CALENTAMIENTO DE LOS POLOS
La publicación de ESA (Agencia Espacial Europea formado por 17 países incluyendo a Canadá) sobre, Satélites atestiguan la más baja cobertura de hielo en el Ártico, 14 de Septiembre de 2007, dice en su articulo lo siguiente, «El área cubierto por hielo marino (hielo flotando) en el Ártico se ha reducido a su más bajo nivel esta semana desde que se tomaron medidas desde casi 30 años, abriendo el Pasaje Noroeste – una vía largamente esperada entre Europa y Asia que ha sido históricamente impenetrable»
El Paso Noreste permite un ahorro de 4,700 millas náuticas entre Europa y el Lejano Oriente, al no transitar las naves por el Canal de Panamá.
El articulo del Ing. Guillermo Quijano Jr. (Director de la ACP) sobre, El calentamiento global, la Prensa, Octubre 1, 2007, menciona que el 24 de Septiembre la Associated Press publicó que el Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo de Estados Unidos afirma que «el Paso del Noreste, que comunica los océanos Atlántico y Pacífico sobre las costas Canadá y Alaska sigue abierto, pero empieza a congelarse.»
ESA considera un serio problema, el hielo marino del Ártico que cubre la superficie del Paso Noreste durante el invierno, porque retrocederá significativamente durante el verano polar, aumentado cada vez el ancho del Paso Noreste, poniendo al Canal de Panamá en una situación vulnerable.
NOAA o National Oceanic and Atmospheric Administration de los Estados Unidos define dos estaciones en el Polo Norte, claridad completa del día durante el verano de abril a septiembre, y un invierno de completa oscuridad durante octubre a marzo. En resumen, es natural que el Paso Noreste que está abierto se congele al venir el invierno (octubre), pero no será permanente, y es probable que vuelva a abrirse más el próximo verano (marzo).
Los países que colindan con el Polo Norte están apostando al calentamiento debido tránsito de naves, y más por los ricos yacimientos de petróleo, gas, y minerales preciosos y estratégicos.
La seguridad nacional y competitividad globalizada, nos obliga desarrollar innovaciones tecnológicas para nuestro Canal, porque si dependemos solamente de tecnología PROBADA estaríamos viviendo en la Edad de Piedra.
Ing. Felipe A. Len-Ríos
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El calentamiento global
GUILLERMO QUIJANO JR.
El calentamiento de la tierra es un problema de la humanidad, que va mucho más allá del efecto económico que pudiera tener, en su momento, en los resultados financieros de la ampliación del Canal de Panamá, a mediados del siglo XXI.
De persistir el calentamiento de la Tierra, la vida tradicional en el Ártico cambiará y afectará no solamente a los animales, sino también a todas las comunidades indígenas del norte y, aún más delicado, pudiera afectar sensiblemente a las ciudades costeras del mundo.
Todo indica que, a causa del deshielo al que está siendo sometido el Polo Norte, el paso ártico pudiera convertirse en una ruta alterna al Canal de Panamá, para cruzar entre los océanos Atlántico y Pacífico durante los meses de verano.
Sin embargo, la apertura de esta ruta alterna no es tan sencilla, como se quiere dar a entender, por razones económicas, técnicas y geopolíticas.
Según la Agencia Espacial Europea, en noticia publicada en Euro News el 15 de septiembre pasado, afirma que «el área cubierta por hielo en el Ártico ha caído a su nivel más bajo desde que hay mediciones vía satélite. En las últimas tres décadas, su grosor ha disminuido en 40%. A este ritmo, el casquete polar habrá desaparecido para el año 2040 y las consecuencias para el clima pueden ser terribles». Y esta última afirmación es la más preocupante de todas.
La buena noticia es que el 24 de septiembre la Associated Press informó de que «el hielo del mar polar ártico aparentemente se está recuperando después de haber caído al nivel más bajo, según el Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo de Estados Unidos». Así mismo afirma que «el Paso del Noreste, que comunica los océanos Atlántico y Pacífico sobre las costas de Canadá y Alaska, sigue abierto, pero empieza a congelarse».
Es importante recordar que el Plan Maestro de la Ampliación del Canal de Panamá señala muy claramente que, basado en la demanda proyectada hasta el año 2025, la operación del Canal generará los ingresos necesarios para cancelar el capital de la deuda que se contraiga para financiar el proyecto de construcción, a más tardar ocho años, luego de abierto el Canal ampliado, o sea, para el año 2022, aproximadamente. De poder llegarse a abrir al tráfico de barcos por la ruta del Ártico hacia el año 2030 ó 2040, durante los meses de verano, es cuando los ingresos del Canal pudieran verse parcialmente afectados, pero no antes de esa fecha.
Como ya he indicado, la apertura a la navegación por el Ártico no es un asunto sencillo. Las disputas entre los países colindantes con esta ruta ártica ya están aflorando en la superficie.
Am Johal, un periodista canadiense freelance, en su artículo del 23 de agosto publicado por la agencia de noticias IPS, señaló que «la apertura de esta ruta alimentará las disputas internacionales por las rutas de navegación y por la explotación de los recursos naturales».
Recientemente la agencia noticiosa Reuters señalo que «Diferentes países ya están empezando a mover sus fichas. Aparte de Rusia plantando su bandera en el fondo del círculo polar, Canadá también refuerza su presencia en la zona, y ya ha anunciado planes para instalar una plataforma de alta profundidad en Nanisivik, cerca de la entrada este del Pasaje Noroeste, lo que le permitiría recargar combustible a sus barcos militares que patrullen por esa zona».
Esta noticia se complementa con la información de Ian Gunn, corresponsal de la BBC, que hace referencia al primer ministro de Canadá, Stephen Harper, cuando anunció la construcción de seis naves patrulleras especialmente construidas para el Ártico para afirmar el derecho de Canadá sobre las aguas del Ártico.
Según Paul Reynolds, corresponsal de la BBC, cinco países están en alguna forma en colisión por el control de la ruta por el Ártico. Estados Unidos y Canadá por la ruta noroeste, Noruega y Rusia sobre el Mar de Barents y Dinamarca está reclamando el mismo Polo Norte.
En su mismo escrito, Reynolds profundiza aún más la noticia de Reuters sobre el interés de Rusia en el Polo Norte, al señalar que Artur Chilingarov, el más famoso explorador ruso que dirigió la expedición para colocar la bandera rusa debajo del mismo polo, declaró que «el Ártico es ruso y debemos probar que el Polo Norte es una extensión de la costa rusa.
Según Johal, en el libro Proyecto de nación: ¿a que aspira Canadá?, escrito por Michael Byers, el autor de la obra afirma que «se debe tomar en cuenta el aumento de la navegación a través del Ártico» y «la explotación de recursos», incluida la «extracción de gas y petróleo del lecho marino». «El cambio climático está facilitando el acceso a un área que ha sido hasta ahora una de las más inhóspitas del planeta», advirtió el autor del citado libro, y agrega que «la magnitud del fenómeno es tremenda. El petróleo y el gas contribuyen al recalentamiento mundial, que ahora permite, irónicamente, nuevas exploraciones para extraer más gas y petróleo».
Y continúa señalando el autor que «lo que menos necesitamos es explotar más esos recursos. El control del lecho marino por parte de Canadá debería apuntar a dejar esas reservas tal como están». Finalmente indica que «si el pasaje ártico entre los dos océanos se convierte en una realidad, Canadá deberá enfrentarse con naciones como Estados Unidos, que ya declaró que debería ser considerado como un «estrecho internacional».
Todo presagia que, así como es una realidad que de continuar el calentamiento de la Tierra, el pasaje por el Ártico pudiera ser una realidad en el futuro durante los meses de verano, la apertura de esta ruta marítima traerá como resultado una disputa internacional entre Canadá que considera que tiene derechos plenos sobre esta ruta, y Estados Unidos y la Unión Europea, que opinan que esta ruta debe ser considerada un «estrecho internacional» de libre tránsito.
Por otro lado, la ruta posible del Ártico se enfrenta no solamente al problema geopolítico, sino a la falta de infraestructuras adecuadas para hacer su tránsito continuo y seguro. Estamos hablando de una ruta por el Ártico de 4,000 a 5,000 kilómetros de largo, en un lugar inhóspito, inexplorado, sin comunicaciones existentes y virgen de todo tipo de infraestructuras.
No existen cartas marinas, faros direccionales y señalamiento de la vía acuática, para mencionar algunas. Se requerirá de costosos remolcadores a lo largo de toda la ruta para asegurar que los témpanos de hielo que se desprendan no afecten a los barcos en tránsito. Si estamos pensando que, resuelto el problema de quién es dueño de este pasaje por el Ártico, el tránsito por dicha ruta será gratuito, están muy equivocados.
En resumen, el calentamiento de la tierra que está trayendo como resultado el deshielo del Ártico, más que un efecto directo inmediato en la rentabilidad del Canal de Panamá ampliado, tiene efectos más severos en la naturaleza y en el hábitat de los humanos. Y, quienes piensan que el tránsito de barcos por el Ártico será algo sencillo, están muy equivocados, los intereses geopolíticos y económicos de las naciones colindantes y la falta de infraestructuras en el Ártico harán muy difícil y costoso el tránsito comercial.
No obstante, existe una realidad: hay un claro calentamiento de la Tierra que está ocasionando serios problemas ambientales. No hay vuelta atrás, los gobiernos deben dirigir todos sus esfuerzos para evitar una catástrofe mundial en términos ambientales y que afectará sensiblemente a la humanidad.
El autor es ingeniero y es miembro de la directiva de la Autoridad del Canal
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