FAO: Es necesario invertir en la agricultura para un futuro mejor

FAO: Invertir en la agricultura para construir un futuro mejor

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) En El estado mundial de la agricultura y la alimentación 2012, indica que invertir en la agricultura es imprescindible para construir un futuro mejor. Se pone de manifiesto que los agricultores son los mayores inversores en agricultura en los países en desarrollo y, por consiguiente, se sostiene que estos y sus decisiones de inversión deben ocupar un lugar fundamental en toda estrategia destinada a la mejora de las inversiones agrícolas.

En el informe se exponen asimismo datos que demuestran la forma en que los recursos públicos pueden utilizarse con más eficacia para impulsar la inversión privada, en especial la realizada por los propios agricultores, y para canalizar los recursos públicos y privados hacia resultados más beneficiosos desde el punto de vista social. Este informe se centra principalmente en la acumulación de capital por parte de los agricultores en la agricultura, así como en las inversiones realizadas por los gobiernos con objeto de facilitar dicha acumulación.

La inversión en agricultura es fundamental para promover el crecimiento agrícola, reducir la pobreza y el hambre y favorecer la sostenibilidad ambiental.

Los Estados deben garantizar que la agricultura siga creciendo, garantizando seguridad alimentaria y sostenibilidad ambiental.

Los Estados deben garantizar que la agricultura siga creciendo, garantizando seguridad alimentaria y sostenibilidad ambiental. La agricultura es  básico para un desarrollo pleno de un país. Las prácticas adecuadas de agricultura deben ser una norma. En Cerro Punta, Chiriquí se confrontan serio problemas de buenas prácticas agrícolas. Hoy es el lugar más contaminado por plaguicidas del país.

Las regiones del mundo en las que el hambre y la pobreza extrema están más extendidas hoy en día, esto es, Asia meridional y el África subsahariana, han registrado un estancamiento o una disminución de los índices de inversión por trabajador en agricultura a lo largo de tres décadas. Datos recientes señalan que hay signos de mejora. Sin embargo, erradicar el hambre en esta y otras regiones, así como lograrlo de forma sostenible, requerirá aumentar de manera importante el volumen de inversión en agricultura dentro de las explotaciones y mejorar notablemente tanto en el nivel como la calidad de las inversiones públicas en el sector.

Los agricultores deben ocupar un lugar central en toda estrategia dirigida a aumentar la inversión en el sector, pero estos no invertirán de forma adecuada a menos que el sector público proporcione un clima apropiado para las inversiones agrícolas.

En Panamá desde octubre de 2012 los agricultores se quejan que la baja de aranceles que ha promovido el gobierno de Martinelli está destruyendo el sector agropecuario. La eliminación del arancel de importación es una estocada final para un sector que en los últimos años ha reducido sus hectáreas cultivadas, dijo Martín Ríos, miembro coordinador del cultivo poroto de la Asociación de Productores Agropecuarios de Chiriquí.

Se espera que la entrada plena de ejecución del TLC de Panamá con Estados Unidos complete el ciclo de destrucción del sector agrícola panameño, que es el más débil de Centroamérica.

Crecimiento urbano, contaminación y mal uso del suelo, producen problemas ambientales graves en Panamá

PNUD y ANAM

Crecimiento urbano, contaminación y mal uso del suelo, producen problemas ambientales graves en Panamá

Panamá (La Prensa) – Los constantes cambios de uso de suelo, la contaminación en todas sus formas y el crecimiento urbano desordenado, son las presiones ambientales más relevantes que sufre Panamá, según los indicadores ambientales, sociales y económicos dados a conocer ayer por la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).

Los datos revelan que en el período analizado -de 1990 a 2000-, la calidad de los suelos del país ha desmejorado 5.8%. Además, hay 41.9% menos bosques y montes, mientras que los suelos utilizados para cultivos temporales y permanentes han bajado 9.7% y 5.1%, respectivamente.

La cobertura boscosa ha disminuido de 49% en 1992 a 45% en 2000, lo que es calificado como «grave» por expertos, ya que aproximadamente el 75% de la superficie total de los suelos del país tiene vocación forestal.

El informe de la Anam y del Pnuma advierte que la pérdida de la productividad y el deterioro de los suelos hace más costosa la producción agropecuaria, encareciendo con ello la canasta básica de alimentos.

Con estos indicadores, que se publicarán de manera bianual, Panamá se convirtió en la séptima nación en América Latina en recopilarlos, señaló Mara Murillo Correa, directora regional adjunta de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe del Pnuma.

Salud ambiental preocupante

En el informe Indicadores de seguimiento Panamá 2010, de la iniciativa latinoamericana y caribeña para el desarrollo sostenible, dado a conocer ayer, se destaca que los suelos del país han sufrido cambios importantes que han afectado la cobertura boscosa y contribuido a la degradación de la calidad de la tierra.

El informe, preparado por la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), indica que en el país se ha dado un proceso de «potrerización», toda vez que la cantidad de tierras usada por la ganadería aumentó 178% en los últimos cinco años.

En el período comprendido entre 1990 y 2000, por su parte, las tierras con bosques o montes, y los cultivos temporales y permanentes registraron una disminución de su superficie de 41.9%, 9.7% y 5.1%, respectivamente.

Esto se presenta con marcada presencia en las provincias de Coclé, Colón, Darién, Herrera, Los Santos, Veraguas y Panamá.

Javier Arias Iriarte, administrador general de la Anam, informó que para contrarrestar esta realidad se planean inversiones en proyectos ambientales con fondos internacionales que suman entre 50 millones y 200 millones de dólares.

Dichas inversiones, agregó, servirán para impulsar la fase inicial del proyecto de Reducción de emisiones por deforestación y degradación del bosque (Redd, por su sigla en inglés).

El informe también destaca que el país presenta «problemas serios» de erosión y deterioro de la calidad de los suelos y del agua, debido al paulatino, acumulativo y creciente proceso de degradación que sufren «casi todas las cuencas hidrográficas».

Al hacer un diagnóstico de las tierras secas y degradadas del país, el documento señala que hay cuatro áreas críticas ubicadas en el Arco Seco -Chame, Capira y Coronado en la provincia de Panamá, así como las provincias de Coclé, Herrera y Los Santos-, la sabana veragüense, el corregimiento de Cerro Punta y la comarca Ngäbe-Buglé. Juntas comprenden una superficie aproximada de 2 millones 78 mil 757.60 hectáreas, o sea, un 28% de la superficie total del país.

Bajo escrutinio

El informe evidencia un dato positivo: desde 1960 a marzo de 2009 se dio un «incremento considerable» en la superficie protegida, de aproximadamente 3 millones 578 mil 479 hectáreas, según dijo Neyra Herrera, coordinadora técnica del informe, presentado ayer. Sin embargo, la protección legal no se ha traducido necesariamente en una protección efectiva.

En tanto, Mara Murillo, directora adjunta de la Oficina para América Latina y el Caribe del Pnuma, explicó que el documento «contiene una base probada y validada, que da cuenta de la situación y tendencia de los principales componentes ambientales del país e interrelacionados con distintos campos socioeconómicos».

La funcionaria internacional agregó que esta información técnica puede ser utilizada y comparada entre los diferentes países que han hecho estudios similares, tales como México o Costa Rica.

La batalla para salvar el planeta no es solamente contra el dióxico de carbono (CO2).

En el afán de reducir el calentamiento global, los científicos tienen también en la mira los clorofluorocarbonos (CFC) y los hidroclorofluorocarbonos (HCFC), dos gases refrigerantes que se utilizan en los equipos de acondicionador de aire y de refrigeración.

Desde 1987, cuando se firmó el Protocolo de Montreal, se acordó que a partir de 1989 -año en el que entró en vigencia el acuerdo- se iría reduciendo el uso de las sustancias que deterioran la capa de ozono.

En 2009, en Panamá se eliminó el uso de los CFC -un año antes de la fecha límite- y ahora el país se prepara para eliminar los HCFC.

Contra capa de ozono

Con esta meta como objetivo, el consultor del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Miguel Quintero, estuvo en Panamá la semana pasada conversando con autoridades y empresas comercializadoras de los HCFC.

Quintero explicó, por ejemplo, que si en 2009 Panamá usó 900 toneladas de este gas y en 2010 el consumo fue de mil 200, para 2013 no puede estar consumiendo más de mil.

En el Protocolo se estableció que para 2015 la reducción del consumo debería ser del 10%, para pasar a un 35% en 2020 y a un 62.5% en 2025. Para el año 2030, el uso de los HCFC debe haberse eliminado.

Esta reducción conlleva, por supuesto, la disminución gradual de la fabricación de equipos que usan estos gases. «Para el año 2030 no debe haber países que consuman estos gases ni países que los fabriquen», recalcó el experto.

En Panamá, la principal misión de Quintero es efectuar el inventario de consumo de los HCFC, para que luego el país establezca una estrategia para disminuir su consumo.

«Verificaremos los datos de Aduanas sobre el ingreso de productos que usan estos gases, y los cotejaremos con la información que manejan las empresas», explicó.

Fuente: La Prensa  19/09/2010

Ganadería destruye la Amazonía

BIODIVERSIDAD EN PELIGRO

Explotación ganadera daña Amazonía

Ministro del Medio Ambiente de Brasil, Carlos Minc lamenta pérdida de bosques.
Los bosques son codiciados por el hombre por la industria maderera, pero también para el desarrollo de la ganadería

EFE REPORTAJES

MADRID. Uno de los mayores escollos es el que representa la postura de Brasil ante la deforestación y explotación de la Amazonía, cuya riqueza, en tiempos de crisis, está siendo tratada de forma desaforada.

El mayor pulmón del planeta, que lo representa la Amazonía, es al mismo tiempo uno de los mayores perjudicados por las agresiones humanas y, por lo tanto, uno de los mayores causantes de efecto invernadero que destruyen el medio ambiente. Pero no sólo la tala de árboles de la que tanto se habla en los medios de comunicación es la causante, la industria ganadera en expansión y sin control durante los últimos años devasta este bosque fundamental para la vida.

Los bosques mantienen los ecosistemas al acumular grandes cantidades de carbono que de no ser retenidos por ellos contribuyen al cambio climático. Además de esta misión esencial para la conservación del medio ambiente, en los bosques sobrevive la cultura de pueblos indígenas, comunidades y más de la mitad de las plantas y de las especies animales terrestres del planeta.

La Amazonía almacena entre 80.000 y 120.000 millones de toneladas de carbono y su destrucción supondría la liberación de una cantidad de GEI (gases de efecto invernadero) equivalente a cincuenta veces las emisiones producidas anualmente por Estados Unidos.

BRASIL, SEGUNDO PAÍS DESTRUCTOR DE MASA FORESTAL EN EL MUNDO

Al ritmo de la deforestación de la Amazonía esto podría llegar a ocurrir, pues registra la mayor tasa de deforestación anual del mundo.

Según el gobierno brasileño, la industria ganadera es el máximo responsable de ello, con la destrucción de un 14 por ciento de la masa forestal. Se calcula que en los últimos años los ganaderos están destruyendo una media de una hectárea de selva amazónica cada 18 segundos, lo que hace que se sitúe en segundo lugar tras Indonesia de países destructores de masa forestal.

La suma de las extensiones de las fincas ganaderas instaladas ocupa aproximadamente el 80% de las áreas amazónicas deforestadas, y en ellas los mayores incentivos los proporcionan una mano de obra barata y la ausencia de una regulación que sea respetada en la zona.

Según datos de Greenpeace procedentes de observaciones realizadas por satélite entre los años 2006 y 2007 y de los permisos de deforestación, el resultado es que más del 90 por ciento de la actual deforestación es ilegal.

Debido a la crisis que está afectando a nivel mundial, el gobierno brasileño ha decidido promulgar leyes que dejan manos libres a los ganaderos y agricultores instalados en este pulmón de la Tierra, en lugar de adoptar una política tendente a preservar las tierras amazónicas. Consecuencia de ello es también la aportación de capital para promover la expansión de las infraestructuras ganaderas.

Estas tierras que han sido usurpadas ilegalmente estarán protegidas, además, por un proyecto de ley que ya se ha presentado ante el gobierno brasileño que concede derechos de propiedad a los usurpadores.

La situación de legalidad de estas tierras ha sido siempre un tema muy confuso por la falta de control sobre los títulos de propiedad y la ambigüedad de su legislación en la que siempre ha primado los intereses creados.

Como consecuencia de este panorama, en los últimos diez años, la industria ganadera brasileña ha experimentado un rápido crecimiento que ha hecho de Brasil el país poseedor de la mayor cabaña ganadera comercial del mundo y le ha convertido en el mayor exportador de carne de vacuno, así como de cuero curtido, cuyo mercado comparte con China.

El pasado año, el comercio ganadero brasileño alcanzó un valor total de 6.900 millones de dólares en el mercado de carne vacuno, cota que el gobierno prevé doblar para el año 2018.

Cerro Punta el paraíso de los agroquímicos

El paraíso de los agrotóxicos

Los residuos de agroquímicos dejan los campos para sentarse en su mesa

PANAMÁ. El abuso de los químicos altamente tóxicos en los campos de cultivos de Cerro Punta, de donde sale el 60% del consumo de los panameños, preocupa a los expertos.

Aquí no solamente se riegan sustancias prohibidas, sino que los trabajadores se bañan diariamente con sustancias sin medidas de seguridad.

El riesgo crece cuando se revisa la lista de lo que se vende, 8 de los 12 plaguicidas prohibidos en acuerdo centroamericano.

CERRO PUNTA

El abuso de los plaguicidas

CARLOS ATENCIO
unidaddeinvestigación
Los campos de cultivos donde sale el 60% del consumo panameño están saturados de agrotóxicos. Los residuos llegan hasta su mesa

CHIRIQUÍ. Laura La Ferla llegó de Italia sin saber que nunca se iría de aquí. Cuando llegó a las zonas altas de Chiriquí se enamoró del clima frío y de los cultivos. Para 1980 se instaló en Cerro Punta, como parte de esa oleada de nuevos vecinos que llegaban al campo.

Sin embargo, enseguida se preocupó por la manera descontrolada en la que utilizaban los agroquímicos. Con ayuda técnica supo que los alimentos que consumía tenían residuos de veneno y se decidió a cambiar la forma de producción, a orgánica, en su propia finca. Su campo era una parcela en medio de tierra que era envenenada día tras día. El cáncer que sufrió es una respuesta oscura: las cosas no se cambian tan simplemente.

En Panamá el 60% de la producción de hortalizas que se comercializa sale de tierras altas, la mayoría de Cerro Punta, un corregimiento al norte de la provincia de Chiriquí, con unos 7 mil habitantes, y donde se registra un alto consumo de plaguicidas. Las ventas anuales superan el millón de dólares.

Estos plaguicidas representan un peligro para la salud; pueden provocar síntomas de envenenamiento a corto plazo, enfermedades que no se manifiestan de manera inmediata, daños crónicos e incluso causar la muerte.

Sólo en este corregimiento hay unos 800 productores, de los cuales unos 80 practican la producción orgánica, el resto se mantiene con los métodos tradicionales de producción. En los valles y laderas es agradable ver los sembradíos de flores, fresas, lechugas, zanahorias, repollos, papas, brócolis, entre otros cultivos que durante los cuatro meses que tardan en el proceso son rociados por herbicidas, insecticidas, nematicidas y fungicidas.

¿Quiénes están expuestos a los plaguicidas? Además de los trabajadores y los productores que mantienen el contacto directo con estas sustancias, en sus casas los familiares y las personas que viven próximas a las zonas agrícolas, que reciben las aspersiones de las descargas aéreas. Pero estas no son las únicas afectadas por el abuso de estos químicos, también los consumidores que ingieren los productos. Estos residuos no se detectan con el olfato.

El profesor Raúl Carranza hizo un estudio para medir el uso de los plaguicidas en las áreas productivas de Cerro Punta. Una de las conclusiones a las que llegó el docente es que en esa región la gente se baña diariamente con plaguicidas y se exponen a riesgos de vaticinio reservado.

En Cerro Punta se utilizaban 8 de los 12 plaguicidas incluidos en el Acuerdo de la Reunión del Sector Salud de Centroamericana y de República Dominicana (Resscad) considerados causantes de la mayor mortalidad por intoxicaciones agudas y para los cuales se ha acordado la restricción. Estas sustancias son: Terbufos, Metamidoros, Carbofuran, Paraquat, Etoprofos, Clorpiritos, Endosulfan, Metomil, advierte el documento en que participaron estudiantes de Biología y de Enfermería.

El caso de los agrotóxicos en Cerro Punta toma grandes medidas cuando los hogares, las escuelas, las entidades de gobierno, las organizaciones, son lugares rodeados de cultivos, los patios de las casas están sembrados lo que hace imposible cumplir con las normas de aplicación de plaguicidas, como el período de ingreso a las tierras luego de una aplicación de agrotóxicos.

Los lugareños quedan expuestos permanentemente a las sustancias.

En un recorrido por algunas parcelas de cultivos, es observable que los obreros no toman medidas de protección cuando aplican estas sustancias tóxicas. La indumentaria es apenas unos recortes de plásticos para no humedecer la ropa y unos trapos para cubrir la boca y la nariz.

DEPRESIVOS

Entre los daños a los que se exponen estas personas están: el Furudan causa depresión en humanos y es tóxico en aves y peces. El Vidate L es altamente tóxico para los humanos. El Tamaron es depresivo en humanos y tóxico para mamíferos, aves y abejas. Counter es depresivo en humanos y tóxico para mamíferos, aves, peces y reptiles. Lannate es depresivo para los humanos y tóxico para aves y abejas.

Miguel Altieri es un profesor de Agronomía chileno afincado en la Universidad de California. Para él una forma de disminuir la contaminación por agrotóxicos es sencillamente cambiando la forma tradicional de producir por el modelo orgánico.

El uso y abuso de los plaguicidas también crea cultivos adictos a estas sustancias. Por otro lado, existen unos 500 tipos de insectos resistentes a los plaguicidas, lo que hace que se saturen las zonas de cultivo sin que se controlen los daños.

Para el docente, las multinacionales, tienen sus manos metidas dentro de las investigaciones. En la Universidad de California, donde labora, la British Petroleum destinó 500 millones de dólares para investigación. “Son las empresas interesadas las que ponen el dinero para el proceso investigativo”.

El uso de los químicos no es tan efectivo como se vende. El investigador chileno aclara que las plagas permanecen en los campos de cultivo porque hay abundacia de alimentos, y no tienen los enemigos naturales que tienen, los plaguicidas los han matado; a su vez, el pesticida crea una plaga secundaria, entonces para esa nueva plaga hay que volver a rociar los campos con agrotóxicos.

Altieri señala que el mal uso que se le da a los plaguicidas trae como ejemplo el caso de las plantaciones de algodón en Nicaragua, que en los años 70 colapsaron porque los plaguicidas no controlaban las plagas y se saturó la tierra de químicos. También afirma lo que dijo su colega de la Universidad de Panamá, sobre el producto de estas plantaciones, sea hortalizas, bananos, piñas y demás nunca quedan libres, “a todo lo que se aplica químicos queda contaminado”.

El investigador culpa a la ciencia, por los problemas que sufren los trabajadores de las plantaciones, que se exponen a los agrotóxicos. La ciencia no es objetiva y se financia con dineros que salen de las empresas. “En el mundo se usa 50% de los niveles no permitidos de plaguicidas, lo que causa mutaciones, abortos, diabetes, enfermedades crónicas”.

Contrario a los argumentos negativos, reclama Altieri, que la producción orgánica no es rentable, en el mundo suman 35 millones de hectáreas produciendo en este modelo de producción limpia, que no causa daños a la ecología como lo hacen las otras formas de producción masiva que tampoco ha terminado con el hambre en el planeta.

A la batalla por los agroquímicos se suma la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina capítulo de Panamá (RAP-AL), que el 3 de abril de 2009 recibió un documento de la Dirección de Sanidad Vegetal del Ministerio de Desarrollo Agropecuario con la lista de los agroquímicos a prohibir y restringir.

El profesor Raúl Carranza, luego de analizar la lista con las sustancias, encontró que productos como el Clordano, que aparece como prohibido desde el 1987 en Panamá, regresa en la lista como un químico prohibido.

Otro de los cuestionamientos del profesor era que la lista aparecía el Etoprofos, un producto restringido desde 1987, que se importa desde EEUU con la advertencia de for only export. Si el producto está prohibido en el país de origen y siendo Panamá signatario del convenio de Rotterdam, que nos protege de importar plaguicidas prohibidos en el país exportador, ¿cómo es posible que las autoridades permitan la entrada de ese producto? Fue la pregunta que le envió Carranza en una misiva a Jorge Luis Requena, director encargado de Sanidad Vegetal.

PELIGROS A LA VISTA

Un estudio del Instituto de Investigación Agropecuaria de Panamá (IDIAP) de 1997, advertía del uso descontrolado de plaguicidas: «está provocando muertes por causas difíciles de definir». Este estudio contribuyó para que el MIDA decidiera a través del Resuelto No. 074-ADM, la prohibición, registro, importación, fabricación, formulación, comercialización y utilización en la agricultura nacional de 61 clases de plaguicidas altamente tóxicos. Otro estudio de rastros de residuos de plaguicidas en alimentos es el de Rodríguez, J.A. y Lamoth, L. (1994) en el que se examinaron 229 muestras de cultivos de Coclé, Chiriquí, Herrera, Los Santos, Veraguas y Panamá. Los resultados indicaron que el 22% de las muestras contenían residuos.

CARLOS ATENCIO.

DATOS DE PRODUCCIÓN

1 MILLÓN

De dólares representa la venta de agrotóxicos en Cerro Punta, entre los cuales se encuentran 8 de los 12 plaguicidas incluidos en el Acuerdo de la Reunión del Sector Salud de Centroamérica y de República Dominicana (Resscad). De los 800 productores que utilizan químicos unos 80 han cambiando al orgánico.

Fertilizantes reducen biodiversidad

Fertilizantes reducen biodiversidad

Plantas

Los fertilizantes le dan ventajas a las plantas que crecen más rápido.

Un equipo de científicos identificó por qué la fertilización excesiva del suelo reduce la diversidad en las plantas.

Los nutrientes adicionales les permiten a las plantas que crecen más rápido dominar el hábitat, bloqueando el vital acceso al sol a las especies más pequeñas, sostienen los expertos.

Como resultado, muchas especies están desapareciendo en las zonas afectadas.

El equipo de la Universidad de Zurich -que publicó sus conclusiones en la revista Science- advirtió sobre la necesidad de establecer mayores controles para prevenir la pérdida de la biodiversidad a gran escala.

Cifras recientes indican que el nivel global de nitrógeno y fósforo disponible para las plantas se ha duplicado en los últimos 50 años.

Según los investigadores, resulta evidente que el aumento de los nutrientes químicos en un ecosistema conlleva a la pérdida de biodiversidad. Sin embargo, hasta el momento no habían logrado comprender cómo es que sucedía.

«Uno pensaría que más (nutrientes) producirían una mayor diversidad», señaló el coautor del estudio, Andrew Hector, investigador del Instituto de Ciencias Medioambientales de la Universidad de Zurich.

«Y sin embargo, están considerados una de las principales amenazas a la biodiversidad en este siglo», agregó.

El secreto está en la luz

Dos son las principales hipótesis, explicó el científico: «Una es que la presencia de más recursos produce un aumento general en la fuerza de la competencia entre las plantas».

Como la luz es un recurso vital, las especies más pequeñas quedan a la sombra de las especies más altas, y así comienza a perderse la biodiversidad

Andrew Hector, Universidad de Zurich

«La otra es un poco más mecánica», le dijo Hector a la BBC.

«Cuando aumentas la fertilización, aumentas la productividad, lo cual a su vez aumenta la biomasa y por ende, la sombra».

«Como la luz es un recurso vital», agrega, «las especies más pequeñas quedan a la sombra de las especies más altas, y así comienza a perderse la biodiversidad».

Tras realizar una serie de experimentos en el laboratorio, el equipo se inclinó por la segunda hipótesis: la falta de acceso a la luz es lo que afecta la biodiversidad y no la mayor agresividad de la competencia.

Sin embargo, los expertos creen que esta conclusión no es una suerte de «varita mágica» para los conservacionistas.

«Lo que nuestros experimentos muestran es que la competencia por la luz es muy asimétrica».