Primeras víctimas económicas del cambio climático

PRODUCTORES LUCHAN CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO

FRENTE FRÍO

MELISSA NOVOA Y SANDRA RIVERA
mf@prensa.com

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EVALUACIÓN. Informe de pérdidas sin finalizar.LA PRENSA/Sandra Rivera

Las condiciones climáticas de los primeros meses del año tienen a los productores en corredera.

A la temporada seca, que algunos agricultores esperan con ansias para cosechar y para vender sus productos en el mercado local o exportarlos al  internacional, ya le llegaron los efectos del calentamiento global y no hay vuelta atrás. Al menos en el corto plazo.

Chiriquí, Veraguas, Bocas del Toro y Herrera han sido las provincias más afectadas por lluvias inusuales, fuertes vientos e inundaciones que se han registrado en esta época provocados por un frente frío, y los productos que presentan más daños fueron el  plátano, café, melón y sandía.

Ni las autoridades ni los productores tienen aún la cifra precisa de cuántas han sido las hectáreas perjudicadas, pero aseguran que solo a orillas del río Santa María se estima que 150 hectáreas se inundaron.

“Los cultivos de esas áreas fueron arrasados por el río, sobre todo los de melón y sandía, que estaban destinados para la exportación. Algunos estaban por salir al extranjero esta semana y otros a finales del mes de marzo”, asegura el presidente de la Gremial de Agroexportadores No Tradicionales de Panamá (Gantrap), Edwin Pérez.

Admite que algunos agricultores podrán resembrar, pero otros no tendrán una segunda oportunidad.

En cada provincia la situación varía.

Heofilio González perdió el 60% de su producción de plátano y café en Renacimiento- Chiriquí y se estima que la pérdida podría ascender a 180 mil dólares.

Él espera poder tumbar todas las plantaciones para resembrar y esperar un periodo de dos años para que el producto crezca.

Mientras que en Volcán la destrucción del vado que accede a algunas fincas del área impide que los productores de café especial puedan sacar su cosecha al mercado local e internacional.

Amadiz Jiménez, de la finca Los Cantares, exporta seis contenedores de café especial, y le preocupa no cumplir con sus compromisos por esta situación.

Se estima que en Chiriquí los productores de plátano, sobre todo los de tierras altas en Renacimiento, han perdido en promedio el 40% de sus siembros. Pero esto es tan solo el resultado de una primera gira que hizo el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (Mida).

“En estos momentos estamos levantando la información en el campo, visitando finca por finca del área para determinar cuál fue el grado de afectación, si la hubo, y el tipo de producto que ha sido perjudicado”, expresa.

Aunque Henry Ledezma, director regional del Mida en esa provincia, señala que estas lluvias fuera de temporada están ayudando a algunos productores porque están minimizando el uso de sistemas de riego y de pastoreo de fincas ganaderas.

En Veraguas, el director regional del Mida, Agustín Barría, estima que en el área ha habido daños considerables y comenta el caso de un agricultor que perdió la totalidad de la parcela, “casi 40 hectáreas de sandía”.

“Le llevó parte de la fruta que ya estaba cosechada y los sistemas de riego”, dice Barría.

En Bocas del Toro las autoridades no han podido llegar a todas las áreas afectadas en la provincia, por lo que aún no pueden dar cifras precisas de las pérdidas que ha habido en el lugar.

Hasta el momento solo se conoce de pérdidas en la producción de plátano y se ha informado de la muerte de ganado en las poblaciones ubicadas en el cordón fronterizo con Costa Rica.

En estos tiempos es mejor asegurarse

Para protegerse los productores deben asegurar todos los frentes, aplicando medidas de mitigación y cubriendo sus cultivos a través de seguros.

En el último año agrícola (1 de mayo de 2008 a 30 de abril de 2009), que aún no ha terminado y que se ha visto afectado por dos frentes fríos, el Instituto de Seguro Agropecuario (ISA) estima que tendrá que pagar indemnizaciones por el orden del millón y medio de dólares.

Los productores están asegurando sus siembros cada vez más, pero aún hay terreno por cubrir. Según Cayetano Guzmán, gerente del ISA, en 2004 se colocaron primas por medio millón de dólares y se aseguraron 15 mil hectáreas, y en la actualidad se está vendiendo alrededor de 3 millones y medio de dólares en primas y se están cubriendo 35 mil hectáreas.

Homenaje a los líderes ambientales comunales

Opinión

EL MALCONTENTO

Pequeño homenaje a la grandeza

Paco Gómez Nadal
paco@prensa.com

Es probable que este no sea el momento más adecuado para homenajes. Ahora, cuando todavía es Carnaval, cuando la mitad del país está inconsciente y la otra mitad toma el sol en algún rincón playero. La tercera mitad (la que nunca cuenta) sigue en su malmorir cotidiano, quizá con un par de pintas de más. Así que no sé si estas letras tendrán muchos destinatarios. Desde luego, merecen las mejores por perseverar.

Este homenaje está lleno de grandeza porque está dedicado a una inmensa minoría que está dando una pelea fundamental por el resto, una lucha planetaria librada en cada comunidad de nuestras montañas y costas.

En las últimas dos semanas y media he podido compartir tiempo y conversaciones con ellos y ellas. Son humildes (en el concepto economicista de la palabra), son humildes (en la óptica de quien no busca reconocimiento) y son humildes (porque son conscientes de que solos no hacen nada). Hablo de las decenas de lideresas y líderes consagrados a la defensa del medioambiente. Es más importante de lo que parece por varias razones.

La primera es la amenaza brutal que se cierne sobre la riqueza ambiental de Panamá. Empresas, Gobierno e instituciones financieras internacionales han decidido ponerle precio a ríos, montañas, manglares y paisajes. Se trata, entonces, de una simple operación mercantilista en la que siempre hay rentabilidad al explotar recursos que técnicamente son propiedad de la Nación. Es decir, en la lógica de nuestros gobernantes, casi un regalo a esos generosos empresarios nacionales y extranjeros que están dispuestos a invertir por nosotros. Prácticamente ninguno de estos proyectos de minería, hidroeléctricas o turismo tiene en cuenta el equilibrio ecológico, ni el respeto por las poblaciones que viven en esas zonas, ni el daño a la identidad cultural de estos pueblos.

La segunda, es porque la mayoría de estas personas que lideran el movimiento ambiental en todo el país ya ha entendido que la lucha no es por la conservación de la naturaleza. Al menos, no es solo por esto. Se trata de salvaguardar una forma de vida en relación con los recursos naturales. Esto aplica de manera evidente en el caso de los pueblos indígenas (cuya cosmovisión no permite aplicar fórmulas de mercado a nuestros recursos naturales), pero también a los miles de campesinos que contra viento y marea siguen produciendo alimentos para nosotros, los que leemos el periódico en la ciudad.

La tercera razón para este homenaje es que la lucha es desigual. Mientras estas lideresas y líderes pelean desde la escasez de recursos, poniendo su tiempo y su poco dinero para estas lides, en muchos casos con la incomprensión de su entorno cercano, la mayoría de la sociedad los ignora y el Gobierno no solo los estigmatiza como “enemigos” de la patria y el desarrollo sino que los persigue, espía y ficha en una auténtica cacería de brujas.

Yo hoy les debo agradecer haberme devuelto la esperanza en que las cosas pueden cambiar. No en el camino hueco y falso de los que utilizan la palabra “cambio” para ganar elecciones, sino en la medida en que las comunidades estén más formadas y alerta para defender sus derechos fundamentales frente a la arrogancia del poder.

No voy a poner nombres acá porque me dejaría muchos por fuera y me parecería un irrespeto. Pero ellos y ellas saben a quién me refiero. Los he visto trabajar horas y horas bajo un techo de zinc en una escuelita de Bocas del Toro, o caminar las trochas bajo el sol solo para mostrar su solidaridad con comunidades amenazadas, o redactar informes y denuncias ante organismos nacionales e internacionales aferrados a la legalidad que el poder siempre ignora… Es un pequeño ejército de la esperanza, de la grandeza de quienes sí quieren a su país y a sus recursos.

Sé que hay días en que desfallecen, o que sienten que la pelea es demasiado larga y cuesta arriba, pero también sé que entre ellos y ellas hay lazos de solidaridad que les permiten continuar en nombre de su gente y de nosotros.

Por estas razones, que no son pocas, vaya hoy mi homenaje sincero, mi respeto y mi aliento a todas las personas que están en la lucha ambiental desde el terreno, sin discursos elegantes ni oficinas con aire acondicionado, ni apoyos millonarios para proyectos “bonitos”.

[C. se suicida hoy. Ha decidido que su revolución de palabras además de estéril es retórica. Un ejercicio onanista que a pocos lectores interesa y menos cambios logra. Mejor ceder sus pocas palabras a los verdaderos revolucionarios de carne y hueso].

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