Minería pirata se toma los ríos y el ambiente

COLÓN Y DARIÉN. BANDAS DE COLOMBIANOS.

Resurge saqueo de oro

Por falta de apoyo policial, uno de los operativos para desmantelar las bandas fue cancelado este año.

Ambientalistas advierten de que los daños que causa la minería ilegal son iguales a los de la minería industrial.

Rafael E. Berrocal R.
Unidad de Investigación

rberrocal@prensa.com

En Panamá, no solo la minería industrial ha encontrado espacio, también la ilegal. Ambas, impulsadas por la subida que ha tenido el precio internacional de los metales, entre ellos el oro, que se cotiza en 905 dólares la onza.

En la estación seca que recién termina, resurgieron las bandas organizadas de colombianos que han estado extrayendo oro de forma clandestina en varios ríos del país: Caimito y Belén, en Colón; y Tucutí, Pito, Balsa y Cupe, en Darién.

La Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) y el Ministerio de Comercio e Industrias cancelaron, por falta de apoyo policial, un operativo para desmantelar los campamentos que se construyeron en el río Belén, límite entre la provincia de Colón y Veraguas.

Natalia Young, directora de Protección de la Calidad Ambiental de la Anam, dijo estar enterada del problema y que se coordina con los estamentos del Estado una estrategia para combatir a estos grupos considerados «mineros piratas».

Ariel Rodríguez, biólogo y activista ambiental, señaló que los daños que causa al medio ambiente la minería pirata son iguales a los que deja la minería industrial, ya que se usa mercurio y cianuro para separar el oro de los otros minerales, y luego descargan esos químicos en los ríos donde operan. «No hay control, esto ya es anarquía», afirmó.

la nueva fiebre del oro. ADVIERTEN QUE EL DAÑO AMBIENTAL ES GRAVE e irreparable.

Minería pirata se toma los ríos

Con precios que alcanzan los 905 dólares la onza en el mercado internacional, la minería ilegal de oro ha cobrado fuerza en Panamá. La actividad la realizan grupos colombianos que han lanzado amenazas contra las autoridades.

En las áreas donde se reporta que hay minería ilegal, se ha comprobado también la actividad de narcotráfico y trasiego de armas, según información del Consejo de Seguridad.

CORTESÍA/Geo Info
LOS INFRACTORES. Vista aérea de campamentos de minería pirata en el río Belén, límite de Colón con Veraguas. La foto fue tomada en diciembre pasado por el equipo de ‘Geo Info’.

Rafael E. Berrocal R.
Unidad de Investigación

rberrocal@prensa.com

La que ha sido considerada como la nueva fiebre del oro en el mundo, disparando los precios del metal a niveles récord, ha ocasionado en Panamá el resurgimiento de bandas organizadas de colombianos que se dedican a la extracción ilegal del metal dorado en ríos que se encuentran en zonas boscosas y apartadas del país.

A 905 dólares la onza en el mercado internacional, la piratería de oro ha cobrado fuerza.

Las autoridades panameñas saben del problema, pero su capacidad de acción sobre la minería clandestina es poca.

En abril pasado el Ministerio de Comercio e Industrias, la dirección de Migración y la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) intentaron hacer un operativo para desarticular los campamentos que hay en la orilla del río Caimito, en Colón, pero la Policía Nacional no confirmó su participación y la misión fue cancelada por falta de seguridad.

Los sitios de donde se está sacando oro de manera ilegal están identificados: los ríos Caimito y Belén, en Colón; y Tucutí, Balsas y Cupe, en Darién.

Informes del Consejo de Seguridad revelan que se trata de un negocio ilegal, controlado por los colombianos, el cual se mezcla con un problema de tráfico de drogas y armas.

En el área casi no hay población y menos presencia policial. El puesto policial más cercano a los ríos Belén y Caimito está en la población de Miguel de la Borda, a 180 kilómetros de distancia, y no tiene servicios de telecomunicación.

Llegar al lugar donde opera la minería pirata es complicado, y es necesario bordear la costa hasta la desembocadura de los ríos y luego se debe recorrer toda su orilla.

En diciembre del año pasado se tomaron nuevas fotos del área problemática, identificando varios campamentos de extracción de oro ilegal en el río Belén, confirmaron las autoridades.

«Hemos estado recibiendo múltiples denuncias sobre la extracción de oro de forma artesanal», señaló Natalia Young, directora de Protección de la Calidad Ambiental de la Anam.

Los daños son drásticos: toda la vida animal en las aguas cercanas a los campamentos muere o desaparece. La actividad va acompañada de un problema de deforestación y destrucción de las riberas naturales de los ríos.

Los mineros piratas utilizan bombas de agua para destruir las orillas de los ríos en donde hay mayor posibilidad de que se concentren pequeñas partículas de oro provenientes de las montañas.

Para separar el oro de los otros minerales –según reportes de la Anam– los piratas aplican mercurio y cianuro de contrabando, lo que contamina las aguas de los ríos donde operan.

Partícula a partícula, el oro es acumulado para comercializarlo en el mercado negro. «Es sumamente difícil dar con los infractores ambientales. No hemos podido abrir los procesos administrativos correspondientes, pero sí hemos podido comprobar el daño ambiental que causa esta actividad ilegal», agregó Young.

Indicó que todos los reportes han sido enviados a las instituciones que tienen que ver con el tema, a fin de establecer «una estrategia mucho más eficaz para controlar la actividad».

La dirección regional de la Anam en Colón informó que en el último operativo que realizó, decomisó siete bombas de aguas utilizadas para la extracción ilegal de oro.

También se encontró parte del oro que había sido sacado de estos ríos, pero la Policía Nacional lo reportó como perdido «debido a que el bote donde era transportado se volcó», informó la regional.

Empresas privadas que sobrevuelan el área, entre ellas Minera Petaquilla, han sido amenazadas por los mineros piratas de que sus helicópteros serán derribados.

UNA LUCHA PERDIDA

Los ambientalistas afirman que el daño que causan estos campamentos de mineros piratas es «terrible», porque es una actividad a gran escala y no controlada, diferente a la que realizan algunos grupos de campesinos o indígenas en Azuero y otros lugares, quienes no utilizan mercurio.

Ariel Rodríguez, biólogo y activista ambiental, manifestó que la minería ilegal es tan nociva como la industrial.

«Contamina los ríos y quebradas. Contribuye a la deforestación, a la cacería ilegal y genera problemas sociales», dijo Rodríguez.

Señaló que la lucha ambiental en Panamá está «casi perdida», ya que la minería en general está descontrolada en el país, sin importar si es ilegal o no.

«Es un problema de inacción, acción y corrupción de parte de las autoridades. No hay ningún tipo de control, esto ya es anarquía», comentó el ambientalista un tanto frustrado.

Mario Pineda, geólogo y ambientalista, también coincide con Rodríguez y sostiene que el impacto en la flora y la fauna de los lugares donde opera la minería ilegal es notable a simple vista por la devastación que deja.

Pero también el uso de mercurio y cianuro causa alta contaminación. Explicó que muchos de estos grupos utilizan la técnica de la sartén de metal, donde calientan el mercurio con el mineral para separar el oro de sus impurezas.

El mercurio no es tóxico al tacto, pero sí al evaporarse. Mientras que el cianuro es tóxico de cualquier forma.

«Es la misma técnica que tenían los españoles cuando llegaron a América», sostuvo Pineda.

El ambientalista dijo estar informado de las amenazas de los mineros piratas contra la fuerza policial y personas de las comunidades del área.

«Antes del año 1990, la actividad era más controlada, pero ahora nadie se atreve a detenerlos», comentó Pineda.

Otros casos

No es solo Panamá la que sufre la minería pirata impulsada por colombianos.

También en Venezuela se han reportado diferentes casos, pero a mayor escala, según reportes oficiales.

Incluso se han identificado campamentos de minería ilegal en los límites de concesiones legales para extraer oro.

Pero en el país bolivariano, el ejército se ha tomado el trabajo de combatir la minería ilegal ya que han encontrado resistencia armada de los grupos dedicados a esta actividad.

En lo que va de este año, la Agencia Bolivariana de Noticias reportó que las autoridades ha detenido a más de 600 mineros piratas, en su mayor parte extranjeros provenientes de Brasil, Colombia y Guyana.

El Ministerio de Gobierno y Justicia de Panamá informó que parte de las misiones que tendrá el nuevo Servicio Nacional Aeronaval será el combate a la minería ilegal a través de monitoreos aéreos y marítimos. La entidad se encuentra en formación y podría estar operando en octubre.

En Panamá, las áreas donde se reporta minería ilegal se ha comprobado también la actividad de narcotráfico y trasiego de armas, según información del Consejo de Seguridad.

Concesiones de extracción artesanal

La minería pirata o ilegal está diferenciada de la minería artesanal en Panamá, la cual sí es autorizada por el gobierno. Los grupos indígenas del país tienen la opción de mantener sus costumbres y vestimentas con acabados de oro.

Argollas, aretes y otros accesorios son confeccionados con el oro extraído mediante la llamada minería artesanal que realizan grupos indígenas como los kunas, Emberá Wounaan y los Ngöbe Buglé. Pero la minería artesanal también abre la puerta a grupos urbanos, pero tradicionales, como los santeños para la confección de los accesorios de oro del traje típico: la pollera.

El Código Minero, en sus artículos 17 y 273, regula la minería artesanal y establece los parámetros de cómo puede ser explotada.

En 2007 se otorgaron 10 permisos para el desarrollo de esta actividad en lugares específicos en la provincia de Darién, Azuero y Colón. La dirección de Recursos Minerales del Ministerio de Comercio e Industrias señaló que todas las concesiones dadas están ubicadas en comarcas indígenas.

La institución sostiene que cada permiso es monitoreado periódicamente para verificar que se cumplan las normas. Cada permiso solo tiene una vigencia de un año para evitar una explotación masiva o descontrolada en los ríos, algo que no han podido regular con los grupos extranjeros que se encuentran en el país.

Según el Mici, a estos grupos indígenas se les prohíbe utilizar mercurio y otros químicos para sacar el oro. «Ellos lo hacen mediante el sistema tradicional que utilizaron sus antepasados, a punta de batea (coladera), nada de químicos», dijo un vocero de la institución.

GALERIA DE FOTOS DE MINERÍA INDUSTRIAL ILEGAL EN PETAQUILLA

Fuente de fotos:

MINERIA CERRO PETAQUILLA A CIELO ABIERTO EN CORREDOR BIOLOGICO