Nasos atrapados en su propia tierra

Los naso, enlatados en su propia tierra

Por Paco Gómez, Panamá en ruta

Camino a San San Drui nos cruzamos con un vehículo policial ‘todoterreno’ acompañado de un par de carros más con agentes de la Dirección de Investigaciones Judiciales, la corregidora y algún funcionario despistado más. Ya sabíamos que la visita sorpresa a esta comunidad naso no podía ser buena. Al llegar, la comunidad nos recibe con amabilidad y nos cuenta que han venido a amenazarlos: después de carnaval serán desalojados de sus tierras. Como siempre, la Ganadera Bocas (Mario Guardia) pretende ganar la batalla y exige que los indígenas abandonen estas tierras, en pleito desde hace décadas pero ocupadas, mantenidas y trabajadas por los naso todo ese tiempo.

No doy los nombres de los vecinos porque prefieren guardarlo, pero sí les diré que están dispuestos a ir hasta la última. Una mujer, fuerte, decidida, de palabras contundentes, lo expresa sin ambages: “Si creen que las flechas son de decoración están listos. A mi no me sacan de acá”. El hermano de esta garantía de mujer, tiene otro símil: “Esa gente de Ganadera Bocas tiene una fiebre de tierras y yo tengo la pastilla para bajársela, ojalá no haya que utilizarla”.

La situación es tensa, y el rey Naso, Valentín Santana (en pugna con el otro rey, sobrino de él, Tito Santana), me dice que para ellos solo hay un objetivo, que el gobierno y la Asamblea Nacional den vía libre a la nueva Comarca Naso, 112 mil hectáreas que les permitirían demarcar territorio y defenderse mejor porque, ahora, están como “sardinas enlatadas”, rodeados por empresas y sin Estado que proteja.

El día ha sido de sol, agua y barro. En la mañana, acompañado por dos jóvenes líderes naso, Eliseo y Reynaldo, remontamos el corrientoso río Teribe en dirección a Bonyik, la comunidad en la desembocadura del río Bon que ya está viendo los efectos de un proyecto de hidroeléctrica de Empresas Públicas de Medellín (Colombia). Aquí ha habido enfrentamientos con la policía, balas, quema de maquinaria y muy poco entendimiento.

La propia división del pueblo naso, con dos líderes, favorece el enredo, pero, por lo que pude ver, la actitud de la empresa no ayuda. Una carretera que atraviesa lugares poblados, desvío del río en puntos que afectan a la comunidad, incluso mortandad de peces antes siquiera de empezar a construir la represa.

Esteban Durán y su hermano Teódolo son de los más afectados por la carretera. No piensan rendirse y relatan la odisea que ya dura dos años a la sombra de un palo y con el ruido de fondo de la maquinaria pesada que revienta roca en una loma vecina. “Vender a la tierra es como vender a la madre”, asegura Teódolo sin pestañear. Esteban, algo más rudo y directo, amenaza: “A este perro lo van a ver muerto, pero sin salir de este potrero”.

Como siempre que uno visita este tipo de comunidades, expuestas a estos gigantes, queda la sensación de pequeñez como periodista. Ellos creen que de algo sirve que yo llegue hasta allá y los escuche para contar su historia, yo siempre les digo que no se hagan ilusiones que lo único que tienen es mi hermandad porque cada vez más los poderosos hacen oídos sordos a las denuncias públicas. Sin embargo, siento que venir, compartir con ellos, hablar, compartir, ya es parte de la solución: crear un tejido de solidaridades que algún día les permita reaccionar ante el siguiente abuso.

Ustedes ya son parte de esa madeja.

Buenas noche

Pueblo Naso rechaza imposición del Gobierno sobre sus tierras y gobernabilidad

Comunidad de Sieyllik

Territorio Naso

Provincia de Bocas del Toro

República de Panamá

Declaración del Pueblo Naso

Frente al proyecto de ley 411 aprobado en la Asamblea Nacional sobre “Tierras Colectivas Indígenas”

12 de diciembre de 2008

El Pueblo originario Naso, y su máxima autoridad legal tradicional SM. Rey Valentín Santana, debidamente facultado por su pueblo para ostentar este cargo según lo establece nuestra estructura político tradicional de nuestro pueblo y reconocido por la Asamblea general del pueblo Naso quien es el máximo órgano de consulta para la toma de decisiones trascendentales, queremos manifestar de manera clara y objetiva al gobierno panameño y a todas las instancias de derecho y defensa de los pueblos originarios del mundo nuestra oposición, total rechazo y repudio absoluto a la reciente ley sancionada por el gobierno panameño y mal llamado (“propiedad colectiva de tierras de los pueblos indígenas”), el cual atenta, usurpa y viola totalmente los verdaderos principios legales, tradicionales y originario de nuestro pueblo y territorio ancestral Naso irrespetando y atentando de esta manera con nuestros derechos que es nuestra herencia y que el gobierno esta en la obligación de respetar.

1. Que el Territorio ancestral Naso ha sido ocupado por épocas milenarias desde antes de la creación del estado panameño por el Pueblo originario Naso, este es uno de los pueblos originarios que se ubica en la cordillera de Talamanca y que también es reconocido a nivel mundial por ser la única y última monarquía existente y reinante en América Latina.

2. Que en el devenir de los años, nuestro pueblo y nuestro territorio están sufriendo serias amenazas en nuestro entorno natural, sociocultural, económico y político debido a nuestro incierto estatus jurídico especialmente en el tema de la tenencia de la tierra y de los recursos naturales con los que allí contamos y que constituye nuestra herencia y nuestro patrimonio.

3. Que el Pueblo Naso lleva más de 35 años luchando y solicitándole al gobierno infructuosamente la creación de nuestra Comarca que proteja nuestro territorio de invasiones externas y que nos permita tomar decisiones de acuerdo a nuestras propias costumbres, tradiciones y estructura político-tradicional para de esta manera evitar nuestro aniquilamiento y desaparición total.

4. En la actualidad nuestra población originaria y nuestro territorio ancestral, está siendo seriamente amenazada por la presencia de consorcios empresariales multilaterales que con el apoyo de algunos funcionarios políticos e inescrupulosos del actual gobierno panameño pretenden adueñarse de nuestra herencia.

5. Que en carta dirigida al HD. Bernardo Abrego el 27 de marzo de 2008 nosotros manifestamos nuestro rechazo a que nuestro territorio fuera considerado dentro del proyecto de ley tierras colectivas por obvias razones y considerar que no llenaba las expectativas a la reivindicación del Pueblo Naso, ni las consideraciones básicas establecidas tanto en la Constitución panameña como también en el derecho originario internacional.

6. Que en meses pasado realizamos una manifestación pública en las calles de Changuinola para manifestarle a las autoridades de gobierno local que lo que el Pueblo Naso desea es la aprobación de la ley que establece la creación y jurisdicción de la Comarca Naso Tjër-Di, y no ser incluidos en la ley de “tierras colectivas indígenas” como si nuestra opinión y participación en este proceso para defender nuestro derecho y exigir que se respete nuestra aspiración no contara.

7. Que durante el encuentro de autoridades de los Pueblos originarios de Panamá realizado el 15 de noviembre de 2008 en la Comarca Kuna Yala, todas estas autoridades tradicionales de los pueblos originarios manifestaron que si bien se debía aprobar la ley 411 para el beneficio de nuestros hermanos y de su pueblo Embera, esta se debía hacer excluyendo al Pueblo Naso, cuya aspiración es la creación de nuestra Comarca.

8. Que durante el segundo debate del anteproyecto de Ley 411 se introdujo de manera completamente inconsulta el artículo 17 donde se refería específicamente a la creación de un “corregimiento comarcal del teribe”, figura que nunca antes había sido discutido con ninguno de los pueblos originarios ni con sus representantes político tradicional ni mucho menos con sus representantes legales y en el caso especial con el pueblo Naso

9. Que esta inclusión que consideramos mas que ilegal inconstitucional, se realizó precisamente en los momentos en los que pasábamos por una crisis por las inclemencias del tiempo en el cual hubo inundaciones en nuestra provincia, este evento hizo que se imposibilitara nuestra debida participación para manifestar nuestra oposición a esta ley.

10. Que el artículo 17 viola el Articulo 127 de la Constitución Nacional y también normas internacionales que protegen los derechos de los pueblos originarios como la Convención Interamericana de Derechos Humanos y la Declaración de las Naciones Unidas sobre Pueblos Indígenas. La figura de corregimiento comarcal nunca fue consultada con la población Naso afectada, a pesar de que el Gobierno tenía financiamiento del Banco Mundial para la elaboración de este anteproyecto a través del Programa Nacional de Administración de Tierras (PRONAT).

11. Que la figura de Corregimiento Comarcal no solo no fue consultada, sino que impide el desarrollo de nuestro derecho a la auto gobernabilidad, porque le niega poder real en el territorio a nuestras autoridades político tradicional al mantenernos aún como corregimiento dependiente del Distrito de Changuinola. Simplemente se continúa con una situación que ya hemos rechazado desde 1998 cuando se nos impuso el corregimiento del Teribe contra nuestra voluntad. Esta ley cambiaria la forma de elegir nuestras autoridades político tradicional, introduciendo un nuevo paradigma occidental que no respeta la manera tradicional. Cambia y viola totalmente las costumbres y cultura ancestrales y las autoridades tradicionales pierden toda su autonomía.

12. Por ello, le exigimos al presidente de la republica Martín Torrijos que de un veto parcial al proyecto de ley 411, exigiendo que se elimine el artículo 17 de la misma y que este proyecto se apruebe como una ley del territorio ancestral de nuestros hermanos de las comunidades originarias Emberá, que son los que lo han pedido no así nuestro pueblo Naso.

13. Es importante señalar que ninguno de los representantes político tradicional de los territorios ancestrales de nuestra republica están de acuerdo con esta imposición que le ha hecho el gobierno panameño a nuestro pueblo Naso.

Dado en la ciudad de Changuinola, Bocas del Toro el 11 de diciembre de 2008.

Firmamos en alusión a nuestra posición frente a esta ley.

Atentamente,

SM. Sr. Valentín Santana

Rey del Pueblo Naso

Sr. Adolfo Villagra S.

Presidente

Dirigencia Naso

Sr. Jorge Gamarra

Dirigencia Naso

Sr. Luis A. Gamarra

Dirigencia Naso

Cc:

* A todas las instancias del gobierno panameño.

* Organismos internacionales de defensa de los pueblos originarios del mundo.

Pueblo Naso traicionado por el gobierno

Pueblo Naso rechaza ley sobre tierras colectivas

José Quintero De León
jquintero@prensa.com

El pueblo naso se sintió traicionado con la introducción de un artículo nuevo en el proyecto de ley 411, para la adjudicación de la propiedad colectiva de tierras de los pueblos indígenas que no tienen comarca.

El artículo 17 del proyecto de ley, que fue aprobado ayer en tercer debate en la Asamblea Nacional, crea un Corregimiento Indígena Comarcal para el pueblo Naso, en el distrito de Changuinola, Bocas del Toro.

Esto, según Félix Sánchez, asesor del rey Valentín Santana, máxima autoridad del pueblo Naso, se hizo a espaldas de ese grupo indígenas. La aspiración de la etnia, desde hace 38 años, es crear una comarca para los pueblos naso y para los bri-bri.

En tanto, los diputados indígenas Bernardo Ábrego, Patricio Montezuma, Rogelio Alba Filós y el cacique emberá Leovigildo Doviaza, se tomaban fotografías con las autoridades de Gobierno y Justicia –que impulsaron la ley–, satisfechos por la aprobación del proyecto.

Según los diputados, se cumple con el artículo 127 de la Constitución, de garantizar el uso de tierras a los pueblos indígenas, sobre todo a los emberá, que quedaron excluidos cuando se crearon las comarcas.

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No hay peor cuña que la del propio árbol.  Los indígenas diputados que hicieron este abominable acto de traición e irrespeto al Pueblo indígena Naso, el pueblo indígena más autóctono de Panamá,  han tenido el descaro de introducir a última hora cuando ya no había manera de discutir la conveniencia de este artículo y de manera arbitraria, al mejor estilo dictadura, le han impuesto una forma territorial a los Nasos que evidentemente los deja a merced de los que ellos siempre han luchado, los mercaderes que desean quitarles sus tierras para proyectos ganaderos e hidroeléctricos en la zona. La mano siniestra del Diputado Benicio Robinson de Bocas del Toro está detrás de todo esto, que manipula a los corruptos diputados indígenas en la Asamblea Nacional para lograr sus innobles propósitos.

Que el pueblo Naso declare non grato a estos traidores sería lo mínimo que requieren estos diputados, que le siguen el juego sucio que ha instaurado el gobierno actual, que se ha doctorado en hacer camarones para favorecer oscuros intereses de grupos.  El reciente cambio a la ley de Coiba es el anterior caso, donde el juego vivo o corrupción en la aprobacion de leyes, esta por encima de los caros valores nacionales.

Qué abominables diputados dicen representar al pueblo!  Pobre pueblo panameño!

El pueblo Naso sabrá darle una lección a estos traidores de la patria y los destinos indígenas.

La pregunta es qué diputado negoció con quién esta inclusión tardía de este artículo que traiciona a los Nasos.  Si hubiera justicia real en Panamá estos actos de corrupción se pagarían con cárcel.

Qué país tan chico para ser tan corrupto en todo!

Burica Press

Alto a la violación a los derechos humanos de los Nasos en Bocas del Toro

Alto a la violación de los derechos humanos de los Nasos

Por: Ariel R. Rodríguez

Académico, Universidad de Panamá

Los teribes o nasos tjer di es un grupo indígena bien definido y compacto que se conoce desde que los primeros exploradores españoles penetraron por la región bañada por el Río Teribe y sus afluentes. Habitan estas tierras previo a los registros escritos del área. Su dominio territorial incluía la Isla de Toja o Isla Colón en lo que hoy es Bocas del Toro.  Desde siempre han sido considerados como pueblos «belicosos» dada su férrea y notable fiereza en la defensa de su territorio, no sólo contra los invasores españoles, si no contra otras tribus de la época como los changuenas y los talamancas que habitaron los márgenes del Río Sixaola.

Según las datos históricos aportados por José Manuel Reverté, antropólogo panameño, los nasos fueron una «tribu» numerosa, «hasta de diez mil indios» (sic) en la época en que Cristóbal Colón llegó a las costas de Bocas del Toro, hasta quedar reducida por las diversas circunstancias hasta llegar a la mínima cifra de unos 400 individuos para mediados del siglo veinte.  Hoy se estima que los nasos tienen una población de un poco más de tres mil quinientas personas, asentadas en la cuenca baja del Río del Teribe y otra que ha migrado a la comunidad bananera de Changuinola.

Es considera como una población amenazada desde el punto de vista étnico y cultural ya que ante un embate cultural occidentalizado sobre el área es muy posible que se pierda definitivamente la lengua, tradiciones, costumbres y cultura Naso, tal y como está ocurriendo con miles de culturas autóctonas en diferentes partes del mundo.  Los nasos por supuesto que sí tienen derecho a definir su rumbo cultural, pero ello, si ocurre debe ser espontáneo y no impuesto por circunstancias ajenas a sus propios intereses.

En Panamá el Estado por lineamiento unilateral y antidemocrático del gobierno de turno, decidieron desde hace más de dos años que no avalarán o aprobarán el reconocimiento territorial de pueblos indígenas bajo el orden jurídico autonómico de comarcas, tal y como la tienen los Emberás de Panamá Este y Darién, los Ngobes Buglés de Panamá occidental y los Kunas de Panamá Este y del nororiente. Los racistas incrustados en el gobierno y periodistas gastos pagos han hecho un enorme daño en este aspecto y hoy para aparentar bondad han promovido la figura jurídica de tierras colectivas no autónomas! Paradójicamente diputados indígenas se han prestado a semejante traición contra los Nasos al pedir la suspensión del proyecto de ley de creación de la comarca Naso hace dos años.

Responsabilizamos al Presidente Martín Torrijos Espino de la suerte del pueblo Naso frente al proyecto hidroeléctrico Bonyic, ya que él debe saber que allí se están violando los derechos humanos de los nasos, por negarse a reconocer los ancestrales derechos territoriales de este pueblo y por concesionar arbitrariamente sus tierras, bosques y aguas a empresarios, por encima del consentimiento libre, previo e informado, tal y como se entiende en el derecho internacional que lo consagró.

Los nasos tienen el derecho a decidir la suerte y destino de sus tierras y aguas y el futuro de su cultura una vez tengan una Comarca con autonomía bajo sus autoridades tradicionales y reine sin menoscabos sobre este hermoso territorio los reyes nasos y su consejo de gobierno. Hacer esta decisión bajo la presión de grupos de poder externos, políticos o económicos o por prebendas es un violación directa de sus derechos humanos.

Este primer artículo sobre este tema de lo que ocurre en Bocas del Toro lo hemos abordado de manera muy suscinta con tal de abrir un debate al respecto de estos temas trascendentales en el país que pasan desapercibos en un pueblo mediatizado por los reality show y las novelas. Qué pena!

Los indígenas mexicanos de Bocas del Toro

LOS INDIOS MEJICANOS DE BOCAS DEL TORO

José Manuel Reverte*
Academia Panameña de Historia

Hemos mencionado en varias ocasiones en el curso de este estudio la existencia en Bocas del Toro de indios mejicanos.

La primera noticia que tenemos se debe al propio Hernán Sánchez de Badajoz quien hizo al parecer amistad con ellos. La Fortaleza de Marbella que construyó sobre la Loma de Corotapa, estuvo situada en el territorio que ellos habitaban en el Valle del Duy que más tarde se llamaría por tal motivo «Valle del Duy y Mexicanos».

Los indios que acompañaban a Badajoz llamaban chuchumecas o chichimecas a los indios que trajo Rodrigo de Contreras consigo al Istmo. Probablemente porque hablaban una lengua náhuatl. Recuérdese que Contreras trajo 250 indios de Nicaragua para reforzar su pequeño ejército de 100 soldados.

Noticias más precisas se encuentran en las relaciones hechas por el Adelantado Juan Vázquez de Coronado al presentar sus méritos ante Su Magestad (140). En la pregunta No. 20, dice: «Por noticia quel dicho General tuvo estavan poblados ciertos indios mexicanos cerca de la dicha provincia de Ara, en el Valle de Coaza, a costa de mucho travajo, aunque ellos mucho procuraron disimularlo y encubrirse, los descubrió y como a los demás hizo dar la obediencia a S. M. é asimismo les dio orden como entre sí políticamente se oviesen é tratasen …»

El Capitán Diego Caro de Meza, aclara la pregunta, No. 19 de la Probanza haciendo mención de la existencia de un cacique de nombre YSTOLI ó YZTOLIN, «cacique mexicano» que también fue mandado curar por Vázquez de Coronado de una herida que tenía en la mano, de la que sanó gracias a los cuidados que le dieron.

Confirma la existencia de un grupo de indios mexicanos que como se dijo vivían en el Valle de Coaza (entre el Río Sixaola y el Río Changuinola) (Tarire y Tilorio), cuyo señor natural era precisamente el cacique YSTOLI al que en su propia lengua, náhuatl, o mejicano, con ayuda de unos intérpretes nahuatatos logró explicar sus propósitos.

Todos los testigos de la Probanza confirman la existencia de indios mejicanos en la región.

En un documento al que ya se hizo mención (141) del mismo año de 1564, se dice que el 19 de febrero, llegó al poblado de Ara o Hará donde se hallaba Vázquez de Coronado con su gente, «el cacique YZTOLIN mexicano, cacique de los chichimecas, comarca del pueblo de Hará, el qual dixo por lengua de Lucas Descebar, naguatato, quél venía a ver lo quel dicho General mandava… el qual dicho vasallaje dio a su nombre y de los demás chichimecas mexicanos que están en el Valle de Coaza».

En una carta del Gobernador de Veragua, D. Iñigo de Aranza (1595) (142) dice así:

«En la tierra que llaman DUY, hay más de 6.000 indios de guerra, y ay noticia que tienen su trato con los de México que allí quedaron cuando les tomó la voz de la entrada primero de los españoles, habiendo ido ellos por el tributo de oro que aquella provinzia dava a Montezuma».

Con estas líneas se confirma lo que sólo eran conjeturas en el capítulo V, es decir que en efecto, los mejicanos de Yztolín eran un grupo de recaudadores y su cuerpo de protección y sus descendientes que habiendo sido sorprendidos en el Istmo, lejos de Méjico cuando Cortés atacó en forma fulminante al imperio azteca, prefirieron quedarse donde estaban al tener malas noticias, y quizás noticias de la propia muerte de Moctezuma, y allí permanecieron por años, protegidos por los indios de la región, con los que se mezclaron hasta que fueron descubiertos por los españoles que más tarde o más temprano penetraban por los lugares más recónditos en su afán de explorar y someter rápidamente los territorios de América, el Nuevo y siempre interesante mundo que tenían ante sí.

Y nos hace pensar también este párrafo en una cierta forma de sometimiento a la fuerza del Imperio azteca por parte de los indios bocatoreños, por parte de las tribus de la región Norte de Panamá.

Siendo en el año de 1603, Gobernador y Capitán General de Veragua, Cpclé y Duy y Guaymí, D. Juan López de Siqueyro, escribe al Rey lo siguiente (143):

«Por la Bahía del Almirante en una provincia rica de oro que se llama del DUY, ques desta Gobernación de Veragua en la guarda raya de la Costa Rica y Nicaragua que confina con ellos, y los naturales della se llaman los mexicanos».

En 1617, el Capitán Diego del Cubillo (144) llama a la Provincia «Valle del DUY y Mexicanos», y menciona el hecho de que aún está sin reducir.

Por su parte, Juan de Estrada Rávago en 1573 (145) dice que:

«El gran Rey Montezuma envió sus ejércitos a Costa Rica, en demanda de dicha provincia… y así queda hasta hoy día — y ha visto reliquias de sus soldados y ejércitos que se llaman nauatatos».

Todavía más, el Obispo de Panamá Fray Francisco de la Cámara dice en una carta (146) probablemente del año 1620, refiriéndose a los indios que habitaban el Río de Teribe o de la Estrella: «Aunque son belicosos, se sabe que es gente política, que viste ropa de algodón, que fue sugeta a Montezuma, emperador mexicano, hasta el tiempo que entró la conquista, de españoles en aquel reino y estado; y es la tierra donde los mexicanos venían por pro para sus ydolos y ofrecimientos… es gente que usa alguna policía a la usanza mexicana».

Más tarde, cuando los franciscanos dirigidos por Fray Francisco de San José (1697) levantan un cuidadoso censo (147) de los indios que vivían en las márgenes de los Ríos Changuena, Teribe y Chan-guinola, al hacer mención de la Isla de Toja (Hoy Isla de Colón) en la que actualmente se encuentra la capital de la Provincia de Bocas del Toro, dice que «esta isla se pobló de una parcialidad de mexicanos que no cupo en Talamanca por revoltosos», a los que se unieron térrabas, dorasques y seguas. Más tarde desaparecerían al ser capturados por los piratas ingleses y los zambos mosquitos aliados de éstos.

Los documentos mencionados vienen a ser confirmados por los modernos hallazgos arqueológicos que han puesto de manifiesto también el hecho de que el oro que muchas veces se encuentra en Méjico y Centroamérica en los yacimientos arqueológicos, tiene las señales patentes de la manufactura panameña, y también colombiana.

Morley afirma (148) que «el estudio de los objetos de oro y cobre encontrados en el Pozo de los Sacrificios (Zenote Sagrado) indica que fueron traídos a Chichón Itzá desde puntos tan lejanos como Colombia y Panamá en el Sur».

Las conexiones comerciales entre el área maya y Panamá parecen quizás deducirse siguiendo a Morley quien después de señalar la falta casi absoluta de oro en la región del Viejo Imperio, asegura que de las pocas piezas de oro halladas en excavaciones en Copan, tales como un par de piernas pertenecientes a una figurilla humana hueca, de una aleación de oro y cobre sugieren que fue hecha en Costa Rica o Panamá según parece deducirse de la técnica de vaciado empleada así como del análisis químico de la aleación de que está hecha, y termina diciendo que «llegó a Copan probablemente como artículo de comercio».

Volviendo a los objetos de oro y cobre hallados en el Pozo de los Sacrificios de Chichén Itzá, dice Morley que hay discos con decoración «hecha conforme a la técnica de repujado, y tazas, collares, brazaletes, máscaras, pendientes, anillos, orejeras, cascabeles y cuentas», cuyo estilo y ejecución indican su origen de Costa Rica y Panamá «llevados al NO. hasta Chichén Itzá por medio del comercio» (149).

Todavía puntualiza más Morley al decir que el análisis químico de los objetos hallados en el Pozo Sagrado indica que pueden proceder de la Cultura Coclé o de la Cultura Chiriquí.

Según Vaillant (150), la cerámica pseudovidriada tipo «plumbate» tenía un amplio campo de distribución comercial «llegando por el Sur a Panamá», y a su vez, «los ornamentos de oro de Panamá aparecen como ofrendas votivas en el Zenote Sagrado de Chichén Itzá en Yucatán».

Ya está plenamente comprobado que en Panamá hubo una industria activa en relación con el trabajo del oro (151).

La palabra chichimecas o chuchumecas significaba para los indios Teribes y sus vecinos próximos, indios procedentes del Norte, a los que por extensión llamaban mexicanos.

Según Cañáis Frau (152), el abandono de la ciudad de Tula, capital del Imperio Tolteca en 1168, como su posterior destrucción en 1172, coincide con la llegada desde el Norte, de contingentes de Nahuas que fueron los primeros chichimecas, los cuales invaden el Valle de Méjico y dan origen a un período que duraría 250 años aproximadamente y que se caracterizó por las constantes luchas e inseguridad, resultado de la pugna por la soberanía que disputábanse poblaciones rivales. No será hasta el año 1428 cuando se estabiliza el poder político coincidiendo con un renacimiento cultural y artístico.

Y señala Cañáis Frau que «las fuentes tradicionales mejicanas llamaron chichimecas a todos los pueblos nómadas que originariamente vivían al Norte de la línea demarcatoria de la civilización que eran generalmente nahuas o estaban nahuaizados». Incluso los aztecas en su comienzo fueron chichimecas.

Así no es de extrañar que los indios del Istmo de Panamá conociesen y les fuese familiar este nombre de chichimecas, que aplicaban probablemente a todos aquellos a quienes oían hablar la lengua náhuatl.

Parece indudable que ejerciera influencia en las tribus del Istmo en ciertas costumbres, tratos comerciales e incluso en la lengua. No podemos llegar a precisar hasta donde llegó esta influencia, pero mencionaré algunas ideas que saltan a la vista.

La palabra OE-KA, por ejemplo, (debe leerse cerrando la boca para pronunciar la o, como la o con diéresis alemana o la oe francesa). En lengua teribe OE-KA, o-ka significa el diablo-serpiente que se encuentra en los raudales de los ríos en espera de su presa, por ejemplo un indio con su canoa, para devorarlo. En lengua azteca EKATL o EHEKATL, (ekatl, o ehékatl), era el Dios del Viento, una de las formas en que se representa Queztalcoatl, la serpiente emplumada. Cuando el indio teribe pronuncia la palabra o-ka, parece que está diciendo ekátl. Es muy posible que estas dos palabras estén en íntima relación, en cuyo caso, se trataría de una influencia directa náhuatl sobre la lengua y creencias teribes.

Pongamos otro ejemplo: en lengua teribe a los genitales femeninos se les dice «klaksigua». En la Mitología azteca existe la diosa CIHUACOATL, la mujer-serpiente, diosa de la tierra, que rige el parto y la muerte en él. Obsérvese el parecido fonético de estas dos palabras: cihua-coatl y sigua-klak. La única diferencia, o al menos las más marcada es que en la palabra teribe hay una inversión de los términos. No creemos que se trate de una exageración, pues en azteca sihuatl significa mujer, y klatl o tlatl quiere decir tierra, y tlaelli, flujo de sangre, y cía o tía, quiere decir cosa, algo.

Tia-sigua o Kla-sigua, o «klasigua», según esto querría decir «lo de la mujer, algo de la mujer, cosa de mujer», que muy bien cuadra con la significación teribe: «genitales femeninos».

Cuando el cacique Teribe de nombre QUIQUINCUA, se presenta en Curcurú con «60 indios maceguales» para rendir obediencia a Vázquez de Coronado (Véase nota 63), observamos que se está empleando una palabra náhuatl, que es macegual, o macehualli que significa villano, vasallo.

No todo es sin embargo coincidencia, fonética. Ya Schuller (153) había observado una fuerte influencia maya- quiche, señalando unas 75 palabras teribes que son francamente maya-quichés.

El cacique que Vázquez de Coronado encuentra herido en una mano y que era el señor natural de los mexicanos se llamaba YSTOLI YZTOLIN o ESTOLI. En lengua azteca ITZTLI, significa cuchillo de piedra o cuchillo para sacrificios, y es una varíente de TEZCATLI-POCA con apariencia de cuchillo para los sacrificios. TEZCATLI-POCA era el llamado «Espejo humeante», uno de los dioses mayores mexicanos, dios tutelar de Tezcoco.

La palabra Quequexque, nombre como ya se vio de un poblado situado en el Río Teribe, es palabra netamente azteca, y significa en esta lengua «cosa que da comezón». La palabra teribe dzón que significa vello, cabello, es también palabra azteca y tiene el mismo significado en esta lengua. La palabra chichi, perro, usada por los teribes, es también palabra azteca con idéntico significado. Dzomsh-t¡, quiere decir afeitar la barba en lengua teribe; en lengua azteca se dice tentzoxima, que tiene un gran parecido fonético. Kamo, boca en lengua teribe, y camatl, boca en azteca. Tin kuó, araña, en teribe y tequan, araña negra en azteca. Texo, brujo, encantador, ser diabólico en teribe, y texo, brujo o encantador en azteca. Mish-kuo, gato en teribe, y inizto, gato en azteca. Uoía, piel, en lengua teribe, se dice euafl en azteca. Es sabido que las palabras aztecas terminadas en f I, los pilpiles la simplificaban convirtiendo la F en a. Estas no son más que algunas equivalencias. Seguramente hay muchas más-

Creemos que queda suficientemente claro que la influencia mexicana llegó al Istmo de Panamá, y que hubo relaciones culturales, comerciales y tributarias entre los indios del Norte de Panamá, especialmente de Bocas del Toro y los aztecas de Moctezuma.

Reminiscencias de esta influencia son también los numerosos indios guaymíes que aún hoy emplean el apellido Moctezuma además de su nombre propio, y que se creen descendientes de aquel grupo de mejicanos o de otro similar que pudo haber en alguna otra parte del Istmo.

 

* Capítulo IX. Los Indios Teribes de Panama. 1967. Trabajo presentado al XXXVII Congreso Internacional de Americanistas, septiembre de 1966.

140 «Provanza hecha ad perpetuara Rey Memoriam, etc. 1564″. (AGÍ, Patronato, M-12/3).

141 «Obediencia de caciques y toma de posesión de varios pueblos, 1564″. (AGÍ, 1-1-1/27).

142 «Carta del Gobernador de Veragua D. Iñigo de Aranza» (1595). (AOI, 69-3-13).

143 «Cartas del Gobernador de Veragua a S. M., 1603». (AGÍ, 69-2-39).

144 «Proposición a S.M. del Capitán Diego del Cubillo para conquistar los indios de Talamanca, 1617» (AGÍ, 69-2-2).

145 «Memorial de Servicios de Juan Estrada Rávago», 1573. (Puede verse en /Peralta, «Costa Rica, Nicaragua y Panamá», Madrid, 1883, pág. 368).

146 «Carta del XIV Obispo de Panamá, Fray Francisco de la Cámara y relación sobre Veragua (AGÍ, 69-4-31).

147 «Declaración de las casas y parcialidades de los Térrabas por Fray Francisco de San José, 1697». (AGÍ, 65-6-28).

148 Morley, Sylvanus G.: «La civilización maya» (Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1956).

149 Ya señalamos el hecho, que parece confirmar este tráfico, de la gran embarcación encontrada por Cristóbal Colón y sus hombres al tocar en Guanaxa durante su IV Viaje (Ver pág. 22). Por no hacernos demasiado prolijos no repetimos todos aquellos pasajes que en una u otra forma confirma la existencia de mejicanos en el Istmo y que ya hemos mencionado en capítulos anteriores por una u otra razón.

150 Vaillant, G.C.: «La civilización azteca» (Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1955).

151 Lothrop, S.: «Coclé», 1937.

152 Cañáis Frau, S.: «Las civilizaciones prehispánicas de América», Buenos Aires, 1959.

153 Schuller, R.: «Las lenguas indígenas de Centro América», San José, Costa Rica, 1928