Consumo inteligente para un hogar ‘verde’

MENOR IMPACTO. LA ANAM RECOMIENDA USAR PRODUCTOS BIODEGRADABLES.

Consumo inteligente para un hogar ‘verde’

Mientras más limpias y olorosas están las casas, el planeta está cada vez más sucio por la contaminación causada por el hombre. Pero se pueden tomar medidas.

ALTERNATIVAS. El bicarbonato de sodio mezclado con un poco de agua tibia se puede usar para limpiar superficies en la cocina y el horno. Aunque la idea de los limpiadores naturales es válida, no son muy prácticos para el uso masivo. MCT Direct

TAMARA DEL MORAL
tdelmoral@prensa.com

Si no huele a cloro, no está limpio. Hay que usar un limpiador para cada cosa. Mientras más jabón use para lavar, más resplandeciente quedará la ropa. Son algunas premisas muy arraigadas en algunas personas cuando de higiene en el hogar se trata.

En tiendas y supermercados la oferta de productos con “poderes” desinfectantes, desengrasantes, blanqueadores y antibacteriales es casi tan amplia como la de las fragancias que prometen. Muchos consumidores escogen aquellos que han comprado por tradición; otros buscan los que están en oferta o se guían por el aroma que más les guste.

¿Cuántos toman en cuenta si estos limpiadores de pisos, cocinas, baños y vidrios, entre otros, contienen químicos tóxicos para la salud, las mascotas y el ambiente?

LIMPIEZA MÁS ECOLÓGICA

El consumo inteligente y la limpieza “verde” pueden ayudar a ahorrar dinero, y a impactar positivamente en la salud humana y ambiental; sin embargo, en Panamá hay un gran desconocimiento o desinformación sobre estos temas, estima Luciano Ramírez, del Departamento de Producción Más Limpia de la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam).

En su opinión, el consumo sustentable debería ser una iniciativa de cada ciudadano, y no presentársele como una imposición.

Fernando Carbonell, gerente general de la compañía de limpieza verde Lotus, coincide con Ramírez en que hace falta conocimiento sobre el tema en el país y añade que “existe la percepción de que si un producto se compra en el supermercado debe ser seguro, cosa que no es del todo cierto”.

Por ejemplo, uno de los desinfectantes más usados es el cloro (solución de hipoclorito de sodio). Este puede causar quemaduras en la piel y los ojos, y puede ser fatal si se ingiere. Además, contamina las aguas residuales y puede generar sustancias carcinógenas.

El profesor de química analítica Darío Mendoza, de la Universidad de Panamá, explica que hoy existen policarbonatos que cumplen las mismas funciones del cloro, pero sin tener el olor de este (cloro gas), que la gente asocia con limpieza y que es tóxico, sobre todo si se trata de un lugar poco ventilado.

Si se comete el error de mezclarlo con un producto que contenga amonia o amoniaco, se libera el gas cloro más rápido.

Otros químicos que se pueden encontrar en limpiadores comunes son el glicol éter y formaldehídos.

JABONES Y DETERGENTES

Los jabones son derivados de grasas y aceites; los detergentes en su mayoría son derivados del petróleo, dice el profesor de química física Sebastián Vásquez, de la Universidad de Panamá.

En algunos países el agua contiene mucho calcio y magnesio. A los detergentes se les agrega fosfatos para contrarrestarlos. Pero estos catalizan el crecimiento de algas y reducen el intercambio de oxígeno en el agua, afectando a los peces.

Entonces, ¿cuáles son mejores para el ambiente? Es algo muy relativo. Quizás aquellos jabones que provienen de fuentes naturales sean menos contaminantes, pero también son más costosos. Además, tal vez no limpien tan bien como un detergente. Por otro lado, añade Mendoza, muchos jabones son insolubles y es difícil descomponerlos o eliminarlos.

“Entre los más biodegradables están los alquilbencensulfonatos lineales (LAS). Para ropa no muy sucia se podría usar detergentes no iónicos, que reducen casi en su totalidad la necesidad de fosfatos”, explica Vásquez.

OPCIÓN: BIODEGRADABLE

Escoger un jabón o limpiador amigable con el ambiente puede ser complicado e involucra un conocimiento que no está al alcance de toda la población. La Anam aconseja elegir aquellos que son biodegradables, y usarlos en la forma y cantidad indicadas por el fabricante.

Por otro lado, hay productos naturales que son recomendados por los ambientalistas, entre ellos el limón, el alcohol y el vinagre.

“El alcohol es una buena alternativa, pero solo en superficies lisas que se sequen de inmediato y no lo absorban”, dice el profesor Vásquez.

En lugar de usar productos en spray para limpiar el horno, se puede usar bicarbonato de sodio con agua tibia. Y para desinfectar, desengrasar y remover depósitos de calcio, usar vinagre (ácido acético al 5%).

Para limpiar vidrios, Carbonell recomienda un limpiador que en vez de tener amonia contenga alcohol isopropílico (solvente orgánico) y usar toallas de microfibras (en vez de toallas de algodón) pues así se gasta menos producto.

Ahora, recalca el funcionario de la Anam, a pesar de sus efectos positivos, los limpiadores naturales no son muy prácticos para el uso masivo.

Educación y normas son clave

El profesor de química analítica Darío Mendoza, de la Universidad de Pana- má, plantea que se deben promover programas de educación, e incluir a la empresa privada que fabrica productos de limpieza, para que tomen conciencia de la afectación que estos pueden causar a las perso- nas y al ambiente, y así, usen ingredientes menos contaminantes. Lo ideal es que el usuario no tenga que estar viendo en el supermer- cado qué hace daño y qué no, sino que lo que esté allí sea seguro para usar.

Este programa debiera definirse entre los ministerios de Salud y de Educación, y podrían participar la Anam y el Sindicato de Industriales, entre otras instituciones. Además, sustenta, debe haber reglas para las empresas y fiscalización para que los productos cumplan con lo que indican sus etiquetas. Ahora, concluye, hay que tomar en cuenta que la “química verde” tiene sus costos adicionales y que las materias primas pueden ser de difícil consecución.