Producto forestales no madereros y su importancia en Panamá

PRODUCTOS FORESTALES NO MADEREROS Y SU IMPORTANCIA

Los grupos autóctonos de Panamá tienen un fuerte nexo con el uso de recursos del bosque de donde derivan grandes beneficios directos para las familias; sin embargo, no hay datos cuantitativos que permitan valorar, en términos económicos, lo que significa el aporte real de los PFNM del bosque en bienes y servicios.

Plantas medicinales

En Panamá, como en el resto de países de América Central, existe una fuerte tradición del uso de plantas medicinales y un creciente mercado, tanto para consumo interno (es utilizado no sólo por los habitantes rurales sino también en las ciudades) como para la exportación. No hay información bibliográfica que analice y cuantifique la situación de las plantas medicinales en Panamá; solamente trabajos referentes a comunidades específicas o especies citadas en documentos regionales. Por la misma razón, no existen datos sobre la producción, comercialización y precios. En la ciudad de Panamá está la Farmacia Botánica, en donde se comercializan plantas frescas y deshidratadas. También se comercializan varias plantas medicinales en los mercados de Caledonia y Río Abajo, y en el mercado público de Colón.

Cuadro 2. Plantas medicinales vendidas por la Farmacia Botánica en forma deshidratada y empacada.

Nombre común

Nombre científico

Cola de caballo Equisetum bogotense
Mastrano Lippia alba
Hierba de limón Cymbopogon citratus
Menta Mentha piperita
Pata de vaca Bahunia caadicans
Contragavilana Neurolaena lobata
Balsamino Momordica charantia

Fuente: Farmacia Botánica, Ciudad de Panamá

A pesar de no contarse con estadísticas confiables, por informes del Instituto Panameño de Comercio Exterior se sabe que en 1993 se exportaron 1.053 kg de raíz de ipecacuana (Cephaelis ipecacuanha), zarzaparrilla (Smilax aspera) y Ficus benjamina; el rubro de exportación de plantas medicinales no alcanza el 0,02 por ciento de las exportaciones de Panamá. La mayoría de las plantas provienen de la extracción en bosques y campos abiertos, y en menor medida, de pequeñas plantaciones o huertos. Este sistema conlleva problemas de escasez, aumento de costos y posibilidad de extinción de algunas de las especies, como es el caso de la ipecacuana, cola de caballo (Equisetum bogotense) y calaguala (Polypodium aureum), las que se han agotado o están amenazadas de extinción.

Entre las comunidades indígenas kunas se utilizan como plantas medicinales el sapigarda (Simaba poliphylla) que se vende a 0,50 $EE.UU. cada hoja; la raicilla (Cephaelis ipecacuanha), el mangle rojo (Rhizophora mangle) y la jira (Socratea durissima).

Cuadro 3. Especies de plantas medicinales más importantes de Panamá

Nombre científico

Nombre común

Familia Parte utilizada
Aloe vera Sábila Liliaceae gel de la hoja
Anacardium occidentale * Marañón Anacardiaceae Corteza
Bixa orellana* Achiote Bixaceae Semillas
Brugmansia candida Floripondio Solanaceae Hojas/raíces
Capsicum annuum Ají Solanaceae Fruto
Carica papaya* Papaya Caricaceae Látex del fruto
Cassia fistula caña fistula Leguminosae Hojas
Catharanthus roseus Chabelita Apocynaceae Hojas y raíces
Cephaelis ipecacuanha Raicilla Rubiaceae Raíces
Cymbopogon citratus Hierba de limón Gramineae Hojas
Equisetum bogotense cola de caballo Equisetaceae Tallo
Gliricidia sepium Mata ratón Leguminosae Corteza, hojas, semillas
Hibiscus sabdariffa* Saril Malvaceae Flores
Hymenaea courbaril Algarrobo Leguminosae Corteza
Justicia pectoralis Tilo Acanthaceae Planta
Lippia alba* Mastranto Verbenaceae Hojas
Lippia dulcis* Hierba dulce Verbenaceae Hojas y flores
Melissa officinalis Toronjil Hojas
Momordica charantia Balsamino Cucurbitaceae Planta
Neurolaena lobata Contragavilana Compositae Hojas
Ocimum basilicum Albahaca Labiatae Hojas
Pancratium littorale —– Amaryllidaceae
Passiflora ligularis* Granadilla Passifloraceae Planta entera
Petiveria alliacea Anamú Phytolaccaceae Planta
Plantago major* Llantén Plantaginaceae Hojas
Pluchea carlinensis Salvia Compositae Hojas
Psidium guajava * Guayava Myrtaceae Madera
Quassia amara Quasia Simaroubaceae Madera
Ricinus communis Higuerilla Euphorbiaceae Semilla
Ruta graveolens Ruda Rutaceae Planta
Scoparia dulcis Escobilla Scrophulariaceae Planta
Simaba cedron Cedrón Simaroubaceae Semilla
Simarouba amara Aceituno Simaroubaceae Fruto/corteza
Stachytarpheta jamaicencis Verbena morada Verbenaceae Hoja
Tabebuia rosea Roble Bignoniaceae Corteza
Zingiber officinale* Jengibre Zingiberaceae Rizomas

* Plantas cultivadas en pequeña escala, la mayoría con fines agrícolas por su uso como alimento

Fuente: Ocampo, R. 1994

Cuadro 4. Especies de plantas medicinales comercializadas.

Nombre común

Nombre científico

Volumen/año (kg)

Precio unitario/kg ($EE.UU.)

Precio total/año ($EE.UU.)

Zarzaparrilla Smilax spp.

454,55

3,30

1.500,00

Calaguala Polipodium aureum 1.090,91

4,40

4.800,00

Cola de caballo Equisetum bogotense

454,55

2,20

1.000,00

Anamu Petiveria alliacea

90,90

1,65

148,50

Hombre grande Quassia amara 18.181,82

2,75

50.000,00
Caña agria Costus spicatus

360*

2,00

720,00

* docenas

Fuente: Sra. Esperanza de Desgracia, propietaria de la Farmacia Botánica. Comunicación personal

Productos alimentarios

Se utilizan las semillas del árbol de malagueto hembra (Xylopia frutescens), que crece en áreas abiertas, para dar sabor a la chicha de maíz. De la palma de pacora (Acrocomia aculeata) se extrae la savia del tallo con la que se elabora una bebida fermentada; los frutos machacados se usan para cocinar y extraer aceites.

La bromelia (Bromelia karatas), localmente conocida como piro, se consume en forma de chicha, rica en vitamina C, de sabor ácido, fuerte y refrescante. También se utilizan como alimento los frutos de una palmera nativa del género Bactrix, llamada caña brava.

Artesanías

Muchas de las actividades culturales de las poblaciones indígenas y rurales de Panamá se relacionan con el uso de plantas para la elaboración de artesanías. Tradicionalmente en las áreas rurales e indígenas se han utilizado especies nativas productoras de fibras y tintes para la confección de artesanías, adornos, herramientas e instrumentos. Desde la época prehispánica se fabrican hamacas de algodón (Gossypium spp.), de fibras de henequén (Agave fourcroydes) y de cabuya (Furcraea cabuya); así como canastos de vijao (Calathea sp.).

Las plantas más utilizadas en la manufactura de artesanías son las que proveen fibras. Se usan más de 70 especies de estas plantas para la elaboración de artículos de uso personal, doméstico y agrícola. Entre ellas están las palmas guágara (Sabal allenii), jira (Socratea durissima), matumba (Desmoncus isthmius), maquenca (Oenocarpus mapora), kapok (Ceiba pentandra), balso (Ochroma pyramidale) y chonta (Astrocaryum standleyanum).

Existe un mercado floreciente de artesanías hechas principalmente por los grupos indígenas. Un ejemplo es la Cooperativa de Artesanos de Emberá, un grupo indígena del Darién que produce artesanías de las palmas tagua y chonta. En la elaboración de esculturas con semillas de tagua (Phytelephas seemannii) trabajan 300 hombres. Este grupo produce 15 mil piezas por año para los mercados de artesanías en Panamá. A pesar de que las esculturas tienen gran demanda y un alto valor comercial, no se ha comenzado a exportar este producto. Los precios varían entre 10 y 70 $EE.UU. por pieza. En promedio, una pieza cuesta 35 $EE.UU., por lo que las ventas anuales ascienden a 525.000 $EE.UU.

Del cogollo de la palma llamada chonga (Astrocaryum standleyanum) se extrae una fibra con la que las mujeres de las tribus del Darién confeccionan canastos. En promedio, trabajan unas 750 mujeres que producen 50 mil piezas por año. Los precios varían de 10 a 50 $EE.UU., con un promedio de 25$EE.UU., lo que representa un total en ventas anuales de 1.250.000 $EE.UU. Los productos artesanales fabricados con tagua y chonta confeccionados por los grupos indígenas del Darién generan un total de 1.775.000 $EE.UU. anuales.

Una de las especies más importantes y sobresalientes por su amplia utilización es la bellota (Cardulovica palmata), que procesan en Coclé para hacer sombreros, carteras, jabas (canastas para guardar ropa) y recordatarios (artesanías miniatura que se venden como recuerdos). El Mercado Artesanal de Coclé produce y comercializa el 75 por ciento de las artesanías de bellota que se fabrican en Panamá. En total, el mercado de productos artesanales fabricados con la bellota podría alcanzar los 290.000 $EE.UU. anuales para todo el país.

Cuadro 5. Artesanías elaboradas con bellota (Carludovica palmata) producidas y comercializadas en el mercado artesanal de Coclé.

Tipo de artesanía

Unidades producidas y comercializadas

Precio unitario

($EE.UU.)

Ingreso bruto

($EE.UU.)

Sombreros

6.000

15,00

90.000

Jabas

5.000

6,00

30.000

Carteras

2.500

3,00

7.500

Móviles

5.000

3,00

15.000

Cubrepotes

10.000

3,00

30.000

Recordatorios

45.000

1,00

45.000

Total

73.500

217.500

Fuente: Sra. Marelis de Montesa, Administradora Mercado Artesanal de Coclé. Comunicación personal

De la corteza del árbol llamado cortezo (Apeiba tibourbou) se extrae una fibra para tejer mochilas y sogas de uso doméstico. El material se saca de bosques secundarios y es sometido a un proceso de suavizado en agua de mar y secado antes de extraer las fibras en forma manual. También se usan fibras de malagueto (Xylopia frutescens), barrigón (Pseudobombax septenatum), majagua (Hampea appendiculata, Heliocarpus popayanensis) y cocuá (Poulsenia armata).

Colorantes naturales

Entre las plantas utilizadas como tintóreas, las comunidades indígenas en Panamá utilizan la mora (Chlorophora tinctorea), el macano (Diphysa robinoides), el añil silvestre (Indigofera sp.), el mangle rojo (Rhizophora mangle), Arrabbidaea chica, y otras como jagua (Genipa americana); achiote (Bixa orellana); y ojo de venado (Mucuna sp.), empleado por los grupos indígenas para teñirse el cuerpo.

Materiales de construcción

Para la construcción de viviendas en las áreas rurales e indígenas de Panamá se utilizan muchas especies, tanto de árboles como de no maderables. La palma jira (Socratea durissima) sirve para construir pisos y paredes en las viviendas levantadas sobre postes, las que pueden durar hasta 30 años. Las hojas de la palma guágara (Sabal alleni) se emplean en la construcción de techos de las casas campesinas e indígenas en la zona del Darién. Manicaria sacciferta es una palma que crece en sitios inundados, y cuyas hojas maduras también se utilizan para el techado en las comunidades kunas. Esta es la de mejor calidad para techos; el precio de cada hoja es de alrededor de 0,15 dólar, el costo promedio de un techo de una vivienda mediana oscila entre 500 y 600 $EE.UU. La demanda ha aumentado con la proliferación de complejos turísticos en el área. También se utilizan otras palmas como la Crisophila spp, la Oenocarpus mapora (muy vulnerable actualmente), la Socratea exhorriza, y la Attalea butyracea (hojas para techados, tallo para construcciones ligeras). En el interior de Panamá es común encontrar viviendas cuyas paredes y cielorrasos están elaborados con caña blanca (Gynerium sagittatum).

Los grupos kunas utilizan el bejuco real o sargi (Heteropsis oblongifolia) para amarrar los postes y paredes en las viviendas, como sustituto de los clavos. Un rollo de bejuco trae generalmente doce bejucos de 3 a 4 yardas (1 yarda = 0,91 m) de largo, y cuesta 0,75 $EE.UU. el rollo. Para la construcción de una casa se utilizan aproximadamente 55 rollos. Las comunidades kunas gastan aproximadamente 13.475 rollos, que representan 10.106 dólares. Esta especie está siendo sobreexplotada en los bosques primarios, pues además se utiliza para la fabricación de muebles de mimbre, que se venden a precios que oscilan entre 200 y 400 dólares el juego.

Plantas ornamentales

Al mercado internacional de plantas ornamentales se exportan orquídeas. La proveniencia de las plantas no es del todo clara; se supone que son cultivadas, pero más bien se cree que en realidad provienen del bosque, y que simplemente son ambientadas y preparadas para el mercado en un vivero. Se comercializan orquídeas, tales como la Cattleya spp., la Oncidium spp., la Odonthoglossum spp. , y la Epidendrum spp., además de la flor del espíritu santo (Peristeria elata), que es la flor nacional de Panamá.

Fuente:Gabriel Roberto Robles Valle, Kloeber Oliveira Barbosa y Róger Villalobos Soto. 2000. Evaluación de los productos forestales no madereros
en América Central. FAO. Roma.


 

 

 

Proyecto Conservación para el Desarrollo Sostenible en América Central (Olafo)
Área de Manejo y Conservación de Bosques y Biodiversidad
Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE)

Turrialba, Costa Rica

Situación de los manglares de Juan Díaz y Tocumen frente al urbanismo depredador

SITUACIÓN DE MANGLARES DE JUAN DÍAZ Y TOCUMEN

Alianza ProCiudad

Los manglares de la República de Panamá, representan 119,382 has, 1.6% del territorio nacional. Este pequeño porcentaje de tierra, produce gran cantidad de recursos marinos que generan ingresos en la economía nacional y cumplen funciones de protección importantísimas para la vida humana.

En la ciudad de Panamá contamos con los manglares de la zona de Juan Díaz y Tocumen, los cuales, desde hace muchos años están a la vista de desarrollistas por la presión del crecimiento de la ciudad. Sin embargo ya desde el año 1980, sustentado en estudios científicos y técnicos y basados en los antecedentes de las zonas inundables de la ciudad, se emitió la Resolución 1-80 del 3 de enero de 1980, “Por la cual se aprueba el documento

denominado NORMAS PARA EL CONTROL DE DESARROLLO DEL SECTOR DE MANGLARES DEL CORREGIMIENTO DE JUAN DIAZ”. Mediante esta resolución se restringe el uso de los humedales y manglares al desarrollo. Posteriormente en el año 2000 surge el Plan Metropolitano y el documento gráfico de zonificación que determinan estas zonas como áreas verdes urbanas y reservas ecológicas por los valores intrínsecos, arriba señalados.

¿Qué está sucediendo en la actualidad con este recurso? ¿Qué puede llegar a suceder con el tema de las inundaciones, cada vez más frecuentes en el área? ¿Qué se está planificando sobre estas importantes reservas naturales de la ciudad?

En la actualidad la Dirección de Desarrollo Urbano del MIVI, a través de su Director José Batista, ha expedido la Resolución No. 02-2007 del 23 de Enero de 2007, por la cual se aprueba un uso de suelo diverso a los establecidos en el Decreto Ejecutivo 205 de 2000, por el cual se aprueba el Plan de Desarrollo urbano de las Áreas Metropolitanas del Pacífico y del Atlántico, en la actualidad vigentes. Existen otros proyectos propuestos de alta densidad e intensidad sobre esta zona frágil del ecosistema costero. Es por ello que Alianza Pro Ciudad y la Sociedad Audubon de Panamá, alertan a la ciudadanía de su gran preocupación por lo que puede llegar a constituirse en una afectación irreversible a la población contigua a estos ecosistemas actualmente protegidos.

El relleno, elevación y eliminación de la capacidad de la absorción propia de los humedales, produce que las aguas lluvias en combinación con las altas mareas den como resultados inundaciones como las que se han estado registrando recientemente y cada vez con mayor frecuencia en la ciudad.

Por los estudios realizados está sustentado que el corregimiento con el mayor número de víctimas por inundaciones es el de Juan Díaz seguido muy de cerca por el de Parque Lefevre.: “Un estudio elaborado por el Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC), que comprende el período entre 1990-2003 da cuenta que los siniestros con mayor incidencia en la República son las inundaciones, con 583 casos y 54 muertes. Según el estudio, la provincia de Panamá concentra el mayor promedio de inundaciones, con aproximadamente 200 registros, y de estos, el corregimiento de Juan Díaz suma un promedio cercano a los 50 eventos” (La Prensa 25 de septiembre 2004 Roberto López Dubois)

Panamá, 9 de agosto de 2007

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Cabe destacar que los manglares de Juan Díaz y Tocumen son el principal eslabón en la cadena trófica para mantener la importancia de todo este sector de la Bahía de Panamá como un Sitio Ramsar o Humedal de Importancia Internacional, categoría que fue reconocida como tal a solicitud de Panamá en el año 2003.

Estos manglares por ley, por la importancia ecológica clave, por sentido común y por seguridad ciudadana no deben ser tocados y deben ser conservados íntegramente.

Burica Press

Solicitan creación de área protegida en El Valle

India dormida.

Solicitan se declare área protegida

Rafael Quezada

EL VALLE, Coclé

Un comunicado emitido por los residentes de El Valle de Antón fue entregado ayer por el representante José Fernández al pleno del Consejo Municipal de este distrito para solicitar que esta región sea declarada como área protegida.

La solicitud de los valleros se origina debido a que el agua, recurso principal de la región, se ve amenazada por la devastación de que son objeto sus bosques.

Bosques del Valle de Antón

Foto: Eduardo Bethancourt. El Valle Antón, Provincia de Coclé. http://www.panoramio.com

La devastación origina que las corrientes de agua subterránea desaparezcan o se vayan a lo más profundo, lo que limita que las poblaciones de esa zona tengan agua segura.

Fernández dijo que sin bosque y sin agua se pone en peligro el microclima de la zona, lo mismo que la micro flora y fauna del área boscosa de El Valle de Antón.

José Fernández también acuerpó la solicitud de los moradores que ahora pasará a ser aceptada o rechazada por el pleno del Concejo.

De igual forma se expresó Viviana Rodríguez, del grupo ambientalista Aprovaca, que conserva las orquídeas, al señalar que la región de El Valle es conocida por su amplia condición natural para practicar turismo y por el buen ambiente que tiene para desarrollar la agricultura.

Las inquietudes de los moradores de El Valle se dieron a conocer en la sesión ordinaria del Consejo Municipal de Antón que se realizó ayer viernes.

Humberto Díaz, representante del presidente del Consejo Provincial de Coclé, manifestó que la solicitud de los valleros merece todo el respaldo de los concejales del distrito de Antón.

Gilma Ramos, de asuntos comunitarios del Ministerio de Obras Públicas, dijo que dentro de 10 días se va a proceder a hacer un parcheo de calles y luego tras una inspección se rehabilitarán las calles que queden por reparar.

Reiteran solicitud de actas de reunión de la JD de la Autoridad del Canal de Panamá

Kevin Harrington

 

Domiciliado en

Apartado 0831-0044

Panamá, R.P.

(507) 672-6161

Panamá, al 13 de agosto 2007

 

Ministerio para Asuntos del Canal

En Su Despacho.-

 

Señor Ministro:

Respetuosamente le solicito el envío por correo al apartado indicado en el membrete de ésta copia electrónica en formato CD de las actas de la Junta Directiva y de sus diversos comités y subcomités auxiliares y cuerpos asesores locales e internacionales, en lo que va del 2007. En caso de existir actas tanto en español como en inglés, favor remesarme copia de ambos idiomas.

 

Similarmente, le solicito el envío por correo, en similar formato, de las reuniones subsiguientes que se verifiquen en lo que salda del 2007.

 

Esto para coadyuvarles en vuestra obligación ética de mantener debidamente informados a los stakeholders locales e internacionales del Canal. Entiendo que existirá alguna dificultad técnica que les impide acceder a mi anterior solicitud de hace varios meses (la que aún no se ha sido favorecida con respuesta alguna suya), de que dichas actas se coloquen periódicamente en vuestro sitio electrónico www.pancanal.com.

 

Deseo distribuirlas urbi et orbe yo mismo, para salvar dicho inconveniente de ustedes.

 

 

Sin otro particular, me suscribo,

 

Atentamente,

 

 

Kevin L. Harrington

Cédula 8-224-565

El nuevo sindicalismo en Panamá

Reproducimos el artículo del hombre de letras panameño, ex-rector de la Universidad de Panamá, el cual tomamos como editorial de Burica Press, por la coyuntura social que se viven en este momento en el país.

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UN FENÓMENO COMPLEJO.

El nuevo sindicalismo

Carlos Iván Zúñiga Guardia

Durante 14 años estuve vinculado como asesor legal al sindicato más fuerte de la República. Esa relación me dio la oportunidad de conocer las políticas y mañas patronales y todas las incomprensiones sociales que confronta un sindicato que desea ser independiente.

En un principio (1960), el movimiento sindical bananero encontró muchas dificultades. A nivel nacional los medios de comunicación bombardeaban con etiquetas malévolas a los dirigentes y asesores, creando una desazón e incertidumbre colectiva. En lo interno algunos representantes patronales trataban de sobornar a los trabajadores poniendo precio a cada renuncia del sindicato.

La empresa no estaba acostumbrada a tratar con un sindicato independiente. Siempre tuvo a su servicio un sindicato amarillo. A su vez la estructura judicial local procuraba resolver cada caso atendiendo los intereses patronales, sobre todo cuando se resolvía un conflicto colectivo. Se ideó, como respuesta, un mecanismo de conciliación directa con tanto éxito que el juez de Trabajo carecía de oficio. Se estableció un orden fundado en el conocimiento de los deberes y derechos y la empresa comprendió las ventajas de trabajar con una organización seria y responsable. Ese orden tuvo su manifestación de superior responsabilidad durante los días aciagos de enero de 1964. Los directivos patronales marcharon a Costa Rica y el sindicato asumió la protección de las instalaciones o fuentes de trabajo. A pesar de todos los avances las divergencias no fueron anuladas, como es natural, y los conflictos colectivos o el incumplimiento de las convenciones colectivas enturbiaron frecuentemente las relaciones.

En esa época el sindicalismo era legalista; es decir, no podía salirse del esquema del Código de Trabajo que lo confinaba al mundo estrictamente laboral. El sindicato no podía incursionar en la cuestión política ni siquiera con el voto mayoritario y democrático de sus asambleas generales. Sencillamente la vida política era patrimonio exclusivo de los partidos políticos. El sindicato tenía libertad para volar, como lo hace una mosca dentro de un vaso sellado, pero dentro de un espacio taxativamente limitado. Pero desde entonces se advertía y vislumbraba que por imperativo de las crecientes perturbaciones sociales, económicas y políticas, el sindicato tenía que romper las paredes del vaso.

Es exactamente lo que viene haciendo el sindicalismo contemporáneo en casi todos los países latinoamericanos. El fenómeno resulta polémico y también complejo porque responde a diversas causas generalmente hijas de la frustración y del desengaño. Una de estas causas es la falta de liderazgo político. Otra es la apatía de los partidos políticos para enfrentar los conflictos sociales. Los mil problemas que acosan al panameño de hoy no despiertan la atención responsable y sistemática de los partidos. Su función primordial actual es preparar el ajedrez presidencial del 2009.

Suntracs en defensa de la Seguridad Social de Panamá

Foto: A. Rodríguez. Suntracs en la defensa de la seguridad social de Panamá. 

El sindicalismo de hoy, huérfano de voceros políticos, dueño de su propia voz y de su propia agenda, desbordó de hecho el marco legalista. Desde hace años Suntracs, por ejemplo, viene asumiendo ese papel y ha estado vinculado a tareas y objetivos novedosos para el sindicalismo tradicional, que en otros países son propios de las luchas de los partidos políticos. Tan solo que la crítica no se detiene a ponderar los objetivos de esas luchas, sino a condenar los procedimientos. Es obvio que en materia de métodos Suntracs debe revisarlos porque es evidente el reproche social por algunos de ellos.

Pero al censurarse los procedimientos (tranques y agresividad verbal), se llega al extremo de ocultar los crímenes que se cometen en perjuicio de los miembros del Suntracs. En estos días fue asesinado el trabajador Osvaldo Lorenzo. Lo asesinaron adversarios que andaban armados en el centro de trabajo. Doble delito. Se infringió el Código de Trabajo que prohíbe portar armas en el centro de trabajo y se violó el Código Penal. En este doloroso caso a las víctimas las presentan como victimarios.

Al Ministerio Público le corresponde la tarea urgente de investigar este gravísimo hecho de sangre sin precedentes en las relaciones obrero-patronales entre nacionales. Y al Ministerio de Trabajo le sigue correspondiendo garantizar la libertad sindical, pero con el especial cuidado de evitar que esa libertad sea utilizada para crear sindicatos amarillos, que en la forma y en el fondo, constituyen dogales empresariales en perjuicio de los legítimos derechos de los trabajadores. Es cuestión de reglamento y vigilancia.

A nadie debe extrañar la evolución sindical de legalista a protagonista integral en todos los problemas del país. Si ayer el mundo sindical era exclusivamente su empresa, hoy es la nación entera, con sus conflictos, desventuras, inseguridades y esperanzas. Adaptarse a esa nueva realidad resulta difícil en algunos sectores. Las partes tradicionales deben transitar en las nuevas vías: el Estado revisando las estructuras jurídicas con el objeto de dar mayor fluidez al protagonismo de los trabajadores, de la sociedad civil y de los independientes en la lucha por sus derechos políticos, sociales y económicos; los empresarios deben aprender a convivir sin perfidia con sus empleados como lo ha logrado, por ejemplo, Capac; y los trabajadores entender que en la lucha por sus objetivos tan importante es cultivar el fondo -la esencia de los fines- como mantener formas que no lastimen legítimos derechos de terceros.

 

El autor es abogado y fue rector de la Universidad de Panamá

La Prensa, 18 de agosto de 2007