Manglares siguen amenazados

Actividades agrícolas destruyen manglares

Los manglares son los más afectados. ESPECIAL PARA LA PRENSA/Sandra Alicia Rivera

Sandra Alicia Rivera
DAVID, CHIRIQUÍ.

nacionales@prensa.com

El director regional de la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam), Harmodio Santamaría, afirmó que han recibido denuncias de que existen personas que  hacen uso inadecuado de las áreas de manglares.

La Anam y la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá están realizando operativos e inspecciones técnicas, recorridos rutinarios y recorridos para identificar estos sitios.

Aseguró que uno de los problemas más graves es en áreas de manglares, que los pone en peligro, atacando este sistema tan frágil y vital para la población.

De acuerdo al funcionario, las áreas marinas con humedales se consideran como lugares dedicados a la conservación de especies.

MIVI zonificó manglares para urbanizaciones

JUAN DÍAZ

El Mivi cambió uso de suelo en área de manglar

La dirección de Áreas Protegidas de la Autoridad Nacional del Ambiente criticó al Ministerio de Vivienda por violar normas que protegen los manglares.

josé arcia
jarcia@prensa.com

Unas 18.5 hectáreas de manglar en el área sur de Juan Díaz están en riesgo como consecuencia de un cambio de uso de suelo que aprobó el Ministerio de Vivienda (Mivi) en enero de 2007, para realizar el proyecto Santa María Golf & Country Club. La decisión fue tomada bajo la administración de la entonces ministra Balbina Herrera, quien dejó la cartera en abril de 2008.

El proyecto incluía unas 23.5 hectáreas de manglar, pero el promotor modificó los planos y excluyó nueve hectáreas. Sin embargo, de acuerdo con el estudio de impacto ambiental (EIA), se talarán otras cuatro hectáreas para la canalización del río Juan Díaz. El estudio fue aprobado por la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) en febrero de 2008.

Los grupos ambientalistas están cuestionando al Mivi por haber otorgado los cambios de uso de suelo, que permitirán desarrollos urbanísticos en áreas de manglar que fueron identificadas por el propio Mivi como zonas de reserva ecológica, a través de la Resolución 1-80 del 3 de enero de 1980.

En el año 2000, se aprobó el Decreto Ejecutivo No. 205 de 28 de diciembre, que también estipula que deben conservarse los manglares de Juan Díaz.

Para el viceministro del Mivi, José Batista, para aprobar el proyecto no hubo cambio de uso de suelo porque esas áreas no tenían categorías de uso. “Lo que hicimos fue asignarle al proyecto un uso de suelo en respuesta a un plan de desarrollo que ellos presentaron”, explicó el funcionario.

cambio de zonificación en área protegida

Nuevo uso para el manglar

Parte del proyecto Santa María Golf & Country Club ocupará 18.5 hectáreas de manglar en Juan Díaz, que eran zonas de reserva ecológica.

trabajos. La empresa ya ha empezado el movimiento de tierra en la zona del proyecto. Los grupos ambientalistas consideran que el Ministerio de Vivienda violó las normas. LA PRENSA/Carlos Lemos

JOSÉ ARCIA
jarcia@prensa.com

El Ministerio de Vivienda (Mivi) otorgó un cambio de uso de suelo en la zona sur de Juan Díaz que preocupa a los grupos ambientalistas, porque permite la urbanización de áreas que estaban destinadas a la conservación desde la década de 1980.

En enero de 2007, el Mivi emitió la Resolución No. 02-2007, mediante la cual aprobó cuatro categorías de uso de suelo al proyecto Santa María Golf & Country Club: residencial de mediana densidad (R2B), residencial de alta densidad (RM3), comercial de alta densidad (c-2) y área verde o campo de golf y parque (AV).

Los cambios de zonificación incluyeron zonas de manglar y humedales que el propio Mivi destinó como área restringida y de reserva ecológica desde 1980.

Las preocupaciones

Desde mediados del año pasado, grupos conservacionistas han estado cuestionado este cambio de uso de suelo.

El primero en hacerlo fue la Sociedad Audubon de Panamá, que señaló que las nuevas zonificaciones son “violatorias a las normas vigentes”.

La propia directora de Áreas Protegidas de la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam), Aleida Salazar, señaló: “Quisiéramos conocer en base a qué norma el Mivi aprobó este proyecto urbanístico”.

Ambas opiniones quedaron plasmadas en los informes que se incluyeron en el estudio de impacto ambiental (EIA) que la sociedad Trilux Holdings, responsable del proyecto, presentó ante la Anam para su evaluación. El EIA fue aprobado por la Anam en febrero de 2008.

El Centro de Incidencia Ambiental (Ciam), por su parte, también ha cuestionado el proyecto y está buscando toda la documentación para demandar ante la Corte Suprema de Justicia (CSJ) los cambios de uso de suelo.

Leslie Marín, abogado de Ciam, dijo que el recurso será presentado en los primeros días de enero de 2009.

Marín explicó que las acciones en contra de la decisión del Mivi se están haciendo ahora porque la entidad les negó, al principio, algunos de los documentos solicitados.

Luego de cuatro meses de haber presentado un hábeas data ante la CSJ, el mes pasado salió el fallo obligando al Mivi a proporcionar la información.

En el centro de estos cuestionamientos están 18.5 hectáreas de manglar que serán taladas porque forman parte del proyecto, en el que se planea construir unas 4 mil viviendas de “lujo”, además de una cancha de golf de 18 hoyos.

“El área propuesta para la ejecución del proyecto urbanístico presenta característica muy especiales, que además de su valor ecológico… cumple importantes funciones climáticas previniendo inundaciones…”, señaló el informe de Salazar, directora de Áreas Protegidas.

Bolívar Zambrano, director de Evaluación de la Anam, dijo que el EIA se aprobó, pero se prohibió la tala de manglar para el desarrollo del proyecto.

Martín Sosa, director general del Santa María Golf & Country Club, dijo que la primera frase del proyecto no incluye áreas de manglar, “y para las siguientes fases haremos las evaluaciones ambientales”.

En el EIA que entregó a la Anam, Sosa plantea que se añadirá al programa de reforestación de manglar en el estero de Chame.

José Batista, viceministro del Mivi y quien ocupaba el cargo de director de Desarrollo Urbano del Mivi cuando se cambiaron los usos de suelo, dijo que el proyecto Santa María Golf ha sido “satanizado”. Se trata de una obra residencial “donde hemos sido estrictos con el tema ambiental”, dijo.

A juicio de Batista, los nuevos usos de suelo no fueron otorgados para las áreas de manglar. Incluso, dijo, a los promotores del proyecto se les obligó a hacer cambios para que sacaran esas áreas protegidas.

PUNTOS PARA RECORDAR

Terreno.
Con más de 200 hectáreas, el proyecto afectará 18.5 hectáreas de manglar.

Usos.
Santa María Golf & Country Club es un proyecto de residencias de lujo que incluye un campo de golf.

Manglares siguen en riesgo

SE HAN REFORESTADO UNAS 300 HECTÁREAS DE MANGLAR EN LAS COSTAS DEL PACÍFICO PANAMEÑO

Manglares siguen en riesgo

La Autoridad Nacional del Ambiente reconoce que en el país se ha perdido un 75% de los bosques de manglar y que el 25% que queda está en peligro por la intervención humana.

JOSÉ ARCIA
jarcia@prensa.com

El 75% de los bosques de manglar ha sido destruido y el resto está en peligro de desaparecer. Así lo reconoce la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) en un comunicado publicado en su página web.

“En los últimos años se ha registrado una fuerte intervención humana que ha afectado estos bosques y la biodiversidad propia de los manglares”, señala la nota de prensa, que cita a Aleida Salazar, directora de Áreas Protegidas y Vida Silvestre de la entidad.

La Anam señala que para contrarrestar esta situación, en los últimos tres años han reforestado unas 300 hectáreas de mangle –con la siembra de 33 mil plantones– en las costas del Pacífico panameño, con ayuda de las comunidades.

La reforestación se ha realizado dentro de las nueve zonas de manglar que están en la categoría de áreas protegidas.

Ariel Rodríguez, biólogo y profesor de la Universidad de Panamá, duda que se haya destruido el 75% de los manglares del país.

Sin embargo, dijo que el tema es preocupante por la importancia que tienen estos ecosistemas que, además de funcionar como barreras naturales para las comunidades costeras ante fenómenos climáticos, sirven como zonas de reproducción para diversas especies marinas.

Además, en algunos sitios del país son lugares de anidación y alimentación de aves migratorias.

Rodríguez dijo que la destrucción de los manglares se da más por “corrupción” en las estructuras gubernamentales, que por falta de leyes que los protejan.

Un estudio del Centro del Agua del Trópico Húmedo para América Latina y el Caribe (Cathalac) sobre los manglares, presentado a mediados de este año, señala que las leyes no se cumplen por “desconocimiento de las autoridades” y por “poderosos intereses políticos y económicos”.

UICN insta a Mesoamérica a la conservación de los manglares

IV periodo de sesiones en el Congreso Mundial de la Naturaleza realizado del 5 al 14 de octubre de 2008 en Barcelona, España

UICN insta a Mesoamérica a la conservación de los manglares

Debido a que los manglares contribuyen a disipar la fuerza y disminuir el daño que causan los eventos climáticos costeros potencialmente catastróficos como trombas marinas, tornados y otros, producto de los cambios climáticos globales que enfrentamos se hace necesario prevenir o evitar la pérdida de biodiversidad que habita estos ricos ecosistemas, por lo que se destaca la importancia de tomar en cuenta que los bosques de manglares en Panamá y otras regiones de Mesoamérica, se encuentran severamente amenazados por la conversión a otros usos debido al desarrollo turístico y urbano no planificado adecuado.

Destacaron además que es de vital importancia para los panameños de reconocer que tenemos la capacidad colectiva de reducir las amenazas.

Costas con manglares en el Golfo de Chiriqui, Rep. de Panamá

Costas con manglares en el Golfo de Chiriquí, Rep. de Panamá

Manglar, Rizophora mangle

En la solicitud la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha instado a los gobiernos de región mesoamericana a incorporar el impacto de la destrucción de manglares, en la gestión del riesgo relacionada a las amenazas que se asocian al cambio climático; a hacer valer sus compromisos nacionales relativos a conservar los humedales, especialmente los manglares, en el marco de la Convención de Ramsar sobre los Humedales y en particular a los Gobiernos centroamericanos que alcancen los objetivos propuestos en la «Política centroamericana para la conservación y uso racional de los humedales», e incorporar al sector privado y la sociedad civil en las áreas de planificación y prevención de los riesgos y mitigación de los impactos asociados al cambio climático en las áreas costeras.

En este sentido, el Congreso Mundial de la Naturaleza, ofreció orientación para la implementación del Programa 2009-2012, donde se le solicitó a la Directora General que, en consulta con las Comisiones y los Comités Nacionales de la UICN, que priorice acciones concernientes a la conservación del ecosistema de manglar en Mesoamérica.

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RESOLUCIÓN APROBADA EN LA REUNIÓN MESOAMERICANA DE LA UICN, 2007

Recomendación 023: Conservación de manglares

Comprendiendo que los bosques de manglares funcionan como control de impactos al ser nuestra primera línea de defensa contra los eventos climáticos costeros potencialmente catastróficos a nuestra sociedad, producto de los cambios climáticos globales que enfrentamos y para prevenir o evitar la pérdida de biodiversidad que habita estos ricos ecosistemas y tomando en cuenta que los bosques de manglares se encuentran severamente amenazados por el desarrollo urbano que se da en el país y debido a que tenemos la capacidad colectiva de reducir las probabilidades de que ciertos eventos y fuerzas puedan tener consecuencias devastadoras en nuestra gente y en los ecosistemas de manglares ubicados en ambas costas e islas de nuestro territorio,

Recomendamos al Gobierno de Panamá:

1. Trabajar en incorporar el impacto de la destrucción de manglares en la gestión de riesgo relacionada a las amenazas que se asocian al cambio climático

2. Hacer valer su compromiso de estado de conservar los manglares de nuestro país y revisar la Ley 2 de 7 de enero de 2006 y su Artículo 33 que dice: ‘Quedan prohibidos la tala, el uso y la comercialización de los bosques de manglar, de sus productos, partes y derivados; se exceptúan los proyectos de desarrollo turístico, previa aprobación del estudio de impacto ambiental y cumplimiento de la legislación vigente’.

3. Retomar las recomendaciones de SENACYT, principalmente en las zonas costero-marinas, en cuanto a ‘incorporar al sector privado y la sociedad civil en las tareas de prevención y control de las consecuencias del cambio climático mediante alianzas basadas en reglas claras, información adecuada e incentivos directamente vinculados a la mitigación.

4. Darle seguimiento al análisis de vulnerabilidad ya iniciado de nuestros ecosistemas, en especial el de manglares, para elaborar planes de prevención y recuperación ante desastres naturales que nuestras comunidades costeras enfrentarán por el cambio climático.

Devastación de manglares en Colón no termina

ÁREAS REVERTIDAS.

Piden cambio a uso de suelo

José Arcia
jarcia@prensa.com

Stanley Heckadon, científico del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, planteó ayer la necesidad de reformar el plan de uso de suelo de la región interoceánica, con la finalidad de conservar las pocas áreas de manglar que quedan en Coco Solo, Colón.

La Ley 21 del 2 de julio de 1997, en la cual se establece el plan de uso de suelo de las áreas revertidas, destinó Coco Solo al desarrollo de la actividad portuaria e industrial. Heckadon dijo que sería bueno que el Gobierno “reenfoque” el uso de suelo de esa área para conservar los manglares.

El científico explicó que cuando se creó la ley, había poca información sobre la importancia de estos ecosistemas, pero esa realidad ha cambiado.

DEvastación de manglares en colón causa preocupación.

Piden que se modifique plan de uso de suelo

LA PRENSA/Carlos Lemos
Crecimiento. La ampliación de instalaciones portuarias avanza sobre áreas de manglar.

José Arcia
jarcia@prensa.com

Reformar el plan de uso de suelo de la región interoceánica, con la finalidad de conservar los manglares de la ciudad de Colón, planteó ayer el científico del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, Stanley Heckadon.

La propuesta obedece a las devastaciones que sufre ese ecosistema como consecuencia del desarrollo portuario y la expansión de la Zona Libre de Colón.

Heckadon dijo que cuando se creó la Ley 21 del 2 de julio de 1997, por la cual se aprueba el plan para el desarrollo de la región interoceánica y el plan general del uso, conservación y desarrollo del área del Canal, había poca información sobre la importancia de los manglares, pero eso ha cambiado en años recientes.

No solo se cuenta con la literatura científica sobre la importancia del ecosistema, sino que también hay ejemplos concretos de cómo su devastación representa un peligro para las comunidades costeras.

“Sería bueno que el Gobierno reenfoque el uso de suelo en Coco Solo, en Colón”, dijo Heckadon, ya que la Ley 21 destinó el área “a la actividad portuaria e industrial”.

Es un tema que le he planteado a las autoridades gubernamentales, pero hasta el momento no han emitido ninguna consideración, dijo Heckadon.

Para el ambientalista Ariel Rodríguez “lamentablemente, el daño ya está hecho” en nombre de un “ desarrollo que ha sido desordenado”.

La ampliación de instalaciones portuarias en la ciudad de Colón fue motivo de debate en mayo de 2007, cuando entidades gubernamentales, ambientalistas y científicos discutieron sobre los daños que las construcciones han causado al ecosistema marino-costero.

Las negociaciones concluyeron con un acuerdo, según el cual la empresa Colon Container Terminal se comprometía a dejar una servidumbre de 125 metros a lo largo de la carretera hacia isla Galeta.

Rodríguez considera que es “muy peligroso” hablarle al Gobierno de modificar el uso de suelo de la región interoceánica, porque terminaría por tomarse las áreas protegidas para destinarlas al desarrollo.

El problema es que la actividad portuaria en Colón carece de una política ambiental, dijo, pero ese desarrollo se podría dar sin afectar ecosistemas sensibles, como los manglares.