Carga radioactiva por el Canal
Betty Brannan Jaén
laprensadc@aol.com
WASHINGTON, D.C. –“Si eliminamos el riesgo terrorista, (ese cargamento) no trae ningún riesgo”, Alberto Alemán, administrador del Canal. Entrevista publicada el 21 de enero de 1998.
Desde 1998 he venido escribiendo que el paso de carga radioactiva por el Canal presenta un peligro al que Panamá no debiera exponerse. Cuando primero surgió el tema, los que defienden estos cargamentos siempre alegaban que las probabilidades de un accidente eran remotísimas y que, además, este tipo de cargamento viene empacado de una manera que lo protege completamente de un accidente.
Según ellos, la mayoría de esta basura está vitrificada y como el vidrio es una sustancia pasiva que no se disuelve en agua, “si se hunde, no pasa nada”, como me dijo Alberto Alemán en 1998.
“Si eliminamos el riesgo terrorista, (ese cargamento) no trae ningún riesgo”, agregó Alemán.
A la época, pocos pensaban en un riesgo terrorista pero las cosas han cambiado drásticamente en los 10 años desde el ataque a las Torres Gemelas. Hoy día, toda clase de riesgos previamente inimaginables se han hecho realidad.
Por ello, ya no se puede descartar el riesgo terrorista con respecto al Canal de Panamá. Se nos advierte que no hablemos de eso para no darle ideas a los terroristas, pero ese argumento es absurdo y contraproducente porque los terroristas no dependen de nosotros para sus ideas, mientras que la prevención del terrorismo requiere que hablemos de los riesgos y que nos pongamos de acuerdo para combatirlos. Y a pesar de la omertá oficial, un funcionario del Pentágono dijo al Senado en 2005 que “sabemos que Al Qaeda ha enviado gente a investigar el Canal y que estaba en su lista de blancos”.
Todo esto viene al caso porque en estos días, otro barco con carga radioactiva en ruta de Inglaterra a Japón pasó por el Canal. Tenía tonelada y media de material radioactivo. Raúl Escoffery, activista panameño, explica que se trata de 28 recipientes con desechos de “alta actividad radioactiva” (High Level Radioactive Waste) que por inhalación sería suficiente para causar la muerte de 20 mil millones de personas. Él también explica que este material no es completamente sólido sino que hay “burbujas de líquido dentro de un bloque de vidrio”. Así es fácil ver como con explosivos se podría convertir ese vidrio en polvo radioactivo y dispersarlo por un área enorme. No es cosa de que el vidrio “si se hunde, no pasa nada”. Las consecuencias humanas, ecológicas, y económicas podrían ser catastróficas.
El pueblo panameño responde con un alzar de hombros a estas advertencias porque estos cargamentos, es cierto, han estado transitando el Canal por muchos años, sin incidente. Temo que los panameños solo se darán cuenta del peligro cuando sea demasiado tarde y creo que confían excesivamente en las supuestas precauciones que la empresa dueña de la nave y la Autoridad del Canal dicen tomar. Ya nadie se acuerda de que en febrero de 1998 se nos había asegurado que el buque Pacific Swan tendría escolta armada, pero los activistas de Greenpeace abordaron el Pacific Swan sin contratiempo alguno, se encadenaron al mástil, y enarbolaron una bandera que decía “Stop Plutonium”.
“Queda claro que si la nave hubiera sido abordada por un grupo bien armado en lugar de manifestantes pacíficos, el cargamento hubiera estado en grave peligro, con consecuencias catastróficas para el pueblo panameño”, denunció una ONG estadounidense.
Escoffery ha presentado el Anteproyecto de Ley 80 de 2009 que “prohíbe el tránsito de combustible nuclear irradiado, plutonio, y desechos de alta actividad radiactiva, por todo el territorio de la República ”. El proyecto de ley está engavetado en la Asamblea pero es hora de desempolvarlo, debatirlo, y poner alto al peligro de un tráfico nuclear por el Canal en que los beneficios son para Inglaterra, Francia y Japón pero el riesgo es para nosotros.
17.02.2010
Filed under: Burica Press | Tagged: Carga radioactiva, combustible nuclear |
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