La «Hora del Planeta» apaga al mundo

La «Hora del Planeta» apaga al mundo

La Ópera de Sydney durante la "Hora del Planeta"Se espera la participación de 1.000 millones de personas en 125 países.

La Ópera de Sydney, la Torre Eiffel en París, el Big Ben en Londres, el Empire State en Nueva York y el Cristo Redentor en Río de Janeiro: éstas son sólo algunas de las emblemáticas construcciones que este sábado apagarán sus luces durante una hora en el evento la «Hora del Planeta 2010» que busca ahorrar energía y poner de relieve el cambio climático.

La «Hora del Planeta 2010» ya «apagó» las luces de la Ópera de Sydney y a lo largo del día irá generando el mismo efecto -a las 20.30 horas locales- en casas, oficinas y lugares públicos unas 6.000 ciudades en 125 países.

Mayor participación

El Fondo Mundial para la Naturaleza asegura que en 2009 participaron cientos de millones de personas en 4.088 ciudades de 88 países. Para este año esperan superar la cifra de 1.000 millones de personas y de 6.000 ciudades.

La iniciativa, organizada por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), se originó en Sydney hace tres años y ahora es apoyada por algunas de las corporaciones más grandes del mundo.

Para el WWF «la Hora del Planeta 2010 será la mayor llamada a la acción organizada jamás. Servirá para demostrar que, actuando juntos, todos somos parte de la solución al cambio climático, a pesar del insuficiente acuerdo de Copenhague».

América Latina también tomará parte del evento: Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Chile y Costa Rica serán algunos de los países participantes.

Syndey en la "Hora del Planeta"América Latina también será parte del evento.

La Organización de Naciones Unidas anunció que se iba a sumar al evento al apagar las luces de sus sedes en Nueva York, Nairobi y otras ciudades.

«Apagando las luces no esenciales durante una hora, la gente participará en un ejemplo simbólico que puede inspirar el cambio que
tan urgentemente necesitamos», dijo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

Las remotas Islas Chatham, el Océano Pacífico, fueron las primeras en apagar las luces en un evento que terminará 24 horas después en Samoa.

Sydney

Humanidad sigue agotando recursos del planeta

Se necesitarán dos planetas para la humanidad en 2030, dice WWF

PARIS (AFP) – Al ritmo de su consumo actual, la humanidad, para satisfacer sus necesidades a comienzos de la década de 2030, necesitará tener a su disposición dos planetas, afirma el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).

La huella ecológica de la humanidad, que evalúa su consumo de recursos naturales, ha superado ya el 30% de las capacidades del planeta para regenerarse, señala el WWF en su informe Planeta Vivo 2008.

La presión de la humanidad sobre el planeta se ha duplicado en los últimos 45 años por dos razones, por el crecimiento demográfico y por el aumento del consumo individual, explica el informe.

Esta sobrexplotación está agotando los ecosistemas y los desperdicios se acumulan en el aire, la tierra y el agua, indica.

Como resultado, la deforestación, la escasez de agua, el declive de la biodiversidad y el desorden climático, provocado por la emisión de gases con efecto invernadero, «ponen cada vez más en peligro el bienestar y el desarrollo de todas las naciones», explica el WWF.

El «Indice Planeta Vivo», un instrumento calibrado para medir la evolución de la biodiversidad mundial y que abarca 1.686 especies de vertebrados en todas las regiones del mundo, ha disminudo casi en un 30% en los últimos 35 años, precisa el informe.

En vista del declive de esta índice, «parece cada vez más improbable que alcancemos el objetivo, sin embargo modesto, a que apuntaba la Convención de Rio sobre la diversidad biológica: reducir la erosión de la biodiversidad mundial de aquí a 2010», infiere el WWF.

Además de la huella ecológica mundial y el Indice Planeta Vivo, el informe presenta un tercer instrumento de medida, «la huella del agua», que evalúa la presión resultante del consumismo sobre los recursos hídricos a escala nacional, regional y mundial.

El problema es que el agua es un recurso distribuido muy desigualmente a través del mundo.

Así, unos 50 países se encuentran actualmente enfrentados a un estrés hídrico moderado o grave, subraya el WWF. Y el número de personas que sufren la penuria del agua, ya sea todo el año o por temporadas, aumentará debido al cambio climático, agrega.

WWF analiza posibles reformas a legislación forestal panameña

El WWF analiza las propuestas de la reforma de la ley forestal panameña

Panamá, 23 oct (EFE).- El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por su sigla en inglés) comenzó hoy en Panamá un taller que analiza posibles reformas a la Ley Forestal panameña y para instruir en la conservación de los bosques a indígenas del país. 

Entre hoy y mañana, auspiciados por la Unión Europea y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (AID), expertos de la WWF estudian las barreras que impiden el manejo sostenible de los bosques y cómo eliminarlas.

Entre sus objetivos, la WWF promueve la preservación de estos espacios naturales, por lo que en los talleres enseñará a las comunidades de la región a cómo explotarlos de la forma más rentable y sostenible.

Esta organización concede a los que se sumen a sus propuestas para el manejo de los bosques un certificado forestal que les permitirá obtener mayores beneficios por su madera.

Cinco comunidades Emberá Wounaan de la provincia de Darién, en la frontera con Colombia, iniciaron en marzo de 2007, con el apoyo de la WWF, el primer proyecto desarrollado en Panamá para prevenir la tala indiscriminada y promover el manejo y comercio forestal.

Actualmente la WWF negocia con los indígenas de la Comarca Kuna de Wargandi, en Darién, una propuesta de manejo forestal sostenible de los bosques de Mortí.

Pesca responsable con las tortugas

Fiscalizador en alta mar

La protección de los recursos marinos también trae beneficios económicos a las empresas pesqueras. Lucas Pacheco, coordinador de Pesca Incidental de tortugas marinas de WWF en Panamá, habla sobre la aplicación de sistemas de pesca amigables
Ana María Garzón
agarzon@prensa.com

La Prensa/Archivo

En el mar. En Panamá, la interacción de la pesca con tortugas se da en la “modalidad de superficie”, entre los 0 a 50 metros de profundidad.

De las 118 embarcaciones que monitorea en Panamá el World Wildlife Fund (WWF), apenas el 5% utiliza anzuelos circulares, con los que se evita entre un 70% y 90% la muerte de tortugas marinas que quedan enganchadas accidentalmente, según la organización conservacionista global.

Este anzuelo es mejor que el habitual en forma de “J” que puede ser tragado, causando la asfixia o hemorragias internas a las tortugas capturadas.

Según un informe de WWF, esta alternativa de pesca demuestra cómo pasándose de los clásicos anzuelos “J” a los circulares, capacitando a los pescadores para que liberen las tortugas enganchadas y mejorando las prácticas de pesca sostenible se puede reducir drásticamente la captura incidental sin afectar la actividad pesquera.

Además de una implicación ambiental, el uso de anzuelos inapropiados también tiene connotaciones económicas.Una flota pesquera, a la hora de exportar sus productos puede ser bloqueada por el país de destino, precisamente por la técnica de pesca que ha utilizado.

Los consumidores se están inclinando a comprar productos que garantizan buenas prácticas ambientales.

Ecuador tomó la iniciativa en 2004 para luchar contra el uso de los anzuelos «J» y reemplazarlos por los circulares en la industria pesquera del Pacífico, apoyado por el WWF.

El proyecto empezó como una pequeña muestra en una docena de navíos ecuatorianos que probaron modificaciones en los anzuelos, previamente examinados por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés).

En 2005, el programa se amplió a otros países de la región y hoy está presente en Colombia, Ecuador, Perú Costa Rica y Panamá.

Los anzuelos circulares se usan en Panamá desde hace muchos años, pero el programa busca difundir su utilización con el objetivo de promover las buenas prácticas de manejo y liberación de tortugas marinas.

Lucas Pacheco, coordinador de Pesca Incidental de tortugas marinas de WWF en Panamá, habló con Martes Financiero sobre los resultados de los planes, hasta ahora, ejecutados.

>> ¿Corre la flota algún riesgo de ser sacada del negocio por el tema de pesca incidental?

La pesca incidental (no intencional) de tortugas marinas se ha convertido en un motivo grande de preocupación en muchos países del mundo.

En WWF pensamos que es posible hacer pesca sostenible y reducir de forma importante la captura incidental de tortugas.

WWF considera que una veda no es una medida viable por la dificultad que implica implementarla, y porque generaría un enorme problema social y económico en las comunidades de pescadores, principalmente en el sector de pesca artesanal. Habría que investigar cómo va el tema de esa petición. Personalmente creo que se diluyó un poco en 2007.

Otras presiones pueden venir de modificaciones de regulaciones de importación en los mercados destino de los productos pesqueros, como la que existe en Estados Unidos.

No obstante, la presión de consumidores, cada vez más conscientes de cómo se ha producido el alimento que van a adquirir, puede convertirse en un estímulo positivo para que los pescadores busquen formas de reducir los impactos negativos no deseados que su actividad puede causar en otras especies.

Lo que hay que hacer es fomentar y enriquecer la investigación pesquera en nuestro país, darle relevancia y valor a los recursos pesqueros. Aprovechándolos de una manera sostenible, siempre trabajando de la mano con los pescadores que son los que están ahí afuera y son los que mejor conocen sobre los problemas que vive el sector.

>> ¿Existe el riesgo de vedas en Panamá por el uso de los anzuelos circulares?

Eso depende de cómo decida el país gestionar su pesquería. El sector puede enrumbarse hacia una mayor competitividad, tanto en su desempeño como actividad productiva, como en su manejo ambiental.

Esto ayudará a que el país se encuentre preparado y se vaya transformando la cultura hacia una pesca sostenible, con menores impactos al ecosistema marino.

Con ello se reducirían los costos sociales y económicos que puede implicar ajustarse a regulaciones impuestas por los mercados donde Panamá exporta sus productos.

Lo importante es darle la oportunidad a los pescadores panameños para que utilicen tecnologías y prácticas pesqueras que busquen la sustentabilidad, y ayuden con su experiencia y conocimiento a adaptarlas a nuestro país.

La buena noticia es que el programa de anzuelos circulares es la ventana para emprender la ruta hacia un sector pesquero más competitivo y una industria saludable.

>> ¿Con cuántos pescadores trabaja el programa?

Solo hemos cubierto el 5% de la flota. Hemos trabajado directamente con al menos con 84 pescadores, entre capitanes y marinos, pero en toda la región del océanoPacífico oriental se ha trabajado con más de 300 embarcaciones.

>> ¿En qué zonas trabaja el programa?

Océano Pacífico, Golfo de Panamá y Golfo de Chiriquí. También se está trabajando en México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Colombia, Ecuador y Perú. Tenemos entendido que este programa también está estimulando iniciativas independientes similares en otras partes como Chile, Brasil, Uruguay y Argentina.

>> ¿Cuál es el costo de los anzuelos?

El precio de anzuelos circulares puede ser básicamente el mismo que el de los tipo “J”.

No obstante, es importante indicar que los anzuelos circulares tienen la ventaja de que capturan los peces principalmente por la boca, por lo que la calidad del pescado capturado con este medio puede ser mejor, y con ello puede mejorar el precio de venta en puerto, si se logra mantener la calidad. Entonces, el tema de precio debe verse desde una perspectiva integral. Es importante acotar que el costo más elevado en la operación pesquera es el precio del combustible, por lo que los anzuelos circulares pueden convertirse en un buen aliado.

>> ¿Cómo se hace este cambio?

El programa trabaja sobre la base de la confianza y la participación voluntaria de las empresas o pescadores independientes. Lo que estamos haciendo es impulsar el uso de anzuelos circulares de mayor tamaño (los más anchos) de lo que por tradición se utilizan. El cambio supone una disminución de hasta el 90 % en las probabilidades de que el anzuelo sea tragado por las tortugas.

>> ¿Cuáles son los principales obstáculos a los que se enfrenta el programa?

Es natural que los pescadores y armadores se sorprendan de que el programa involucra experimentos de pesca y la presencia de observadores, y que posiblemente no estén tan bien informados acerca de la importancia de reducir la pesca incidental de tortugas marinas, tanto para la salud del océano y sus pesquerías, como para sus propias empresas. Necesitamos mejorar la comunicación para que se animen a participar. Es completamente voluntario.

Tenemos una buena colaboración con la Autoridad de los Recursos Pesqueros de Panamá, y consideramos que en el futuro se fortalecerá, así como la relación y participación de pescadores.

También es importante lograr una mayor recaudación de fondos para el programa, para dar más oportunidades a más pescadores a que participen.

Fuente: Martes Financiero, Edición No. 546 | 30 DE SEPTIEMBRE DE 2008

Emberá Wounaan crearon una empresa forestal

Indígenas toman la delantera
Para evitar la devastación del bosque en el que habitan, cinco comunidades de la comarca Emberá Wounaan crearon la primera empresa forestal comunitaria en el país, y están a la espera de recibir la certificación internacional de manejo sostenible de sus recursos
Zoraida Chong
zchong@prensa.com 

RECURSOS. Para los emberá wounaan, la selva es mucho más que una oportunidad de negocio, pues de ella obtienen alimento y materias primas para la creación de artesanías que fortalecen su identidad.
LA PRENSA / Archivo

La junta directiva de la empresa forestal comunitaria del río Tupiza, integrada por representantes de cinco comunidades indígenas de la comarca Emberá Wounaan, decidió este año no repartir dividendos entre los socios, sino invertirlos en activos que les permitan ampliar sus actividades comerciales e incrementar sus rentabilidad en el mediano y largo plazo.

El objetivo inmediato de la empresa, que tiene dos años de estar operando y que se dedica a la venta de madera procedente de la selva, es obtener las certificación internacional de buen manejo de los bosques que otorga el Consejo Mundial de Bosques (FSC, por sus siglas en inglés).

Con estas certificaciones esperan conseguir mejores precios en el mercado local e internacional y proyectar una imagen socialmente responsable, pues serían los primeros bosques en el país en contar con estas garantías.

Todo esto puede sonar a utopía, pero es la realidad que viven las comunidades Nuevo Belén, Punta Grande, La Pulida, La Esperanza y Barranquillita, en la cuenca del río Tupiza, en Darién.

Estos grupos se dieron cuenta hace varios años de que la tala desmedida de la selva darienita estaba acabando con sus recursos y causándoles más problemas que beneficios.

Su método de explotación consistía en vender los árboles en pie a madereros que se encargaban de talarlos y comercializarlos. No obstante, los procedimientos que aplicaban no tenían ningún fundamento ecológico y más de una vez fueron sancionados por las autoridades, de manera que buscaron alternativas y encontraron la ayuda del Fondo Mundial para la Naturaleza WWF (por sus siglas en inglés).

«El director de recursos naturales de la comarca tuvo la oportunidad de participar en un evento donde estaba WWF y le solicitó que por favor se hiciera algo en sus comunidades», explica Carlos Espinosa, oficial del programa forestal de WWF Centroamérica.

La organización internacional acogió la solicitud de los panameños e inició, con el Congreso General Emberá Wounaan, las autoridades locales y otros organismos no gubernamentales, una serie de estudios para determinar la situación de los bosques de Darién.

Luego se desarrolló un plan que tiene como base un modelo de manejo forestal sostenible que WWF ha aplicado exitosamente en países como Guatemala, Nicaragua, Honduras, Bolivia, Ecuador y Brasil, entre otros.

A través de este proyecto se capacitó a los miembros de la comunidad tanto en los procedimientos técnicos, como en habilidades gerenciales y de administración.

«Hemos decidido hacer podas anuales, pero eso requiere de una planificación forestal, entonces hacemos un censo para determinar cuáles son las zonas óptimas para ser aprovechadas, porque en la naturaleza también pasa que si no se usan los recursos, estos maduran y se pierden», explica Franklyn Mezúa, gerente de la empresa.

Además de conocer y aplicar los métodos de menor impacto, los miembros de la comunidad que participan directamente en el proyecto han recibido cursos de contabilidad y administración, que les han permitido presentar informes a la junta directiva de la empresa y a las comunidades.

Carlos Espinosa
La Prensa/ Gabriel Rodríguez

Resultados y proyecciones

En 2004, cuando WWF empezó a trabajar con la comarca Emberá se analizaron los resultados económicos de la explotación del bosque. En un año la cifra rondaba los 5 mil dólares, que es similar a los ingresos que obtienen actualmente otras comunidades en las que no se han aplicado metodolo-gías de manejo sostenible.

En contraste, el verano pasado la empresa Tupiza obtuvo ingresos brutos cercanos a los 100 mil dólares, y aún espera mejorar sus resultados.

«En 2008 nosotros mismos queremos hacer la operación de extracción y más adelante, también queremos adecuar los caminos y los puentes, y rentar camiones para entregar el producto en Panamá», explica Mezúa.

Aunque este año no se repartieron dividendos, el gerente de la empresa asegura que las comunidades esperan poder invertirlos en resolver sus necesidades básicas.

«Como la comunidad tiene muchas carencias, la estrategia es que las inversiones tengan un enfoque colectivo, porque si nos repartimos el dinero de familia en familia nos vamos a acabar la selva y no vamos a lograr nada», añade Mezúa, quien se alegra de que su etnia ya tenga una actividad económica que va más allá de la subsistencia y que le permitirá mejorar sus condiciones de vida «sin tener que esperar a que el gobierno venga y resuelva».

Impacto indirecto

El volumen de madera que oferta Tupiza no es suficiente para cubrir la demanda de las distintas industrias, que según WWF requieren 20 veces más que los 5 mil metros cúbicos que se extraen de la zona del río Tupiza.

Con este escenario se hace evidente que el esfuerzo de estas cinco comunidades no es suficiente para preservar los bosques naturales panameños, la mayoría de los cuales se encuentra bajo la jurisdicción de las distintas comarcas indígenas.

Pero a raíz de los buenos resultados que se han obtenido en Tupiza con el proyecto de manejo y comercio forestal responsable, otros grupos indígenas se han mostrado más receptivos a este tipo de esquema, pues lo encuentran más acorde con sus tradiciones y necesidades.

«El tema económico y forestal es importante, pero no es lo único, porque de los bosques también salen la cacería y la pesca, además de las materias primas para el tallado de madera, la realización de tejidos y pinturas tradicionales, y otros complementos de la vida cultural», explica Mezúa.

En la misma zona del río Tupiza ya está funcionando otra empresa comunitaria que aprovecha los recursos del bosque, pero en este caso los no maderables, como las fibras de una palma conocida como chunga y que se emplea en la fabricación de canastas, una actividad que hasta hace poco se estaba viendo afectada por la escasez de la especie a causa de la explotación descontrolada.

En la actualidad WWF trabaja con otras organizaciones no gubernamentales y entidades estatales para replicar el modelo en otras comarcas.

Con la Fundación Natura está iniciando un proyecto en la comunidad de Marraganatí, en la comarca Emberá Wounaan, y se está compartiendo información con otras comarcas para promover planes de desarrollo sostenible similares al de Tupiza.

Se necesitan nuevas regulaciones

Considerando que el control que ejercen las comarcas puede garantizar el uso sostenible de los recursos, algunas regulaciones han tenido que ser modificadas para adaptarse a las necesidades del nuevo modelo.

“Se hizo una modificación a la ley, aumentando la superficie que puede ser aprovechada. Antes sólo podían trabajarse mil hectáreas de permiso comunitario y ahora se extendió esa superficie a lo que se indique en el plan de manejo sostenible”, afirma Joaquín Díaz, técnico del departamento de Desarrollo y Manejo Forestal de la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam).

Desde la Anam no descartan que los reglamentos y procedimientos relacionados con el manejo forestal puedan tener nuevas modificaciones, pues aseguran que el objetivo es que en el corto plazo el aprovechamiento de todos los bosques naturales tenga que sustentarse en planes de manejo sostenible.