Burbuja inmobiliaria comienza a desinflarse

Factores externos impactan en el sector inmobiliario

Venezolanos y los norteamericanos figuran como los mayores compradores
El precio por metro cuadrado asciende a 3 mil 600 dólares en las zonas exclusivas. /Foto Edward Ortíz
Johanna M. Camargo
jcamargo@estrelladepanama.com

El barril del crudo alcanzó ayer los 138 dólares, luego del incremento de las tensiones en el Medio Oriente y los temores por la interrupción de suministros desde Nigeria, que es uno de los mayores productores de petróleo de África.

Estas constantes alzas desencandenan nuevos aumentos en los insumos de la construcción, por ende en los precios de los bienes inmuebles, que llegan a oscilar entre los mil 800 y 3 mil 600 dólares por metro cuadrado en las zonas exclusivas de la ciudad capital.
Pero, no sólo el alza del crudo está impactando en el mercado hipotecario.
La derrota del presidente Hugo Chávez en el pasado referéndum donde el pueblo venezolano dio un rotundo no a la reelección y la crisis económica en los Estados Unidos han afectado de alguna manera las inversiones de los venezolanos y los babyboomers en el sector inmobiliario de Panamá.
Es un mercado variable, pero en los últimos cuatro meses la actividad se ha enfriado, reveló el corredor de bienes raíces, Héctor Chong.
El sector inmobiliario movió el año pasado unos 2 mil millones de dólares .
De acuerdo con Chong los venezolanos se sienten más seguros de que Chávez dejará la silla presidencial, lo que significaría el fin de su proyecto socialista, lo que ha provocado que muchos venezolanos decidan quedarse en su país.
José Boyd, presidente de la Asociación de Promotores y Corredores de Bienes Raíces (acobir), considera que el mercado imobiliario mantiene su dinamismo, sólo que ahora la nueva tendencia apunta hacia la adquisición de locales comerciales, casas de playas y residencias de campo, y los apartamentos como inversión han quedado como segunda opción.
Los venezolanos, estadounidenses, europeos y los canadienses son los mejores clientes inmobiliarios, sostiene Boyd.
«Es una industria que no se está cayendo, no se está acabando, contrario a esto está generando muy buenos resultados económicos para los panameños», afirma.
En lo que va del año, el 80% de los locales y galeras comerciales han sido comprados por venezolanos y un 20% en el área de apartamentos.
El año pasado los venezolanos adquirieron el 40% de los nuevos apartamentos en zonas más exclusivas del país.
El 60% del total de las ventas de los megaproyectos provienen de extranjeros, el otro 40% de panameños.

¿Para quién o quiénes son este millón de posibilidades?

PATRIA, MUCHO MÁS QUE COSAS BELLAS.

Raisa Banfield
Arquitecta y Ambientalista

Pasado el mes de la patria y en las postrimerías de otro año, atrás quedan los ecos de las dianas, los repicares de tambores y la imagen de nuestros jóvenes luciendo sus mejores galas para rendirle tributo a la panameñidad.

Como reflexión al finalizar un año de tanta “prosperidad”, podríamos decir, que el trabajo arduo y honesto, la práctica de los valores, la exaltación de nuestra cultura, el respeto por lo nuestro, son componentes importantes en la consolidación de la nacionalidad.

La ciudad vestida de fiesta, desbordante de luminarias y alegre decoración tratando de exaltar la imagen que nos hace Panamá. Una nación que se agita en medio de un crecimiento económico sin precedente e inversiones millonarias que sobrepasan expectativas jamás soñadas y grita a los cuatro vientos ¡que es soberana! Pero cuidado, tanto grito puede ensordecernos y tantas luces cegarnos y distraernos de la verdadera nación que estamos construyendo de espaldas al futuro. Porque en contraste con la ciudad vestida de fiesta, irrumpe la desnudez de las montañas en el corazón del corredor biológico Mesoamericano entre Coclé y Colón; sus ríos, otrora límpidos y plenos de especies, hoy son corrientes de lodo y sedimentación que ya no les generan sustento a las comunidades que de ellos se nutrían. Sus bosques maduros y de gran biodiversidad hoy devastados, dejan ver la tierra frágil y erosionada, lista para que de su destrucción, se extraiga el codiciado oro. Tesoro altamente custodiado por la naturaleza y que luego, libre de todo gravamen, se venderá al mundo sin retribución alguna para Panamá y dejando la secuela de contaminación y afectaciones a la salud de la población, modelo que se repite en cada país latinoamericano afectado por esta actividad.

¡Ahora somos dueños de nuestro futuro! Y por ello concesionamos nuestros ríos, inundando bosques protegidos, patrimonios de la humanidad, y desplazamos comunidades indígenas que poco pueden defender su cultura y tierra, de frente al desarrollo frenético y a la cultura del despilfarro energético que vivimos en la metrópolis.

Resulta hilarante hablar de soberanía, cuando en las revistas vemos como se vende Panamá lote por lote con atractivos enunciados como: Panamá 77,500km2 de ganancias! o “Aprovecha tu oportunidad. Aprovéchate de Panamá”

(www.concepthome.es/promociones/panama/panama.html)

Y para construir la nueva patria, con la bendición del Concejo Municipal, hemos dado luz verde a la destrucción de Bella Vista y con ésta, hemos borrado parte de nuestra historia e identidad, para darle paso a la competencia de grandes rascacielos que para algunos representan la personalidad de ciudad que Panamá nunca tuvo.

Ya son tan nuestros como el saos y la carne en palito, los rellenos que día a día destruyen hectáreas de manglares colonenses, favoreciendo las cada día más frecuentes inundaciones de la ciudad. Y luego nos preguntamos ¿cómo es que Dios nos ha olvidado y permite tamaño desastre?

Vienen de fuera y promueven el uso de nuestra máxima insignia patria, para ser emulada en forma de isla artificial y que sobre ella se construya una nueva ciudad de rascacielos sobre el mar, porque ya no hay suficiente tierra istmeña para la especulación inmobiliaria.

Un oleoducto que atravesará nuestros parques nacionales desde el atlántico al pacifico, será el proyecto que desde las entrañas de la madre patria, testimoniará al mundo el “Pro Mundi beneficio”

“Panamá un país de dos mares un millón de posibilidades” reza otra frase publicitaria en la misma página web antes citada. Pero me pregunto, ¿para quien o quienes son este millón de posibilidades?

Hacer Patria, no solo es vestir la ciudad de tricolor, recitar el juramento a la bandera y cantar a una voz “Alcanzamos por fin la victoria…” La Patria se construye implementando un plan de manejo de deshechos sólidos para las áreas rurales y urbanas, gestionando actividades económicas que generen divisas y se queden en forma productiva en las poblaciones, sin que estas impliquen estragos ambientales, sociales y paternalismos trasnochados; promoviendo políticas energéticas de ahorro y basadas en sistemas verdaderamente limpios y sostenibles; implementando planes y estrategias con visión integrada del territorio nacional. Talvez todo esto implique el desprendimiento de la idea reeleccionista persistente en cada partido político a corto plazo, pero de seguro generarán un uso sostenible y racional del recurso natural. Solo con visión a futuro, podremos cantarle a nuestra Patria “El progreso acaricia tus lares…”

Rubén Blades comienza a reinvindicar la letra de sus canciones

Los ambientalistas han criticado fuertemente al Ministro de Turismo durante su gestión, especialmente al inicio de la misma, debido a que en este tiempo su ministerio amparaba el mal llamado Turismo Residencial, que no es más que una figura inventada en España por los pillos de allá, que los pillos de acá importaron para hacer lo mismo que han hecho en los archipiélagos y costas de España: apoderarse de cada metro cuadrado del patrimonio colectivo de los españoles. La ley 2 que literalmente permite el negociado de nuestro patrimonio costero e insular se lo debemos al corrupto de Pedro y Benjamín pero también a Martín y por supuesto a Rubén, que obedientemente y con urgencia notoria aprobaron al pie de la letra el texto de esta ley escrita en un bufete de abogados que atiende negocios inmobiliarios de especuladores que desean cada metro cuadrado de nuestras prístinas islas y costas y para colmo nuestros diputados de gobierno y de oposición, como buenos primates, hicieron válido el refrán: Por la plata baila el mono, si no voto sí en el pleno no como.

En Panamá, los inversionistas inmobiliarios han querido hacer el negocio de su vida a costa del Patrimonio Natural y de atractivo turístico con proyectos residenciales o inmobiliarios que efectivamente son puro Real state estilo norteamericano, que en el caso de Panamá, está produciendo, literalmente hablando, la depredación y privatización de las mejores áreas naturales y de atractivo turístico reales, ello ha conllevado a la destrucción de la naturaleza y valores culturales y para colmo lo han colado como turismo con tal de acogerse a leyes de incentivo al turismo real que sí es beneficioso para el país.

El Estado a través de sus gobernantes está llamado a defender los valores y patrimonio colectivo de todos los panameños y una forma de hacerlo es justamente evitando que extranjeros, con buenos y con malos propósitos tengan titularidad sobre las mejores regiones y tierras del país, que al ser tomadas por estos ciudadanos, las convierten en espacios vedados a los nacionales so pretexto de Propiedad Privada.

Se han tomado y se siguen tomando lo mejor de nuestras islas y aquí no pasa nada. Ya ni siquiera el agua del mar en las islas Naos, Perico y Flamenco la podemos tocar, ya que todos las playas han sido privatizadas. Pipo Virzi con su cara de inocente le ha robado a los panameños, frente a su narices, la playita de Amador y la de Taboga. Un extranjero se ha robado la isla de Flamenco e impide el acceso a las costas. Este es la inversión y los inversionistas que queremos? No. Esta inversión hace mucho daño y es terriblemente egoísta y enajenadora, que ningún panameño serio debe permitir.

Para colmo narcotraficantes y políticos avivatos se han disfrazado de inversionistas para rematar nuestra tragedia. Y Martín como buen Chicago Boy, sólo dirá: la plata está por encima del honor y la dignidad nacional.

En buena hora Rubén Blades, comienza a reinvindicar las letras de sus canciones con su accionar en la vida pública al servicio de los ciudadanos a los que representa.

Sólo le queda echar por tierra la nefasta Ley 2 que vende mejor especulador inmobiliario nuestras playas y nuestras costas a cambio de míseros centavos para el fisco. Creemos que puede el liderazgo de defendernos de todos estos piratas del siglo XXI.

Nunca es tarde para actuar correctamente.

Ojalá algún la canción Patria, no nos cause náusea como nos ocurre ahora. Un día como el 31 de diciembre de 1999 la vitoreamos.

Burica Press, 19 de octubre de 2007

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Rubén Blades responde y aclara

10 DE OCTUBRE.Me siento obligado a responder el artículo firmado por el promotor inmobiliario estadounidense Sam Taliaferro, publicado en la edición del diario La Prensa del 5 de octubre del presente año, en el que expresa sus opiniones interesadas.Taliaferro no se ajusta a la verdad, al aseverar en su artículo que al inicio de mi gestión al frente del Ipat [Instituto Panameño de Turismo], contraté a un consultor español para un estudio sobre turismo, así como tergiversa la información al decir que se intenta cambiar la Ley 8, de incentivos al turismo. Tampoco es cierto, como dice, que yo quiero detener la industria del mal llamado «turismo residencial». Reto a Taliaferro a que pruebe estas aseveraciones, públicamente.Taliaferro es un atrevido, al decir que yo tengo ideas retorcidas.

Más retorcida parece su mente, y sus intenciones, cuando derrama su diatriba personal diciendo: «nuestro ministro no descansará hasta colocar el último clavo en el ataúd del verdadero turismo«. Es claro que intenta manipular la opinión pública utilizando argumentosfalsos y pedestres, con el propósito de hacernos creer que el negocio de desarrollos inmobiliarios es parte de la industria turística.¿De dónde surge la angustia de Taliaferro? Sus ataques personales se iniciaron cuando dije que el turista promedio no pasa más de 30 días en Panamá, o que existe diferencia entre el turismo y las inmobiliarias.Si Taliaferro tiene otros argumentos, que los presente y nos convenza a todos, pero con cifras. Por lo menos, debería explicar por qué quiere que sus clientes se queden viviendo en Panamá, como turistas.

En infinitas ocasiones he manifestado que no me opongo a los desarrollos inmobiliarios para segunda vivienda, que pueden ser complementarios al turismo. Lo que no puedo aceptar es que se inscriban como actividad turística, para utilizar incentivos fiscales que no les corresponden. Tampoco creo que sea conveniente que esos desarrollos ocupen las áreas de mayor vocación turística, privando al país de la oportunidad de incrementar el turismo, que a largo plazo es más productivo para el país, pues su derrama económica alcanza a más gente y sus beneficios se extienden en el tiempo.El verdadero turista, señor Taliaferro, es el que viene y se va, dejando el cupo abierto para que otro entre y beneficie nuevamente la economía. Más de un millón de turistas llega a Panamá cada año, y estamos seguros de que una ínfima parte de esos turistas tiene casas en Panamá.

El turismo es una actividad que no tiene límites, porque no agota la fuente de ingresos; el desarrollo inmobiliario, lo que se conoce como boom, es una burbuja que en algún momento explosiona y se acaba. Prueba de ello es el grave problema que sufre hoy la economía norteamericana, por la caída de la industria inmobiliaria estadounidense.Señor Taliaferro: no es usted, ni sus negocios ni sus intereses personales los que van a determinar las leyes panameñas, las estrategias nacionales de turismo, o la planificación económica de nuestro país. En Panamá respetamos los derechos ajenos y recibimos con afecto a los visitantes, así como también a los que deciden venir a compartir su vida con nosotros. Si usted cree que Costa Rica es mejor que Panamá, ¿por qué no se quedó allá?Respete al país que le ha dado casa y fortuna, señor Taliaferro.

Rubén Blades
Gerente general del Ipat


Artículo aludido por Rubén Blades

Cuestionan opinión sobre desarrollo del turismo

28 DE SEPTIEMBRE.Un artículo publicado en La Prensa el jueves 27 de septiembre titulado «Reajuste a la Ley 8 podría generar discrepancias» nos ofrece un adelanto de los cambios que vienen en la ya existente ley de incentivos al turismo. Nuestro ministro de Turismo [Rubén Blades, gerente nacional del Instituto Panameño de Turismo] deja claro que él desea cambiarla para evitar que los promotores se aprovechen de la ley para conseguir exoneración de impuesto para condominios/hoteles o los tiempos compartidos.

Nuestro ministro no descansará hasta colocar el último clavo en el ataúd del verdadero turismo.Cuando el ministro asumió su cargo contrató a un consultor español para que hiciera un estudio de turismo en Panamá y luego entregaría un reporte recomendando cómo el país debería desarrollarse. Él pasó varios días en el interior del país y si mal no recuerdo, estuvo un día en Boquete. Durante varias semanas los diarios publicaron su estudio, el que dio advertencias de que Panamá se dirigía hacia un desastre, igual que pasó en la costa de España, debido al turismo residencial.

El ministro se tomó esto a pecho y ha hecho lo posible por detener esta industria basado en la opinión de un solo asesor. En vez de mirar a nuestros vecinos de Costa Rica y tomar en cuenta las verdaderas ventajas del turismo residencial, contrató a un consultor español cuyas ideas retorcidas se parecen a las de él. Este es un ejemplo clásico de un ciego guiando a otro ciego.Ninguno de ellos comprende las diferencias entre los dos países y el efecto beneficioso que el turismo residencial tiene para Panamá. España es un país muy desarrollado donde el estándar de vida del español es igual o superior al de los países de donde el turista residencial está llegando. No tienen el desempleo «verdadero» de más del 20%, ni 40% de su población vive en extrema pobreza como en Panamá.

En los últimos años, ha habido abusos de parte de promotores españoles y políticos que, han lastimado la imagen de la industria. Pero por más de 20 años España ha tenido una expansión del turismo residencial, generando increíbles ventajas económicas que han transformado positivamente a su país y puedo apostar que, no desean cambiar eso.Los turistas residenciales de Norteamérica y Europa que se establecen en Panamá crean millares de trabajos y traen más que dinero. Hemos presentado estudios que demuestran estas ventajas, pero nuestro ministro no quiere hacerles caso, tiene su propia agenda y ninguno de los dos ha consultado con los que han invertido en Panamá, ya sean extranjeros o locales.

Sam Taliaferro
Promotor de Valle Escondido, Boquete