Dejemos de exprimir el planeta Tierra

Dejemos de exprimir el planeta

El 50% de la Tierra se encuentra transformada. Menos del 17% de todos los continentes es tierra virgen y la mitad de la superficie terrestre se ha convertido en terreno de cultivo o pasto. La acción humana se extiende como el peor depredador sobre la naturaleza y sus efectos son numerosos. Los bosques naturales desaparecen al ritmo de unos 14 millones de hectáreas cada año. La transformación de grandes extensiones forestales o selváticas en plantaciones de monocultivo ha provocado el aumento de brotes de enfermedades y parásitos. Además, especies de grandes mamíferos han desaparecido en favor de otras más pequeñas, que invaden y arrasan terrenos. Nos encontramos en el periodo de mayor extinción de especies vegetales y animales, debido al excesivo consumo humano y la contaminación de los recursos naturales.
El mapa del mundo presenta una encrucijada de líneas de transporte y vías que conectan todos los continentes. La creciente construcción de puertos, puentes y carreteras, para impulsar y facilitar el comercio y las comunicaciones entre los países ha causado un gran impacto en el medioambiente. Además, ha provocado el desplazamiento de la fauna y la alteración de su ritmo biológico y son también el medio perfecto para la transmisión de enfermedades humanas llegadas de otras zonas y que, en ocasiones, los países receptores no están preparados para afrontar. Ecosistemas como las marismas, los arrecifes de coral o los manglares han sido gravemente dañados y ya están desapareciendo en algunas zonas.
Las presas, construidas para mejorar el riego, producir electricidad o controlar las inundaciones, se convierten en barreras que impiden las migraciones de los peces y destruyen zonas de reproducción de las especies autóctonas. Además, modifican el volumen de agua de los cauces, pues almacenan casi seis veces más agua que la que llevan los ríos. La costa tampoco escapa a la agresión del hombre. En las ciudades, la constante y creciente edificación no planificada ha supuesto una drástica reducción de los espacios naturales. Estas reservas urbanas resultan vitales para las personas y su número desciende a un ritmo descontrolado. Por otra parte, la proliferación de las ciudades junto a su creciente masificación ha provocado una mayor demanda de recursos, lo que conlleva un mayor impacto sobre los ecosistemas.
En el años 2030, unos 5,000 millones de habitantes vivirán en ciudades, por lo que la necesidad de agua, de cereales o de madera se triplicará, pero la capacidad de muchos ecosistemas para proporcionar estos productos habrá disminuido alarmantemente. Por eso, son necesarias estrategias de desarrollo capaces de combinar el crecimiento de la población, el cuidado de los ecosistemas, la tecnología y el acceso controlado a los recursos. A lo largo de la historia los ecosistemas han sido trabajados para obtener de ellos alimentos, materiales como la madera o el carbón, recursos energéticos, medicinas, etc. Pero con el paso del tiempo esta actividad se ha transformado en una explotación intensiva. El desarrollo no debe estar reñido con la protección y el cuidado de nuestro planeta. La clave para frenar la espiral de destrucción que el ser humano ha desencadenado sobre la naturaleza se encuentra en la armonía entre crecimiento y sostenibilidad. Y luchar por ella es tarea de todos.

Rocío Ruiz- Calero
Periodista
ccs@solidarios.org.es

Más demanda para petrolera PTP en Panamá

CONTAMINACIÓN. RESIDUOS DE CRUDO SIGUEN EN LA BAHÍA.

Demandas suman $862 millones

El juzgado undécimo de circuito acogió una demanda en contra de Petroterminal de Panamá.

Los pescadores alegan que sus ingresos económicos han mermado a consecuencia del derrame ocurrido en febrero.

ESPECIAL PARA LA PRENSA/Flor Bocharel

SANEAMIENTO. Esta foto, tomada el pasado sábado, muestra que después de seis meses del derrame de crudo en Chiriquí Grande, los trabajos de limpieza todavía no terminan. 

José Arcia
Flor Bocharel

panorama@prensa.com

Las demandas civiles en contra de Petroterminal de Panamá por el derrame de petróleo en La Laguna de Chiriquí Grande ya suman 862 millones de dólares y todavía los trabajos de limpieza no terminan.

La última de las dos demandas que enfrenta PTP la presentó el abogado Ricardo Vial, en representación de 194 personas, entre pescadores y comerciantes, quienes consideran que sus ingresos económicos se han visto «perjudicados» a consecuencia del derrame del pasado 4 de febrero.

Vial sustenta la demanda –por la suma de 325 millones de dólares más los gastos que genere el proceso– en que «Petroterminal de Panamá posee responsabilidad objetiva de resarcir el daño y perjuicio» causado a los pescadores y comerciantes.

Además, alega Vial, si dicha responsabilidad no es atribuida a PTP «constituiría un incentivo a nuevos derrames y contaminaciones por parte de esa u otras empresas que operen en nuestro país».

La primera demanda, por 537 millones de dólares que incluye gastos del proceso, la presentó el abogado Silvio Guerra, en representación de 14 comunidades indígenas en las que residen alrededor de 60 mil personas. La acción judicial fue presentada ante el Tribunal Marítimo y fue acogida por el juez Calixto Malcom, el viernes 1 de junio pasado.

Por este proceso, el juez ordenó el secuestro de 5 millones 400 mil barriles de petróleo a la empresa Castor American Inc. (Castor Petroleum) almacenados en los depósitos de las terminales del Atlántico y del Pacífico de PTP. Después, por una orden de la Corte Suprema de Justicia al admitir un recurso en contra del secuestro, el crudo fue liberado.

LA VOZ DE LOS AFECTADOS

El pasado sábado, al mismo tiempo que PTP continuaba con las labores de limpieza del crudo, los nuevos demandantes que viven cerca de las instalaciones de la empresa hablaban de los problemas que les ha ocasionado el incidente. Incluso, un residente que pidió el anonimato dijo que PTP le solicitó que firmará un finiquito para desistir de la demanda.

Este diario llamó ayer al gerente general de PTP, Luis Roquebert, para conocer su versión sobre la nueva demanda y de las alegaciones de los afectados, pero no respondió.

Lo confirmado es que Harmodio Saldaña, uno de los demandantes que alternaba la pesca con la reparación de joyas, dijo que su actividad pesquera dejó de ser la misma.

Gobierno vende los bosques de las áreas revertidas

AMBIENTE. HARLEY MITCHELL, DE LA ANAM, DICE QUE LAS VENTAS SE SUSTENTAN EN LA LEY 21 DE 1997.

Se vende bosques en las áreas revertidas

El anuncio de venta del área boscosa ubicada en el lote CL-22 tiene en alerta a los residentes de Clayton.

160 familias que viven en Farfán II se oponen a la venta del bosque vecino a su comunidad.

LA PRENSA/Bernardino Freire

SE UNEN. Los residentes de Farfán empezaron su lucha desde 2006

Eliana Morales Gil
emorales@prensa.com

La subasta de 15.1 hectáreas de tierras boscosas ubicadas en Clayton –dentro del Parque Camino de Cruces– no es la única venta que pretende hacer el Gobierno con los bosques de las áreas revertidas. El pasado viernes se publicó en la Gaceta Oficial No. 25,849 la Resolución de Gabinete 92, que autoriza al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) subastar ocho hectáreas de terreno identificadas como FA02-42 y ubicadas en el sector de Farfán, corregimiento de Veracruz. El valor refrendado del terreno es de 3 millones 442 mil 582 dólares con 55 centésimos.

Pero también está a la venta el lote FA03-12, de 44 mil 222 metros cuadrados (casi 5 hectáreas), a un precio de un millón 467 mil 307 dólares. Una vez los residentes del área se enteraron de que el bosque vecino a su comunidad se subastaría, empezaron a tomar medidas para impedir la acción.

Ana Chang, vocera de las 160 familias que viven en Farfán II, dijo que la zona es refugio de animales silvestres que perderían su hogar si venden las tierras.

Además, advierten que el bosque es parte de los pulmones del Canal de Panamá y si se vende para darle paso al desarrollo de edificaciones, la zona se contaminaría visual y ambientalmente. La lista no termina allí. Otro pedazo de bosque está a la venta en Clayton. Se trata del lote CL-22 de una hectárea de extensión con mil 490 metros cuadrados. El valor del terreno es de un millón 194 mil 970 dólares con 40 centésimos.

‘VENTA SILENCIOSA’

«Ideal para desarrollar proyectos residenciales de viviendas unifamiliares, adosadas o plurifamiliares», dice en el anuncio que aparece en el sitio http://www.ari.gob.pa.

Este aviso le roba al sueño a la Asociación de Propietarios y Residentes de Clayton (Aprecla). Su presidente Azael Barrera tiene una posición bien clara del asunto.

«La venta del CL-22 es la punta de lanza de una docena de lotes más que el MEF se propone vender, en privado y en público, en las próximas semanas o meses», asegura.

La Aprecla está dispuesta a dar la batalla y le envió una carta a la administradora de la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam), Ligia Castro, y al alcalde capitalino, Juan Carlos Navarro, en la que manifiesta su preocupación por la subasta. Además, adjuntan una copia de un estudio denominado Alternativas de manejo de los bosques urbanos de Clayton ante el desarrollo no planificado.

Allí se consigna que el terreno que está a la venta «es un eslabón delicado y frágil de una red de corredores biológicos que atraviesa Clayton y que permite la sostenibilidad de la vida silvestre en otras áreas como Cárdenas, Corozal, Albrook y Llanos de Curundú.

Hay más. La venta de los lotes GM01-39 y GM01-40 se promociona en internet como «un lugar en Panamá rodeado de un ecosistema de exótica biodiversidad». Estos terrenos están a la venta a un precio sugerido de 234 mil 376 dólares y 73 mil 634 dólares, respectivamente.

Y en Cárdenas también están subastando otros terrenos rodeados de biodiversidad. Los lotes CA02-17 y CA02-10, con extensiones de 46 mil 659 metros cuadrados (casi 5 hectáreas) y 18 mil 225 metros cuadrados, respectivamente, tienen un precio refrendado de un millón 735 mil 740 dólares y 627 mil 488 dólares.

La punta de lanza de la promoción de los terrenos invita a grandes negocios. «Ideal para sumarse al exitoso desarrollo de proyectos residenciales del área», dice el anuncio.

¿Cómo evitar esto? Este diario llamó a Héctor Alexander, ministro de Economía y Finanzas, para que hablara al respecto, pero no respondió. No obstante, Harley Mitchell, asesor legal de la Anam, dice que la Ley 21 de 1997, que establece el uso de suelo de las áreas revertidas, estipula que un 5% de los terrenos permite el uso urbano. «Sucede que cuando se creó la ley, los bosques no estaban tan desarrollados como hoy, y por eso los ciudadanos no distinguen cuando el área es protegida y cuándo no».