«Casa alemana» exposición de eficiencia energética

Alemania exportará a Latinoamérica avances energéticos aplicables a viviendas

EFE/Berlin

El proyecto «Casa Alemana», una exposición itinerante basada en la eficiencia energética y las energías renovables vinculado a las viviendas, comenzará en Brasil un viaje que le llevará a recorrer trece países Latinoamericanos.

La «Casa Alemana» es una iniciativa para exportar las investigaciones y avances, desarrollados por empresas alemanas, en la combinación entre la construcción de edificios y la utilización de nuevas fuentes de energías.
Con el proyecto se pretende mostrar cómo la estética y la comodidad son totalmente compatibles con la eficiencia energética y la fuentes de energía renovables.
El proyecto pone de manifiesto como la arquitectura avanzada y las tecnologías respetuosas con el medio ambiente, son uno de los retos más importantes a los que las empresas y administraciones deberán atender en los próximos tiempos.
Durante un año y cuatro meses, la exposición intentará mostrar por diversas ciudades de Amércia del sur y de Centroamérica, las posibilidades reales que pueden darse en materia de eficiencia energética, también aplicables a las construcciones de las diferentes urbes por las que pasará.
Este mes la «Casa Alemana» aterrizará en San Paulo, Brasil, y desde ahí comenzará su viaje itinerante que le llevará por capitales sudamericanas como Montevideo, Buenos Aires, Asunción, Santiago de Chile, Santa Cruz, Lima, Quito, Bogotá y Caracas.
También se presentará la exposición en la ciudad de San José, capital de Costa Rica, así como en Guatemala y en ciudad de México, donde acabará el viaje de esta iniciativa que parte del Ministerio alemán de Economía y Tecnología en colaboración con el de Transportes y Desarrollo urbano.
El próximo 28 de abril, el ministro alemán de Economía, Rainer Br dele, dará en San Paulo el pistoletazo de salida a la exposición itinerante «que llevará a transferir el conocimiento de las empresas alemanas en materia energética a Latinoamérica, donde queremos que también se comercialicen».
Según indicó hoy Br dele, la exposición es importante dado que Alemania es mundialmente conocida por la innovación y la seguridad en cuanto a cualidades técnicas se refiere, así como a sistemas y productos industriales.
El espacio expositivo recoge también los avances realizados en materia de energía solar, entre 2007 y 2009, por miembros de la Universidad Técnica de Darmstadt, una de las más importantes del mundo en cuanto a temas de ingeniería.
Así, el proyecto «Casa Alemana» hará especial hincapié en las necesidades de aplicar la energía solar en la construcción de las nuevas viviendas y edificios en Latinoamérica, dado que es una región en la que el sol es abundante como fuente energética.
El pabellón contará con dos salas, cuyo techo se aprovechará para poder albergar diversos eventos y charlas relacionadas con las nuevas energías renovables.

Nota extraída de: http://www.pa-digital.com.pa/periodico/edicion-actual/hoy-interna.php?story_id=910867#ixzz0lcRqw99G

Panamá derrocha energía en aires acondicionados y refrigeración

consumo. foro de energía.

62% de energía se gasta en refrigeración

Acondicionadores de aire, refrigeradoras e iluminación consumen el 79.1% de la electricidad producida.

Se requiere cambiar hábitos, apagando las luces que no se utilizan para ninguna actividad.

LA PRENSA
OFICINAS. Los aparatos de acondicionadores de aire de todo el país consumen el 34.7% de la energía.

Wilfredo Jordán Serrano
wjordan@prensa.com

El uso de aparatos acondicionadores de aire, refrigeración e iluminación consumen el 79% de la energía que se produce en Panamá, según datos estadísticos de la industria.

El experto en eficiencia energética de Unión Fenosa, Bolívar Santana, afirmó que los aparatos acondicionadores de aire de todo el país consumen el 34.7% de la energía que se produce, mientras que los aparatos de refrigeración, un 27.1%. La iluminación del sector residencial, comercial y gubernamental consume un 17.5%, añadió.

“Es en estos tres sectores donde se debe poner énfasis para lograr un uso eficiente de la energía”, afirmó el experto al participar en el simposio de energía organizado por el Sindicato de Industriales de Panamá y la Autoridad Nacional del Ambiente.

El 21% de energía restante se gasta en motores, calentadores, electrodomésticos y otros.

Para Santana, un uso energético eficiente significa obtener la máxima utilidad de la energía, sin privarse del confort.

Se requiere cambiar hábitos, apagando las luces que no se utilizan para ninguna actividad y, cambiando aparatos o equipos por otros más eficientes, que ahorren energía.

También se debe ajustar la temperatura de los acondicionadores de aire entre 23 y 25 grados centígrados, tanto en oficinas como en residencias. Las refrigeradoras no se deben mantener abiertas por mucho tiempo y su temperatura debe ser de 4 grados centígrados para conservar los alimentos.

El experto recomienda imitar a otros países que han tenido éxito en la eficiencia energética como Japón, donde la temperatura de confort es 29 grados centígrados.

También se deben comprar equipos eficientes, aunque sean más costosos, añadió.

La demanda máxima de energía en Panamá se registró en mayo pasado con mil 59 megavatios de una capacidad instalada de mil 500 megavatios.

Ahorrar energía y cuidar el planeta

ENERGÍA. MEDIDAS PARA BAJAR EL GASTO ELÉCTRICO, REDUCEN EL CAMBIO CLIMÁTICO.

Ahorrar y cuidar el planeta

La distribución masiva de focos ahorradores es solo una de las estrategias para no gastar tanta electricidad.

Pequeños ajustes en los hábitos hogareños pueden generar una gran diferencia en el gasto de energía.

LA PRENSA/David Mesa
MEDIDAS Los focos de bajo consumo se han convertido en una alternativa casi obligada ante el imparable aumento del costo de la electricidad.

Rosina Ynzenga
rosinaynzenga@yahoo.es

Con la subida del petróleo y el costo de la vida en aumento, solo al cambiar algunos hábitos en la vida cotidiana se puede disminuir el gasto de electricidad. A esta conclusión también ha llegado el Gobierno panameño, que ha comenzado a comprar millones de bombillas energéticas.

Los planes gubernamentales son adquirir cerca de 6 millones de estas bombillos, con un coste que es el equivalente a una décima parte del costo total de construir una planta eléctrica de 60 megavatios.

A BAJAR EL CONSUMO

Un informe divulgado hace un par de semanas en Sao Paulo por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), da cuenta de que un ahorro significativo de energía en la región se conseguiría mediante la reducción del 10% del consumo de electricidad para 2018 mediante la utilización de tecnologías eficientes.

El informe, presentado por el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, en la conferencia “Eficiencia energética y competitividad”, especifica que para conseguir esa reducción del consumo, los países de la región tendrían que invertir en conjunto unos 17 mil millones de dólares en bombillos fluorescentes compactos, motores eficientes y otras medidas para alcanzar un ahorro equivalente a unos 143 mil gigavatios hora.

Si no se hacen esas inversiones, la región tendría que construir unas 328 turbinas de gas de 250 megavatios cada una para atender la demanda de electricidad, lo que supondría una inversión calculada en 53 mil millones de dólares, sin contar gastos de operación y combustible.

CAMBIO DE HÁBITOS

El cambio por bombillas de bajo consumo supondrá un ahorro, ya que una bombilla tradicional consume al año si está encendida una media de cinco horas, un total de 182 mil 500 vatios/hora (wh). Sin embargo las de bajo consumo en las mismas condiciones suponen solo un total de 36 mil 500 wh. Esto equivale a un ahorro de un 400% anual en la factura de la electricidad, dicen los expertos.

Con trucos sencillos se puede conseguir abonar menos cada mes en electricidad. Los aparatos electrónicos que funcionan con control remoto y botón de stand by, consumen constantemente energía. Por este motivo, es preferible enchufarlos solo cuando se vayan a usar.

Su gasto energético en esta modalidad es de alrededor de un tercio de la utilizada cuando están encendidos. Lo mismo pasa con los cargadores de los teléfonos móviles.

Es mejor preguntar al momento de comprar un electrodoméstico, cuánto es su nivel de consumo, porque aparatos de características similares pueden suponer para el bolsillo del consumidor hasta un 90% de diferencia en el gasto.

BENEFICIO AMBIENTAL

En el proceso de convertir el petróleo, carbón o gas en fuentes energéticas, se emiten gases que crean el conocido efecto invernadero. Al cambiar los hábitos para bajar el consumo energético, también se está, sin proponérselo, colaborando en atenuar el calentamiento global.

Los mitos del ahorro energético en el hogar

Tanto se ha hablado del ahorro energético, que hay mitos sobre este tema. Muchas personas creen que descongelar el frigorífico supone un gran gasto de electricidad, pero los expertos consideran que es recomendable hacerlo al menos dos veces al año para evitar las capas de hielo.

Otros afirman que encender la plancha para poca ropa consume menos energía que si es se hace para muchas prendas de vestir. Una creencia que no se ajusta a la realidad, ya que este electrodoméstico gasta mayor cantidad de electricidad cuando se enciende. Por ese motivo, los expertos aconsejan solo planchar cuando se tiene una gran cantidad de ropa. Otro de los mitos es que una cocina eléctrica es más económica que una de gas.

Algo que no es cierto, ya que el gas supone un consumo de una cuarta parte que una eléctrica. Sorprendentemente, las plantas pueden suponer un ahorro, ya que la vegetación exterior ayuda a mantener el ambiente más fresco y da sombra, lo que reduce el calor y por lo tanto el constante uso del acondicionador de aire.

Ecológico y rentable

Ecológico y rentable
La consigna entre los representantes de diversas industrias en Panamá es buscar alternativas con las que puedan reemplazar el petróleo, al punto de que algunas empresas están utilizando en sus fábricas biocombustibles que les permiten disminuir sus costos operativos
Melissa Novoa
mnovoa@prensa.com 

PROCESO. Con el uso de biodiésel, la empresa Panamá-Boston, S.A. ahorra 45 centésimos por galón. LA PRENSA | Maydée Romero

En el último trimestre de 2007 la empresa Industrias Panamá-Boston S.A. (Pabo), fabricante de aceites vegetales y jabones de lavar, ahorró 45 centésimos por galón de combustible utilizado para calentar sus quemadores y hornos. Reempla-zar diésel con biodiésel en el proceso de producción fue una decisión acertada.

En 2006 el aumento de los precios de los derivados de petróleo se hizo insostenible, por lo que la empresa reorientó su estrategia e inició la fabricación de biodiésel a partir de un subproducto de la refinación de los aceites vegetales que procesan. Así sustituyeron al menos un porcentaje del consumo de diésel en la fábrica y lograron importantes ahorros.

Juan Vincensini, gerente general de la empresa, acepta que el inconveniente de producir biocombustibles es que en gran medida el costo final va a depender de los precios de los insumos, que en los últimos años se han disparado. La compañía importa los aceites crudos de soya, girasol y de maíz, mientras que el de palma lo adquiere en el mercado local.

Previendo los constantes aumentos, la empresa optó por utilizar un subproducto de ácidos grasos que recuperan del proceso de refinación de sus aceites vegetales, porque de depender de los aceites crudos para producir biodiésel, los resultados no serían competitivos.

En los tres últimos meses del año 2007 el costo promedio del galón de diésel era de 2 dólares con 80 centésimos, mientras que el de biodiésel producido por Pabo era de 2 dólares con 35 centésimos. «No solo nos ahorramos 45 centésimos por galón, sino que el ahorro anual proyectado es de 100 mil dólares», asegura.

El reemplazar el diésel en un porcentaje de la operación forma parte de la primera fase de un proyecto que la empresa inició hace dos años y que implementó en 2007. «La idea es que en la medida que podamos producir más ácidos grasos que permitan generar más biodiésel, éste pueda utilizarse eventualmente en nuestra flota vehicular», expresa.

Pero la disponibilidad de suficiente materia prima para ese objetivo no se vislumbra a corto plazo. Como la empresa Pabo, otras industrias están buscando alternativas para no depender tanto del petróleo debido a que la mayor parte de su ciclo productivo está a merced de este combustible.

Por eso los industriales han tomado como un reto hacer cada vez más eficientes sus procesos de producción y buscar opciones que se traduzcan en reducción de costos.

Desperdicios de aserraderos. Bloomberg

Energía de la madera

El proceso de secado en una fábrica china de pulpa moldeada impulsado por carbón, que observaba en un video, llamó la atención de Francisco Mola Davis.

La posibilidad de utilizar en el proceso una alternativa que no fuera petróleo lo hizo pensar en una oportunidad para ahorrar costos. Pero el hecho de que en Panamá no existan yacimientos de carbón ni grandes consumidores del mineral podía hacer que al final resultara muy costoso.

El gerente general de Moldeados Panameños S.A. (Molpasa), empresa cuya actividad es reciclar y transformar desperdicios de papel periódico en la elaboración de empaques, optó por utilizar otro material que también tuviera valor calorífico: desperdicios de madera.

Hace un año y medio compró la maquinaria, negoció con Selloro para adquirir los residuos de su materia prima y comenzó a sustituir el gas licuado de petróleo (GLP), que utilizaba en su proceso de secado, por desperdicios de aserraderos. «Hemos ahorrado una gran cantidad de dinero, el 50% del costo de combustible que registraba la factura de gastos de producción. Además,

si no hubiéramos tenido este sistema, posiblemente no seríamos competitivos en el mercado internacional», expresa el empresario. Molpasa exporta hacia los países centroamericanos y del Caribe, y en ese territorio compite con las empresas mexicanas. En Guatemala, donde Molpasa también tiene una fábrica, utiliza un porcentaje de desperdicios de madera y otro de concha de coco para su proceso de secado.

El inconveniente que ahora enfrenta la fábrica en Panamá es que el año pasado su suplidor de madera cerró su actividad exportadora por el desabastecimiento de su materia prima, lo que afectó el suministro de residuos de madera.

Mola Davis aclara que no es que en el mercado no exista madera, sino que el producto final proveniente de Selloro ya llegaba a Molpasa previamente secado, lo que era más conveniente. «Al traer ahora madera que tiene mucha agua, tenemos que secarla y gastar energía. Además este es un proceso continuo, porque trabajamos las 24 horas, los 365 días del año y solo paramos para darle mantenimiento a la maquinaria. Diariamente se están quemando 14 toneladas de desperdicios de aserraderos», explica.

Por el momento los representantes de la empresa están analizando la posibilidad de aprovechar el exceso de calor que se genera al quemar la madera para secarla antes de introducirla a las calderas. Los resultados de este análisis espera tenerlos en los próximos 60 días.

La empresa está buscando ahorros en todas las áreas en donde pueda hacerlo. Su gerente admite que lo que hace falta es encontrar una alternativa para generar electricidad más barata, y en eso ya están trabajando.

Una opción sería instalar paneles solares. El empresario adelanta que en este tema se están dando los primeros pasos al reunirse con especialistas en el tema para concretar los detalles del proyecto. «Por los vientos que soplan podremos tener al menos una solución parcial con la energía solar», subraya.

Azucareros buscan eficiencia

Para la Compañía Azucarera la Estrella, S.A. y Subsidiarias y Afiliadas (Calesa), continuar quemando petróleo en su proceso de producción se estaba haciendo insostenible. El renglón de combustible en sus gastos operativos ya llegaba a los 300 mil dólares al año. Razón de más para cambiar la hoja de ruta y apuntar al mejor aprovechamiento de la biomasa que se quemaba en sus calderas.

Los ingenieros de la compañía pusieron manos a la obra y, producto de una lluvia de ideas, decidieron implementar un sistema con el cual se pudiera extraer la humedad de la biomasa y no tener que utilizar un combustible suplementario. «Con las tecnologías disponibles hoy día se han podido automatizar las calderas, dosificar mejor el suministro del bagazo, monitorear la producción de vapor y evitar que éste se pierda, lo que ha permitido lograr que el consumo de petróleo sea prácticamente nulo», explica el representante de Calesa, Gaspar García de Paredes.

Utilizar este sistema en los últimos años les ha permitido ahorrar cientos de miles de dólares anualmente. Pabo, Molpasa y Calesa no son las únicas industrias panameñas que han visto en los combustibles alternos la respuesta a sus plegarias. El hecho de que Panamá no sea un productor de petróleo, obliga a depender de la voluntad de los que sí están en este negocio y que fijan los precios conforme a sus intereses, que no necesariamente van de la mano de las necesidades de la mayoría.

El utilizar estos carburantes no solo les reduce a las empresas la cuenta de gastos, sino que les ayuda a tener un menor impacto en el medio ambiente, cumpliendo de esta manera con la responsabilidad social empresarial.