecho, la igualdad entre los géneros, el empoderamiento de las mujeres y el compromiso general de lograr sociedades justas y democráticas para el desarrollo.

9. Reafirmamos la importancia de la Declaración Universal de Derechos Humanos, así como de los demás instrumentos internacionales relativos a los derechos humanos y el derecho internacional. Destacamos la responsabilidad que incumbe a todos los Estados, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas, de respetar, proteger y promover los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos, sin distinción alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, capacidad económica, nacimiento, discapacidad u otra condición.

10. Reconocemos que la democracia, la buena gobernanza y el estado de derecho, en los planos nacional e internacional, así como un entorno propicio, son esenciales para el desarrollo sostenible, incluido el crecimiento económico sostenido e inclusivo, el desarrollo social, la protección del medio ambiente y la erradicación de la pobreza y el hambre. Reafirmamos que para lograr nuestros objetivos de desarrollo sostenible necesitamos instituciones en todos los niveles que sean eficaces, transparentes, responsables y democráticas.

11. Reafirmamos nuestro compromiso de fortalecer la cooperación internacional para hacer frente a los persistentes problemas relacionados con el desarrollo sostenible para todos, en particular en los países en desarrollo. A este respecto, reafirmamos la necesidad de lograr la estabilidad económica, el crecimiento económico sostenido, la promoción de la equidad social, y la protección del medio ambiente, aumentando al mismo tiempo la igualdad entre los géneros, el empoderamiento de las mujeres y la igualdad de oportunidades para todos, y la protección, la supervivencia y el desarrollo de los niños hasta que alcancen su
máximo potencial, incluso mediante la educación.

12. Resolvemos adoptar medidas urgentes para lograr el desarrollo sostenible. Por lo tanto, renovamos nuestro compromiso en favor del desarrollo sostenible, evaluando los avances realizados hasta el momento y lo que aun queda por hacer en cuanto a la aplicación de los resultados de las principales cumbres sobre el desarrollo sostenible, y haciendo frente a las dificultades nuevas y emergentes.

Expresamos nuestra firme decisión de abordar los temas de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, a saber, la economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza, y el marco institucional para el desarrollo sostenible.

13. Reconocemos que la oportunidad de que las personas influyan en sus vidas y su futuro, participen en la adopción de decisiones y expresen sus inquietudes es fundamental para el desarrollo sostenible. Subrayamos que el desarrollo sostenible exige medidas concretas y urgentes. Solo se puede lograr forjando una amplia alianza de las personas, los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado, trabajando juntos para lograr el futuro que queremos para las generaciones presentes y futuras.

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Versión completa en Español: Documento-Final-Rio+20

FUENTE:

El futuro que queremos: documento final de la conferencia Río+20. (2012). Obtenido el 29 de julio de 2012, de http://rio20.net/iniciativas/el-futuro-que-queremos-documento-final-de-la-conferencia-rio20.
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Hacia una economía verde: PNUMA

Hacia una economía verde como guía para el desarrollo sostenible

Invertir tan solo el 2% del PIB mundial en diez sectores clave puede impulsar la transición a una economía baja en carbono y con un uso más eficiente de los recursos. El nuevo informe del PNUMA demuestra que la transición a una economía verde es posible invirtiendo el 2% del PIB mundial (actualmente en torno a 1,3 billones de dólares) anualmente, a partir de ahora hasta 2050, para enverdecer sectores fundamentales como la agricultura, la construcción, la energía, la pesca, la silvicultura, la industria, el turismo, el transporte, el agua y la gestión de residuos. Sin embargo, estas inversiones deben ser estimuladas, a través de reformas en las políticas nacionales e internacionales.

Este oportuno informe, elaborado por especialistas a nivel mundial e instituciones de países desarrollados y en desarrollo, confirma que, en una economía verde, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental no son incompatibles. Por el contrario, una economía verde fomenta el empleo y el progreso económico evitando al mismo tiempo riesgos significativos como los efectos del cambio climático, la escasez de agua y la pérdida de servicios de los ecosistemas.

Photovolts

Paneles solares son una opción para reducir la dependencia de energía sucia.

Enverdecer la economía no sólo genera crecimiento, especialmente en términos de capital natural, sino que también implica un crecimiento más elevado del PIB y del PIB per capita. En la simulación realizada para el informe sobre economía verde, bajo un escenario de inversión verde se alcanzan tasas de crecimiento anual más elevadas que el modelo actual en un plazo de 5-10 años.

Dicho crecimiento económico se caracteriza por un evidente desacoplamiento de los impactos ambientales . Según las previsiones, la relación entre huella ecológica mundial y biocapacidad disminuirá del 1,5 actual a menos de 1,2 en 2050 (acercándose mucho al limite de sostenibilidad, situado en 1), en contraposición al incremento más allá de un nivel de 2 bajo el escenario del modelo vigente.

Si bien la demanda mundial de energía ascendería en cierta manera, esta recuperaría los niveles actuales en 2050, lo cual significa un 40% menos del modelo vigente, gracias a avances notables en la eficiencia energética. Según las previsiones, bajo un escenario de inversiones verdes se reducirían de aproximadamente un tercio las emisiones de CO2 relacionadas con el consumo energético para 2050, tomando como referencia los niveles actuales. La concentración de las emisiones en la atmósfera debe mantenerse por debajo de 450 ppm en 2050 para tener alguna posibilidad de limitar el calentamiento global a un máximo de 2°C.

Una economía verde valora e invierte en el capital natural. Una cuarta parte de las inversiones verdes analizadas – el 0,5% del PIB (325 miles de millones de dólares) – se destina a sectores relacionados con el capital natural: silvicultura, agricultura, agua dulce y pesca. El valor añadido en el sector forestal será, en 2050, un 20% superior al obtenido con el modelo actual. Las inversiones en agricultura verde, que oscilarán entre los 100.000 y los 300.000 millones de dólares anuales en el periodo 2010-2050, permitirían mejorar la calidad del suelo e incrementar los rendimientos de los principales cultivos en todo el mundo, con lo que se obtendría un aumento del 10% respecto a lo que pueden ofrecer las estrategias de inversión actuales. La mayor eficiencia de los sectores agrícola, industrial y municipal implicaría una reducción de aproximadamente una quinta parte de la demanda de agua para 2050, en comparación con la tendencia actual. De ese modo se reduciría la presión sobre el agua subterránea y las aguas superficiales tanto a corto como a largo plazo.

Una economía verde contribuye a aliviar –la pobreza. El alivio a la pobreza está inevitablemente ligado a una gestión racional de los recursos naturales y los ecosistemas, ya que los flujos de beneficios del capital natural llegan directamente a los más desfavorecidos. Este enfoque se hace especialmente necesario en los países de renta baja, en los que los bienes y servicios de los
ecosistemas constituyen un componente significativo en el sustento de las comunidades rurales pobres, a las que protegen de los desastres naturales y de las crisis económicas.

En la transición a una economía verde se crearán nuevos puestos de trabajo que, a la larga, superarán la pérdida de empleo asociada a la «economía marrón». La creación de empleo es especialmente evidente en los sectores de la agricultura, construcción, energía, silvicultura y transporte. No obstante, en aquellos sectores cuyo capital se encuentre gravemente agotado, como el de la pesca, el enverdecimiento acarreará una pérdida de puestos de trabajo e ingresos en el corto y mediano plazo, con el fin de recuperar las reservas naturales y evitar que se pierdan para siempre ingresos y puestos de trabajo. Es posible que también haya que invertir en el desarrollo de nuevas capacidades y la re-educación de la fuerza de trabajo.

Es indispensable dar prioridad a la inversión y a los gastos estatales en áreas que impulsen el enverdecimiento de los sectores económicos. Reformar los subsidios costosos y perjudiciales en todos los sectores permitirá disponer de un margen fiscal y de recursos para la transición a una economía verde. Con la sola eliminación de los subsidios a los sectores de energía, agua, pesca y agricultura se ahorraría cada año el 1-2% del PIB mundial. Los susidios al sector pesquero, por ejemplo, que se estima alcanzan los 27mil millones de dólares anuales, resultan a largo plazo más perjudiciales que beneficiosos para las economías nacionales y el bienestar social. Los subsidios a los precios y a la producción de combustibles fósiles alcanzaron, en conjunto, más de 650 mil millones de dólares en 2008; semejante estímulo desalienta la transición a las energías renovables.

El uso de instrumentos como las medidas fiscales, los incentivos y las cuotas de emisión para promover la inversión y la innovación verdes es muy importante, pero también lo es invertir en el desarrollo de capacidades, formación y educación, así como en fortalecer la gobernanza internacional y los mecanismos de apoyo a la transición a nivel mundial. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible de 2012, también llamada Río+20, será una buena oportunidad para establecer un nuevo rumbo hacia un mundo más sostenible, seguro y justo.

La transición a una economía verde requiere una escala de financiamiento considerable, pero inferior de un orden de magnitud a la inversión anual mundial. En este sentido, merece la pena señalar que el 2% del PIB mundial que se menciona en la modelización de este informe corresponde a una pequeña parte de la formación bruta de capital (alrededor del 22% del PIB mundial en 2009). Esa suma puede movilizarse poniendo en marcha políticas públicas racionales y mecanismos de financiación innovadores. El rápido crecimiento de los mercados de capital, el creciente interés del mercado por las iniciativas verdes y la evolución de instrumentos alternativos como la financiación y la microfinanciación del carbono, están creando las condiciones propicias para el financiamiento a gran escala de una transformación económica mundial. Sin embargo, las cifras siguen siendo pequeñas respecto al volumen total necesario, por lo que es necesario aumentarlas lo antes posible.

El cambio hacia una economía verde está sucediendo a una escala y a una velocidad sin precedentes. Para 2010, se esperaba que las nuevas inversiones en energías limpias alcanzasen la cifra récord de 180.000-200.000 millones de dólares, superando los 162.000 millones de 2009 y los 173.000 millones de 2008. El crecimiento está siendo impulsado cada vez más por los países fuera de la OCDE, cuya participación en la inversión mundial en energías renovables pasó del 29% en 2007 al
40% en 2008. Brasil, China y la India son responsables de la mayor parte.

Se prevé que la inversión verde generará tanto crecimiento y empleo, si no más, que los generados por el modelo actual, y las proyecciones económicas son mejores a mediano y largo plazo, ofreciendo al mismo tiempo mayores beneficios ambientales y sociales. Sin embargo, la transición a una economía verde no está libre de riesgos ni de dificultades – desde el enverdecimiento
de sectores «marrones» tradicionales hasta la satisfacción de la rápidamente cambiante demanda de mercado en un mundo que debe limitar sus emisiones de carbono. Así pues, es necesario que los líderes mundiales, la sociedad civil y las principales empresas trabajen conjuntamente para replantearse y redefinir las formas tradicionales de medir la riqueza, la prosperidad y el bienestar. Lo que está claro es que el mayor riesgo de todos sería continuar con el statu quo.

Cómo las inversiones ambientales pueden contribuir a las metas globales de sustentabilidad

Cómo las inversiones ambientales pueden contribuir a las metas globales de sustentabilidad

Nueva York, 20 de septiembre de 2010— Invertir en áreas como energía limpia , transporte sustentable, bosques y modos de agricultura amigables con el medio ambiente, puede contribuir significativamente al logro de los objetivos internacionalmente acordados con relación a la pobreza.

Esta es una de las principales conclusiones del documento titulado “Un resumen para tomadores de decisiones sobre Economía Verde y los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODMs)”, dado a conocer el día de hoy, cuando los Jefes de Estado y Ministros se reúnen en la sede de Naciones Unidas para revisar el progreso en el logro de las metas, cuando restan cinco años para llegar al plazo fijado para alcanzarlas plenamente.

La degradación ambiental, por un lado, está dificultando cumplir el reto de mejorar la salud ambiental y la provisión de agua potable para combatir el hambre y la enfermedad.

En cambio, algunos países y comunidades están encontrando que las mejoras ambientales generadas por la adopción de políticas deliberadas, por inversiones inteligentes y, muchas veces, por asociaciones del sector privado, pueden ser una importante parte de la solución, indica el estudio.

Achim Steiner, Subsecretario General de Naciones Unidas y Director Ejecutivo de Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), explicó: “Existe cada vez más evidencia de que acelerar la transición a una Economía Verde, baja en carbono, eficiente en el uso de recursos, y generadora de empleos podría no sólo ser clave para el logro de las metas de sustentabilidad del siglo 21, sino que puede también contribuir significativamente al logro del resto de los Objetivos de Desarrollo del Milenio”.

El informe – recopilado por el equipo de Economía Verde del PNUMA – cita numerosos casos de estrategias verdes que están redituando múltiples dividendos y generando numerosas oportunidades con relación a los ocho ODMs.

Algunos de estos casos que destaca el Informe, preparado para presentarse durante la Cumbre de las Naciones Unidas sobre ODMs en Nueva York, son:

  1. Políticas adoptadas e inversiones realizadas en Costa Rica para impulsar la expansión de áreas protegidas y Parques Nacionales a más del 25% de la superficie terrestre del paísDesde que la estrategia fue adoptada ha habido un incremento en el ecoturismo atrayendo a más de un millón de visitantes al año y generando 5 millones de dólares anuales de ingresos solamente de la cuota de entrada. Los estudios indican que las comunidades que habitan en o cerca de parques nacionales tienen mayores salarios, tasas de empleo y menores tasas de pobreza.
  2. La política energética que China ha establecido en su 11º plan a cinco años cubriendo el período 2006-2010, impulsando un incremento rápido en la manufactura e instalación de energía renovable. Actualmente, China es el segundo país con mayor potencia eólica en el mundo y el mayor exportador de fotovoltaicos: 10 % de los hogares cuentan con calentadores solares – 1.5 millones de personas están empleadas en el sector de las energías renovables en China con una generación de 300 mil empleos en 2009.
  3. La planeación urbana creativa y con visión de futuro, en alianza con políticas de transporte sustentable, que han permitido que la ciudad brasileña de Curitiba crezca hasta seis veces a la vez que ha mejorado la movilidad y la calidad de vida de sus habitantes. El promedio de espacios verdes por persona se ha incrementado de un metro cuadrado a alrededor de 50 metros cuadrados; 45 por ciento de los viajes se realizan en transporte público; el uso excesivo de combustible por persona debido a la congestión es 13 veces menor que en Sao Paulo y los bajos niveles de contaminación del aire resultan en beneficios a la salud de los ciudadanos locales.
  4. En Nepal, 14,000 Grupos de Comunidades Usuarios de los Bosques han revertido las tasas de deforestación con relación a 1990, a través de políticas inteligentes y centradas en la comunidad, que incluyen la determinación de reglas para el aprovechamiento del bosque y precios de los productos, y la distribución de beneficios. Entre 2000 y 2005, el área boscosa de Nepal se incrementó en más del 1.3 %; hay una mejor gestión para asegurar la calidad del suelo y mantener la oferta de agua y el empleo local se ha incrementado.
  5. Uganda, un país en el que 85% de la población trabajadora está empleada en la agricultura, se ha volcado hacia la producción orgánica para impulsar sus exportaciones e ingresos. Los precios a pie de granja de productos orgánicos de vainilla, jengibre y piñas son más altos que los producidos de manera convencional. Desde 2004, el número de granjeros orgánicos se ha incrementado de 45.000 a más de 200,000 y el área de tierra bajo cultivo orgánico pasó de 185.000 hectáreas a cerca de 300,000 hectáreas.

El Sr. Steiner dijo: “La tarea subyacente para el siglo 21 es la de proveer una forma de vida segura y sustentable a la población mundial, que durante las siguientes cuatro décadas se incrementará en un tercio. Este reto fue lo que motivó a los líderes del mundo a adoptar los ocho ODMs en septiembre de 2000”.

“De acuerdo a las tendencias actuales es probable que no se alcanzarán los ODMs en 2015. En parte debido a que las respuestas, hasta el momento, se han concebido (con un enfoque) bajo las visiones del siglo 20 ante los nuevos retos del siglo 21”, añadió.

“La Economía Verde da una mirada fresca a los retos y destaca las múltiples oportunidades costo-efectivas que desde el punto de vista económico y social se presentan para la inversión y re-inversión en sistemas de energía con tecnologías limpias modernas, así como para el manejo de los recursos naturales que constituyen infraestructura ecológica de planeta. Al haceresto, se atiende el objetivo económico, social y ambiental del desarrollo sustentable, y se subraya la riqueza de elecciones y opciones disponibles para el alcanzar progreso sostenido, considerando las realidades de nuestro tiempo”, dijo el Sr. Steiner.

Algunos puntos clave para el Informe – Sustentabilidad Ambiental y los ODMs Inseparablemente entrelazados

El informe, ” Un resumen para tomadores de decisiones sobre Economía Verde y los Objetivos de Desarrollo del Milenio”, subraya que los bienes y servicios ambientales que sustentan a la economía global – y en particular el PIB de los pobres – se están encogiendo a una tasa rápida.

Destaca cómo la perdida de infraestructura ecológica está minando no sólo el ODM7 relativo a la sustentabilidad ambiental sino a casi todos, sino todos, los demás ODMs y sus metas asociadas.

Por ejemplo, los arrecifes de coral del Caribe se han reducido en 80 por ciento y globalmente el 30% de los manglares se ha perdido en las últimas dos décadas.

Ambos ecosistemas proveen defensas costeras, rendimientos por el turismo y otros servicios e ingreso a las comunidades locales.

Adicionalmente, existen viveros de peces de los cuales depende el suministro de proteína de mil millones de personas – es así que el destino de los arrecifes de coral y los manglares se relaciona directamente con el el logro de varios ODMs incluyendo el ODM relativo al hambre.

Los bosques son fuente principal de agua potable y de nutrientes para la agricultura, a la vez que proveen bienes esenciales tales como alimentos silvestres y medicinas.

Es por ello que al destino de los bosques también se vinculan varios de los ODMs incluyendo el ODM relativo al hambre; los ODM4 y 5, y las metas del ODM7 tal como reducir a la mitad la proporción de la población sin acceso a agua potable.

La tasa de deforestación se está desacelerando: en la pasada década la pérdida anual de bosques fue de 13 millones de hectáreas en promedio, comparada a los 16 millones de hectáreas al año en la década de los 90s.

Aún así, sigue siendo una tasa que está causando un daño ambiental duradero, y actualmente cerca de 30 países han perdido 90% de su cobertura forestal original.

Invertir y reinvertir en los bosques no solo contribuirá a alcanzar los ODMs, sino que también reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero relacionados con la deforestación.

Si bien no hay un ODM especifico para energía, el informe señala que la provisión de energía limpia sustentará el éxito de muchos de los objetivos, tanto en términos directos de desarrollo sustentable como indirectos si no se atiende el cambio climático, vinculado a la a quema de combustibles fósiles.

Por ejemplo, 14% de la población de países en desarrollo y alrededor de la quinta parte de los habitantes de las ciudades, viven en zonas costeras bajas y, por tanto se encuentran en riesgo ante los impactos relacionados con el clima tales como el aumento de los niveles del mar, inundaciones costeras y erosión del suelo.

Subsidios – Una posible fuente para financiamiento adicional hacia el logro de los ODM

Una manera de financiar el logro de los ODMs es mediante el re-direccionamiento de los subsidios.

Por ejemplo, a los combustibles fósiles aún se dedican cerca de 500 mil millones de dólares al año de subsidios gubernamentales – y existe abundante evidencia de que esta subvención rara vez llega a los pobres a pesar de las mejores intenciones de los gobiernos.

* En Indonesia en 2005, 60 %de los subsidios a los combustibles fueron directamente al 40% más rico de la población

* En 2003, los subsidios al gas en Argentina llegaron hasta el Sur del país – donde habita solo el 3 por ciento de los pobres.

* En Mongolia, cerca del 85 por ciento de una reciente tarifa de «línea de vida» se dirigió a los «no pobres».

Invertir todo o parte de estos subsidios en tecnologías de energía renovable, tales como solar y eólica, podría impulsar nuevas formas de empleo, facilitar acceso más rápido a electricidad y alcanzar mayor equidad social y un mejor estándar de vida.

Ello generarara también ganancias para el medio ambiente, incluyendo mejoras en la calidad del aire junto a una reducción estimada anual de 6 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Hay otros enfoques de economía verde: en Bangladesh una subsidiaria del Banco Grameen – Grameen Shakti – ha sido pionera de un micro-financiamiento para ayudar a la población local a comprar sistemas solares de calefacción.

Esto ha creado casi 20,000 empleos “verdes” , muchos de los cuales han sido para mujeres, con el objetivo de llegar a 100,000 en 2015. Así, el proyecto se ajusta a muchos de los ODM, incluyendo el ODM3 relacionado con el género.

Argumentos similares se hacen con relación a la pesca, donde los subsidios ascienden a unos 27 mil millones dólares al año, y son en parte la razón por la cual las poblaciones de peces en muchas partes del mundo están en declive.

Re-dirigir alrededor de 8 mil millones de dólares de subsidios en medidas tales como una mejor gestión de áreas marinas protegidas, cuotas transferibles, el retiro de buques y el re-entrenamiento de los pescadores, podría aumentar las capturas y conservar las poblaciones.

El informe también señala los múltiples beneficios de otras políticas, por ejemplo de aquellas que promueven la certificación de los productos agrícolas amigables con la biodiversidad.

El mercado de estos productos podría tener un valor de 210 mil millones dólares en 2020 frente a los 40 mil millones de dólares en 2008 si cuenta con el respaldo adecuado, generando nuevos flujos de ingresos, a la vez de conservar el capital natural del planeta.

Este informe forma parte de una serie de informes especiales que se basa en las conclusiones preliminares de su principal publicación, el informe sobre Economía Verde, que está programado darse a conocer a principios de 2011.

Copia del Informe: policymakers_brief_GEI&MDG

¿Es sostenible el Desarrollo Sostenible?

¿Es sostenible el Desarrollo Sostenible?

David Kaimowitz*

En los días siguientes a la primera Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro en 1992, casi todo el mundo estaba hablando de desarrollo sostenible. Una de las razones de la captura rápida del término fue que era lo suficientemente vago, que los diferentes grupos podrían utilizar para decir casi todo lo les convenía.

Sin embargo, de un modo u otro siempre implica encontrar alguna forma de combinar los esfuerzos para reducir la pobreza y mejorar el bienestar humano con la protección del medio ambiente. De hecho, estos objetivos fueron vistos no sólo como compatibles, sino mutuamente interdependientes. La pobreza obligó a la gente a destruir sus recursos naturales y la degradación del medio ambiente hizo a los pobres aún más pobres. El ciclo tuvo que ser roto.

En estos días, el desarrollo sostenible no es un aspecto muy sostenible.

Políticamente, la Cumbre de la Tierra misma fue producto de un pacto implícito entre el Norte y el Sur. Los países en desarrollo aceptaron las preocupaciones ambientales de los países ricos a cambio de un mayor apoyo para su propio desarrollo económico. A decir verdad, el gobierno de EE.UU. nunca creyó en el acuerdo, pero otros hicieron suficiente para que realmente no parezca ser importante. En el sector forestal, esta visión de desarrollo sostenible en gran medida tomó la forma de Gestión Integrada de Proyectos de Conservación y Desarrollo (ICDP, por sus siglas en inglés) y una mayor financiación internacional para proyectos forestales en el sur.

Pilares del Desarrollo Sostenible. Fuente: SSM Comunicación y Periodismo

Pilares del Desarrollo Sostenible. Fuente: SSM Comunicación y Periodismo.

Desafortunadamente, las cosas no salieron bien, como los creadores de desarrollo sostenible habían previsto, los países en desarrollo nunca obtuvieron los recursos adicionales que se esperaban. Los más dinámicos se convirtieron en serios competidores de los países ricos para el empleo, los mercados y las inversiones. Los ICDPs fallaron en muchas de sus promesas de largo alcance, de hecho, lo mismo podría decirse de la mayoría de los proyectos de la silvicultura internacional en general. El fracaso de los Estados Unidos para endosar el Protocolo de Kyoto, el Convenio sobre la Diversidad Biológica, o de una Convención Forestal Internacional tomó mucho del viento de las velas de estas iniciativas.

Nunca se va a resolver los problemas globales como el cambio climático, la destrucción de nuestros océanos, o la pérdida de la biodiversidad sin una mayor cooperación internacional.

Porque el desarrollo sostenible no cumplió sus promesas, en los últimos años hemos sido testigos de una reacción importante. Muchos conservacionistas han renunciado a tratar de preocuparse por las comunidades y han vuelto a establecer simplemente guardaparques y cercas. Mientras tanto, la mayoría de las agencias de cooperación internacional para el desarrollo están prestando menos atención al medio ambiente. En estos días, el desarrollo sostenible no es un aspecto muy sostenible.

El problema, sin embargo, es que las cosas que motivaron el desarrollo sostenible, no han desaparecido. Aún no se puede conservar los bosques de manera eficaz sin abordar las realidades de las comunidades y los países en los que se encuentran los bosques. Tampoco se puede sostener el crecimiento económico si no hay preocupación por los recursos naturales y el medio ambiente. Nunca se va a resolver los problemas globales como el cambio climático, la destrucción de nuestros océanos, o la pérdida de la biodiversidad sin una mayor cooperación internacional.

Es evidente que todavía no tenemos las respuestas, pero eso no deber ser la razón para dejar de buscar. Para bien o para mal, el desarrollo sostenible sigue siendo el único partido de verdad en el barrio. Reconocer cuanto antes esto, será mejor.

*David Kaimowitz (d.kaimowitz @ cgiar.org) es Director General del Centro Internacional de Investigación Forestal, Bogor, Indonesia.

Fuente: Journal of Forestry. Vol. 104, No. 4, June 2006, Page 169 – 169